Cuadernos de Psicología.

Serendillo dejo un video aqui:kiss:



Querida @El karma ,
bien dejado está
con mi agradecimiento
por descontado, siempre...

esperando el próximo
dado que con tu ánimo,
predisposición;
y espíritu colaborador
seguro lo habrá,
si no en este,
en cualquier otro Hilo
que humildemente pongo a tu disposición,
y tan tuyos como míos..

de tu generosidad
alegría de vivir
fidelidad
y búsqueda constante
de la igualdad
dan fe tus posteos

con una mano izquierda
"maestra" en unir costuras
atar cabos,
arreglar dobladillos
y afianzar simpatías
ganándote amistades
abriendo espacios;
desde el respeto,
la sonrisa;
y a veces el asombro
de tus ideas y propuestas
siempre bienvenidas
y en todo momento
agradecidas,
Un fuerte abrazo,
Serendi,
 
Última edición:
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Él - 1953 - Luis Buñuel

Francisco Galván de Montemayor, un hombre adinerado de apariencia tranquila, conservador, religioso y virgen, como cada Jueves Santo asiste a la ceremonia del mandatum, el lavatorio de pies que el sacerdote efectúa con singular delectación. Al ver los sensuales pies de una joven sentada en primera fila se queda prendado de su serena belleza. Francisco logra averiguar que la mujer de sus sueños se llama Gloria y va a contraer matrimonio con un viejo amigo suyo. Tras invitarlos a una fiesta en su mansión, conquista a Gloria y se casa con ella. A partir de la misma noche de bodas, los celos lo transforman en un ser obsesivo y paranoico, que sólo ve el asesinato y la mutilación como una solución a su locura. (FILMAFFINITY)
El retrato surrealista de un acomodado y devoto hombre de mediana edad, camino de la locura por sus celos patológicos y sus aficiones enfermizas por los rituales religiosos, fue unánimemente aclamado por la crítica, que alabó la irónica dramatización con que Buñuel muestra los efectos de las obsesiones sobre el matrimonio y la sexualidad.
FILMAFFINITY


 
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Esta parabola zen revela cómo dejar de aferrarnos a lo que nos hace daño
Desarrollo Personal



Un discípulo zen, se quejaba de que no podía meditar: sus pensamientos se lo impedían. Estaba desesperado, no sabía qué hacer, así que decidió contárselo a su maestro para que le brindara una solución:
- Maestro, los pensamientos y las imágenes mentales no me dejan meditar. Desaparecen durante unos segundos pero luego vuelven con más fuerza. No puedo meditar. No me dejan en paz.
El maestro le explicó que esa situación dependía de él mismo y que dejara de darle vueltas al asunto.
Sin embargo, el discípulo no se dio por satisfecho con esa respuesta. Siguió lamentándose de que los pensamientos no le dejaban en paz y que su mente estaba confusa. Cada vez que intentaba concentrarse, un tren de pensamientos y reflexiones, a menudo inútiles y triviales, irrumpían en su mente…
Entonces el maestro le dijo:
- Bien. Aferra esa cuchara y tenla en tu mano. Ahora siéntate y medita.
El discípulo no entendió el propósito de aquella extraña sugerencia, pero obedeció. Al cabo de un rato, cuando el maestro notó que el joven se sentía muy incómodo aferrando la cuchara y que no lograba meditar, le ordenó:
- ¡Deja la cuchara!
El alumno así hizo y la cuchara cayó al suelo. Miró a su maestro con estupor, sin entender qué había pasado. Éste le preguntó:
- Ahora dime ¿quién agarraba a quién? ¿Tú agarrabas la cuchara, o la cuchara te agarraba a ti?

