Lo decía porque a la prima se veía que le estaban doliendo algunos comentarios y se estaba sintiendo obligada a justificar la actuación de su padre. A mi me parece completamente normal la actitud de él, es un hombre dolido que ha perdido al amor de su vida y a la madre de sus hijos y va a arrastrar eso siempre consigo, probablemente no lo haya superado aún y quizás no lo va a hacer nunca. Entiendo también que a la nueva pareja le pueda molestar, por eso digo que es una situación complicada, pero es que en estos casos la realidad es la que es: Las nuevas parejas son segundas en su vida, están con ellas únicamente porque ha fallecido su mujer, sino, no estarían. Yo creo que quien se mete en una relación así es consciente de lo que hay. Personalmente nunca estaría con un viudo, porque yo no sería capaz de aguantar en una relación así.
¿Cuántas personas conocéis que estén casadas/emparejadas con el amor de su vida?
- AutorLercha
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Yo no conozco ninguno asi en tono pasteleo y que se le ilumine los ojos, con mis estudios de antropologia a cuestas seria fundamental que el sea un tio muy guapo del top10% de los hombres casaderos de la ciudad o pueblo y que ademas se gane muy bien la vida, que tenga un caracter afable y a la ver firme y que ella tambien sea guapa, no veo matrimonios de feos profesandose esa devoción al final la genetica influye mucho y si hay discrepancias en cuanto a uno mucho mas atractivo que el otro siempre sentiran que se merecen algo mejor
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@Naranja y Naranjo
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Mis abuelos por parte de padre. Estuvieron enamorados durante medio siglo, y sé que no era fingido, ni un "aguantar por aguantar", ni nada de eso. Viví con ellos de pequeña y lo comprobé de primera mano.
A partir de los 70 años de edad, mi abuelo empezó a mostrar síntomas de demencia, y a hacer cosas "raras" (malgastar dinero por ej), y más tarde, a tratar mal a mi abuela. Lo curioso es que con nadie más se mostraba agresivo, al contrario (cuanto más avanzaba la demencia, más cariñoso), sólo con ella. A los 80 perdió la cabeza del todo, a los 82 se volvió completamente dependiente (había que cambiarle los pañales, darle de comer en la boca, todo), y a los 85, falleció (ella es 5 años más joven que él). Hace 8 años de eso, y aún mi abuela no se ha repuesto, ni lo hará ya. La viudedad le ha sentado fatal: era híperactiva y ahora se encierra en casa, está de una mala leche impresionante, salta a la mínima, ha perdido facultades..... Sin el amor de su vida, ella no es nada, pese a contar con el amor de hijos y nietos, y me da mucha pena, porque es una mujer muy afortunada en los demás aspectos. Pero la comprendo.
A partir de los 70 años de edad, mi abuelo empezó a mostrar síntomas de demencia, y a hacer cosas "raras" (malgastar dinero por ej), y más tarde, a tratar mal a mi abuela. Lo curioso es que con nadie más se mostraba agresivo, al contrario (cuanto más avanzaba la demencia, más cariñoso), sólo con ella. A los 80 perdió la cabeza del todo, a los 82 se volvió completamente dependiente (había que cambiarle los pañales, darle de comer en la boca, todo), y a los 85, falleció (ella es 5 años más joven que él). Hace 8 años de eso, y aún mi abuela no se ha repuesto, ni lo hará ya. La viudedad le ha sentado fatal: era híperactiva y ahora se encierra en casa, está de una mala leche impresionante, salta a la mínima, ha perdido facultades..... Sin el amor de su vida, ella no es nada, pese a contar con el amor de hijos y nietos, y me da mucha pena, porque es una mujer muy afortunada en los demás aspectos. Pero la comprendo.
El amor de tu vida no es el mejor de X número de amores. El amor de tu vida encaja perfectamente en tu vida interior y tú en la suya, así sea el primero que conoces o el número un millón, da igual.
El otro día fui a comprarme zapatos, había unos 5 pares que me gustaban de mi talla. Me probé el primer par, los más bonitos, sabiendo de antemano que no me iban a cuadrar, pero como eran los más bonitos, lo quise intentar. Cuando me probé el segundo par, ese par que yo intuía iba a ser el más cómodo para la forma de mi pie, ya no probé los otros tres pares, no necesité probarlos para saber que ese segundo par estaba hecho para mi pie y los otros no iban a encajar igual.
Con el amor de tu vida, lo mismo. Puede que lo encuentres a los 15 años o a los 50, pero cuando encuentres a alguien que después de acabarse el enamoramiento sigue el amor, ese es el amor de tu vida, no necesitas probar nuevos para saberlo.
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En mi entorno, creo que a pocos. A la mayoría los veo conformándose y autoconvenciéndose de que están bien, porque lo que cuentan cuando bajan la guardia es de película de terror.
Pienso igual: relación longeva no necesariamente significa relación feliz ni relación corta significa necesariamente relación fracasada. Mis abuelos maternos fueron igual que los tuyos: mi abuelo era el ideal feminista de hoy, un hombre (creo) muy avanzado a su época, pero igual era algo excepcional y minoritario. A mí, que una relación se acabe no me parece un fracaso. La vida no es estática y la gente evoluciona, y eso a veces conlleva "perder" a personas que en un momento lo fueron todo para ti. Pasa con los amigos, con los trabajos, los sitios en los que uno vive... Yo he terminado relaciones con amigos porque llegó un momento en el que no teníamos nada en común, nada qué contarnos ni qué hacer juntos.
