Es un fenómeno que veo que nos sucede cuando estamos muy mal por enfermedad o accidente. Tendemos (en delirio) a arrancarnos las vías o quitarnos el oxígeno y bajarnos de la cama. Por eso es que hay pacientes a los que atan a la camilla, para que no se hagan daño.
Una vez iba en una ambulancia con una persona atropellada, se despertó y se quiso quitar el oxígeno y una vía con suero, entonces la sujeté fuerte de las manos y tuvo aun más fuerza que yo para liberarse de un brazo y clavarme las uñas en mi brazo con el que aún tenía controlada una de sus manos. Segundos después, le pusieron sedante. Luego cuando le visité en urgencias, ví que tenía las manos atadas a la cama.