¿Por qué nos aferramos a lo que nos hace daño?
En la vida, a menudo nos comportamos como el discípulo de esta historia: nos aferramos a cosas que nos afectan, y luego nos lamentamos porque nos hacen daño. Puede ser una relación de pareja que se ha vuelto tóxica, un trabajo que representa una enorme carga de estrés e insatisfacción, un estilo de vida dañino o incluso un suceso del pasado por el que nos sentimos culpables.
Esas cargas emocionales nos impiden avanzar, son como añadir sal a una herida, de manera que impedimos que cicatrice. Generalmente nos aferramos a las situaciones que nos hacen daño por miedo a salir de nuestra zona de confort, un espacio que puede resultar incómodo pero que nos resulta conocido. Implica elegir un dolor “soportable” sobre la incertidumbre que representa lo desconocido.
Para mantenernos en esa zona de confort, inventamos excusas, muchas veces de manera inconsciente. Decidimos centrarnos en los beneficios esporádicos que aún nos reporta la situación, a los cuales concedemos una importancia desmesurada que realmente no compensa el daño que nos está haciendo. En práctica, nos cegamos con los pequeños beneficios para no ver los grandes daños y así no tener que tomar una decisión.
Nos decimos que realmente no estamos tan mal. Que hemos exagerado. Y así nos seguimos aferrando a lo que nos daña. Para luego volver al ciclo de las quejas. Se trata de un equilibrio malsano del que necesitamos salir cuanto antes pues, a la larga, no solo se resentirá nuestra salud mental sino también física.
¿Cómo cerrar ciclos y sanar heridas emocionales?
Yo no soy lo que me sucedió, soy lo que elegí ser”, dijo Carl Gustav Jung. No tenemos control sobre las cosas que nos ocurren, pero podemos decidir cómo reaccionamos, qué significado les conferimos y qué impacto tendrán en nosotros.
Podemos tomar las riendas y soltar lo que nos daña o limitarnos a lamentarnos por nuestras desgracias, mala suerte o incapacidad, como el discípulo de la historia. Sin percatarnos nunca de que parte de la solución está en nuestras manos.
Una de las estrategias para cerrar ciclos dañinos consiste en darnos cuenta de que somos nosotros quienes nos aferramos a esas situaciones. Por algún motivo, no las soltamos sino que volvemos sobre ellas una y otra vez. Lo curioso es que cuanto más nos lamentamos, más insatisfacción y daño producen esas situaciones.
Y cuanto más nos esforcemos por borrar esos pensamientos o recuerdos de nuestra mente, más se fortalecen porque se activa un mecanismo de híper vigilancia que nos conduce una y otra vez a los contenidos que pretendemos eliminar. Es lo que en Psicología se conoce como “Efecto Rebote”.
Por eso, la aceptación radical es una de las vías más eficaces para sanar las heridas y dejar de hacernos daño. Aceptar es como dejar caer la cuchara. Cuando aceptamos algo, nos liberamos de su influjo porque implica que somos plenamente conscientes y que estamos preparados para cambiar. Aceptar implica que dejamos de inventar excusas y de mentirnos para aferrarnos a lo que nos daña.
Después de todo, ¿quién aferra a quién? ¿Te aferrabas al problema, o el problema se aferraba a ti?
https://www.rinconpsicologia.com/2018/07/dejar-aferrarse-problemas.html
 
¿Por qué las mujeres se estresan el doble que los hombres?
Ansiedad



El estrés es el mal moderno. Vivimos, o creemos vivir, en un mundo asediado de peligros, peligros potenciales que nos acechan y esperan que bajemos la guardia para atacar. Eso genera un estado de alerta constante que nos pone tensos y nos vuelve irritables. Sin embargo, todos no reaccionamos de la misma manera. El estrés en mujeres se manifiesta de manera diferente y a menudo es más intenso que los síntomas del estrés en el hombre. Existen diferencias de género en la manera de experimentar y afrontar ese estado de zozobra.
El nivel de estrés en mujeres duplica el estrés en los hombres
Psicólogos de la Universidad de Cambridge realizaron un estudio en el que descubrieron que las mujeres occidentales están casi el doble de estresadas que los hombres. Estos investigadores analizaron 48 estudios previos sobre los trastornos de ansiedad para identificar qué grupos experimentan más estrés, teniendo en cuenta factores como el género, la edad, las afecciones médicas y los trastornos mentales.
Se puso de manifiesto que 4 de cada 100 personas sufren algún grado de ansiedad, desde el estrés hasta la ansiedad generalizada. Sin embargo, por cada hombre estresado, hay 1,9 mujeres que sufre algún trastorno de ansiedad, y las mujeres menores de 35 años son las más afectadas.
Curiosamente, las mujeres casadas también reportan niveles de estrés más elevados que las mujeres solteras: un 33% frente a un 22% respectivamente. Además, las mujeres solteras tienen una mayor percepción de control sobre sus vidas y sienten que están haciendo lo necesario para gestionar el estrés. Al contrario, las mujeres casadas reportan una mayor afectación por el estrés, sufriendo más episodios de llanto, irritación, enojo, fatiga y dolor de cabeza.
Los síntomas del estrés en la mujer
Hombres y mujeres reaccionan de manera diferente ante el estrés, tanto física como mentalmente. Intentan gestionar el estrés siguiendo estrategias muy diferentes y también perciben su capacidad para lidiar con los problemas, así como las cosas que se interponen en su camino, de formas muy distintas. Esas maneras diferentes de percibir y afrontar los contratiempos determina los síntomas del estrés en la mujer.
1. Pensamientos negativos recurrentes. Las mujeres suelen darle más vueltas a las cosas, lo cual hace que tengan más pensamientos intrusivos recurrentes, como demostró un estudio llevado a cabo en la Universidad de Colorado. Esa tendencia a la rumiación empeora el estrés e incrementa las posibilidades de padecer depresión.

