La Faraona: si me queréis, cotillead

Era una persona carismástica,en sus entrevistas siempre dejaba perlas interesantes.
No era una cansina actual que sueltan los mismos rollos previo pago.
En la actual España no hay personajes así.
Era una persona muy intensa y muy vividora.
 
Una vez estábamos mis amigas y yo esperando dentro del bus a que arrancara y enfrente había un cine,era en getafe y de repente salio lola ,lolita,Antonio Gonzalez y Guillermo furiase,salia de actuar y llevaba uno joyones y unos pedazo de abrigos de pieles para morirte,empezamos a gritaría faraona ,guapa y ella venga a saludarnos, me pareció muy simpatica
 
Lola tenía una hermana, Carmen, que siempre se ha rumoreado que es hija suya. No se lleva con las dos hijas de Lola, ni bien ni mal, sólo cordial. A Lolita la puso a "trabajar", de adolescente, le ha salido viva. La sacó del colegio y a empezar en el mundo del artisteo. Era amiga de la Pantoja, Carmen Ordóñez, Dolores Amaya, etc.. Rosario también le salió curranta y más discreta. El chico era su ojo derecho y su estropeado (malcriado). DEP.
 
"Lola Flores (en la foto izquierda) no canta ni baila, pero no se la pierdan". Así saludó The New York Times la primera actuación de La Faraona en EEUU, en 1953. Ocho años después de la muerte de Lola Flores (Jerez de la Frontera, 1923-Madrid, 1995), nadie duda de que la artista fue una hembra que despertó tantas pasiones como vivió. La última piedra de esta leyenda la acaba de poner Los Flores (Ediciones MR), un libro de la periodista Carmen Domingo que repasa los cimientos del clan y dedica las mejores páginas a los idilios que mantuvo la artista antes de casarse con Antonio González, El Pescaílla, en 1957. Gary Cooper, Aristóteles Onassis, Ricardo Montalbán y Manolo Caracol fueron algunas de sus conquistas.

Tras labrarse una reputación artística en España, la artista cruzó el Atlántico. Los Flores relata anécdotas de su primer viaje a América. Un periplo en el que se curó las heridas de su relación con Manolo Caracol. El cantante, casado y padre de familia, y Lola llevaron su tormentoso idilio a los escenarios y al cine de los años 40.

Dispuesta a recuperar el tiempo perdido, La Faraona se plantó en América. Allí conoció a Gary Cooper, sucumbió a sus encantos y la citó en una suite. Ella acudió rauda pero, cuando vio al galán abrirle la puerta, salió corriendo, al grito de: "¡No puedo, no puedo!".

EL DINERO DE ONASSIS Con Aristóteles Onassis la cosa tampoco pudo acabar peor. El magnate dejó caer un fajo de billetes en su bolso. La respuesta de la artista fue desalentadora: "Yo no necesito el dinero de ningún hombre, por muy Onassis que sea". Y se marchó.

Lola sí consumó la relación con Ricardo Montalbán. El galán de moda y la reina gitana vivieron un apasionado idilio que escandalizó a la prensa. "Virgen sólo ha habido una, y ésa es la virgen María", dijo ella. Restablecida, la artista regresó a España para casarse con El Pescaílla en El Escorial. La ceremonia se celebró a las seis de la mañana para evitar que la familia de la primera mujer del novio (se había casado por el rito gitano con una joven) les aguase la fiesta. "Avíe usted, aligere, que cuanto antes nos vayamos todos, mejor para todos", le espetó Lola al cura. Ya estaba encinta de su primera hija, Lolita (a la derecha, en una foto del archivo familiar, junto a sus hermanos Antonio y Rosario).

Los Flores explica cómo los 80 fueron años de mal agüero. La artista se sentó en el banquillo, acusada de delito fiscal. Finalmente, quedó en libertad tras pagar una fianza de 145 millones de pesetas. En los 80 también murió su madre y la relación de su hijo Antonio con la heroína vio sus peores horas.
http://www.elperiodicoextremadura.c...flores-revela-sus-flirteos-idilios_86126.html
 
http://elpais.com/diario/1995/05/17/cultura/800661601_850215.html
ADIÓS A LA FARAONA
La leyenda de Lola Flores
Tras la muerte de Franco, la artista reivindicó públicamente que no era de nada ni de nadie, sólo de España
Nuria Barrios
Madrid 17 MAY 1995

En la vida de Lola Flores no existe límite entró la verdad y la fantasía. Su historia es tan hermosa como, a menudo, inverosímil. Cuentan que tuvo una legión de amantes, que ganó dinero a espuertas, que guardaba sus ahorros en una bolsa de plástico de El Corte Inglés, que pidió un duro a todos los españoles para solucionar sus problemas con Hacienda, que Churchill aseguraba que era la mejor artista que jamás había visto...Ella, a menudo, ni confirmaba ni desmentía. Y, a medida que su leyenda crecía, aumentaba el poderío de sus nombres artísticos: Lola de España, La Niña de Fuego, La Faraona... En cualquier caso, como dice el proverbio italiano, Se non è vero, è ben trovato.