Pienso igual: relación longeva no necesariamente significa relación feliz ni relación corta significa necesariamente relación fracasada. Mis abuelos maternos fueron igual que los tuyos: mi abuelo era el ideal feminista de hoy, un hombre (creo) muy avanzado a su época, pero igual era algo excepcional y minoritario. A mí, que una relación se acabe no me parece un fracaso. La vida no es estática y la gente evoluciona, y eso a veces conlleva "perder" a personas que en un momento lo fueron todo para ti. Pasa con los amigos, con los trabajos, los sitios en los que uno vive... Yo he terminado relaciones con amigos porque llegó un momento en el que no teníamos nada en común, nada qué contarnos ni qué hacer juntos.
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Jejeje. Un profesor de estadística que tuve ponía este mismo ejemplo: para poder afirmar que estás con la persona de tu vida, con la mejor para ti, con la única posible tendrías que conocer a todos los elementos de la población. No a una muestra, no, a todos. Hay un libre de psicología muy interesante sobre es tema: al final, es como aparearse en cautiverio, de entre lo que tienes a tu disposición, eliges, pero de ahí a afirmar que has encontrado a tu media naranja... madre mía, con lo grande que es el mundo y el destino te lo pone en tus narices como en una película alemana de TVE. Además, es que yo creo que la media naranja no existe: es como decir que sólo puedes tener un mejor amigo en la vida.
Exacto. Pero hay más. Imagina que de verdad el gruyere fuera el manjar de los dioses para ti: lo que más te gusta, más que nada, tu comida favorita. ¿Qué crees que pasaría si firmaras un contrato en el que se te obliga a comerlo mañana tarde y noche, todos los días, hasta que te mueras, sin posibilidad de comer ningún otro, ni siquiera olerlo? Pues eso.
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Es que me parecen unos argumentos de quinceañeros, la verdad, y lo digo con todo el respeto. Es muy difícil tener ya una cierta edad y no leerlos con escepticismo (como mínimo).
No es exactamente lo mismo que has dicho tú? Vamos, si no puedes saber solo por probar unos pocos si el que tienes ahora es el amor de tu vida, en realidad no lo puedes saber si no los pruebas todos.
La cuestión es...importa?
Si estás con una persona que cuando se acaba el enamoramiento lo que queda es amor, ese es el amor de tu vida. Si el amor se acaba, o te quedas viuda, y tiempo después te enamoras de otro y cuando se te pasa el enamoramiento lo que queda es amor... ahí tienes al otro amor de tu vida.
Es que el enamoramiento y el ilusionamiento son una mera trampa de la naturaleza para perpetuarse, por eso le pasa a todo el mundo y no existe la media naranja.
Si hubiésemos vivido en otro país, nos hubiésemos enamorado de otras personas.
Lo que es amor de verdad, es utilizar esa emoción y esa bioquímica de base para construir un compromiso y un proyecto común. Es una decisión, básicamente.
Con mucho, mucho, cariño y amistad, no sólo buen s*x*. La fiebre sexual del principio siempre baja, y entonces es muy importante tener ilusiones y aficiones comunes, porque el éxito y la sensación de bienestar en ellas reavivan el deseo.
Y con los niños tres cuartos de lo mismo. Cuando son pequeños " molestan " bastante para el tema sexual, pero si son el gran proyecto común, en cuanto crecen vuelve "el noviazgo" y el reencuentro sexual de la madurez. Con la satisfacción de todo lo logrado, y con muchas ganas de " quemar el último cartucho" por todo lo alto.
Yo conozco varias parejas en mi entorno de entre 40 y 50 que creo que estamos con el amor de nuestra vida.
Y lo que tenemos en común es ser gente poco "estándar", y haber hecho y deshecho en la vida a nuestra manera, sin interferencias familiares ni amistosas. Hay un "nosotros" al que los demás tienen que aceptar tal y como es, y si no, a pastar.
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Me encanta, Hablas de mí tal cual en la última frase .Es que el enamoramiento y el ilusionamiento son una mera trampa de la naturaleza para perpetuarse, por eso le pasa a todo el mundo y no existe la media naranja.
Si hubiésemos vivido en otro país, nos hubiésemos enamorado de otras personas.
Lo que es amor de verdad, es utilizar esa emoción y esa bioquímica de base para construir un compromiso y un proyecto común. Es una decisión, básicamente.
Con mucho, mucho, cariño y amistad, no sólo buen s*x*. La fiebre sexual del principio siempre baja, y entonces es muy importante tener ilusiones y aficiones comunes, porque el éxito y la sensación de bienestar en ellas reavivan el deseo.
Y con los niños tres cuartos de lo mismo. Cuando son pequeños " molestan " bastante para el tema sexual, pero si son el gran proyecto común, en cuanto crecen vuelve "el noviazgo" y el reencuentro sexual de la madurez. Con la satisfacción de todo lo logrado, y con muchas ganas de " quemar el último cartucho" por todo lo alto.
Yo conozco varias parejas en mi entorno de entre 40 y 50 que creo que estamos con el amor de nuestra vida.
Y lo que tenemos en común es ser gente poco "estándar", y haber hecho y deshecho en la vida a nuestra manera, sin interferencias familiares ni amistosas. Hay un "nosotros" al que los demás tienen que aceptar tal y como es, y si no, a pastar.