2. Tristeza y ansiedad. Las mujeres suelen reaccionar de manera más emocional ante el estrés. Un estudio realizado en la Universidad de Yale descubrió que suelen sentirse más tristes o ansiosas cuando están tensas y estresadas. Esa inundación emocional a menudo las sobrepasa, generando la sensación de falta de control.
3. Somatización. Uno de los síntomas del estrés en las mujeres más característicos es la somatización. Las mujeres suelen reportar más síntomas somáticos relacionados con la tensión y la ansiedad, como demostró un estudio realizado en la Universidad de La Laguna. De hecho, no son meras experiencias subjetivas, se ha constatado que las mujeres responden con un aumento de la frecuencia cardíaca ante el estrés y reportan más dolor de cabeza emocional.
¿Por qué las mujeres se estresan más?
Las diferencias hormonales son tan solo una variable en la ecuación que agudiza los síntomas del estrés en la mujer. Las diferencias en la manera de vivir el estrés y lidiar con este desempeñan un papel más importante en su impacto sobre el bienestar femenino.
- Sensibilidad a los conflictos interpersonales
Las mujeres son más sensibles a los conflictos y los problemas en las relaciones interpersonales porque suelen conferirle una mayor importancia. El 84% de las mujeres afirman que mantener una buena relación familiar es muy importante, en comparación con el 74% de los hombres. Curiosamente, también reportan un mayor estrés cuando deben conectar con otras personas y pasar tiempo con familiares y amigos.
Por eso, no es extraño que una investigación realizada en la Universidad de California sugiere que la mayoría de los eventos estresantes que desencadenan estrés en las mujeres están relacionados con su red social cercana, como los problemas en la relación de pareja, la crianza de los hijos o la pérdida de una persona cercana.
- Significatividad de los síntomas físicos
En muchos casos, los síntomas del estrés en la mujer se intensifican debido a la importancia que le confieren. En práctica, al centrarse más en ellos y conferirle un rol más protagónico, se acrecienta la percepción de malestar e insatisfacción, cerrando así un círculo vicioso.
Por ejemplo, aunque el insomnio ataca lo mismo a hombres que a mujeres, el 75% de ellas refieren que dormir es muy importante, una opinion que solo comparten el 58% de los hombres. Esto significa que el impacto psicológico y físico del insomnio terminará siendo más pronunciado en las mujeres. No podemos olvidar que todo aquello en lo que centramos nuestra atención se amplifica.
- Estrategias de afrontamiento del estrés
Motivos para estresarse hay muchos, por lo que es importante contar con buenas estrategias de afrontamiento. Si no tenemos buenas herramientas psicológicas para lidiar con los contratiempos y la adversidad, el estrés irá aumentando. Una vez más, hombres y mujeres suelen comportarse de manera diferente cuando llega el momento de lidiar con el estrés.
Las mujeres suelen usar estrategias de afrontamiento más emocionales y evitativas. También son menos racionales a la hora de evaluar la situación y tienen más dificultades para practicar el desapego. No es extraño ya que un estudio realizado en la Universidad de Pennsylvania en el que se analizaron más de 1.000 escáneres cerebrales reveló que el cerebro femenino está mejor "cableado" para retener detalles emocionales, lo cual les permite conectar mejor con los demás pero también se convierte en una barrera a la hora de establecer una distancia psicológica. Los hombres, al contrario, suelen preferir inhibir las emociones y ponen en práctica estrategias de afrontamiento directo.
- Sensación de falta de control
Quizá una de las variables que más influya sobre la percepción del estrés en mujeres y hombres es el autocontrol. Aunque tanto las mujeres como los hombres estresados indican que la principal barrera para realizar cambios positivos en su estilo de vida que alejen el estrés es la fuerza de voluntad, muchas mujeres reconocen que la falta de autocontrol es su principal obstáculo para lidiar con el estrés.
El problema es que cuando percibimos que no tenemos control sobre nuestra vida, no tardará en aparecer la indefensión aprendida, la cual nos hace perder la confianza en nuestras capacidades para salir airosos de la adversidad. Sentir que somos una hoja movida por el viento genera aún más estrés.
La mejor estrategia para afrontar el estrés: Contextualizar
¿Es mejor una manera de afrontar el estrés que otra? Todo depende de la situación. Por ejemplo, un estilo de afrontamiento directo puede ser útil en algunas circunstancias y en otras puede ser más adaptativo asumir un estilo de afrontamiento evitativo. A veces es necesario dejarse llevar por las emociones y otras veces es mejor ser más racionales.
Más allá de las diferencias en las estrategias de afrontamiento y los síntomas del estrés en la mujer y el hombre, lo más importante es conocer nuestros puntos débiles, trabajar para reforzarlos y analizar cada situación para responder de la manera más asertiva posible. Después de todo, no hay que involucrarse en cada batalla ni es necesario ganar todas las contiendas :)
Fuentes:
Remes, O. et. Al. (2016) A systematic review of reviews on the prevalence of anxiety disorders in adult populations. Brain and Behaviour; 6(7): e00497.
Verma, R. et. Al. (2014) Sex differences in the structural connectome of the human brain. Proc Natl Acad Sci; 111(2): 823–828.
Johnson, D. P. & Whisman, M. A. (2013) Gender differences in rumination: A meta-analysis. Pers Individ Dif; 55(4): 367-374.
(2010) Gender and Stress. En: APA.
Chaplin, T. M. (2008) Gender Differences in Response to Emotional Stress: An Assessment Across Subjective, Behavioral, and Physiological Domains and Relations to Alcohol Craving. Alcohol Clin Exp Res; 32(7): 1242–1250.
Hammen, C. (2003) Interpersonal stress and depression in women. J Affect Disord; 74(1): 49-57.
Stoney, C. M. et. Al. (1988) Sex differences in lipid, lipoprotein, cardiovascular, and neuroendocrine responses to acute stress. Psychophysiology; 25(6): 645-656.
Allen, M. T. et. Al. (1993) Hemodynamic adjustments to laboratory stress: the influence of gender and personality. Psychosom Med; 55(6): 505-517.
https://www.rinconpsicologia.com/2018/08/sintomas-estres-en-la-mujer.html
 
