jajaja, algo parecido hizo mi abuela. Cuando ya no salía encargaba el pescado, el mismo pescadero se lo llevaba. Cuando encargaba merluza tenía que ser del cantábrico, el buen hombre le puso una merluza en la mesa de la cocina, se la cobró bien cobrada, cuando ya estaba abajo mi abuela descubrió que era gallega (más oscura, menos fina) y se la tiró desde la ventana a la cabeza con toda clase de improperios, el más fino fue ladronzuelo.Pues si van a por la merluza o la langosta, que se sacrifiquen por sus estómagos y pongan La Razón en la mesa como quién no quiere la cosa. Olga es mucha Olga, en sus buenos tiempos a uno que le dijo que era merluza congelada, le sacó una entera de la cocina y se la echó encima.