Lola Flores nació en Jérez el 21 de enero de 1923. De su padre, el tabernero Pedro Flores, tomó el apellido. De su madre, la costurera Rosario Ruiz, el cuarterón de raza gitana que siempre reivindicaría. Con apenas 10 años empezó a pasear su diminuto palmito de cantaora por los bares de Jérez. A los 15 años recorría la provincia con una compañía de variedades. En 1940 se instaló en Madrid.

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La leyenda daba sus primeros pasos de forma tímida. Se estrenó con un par de papelitos en el cine y grabó su primer disco con su tema más popular: Lerele. Pero el acontecimiento fundamental de esos años fue sentimental. Lola Flores inició una larga relación profesional y pasional con el cantaor Manolo Caracol. Les separaban 20 años.

El romance duró ocho años vertiginosos para alegría de los aficionados y desgracia de la familia del cantaor. En 1944, la pareja paseó su arte por España con la obra musical Zambra. De aquella relación quedaron coplas tan conocidas como La zarzamora y dos películas: Embrujo y La niña de la venta. "Le tenía un amor de niña", declaró en una ocasión Lola. "Con él conocí las mejores corridas de toros, los mejores hoteles, los mejores artistas". En 1951, Lola se despedía de Caracol rumbo a América.

Aventura americana
Cesáreo González, uno de los peces gordos del cine español, le había ofrecido un tentador contrato: seis millones de pesetas para rodar seis películas en dos años. Una cantidad suficiente para recuperarse de los sinsabores de la ruptura. Cuentan que, en pleno vuelo a, Nueva York, su madre pidió permiso al comandante del avión para hacer un guiso. Ya en tierras americanas, Lola rodó Pena, penita, pena y La Faraona.

La artista alternaba el cine con giras y espectáculos teatrales. A finales de los años cincuenta ganaba una fortuna que algunos calculaban en más de un millón de pesetas por película. Su lista de éxitos sentimentales era tan larga como la artística. A Caracol le sucedieron futbolistas, toreros, directores de cine... Lola decía con guasa que Virgen no hay más que una y ésa era la Virgen María. Al final, tuvo que venir un gitano catalán para poner orden.

En 1957, la artista se casó en el monasterio del Escorial con Antonio González, El Pescaílla, creador de la rumba catalana. "Cuando me casé con él, cogía el cielo con las manos. Era un artista muy bueno, era guapísimo, pero no tenía más que la guitarra y me casé con él. Fui muy feliz y estaré con él hasta que me muera", comentaba. La Faraona tuvo tres hijos con El Pescaílla: Lolita, Antonio y Rosario. Tres "monstruos", como los llamaba su madre, dedicados a la música.

La bendición popular de que gozaba se extendía hasta Franco. Casi todos los 18 de julio, Lola actuaba para el general en el palacio de La Granja. Semejante simpatía le costó cara. Tras la muerte del dictador, la artista tuvo que reivindicar que ella no era de nada ni de nadie, excepto de España. Lola de España.

A las dificultades políticas siguieron las fiscales. En 1987 comenzaron sus problemas con Hacienda. La artista canalizó su rabia contra el fisco embadurnando lienzos. Lo que empezó como terapia acabó como una lucrativa actividad. Sus cuadros se expusieron con éxito en Barcelona, Madrid y Miami.

Como siempre, Lola superó las crisis a base de trabajo. En 1990, le rindieron homenaje en Miami Julio Iglesias, Celia Cruz, Rocío Jurado, José Luis Rodriguez, El Puma, y su hija Lolita. En los últimos años participó en la película Sevillanas, de Carlos Saura, y en dos programas para televisión: Sabor a Lolas y Ay, Lola, Lolita, Lola. En 1994 recibió la Medalla de Oro al Mérito del Trabajo, un nuevo premio que se unía al Lazo de Isabel la Católica.

Pocas personas sospechaban que, a pesar de esta febril actividad, Lola padecía cáncer. El primer bulto en el pecho se lo detectaron hace 25 años. Era un cáncer de mama. Siete años después le salió un bulto igual en, el otro pecho. Le siguieron los ganglios de las axilas, operaciones, radiaciones... Sólo reconoció su, sufrimiento al acabar el espacio Sabor a Lolas.

"He sufrido mucho, pero ésta es la primera vez que le he pedido a Dios que me lleve con él", declaraba en una entrevista a este periódico. Lola no se asustaba ante la muerte. Estaba segura de que alguien como ella era eterna. "Aunque yo muera, seguiré viva. Hay vídeos en los que podrán verme".

* Este articulo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de mayo de 1995
 
Lo que tenía Lola o se nace con ello o no es posible tenerlo y lo suyo era inigualable.
Consiguió ser un folclórica que traspasó generaciones no se quedandose solo en la propia y aunque era conocida como "el colchón del Régimen", parece ser la única artista a la que se le perdona haber sido la estrella o una de las artistas de cabecera de la dictadura, creo que nunca he oído que se le critique este punto, a otros si y no solo de nuestro país. Como ella decía, mientras tuviese para comer le daba igual quien mandara, creo que es un tema que habría que aplicar a tanta gente que trabaja en lo suyo esté quien esté en el poder.
 
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Alba flores, la hija de Antonio. Muy guapa y racial.

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