30 Frases impactantes que te harán ver la vida con otros ojos
Frases motivadoras



Hay personas que, incluso estando al borde de la muerte, no aprenden a valorar la vida. A otras puede bastarles un simple detalle, una frase impactante que resuene en su interior, para dar el salto cualitativo que les permita crecer y valorar lo que tienen. De hecho, en la filosofía budista se dice que cuando el discípulo está preparado, llega el maestro. Al contrario, si la mente se mantiene cerrada, ni las experiencias más extremas consiguen abrirla.
En realidad, las palabras pueden tener un poder enorme, si nos mantenemos abiertos y reflexionamos sobre su mensaje, intentando encontrar cómo pueden aportarnos algo en el momento de la vida que estamos viviendo. Haz la prueba: lee estas frases ahora y vuelve a leerlas dentro de seis meses o un año, verás que las frases impactantes que se te quedan grabadas son otras, puesto que son aquellas que han hecho resonancia con tus problemas y forma de ver la vida :)
Frases impactantes para abrir la mente y vivir de forma más plena
1. “Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años” - Abraham Lincoln
Muchas personas se contentan con morir lentamente, consumiéndose en su zona de confort, un sitio donde ni siquiera están al resguardo del miedo ya que viven permanentemente asustadas con todo lo diferente que represente un cambio en su rutina o forma de ver las cosas. Sin embargo, al final, lo que cuentan no son los años sino la vida que hubo en ellos.
2. “La vida comienza donde termina la zona de confort” - Neale Donald Walsch
No hay que vivir continuamente en la zona de confort, esta también es útil para reponer fuerzas y reencontrar el equilibrio. Sin embargo, debemos asegurarnos de que esta sea cada vez más grande, de manera que ampliemos nuestro pensamiento y experiencias, desarrollando una actitud más inclusiva y abierta.
3. “La vida es como una bicicleta, para mantener el equilibrio tienes que seguir adelante” - Albert Einstein
Con esta frase impactante por su enorme sencillez y veracidad, el físico nos advierte de que, por muy duro que sea el pasado, por muy traumáticas que sean las situaciones que hayamos experimentado, si queremos vivir debemos pasar página y seguir adelante. Si no lo hacemos perderemos nuestro equilibrio psicológico pues nos mantendremos atados a un pasado que ya no podemos cambiar, inmovilizados por la culpa.
4. “Si te encuentras solo cuando estás solo, estás en mala compañía” - Jean Paul Sartre
En el mundo donde la mayoría de las personas huye de la soledad refugiándose en la tecnología, que les sirve como excusa para no estar a solas consigo mismo, esta frase impactante de Sartre cobra aún mayor relevancia. Si de repente descubrimos que nos aburrimos cuando estamos solos, tenemos un problema. En su lugar, debemos asegurarnos de construir un munod interior tan rico que seamos capaces de disfrutar de nuestra propia compañía.
5. “No te preocupes tanto por lo que ocurre a tu alrededor, preocúpate más por lo que ocurre en tu interior” - Mary Frances Winter
En sintonía con la frase anterior, esta escritora nos anima a girar los reflectores hacia adentro. En vez de dirigir el dedo acusador hacia afuera, buscando continuamente culpables, deberíamos practicar más el examen de conciencia. Por desgracia, muchas personas están tan ocupadas quejándose por lo que les sucede que no se dan cuenta de cómo contribuyen a esas circunstancias. Otras están tan preocupadas mirando la Paj* en el ojo ajeno, que no son capaces de ver la viga en el propio.
6. “Muchos problemas comienzan cuando empezamos a pensar lo que otros piensan de nosotros” - Bryant McGill
Este escritor va un paso más allá: no se trata únicamente de practicar la introspección sino de lograr que las opiniones de los demás no influyan en nosotros hasta tal punto que lleguen a convertirse en un problema. Nos alerta de los peligros de volverse dependendientes de la aprobación, lo cual no solo hará que perdamos el contacto con nuestro “yo” más auténtico sino que además nos sumirá en una motaña rusa emocional en la que nuestra autoestima oscila según la aprobación o desaprobación de las personas cercanas.
7. “Piensa por ti mismo y deja a otros que también disfruten de ese privilegio” – Voltaire
Este filósofo francés nos anima a vivir y dejar vivir. Nos exhorta a pensar por nosotros mismos y tomar nuestras propias decisiones, intentando que la influencia de los demás sea mínima. No obstante, también nos anima a hacer lo mismo y dejar que las otras personas sean libres para tomar sus decisiones, nos incita a no intentar imponer nuestras creencias y puntos de vista, así como a no juzgar y criticar a los demás.
8. “Sé tú mismo y expresa lo que sientes porque aquellos que se molestarán no cuentan y a los que cuentan no les molestará” - Theodore Seuss Giesel

Aunque siempre es conveniente medir el alcance de nuestras palabras para no convertirnos en kamikazes de la verdad, también debemos hallar un equilibrio, de manera que podamos expresarnos con autenticidad sin herir a los demás. No obstante, no es menos cierto que a menudo las personas que se detienen únicamente en las formas, no son aquellas que querríamos tener a nuestro lado en los momentos difíciles. Y aquellas que nos conocen y aceptan plenamente, pueden entender esa forma de expresarse con autenticidad.
9. “El mundo es una tragedia para aquellos que sienten, pero una comedia para aquellos que piensan” - Horace Walpole
Este escritor británico se refiere a la necesidad de repensar nuestra manera de reaccionar. Si nos dejamos llevar únicamente por las emociones, es probable que la mayoría de las veces terminemos irritados, enfadados, frustrados o tristes pero si reflexionamos sobre lo ocurrido, si somos capaces de ir un paso más allá de la primera reacción emocional, es probable que incluso seamos capaces de encontrar el lado cómico al asunto. Ese es el verdadero autocontrol. Y nadie nos lo puede arrebatar.
10. “Tómate tu tiempo para reflexionar, pero cuando llegue el momento de la acción, para de pensar y continúa” – Napoleón
En boca de Napoleón, esta frase tiene un mayor impacto emocional. Nos alerta de un error que muchos podemos cometer: quedarnos atascados en nuestros pensamientos, en la fase de decisión, sin pasar jamás a la acción. Sin embargo, las palabras sin acciones suelen quedarse vacías, condenándonos a un círculo vicioso de indecisión. Por eso, tan importante como reflexionar es saber cuándo ha llegado el momento de tomar la decisión y ponerla en práctica.
11. “Cuando empiezas a andar, el camino aparece” – Rumi
Cuando nos quedamos atascados en el proceso de decisión, muchas veces es porque no tenemos claro el camino, porque queremos tener certezas antes de tomar una u otra dirección. Sin embargo, generalmente el que quiere encuentra el camino y el que no quiere inventa excusas. Eso significa que a veces solo tienes que plantearte el objetivo y lanzarte, los medios se irán desvelando a medida que camines.
12. “Nos convertimos en lo que pensamos” – Buda
Debemos cuidar nuestros pensamientos porque estos dan forma a nuestro mundo. Debido a las profecías autocumplidas, muchas veces aquello que pensamos se vuelve realidad, simplemente porque influimos en el mundo a través de nuestra actitud, sin darnos cuenta de ello. Si creemos que no somos lo suficientemente capaces para llevar adelante un proyecto, no vislumbraremos las oportunidades o las dejaremos pasar, convencidos de que la meta final es el fracaso. Al contrario, si apostamos por nosotros y creemos que tendremos éxito, es más probable que no solo estemos a la caza de oportunidades sino que las creemos.
13. “La vida es el 10% lo que ocurre y el 90% cómo reaccionamos a ello” - Charles R. Swindoll
Muchas veces, no tenemos el control sobre las cosas que suceden ni podemos cambiarlas, pero siempre podemos elegir cómo reaccionar ante ellas. De hecho, en la mayoría de los casos lo que más nos daña psicológicamente no son los hechos en sí sino nuestras reacciones emocionales. Según la importancia que le demos, le permitiremos desequilibrarnos psicológicamente o, al contrario, seremos capaces de mantener la serenidad.
14. “Cambia la manera en que miras las cosas y las cosas que miras cambiarán” - Wayne Dyer
Para minimizar el impacto emocional de las cosas, a menudo solo basta cambiar la perspectiva. Eso no significa que los problemas desaparecerán como por arte de magia, pero quizá dejen de ser problemas para transformarse en oportunidades. La manera en que vemos las cosas determinan nuestras reacciones y, en última instancia, pueden mantenernos atrapados en un círculo vicioso. Por eso, cuando no puedes cambiar lo que te molesta, debes cambiar tu actitud ante ello.
15. “Si algo no te gusta, cámbialo. Si no puedes cambiarlo, cambia tu actitud” - Mary Engelbreit
Ese es precisamente el consejo de esta escritora e ilustradora: afrontar lo que podemos cambiar y cambiar nuestra actitud respecto a aquello que no podemos cambiar. Los principales beneficiados seremos nosotros mismos. No se trata de resignación, sino de preguntarnos cómo podemos mejorar con las circunstancias actuales o cómo podemos sacarles provecho. Se trata de asumir una actitud proactiva y dejar de quejarnos pues los lamentos solo empeorarán nuestro estado de ánimo y nos harán sentir aún más miserables.

16. “La manera más peligrosa de engañarse a sí mismo es creer que solo existe una realidad” - Paul Watzlavick

Este psicólogo afirma que existen innumerables versiones de la realidad, a veces contrapuestas entre sí, y que todas ellas no son el reflejo de una verdad inmutable sino fruto de la comunicación y nuestra subjetividad. Por eso, afirma que uno de los mayores autoengaños consiste en aferrarnos a una idea, creencia o visión del mundo ya que automáticamente excluimos el resto. Eso implica que nos convertiremos en personas rígidas y que nos resultará mucho más difícil lidiar con los problemas ya que no tendremos la flexibilidad mental necesaria para valorar diferentes alternativas que se alejen de lo que consideramos "real".

17. “La genialidad radica en la idea, pero el impacto proviene de la acción” - Simon Sinek
Este escritor inglés nos alerta de que podemos tener muy buenas intenciones o ideas brillantes, pero si no las llevamos a la práctica, no provocarán un cambio significativo. No podemos quedarnos atascados en la fase de la idea, en algún momento debemos traducirla en acciones que puedan promover cambios positivos en nuestra vida o en la de los demás.
18. “Para lograr grandes cosas no solo debes actuar, también debes soñar; no solo debes planificar, también debes creer” - Anatole France
Este Premio Nobel de Literatura pone el énfasis en la importancia de soñar y alimentar las ilusiones para alcanzar una meta. Sin esa ilusión y la confianza en que alcanzaremos lo que nos propongamos, es probable que nos rindamos a mitad del camino. Es precisamente la motivación intrínseca y la capacidad para imaginar el futuro, lo que alimenta la perseverancia, sin la cual cualquier meta se vuelve elusiva.
19. “No te ahogas por caer el agua, te ahogas por quedarte en ella” - Edwin Louis Cole
Esta frase impactante nos deja una gran lección: podemos hacernos daño al caer, pero lo que realmente nos aniquila es mantenernos en tierra. La vida siempre nos depara golpes, tras cualquier esquina puede esperarnos la adversidad, pero debemos asegurarnos de no quedarnos durante demasiado tiempo llorando sobre la leche derramada porque, a la larga, eso es lo que más daño nos puede hacer.
20. "Incluso la mejor espada se oxide si se mantiene durante mucho tiempo dentro de agua salada” - Sun Tzu
Es importante trabajar las herramientas psicológicas para la vida, pero también es importante no confiarse demasiado, pensando que somos personas fuertes y resilientes, y salir cuanto antes de la situación que noe está drenando emocionalmente porque, como afirmaba este filósofo chino, hasta la mejor espada termina oxidándose si se expone continuamente a elementos que la afectan.
21. “Perdona a los demás, no porque merezcan tu perdón sino porque tú mereces paz” - Jonathan Lockwood Huie
Muchas personas se aferran al odio y el rencor pensando que de esa manera le harán daño a quien les hizo mal, pero en realidad esa actitud es como un boomerang que se vuelve en su contra. El perdón es, básicamente, una herramienta para permitirnos pasar página, para que logremos seguir adelante y dejemos atrás el pesado fardo del odio, que al final termina consumiéndonos a fuego lento.
22. “Las cosas que haces por ti mismo desaparecen cuando te has ido, pero las cosas que haces por los demás se convierten en tu legado” - Kalu Ndukwe Kalu
En un mundo cada vez más narcisista, esta frase impactante cobra un significado especial. Este politólogo nos anima a buscar la trascendencia a través de las interacciones con los demás, ayudando a los otros, un mensaje que encuentra resonancia en muchas filosofías antiguas que nos indican que el camino hacia la felicidad en realidad radica en ayudar a los demás. Por eso, debemos asegurarnos de crear huellas a nuestro paso, no cicatrices.
23. “Por cada minuto que pasas enfadado, pierdes 60 segundos de felicidad” - Ralph Waldo Emerson
Cada vez que nos enfadamos, perdemos una maravillosa oportunidad para cultivar la serenidad y la felicidad. En su lugar, deberíamos ver cada situación que genera la ira como una oportunidad para crecer y poner en práctica una gestión emocional más asertiva. Ese es el mayor logro, el único que realmente nos puede aportar la serenidad y protege nuestro equilibrio psicológico.
24. “Todo lo que he aprendido en la vida lo puedo resumir en dos palabras: Todo pasa” - Robert Frost
Muchas veces, agobiados por las circunstancias, nuestra mente se ofusca y no logramos ver más allá del problema. Sin embargo, las personas más resilientes no solo son aquellas que confían en su capacidad para salir de la adversidad sino que saben que todo pasa. Son conscientes de que tarde o temprano esa racha de mala suerte quedará en el pasado y podrán retomar su vida. Saber que todo pasará nos permite lidiar mejor con una situación difícil porque nos ayuda a fijarnos en un futuro mejor.
25. “La vida no es un problema a ser resuelto sino una realidad a experimentar” - Soren Kierkegaard
Muchas personas se enfrentan a la vida como si se tratara de un enemigo que debe ser derrotado o un problema continuo que deben solucionar. Esa actitud solo les traerá más dificultades y las condenará a un estado de insatisfacción crónico. En su lugar, esta frase impactante nos anima a aprender a fluir con la vida, abriéndonos a todo lo que nos trae, para intentar sacar el máximo provecho de las experiencias.

26. “De poco sirve esforzarse por blindar lo incognoscible” - Zygmunt Bauman

Este sociólogo nos anima a reflexionar sobre nuestra obsesión por la certidumbre y nuestro pavor a lo incognoscible, lo cual nos lleva a vivir buscando asideros que nos hagan sentir seguros respecto al futuro. Sin embargo, dado que el futuro es en gran parte incierto y no podemos preverlo, en muchas ocasiones esa búsqueda de certezas solo sirve para generar ansiedad. Eso no significa que no debamos prepararnos, pero en esa preparación debemos incluir una predisposición a aceptar el cambio y lo incierto.

27. “Los hechos no pueden ser alterados por un deseo, pero pueden destruir al que desea” - Ayn Rand

Esta frase impactante se refiere a nuestras contradicciones internas. La filósofa explica que los deseos contrapuestos, como los impulsos que provienen de nuestro "yo" más profundo, en contraposición con lo que se supone que deberíamos hacer, terminan desintegrando nuestra conciencia, convirtiendo nuestra vida interior en una guerra civil de fuerzas ciegas donde el único perdedor somos nosotros mismos. La solución radica en descubrir lo que realmente queremos, deshaciéndonos en la medida de lo posible de los influjos sociales que nos maniatan.

28. “La libertad es la medida en que presiono al mundo, y el destino el grado en que el mundo me presiona” - Alan Watts

Este estudioso de las filosofías orientales llama la atención sobre la dualidad entre el individuo y la sociedad. Consideraba que ser libres implica ser capaces de desligarse de las ataduras sociales porque, cuanto más nos pleguemos a ellas, más tendremos la sensación de estar atados a un destino sobre el que no tenemos ningún grado de control.

29. “Lo más difícil de aprender en la vida es qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar” - Bertrand Russell

El Premio Nobel de Literatura hace referencia a uno de los aprendizajes más valiosos, pero también más complejos de la vida: saber cuándo es momento de arriesgarse, dar una segunda oportunidad o, al contrario, cortar los lazos y seguir adelante, sin tener la necesidad de volver la vista atrás.
30. “Un viaje de mil millas comienza con un solo paso” - Lao Tzu
A veces, la enormidad de la tarea que tenemos delante nos abruma, por lo que nos resulta mucho más tentador quedarnos recluidos en nuestra zona de confort. En esos casos, debemos pensar que todo cambio comienza con el primer paso, con pequeñas acciones. No es necesario hacer todo a la vez ni alcanzar el objetivo corriendo. Después de todo, la vida no es una carrera de velocidad sino de resistencia. Dando pequeños pasos a la vez se puede llegar muy lejos y, sobre todo, manteniendo la paz interior.

https://www.rinconpsicologia.com/2018/08/frases-impactantes.html
 
Cómo controlar la ira: La leyenda de los dos lobos
Desarrollo Personal



Aprender a controlar la ira no es sencillo, mucho menos saber utilizarla a nuestro favor para alcanzar nuestros objetivos. Cuando nos enfadamos se produce un secuestro emocional en toda regla. La amígdala toma el control y dejamos de pensar, las emociones negativas afloran y decimos o hacemos cosas de las que después nos arrepentimos. Ambrose Bierce, un escritor norteamericano no pudo expresarlo mejor: “Habla sin controlar la ira y obtendrás el mejor discurso del que podrás arrepentirte”.
Una historia demasiado bonita para ser cierta
Por Internet circula una antigua leyenda Cherokee que hace referencia a cómo controlar la ira. La versión más difundida es esta:
Un viejo indio dijo a su nieto: "Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi corazón. Uno de los dos es un lobo enojado, violento y vengador. El otro está lleno de amor y compasión."

El nieto preguntó: "Abuelo, dime ¿cuál de los dos ganará la pelea en tu corazón?"

El abuelo contestó: "Aquel que yo alimente".
Sin embargo, en realidad es prácticamente imposible eliminar la ira de nuestro interior. Por ejemplo, a veces las injusticias nos enfadan, a veces somos tan empáticos con el dolor ajeno que sentimos rabia. Es algo perfectamente comprensible. Sin embargo, durante muchos años la sociedad nos ha animado a esconder las emociones negativas y a avergonzarnos de ellas pero en realidad nuestro objetivo no debe ser eliminar la ira o reprimirla sino aprender a controlarla y expresarla de manera más asertiva.
Por eso, en esta ocasión me gustaría compartir con vosotros una versión mucho más profunda y con mayores implicaciones prácticas de esta antigua leyenda Cherokee.


La leyenda de los dos lobos
Un día un anciano Cherokee pensó que había llegado el momento de transmitirle una gran enseñanza de vida a su nieto. Le pidió que le acompañara al bosque y, sentados debajo de un gran árbol, comenzó a contarle la lucha que tiene lugar en el corazón de cada persona:
Querido nieto, debes saber que en la mente y en el corazón de cada ser humano existe una lucha perenne. Si no eres consciente de ello, tarde o temprano te asustarás y quedarás a merced de las circunstancias. Esta batalla existe incluso en el corazón de una persona anciana y sabia como yo.
En mi corazón habitan dos lobos enormes, uno blanco y el otro negro. El lobo blanco es bueno, gentil y amoroso, le gusta la armonía y combate solo cuando debe protegerse o cuidar a los suyos. El lobo negro, al contrario, es violento e iracundo. El más mínimo contratiempo desata su ira por lo que pelea continuamente y sin razón. Su pensamiento está lleno de odio pero su rabia es inútil porque solo le causa problemas. Cada día, estos dos lobos luchan dentro de mi corazón.

El nieto le preguntó al abuelo: “Al final, ¿cuál de los dos lobos gana la batalla?
El anciano le respondió: “Ambos, porque si yo alimentase solo al lobo blanco, el lobo negro se escondería en la oscuridad y apenas me distrajera un poco, atacaría mortalmente al lobo bueno. Al contrario, si le presto atención e intento comprender su naturaleza, puedo utilizar su fuerza cuando la necesite. Así, ambos lobos pueden convivir con cierta armonía”.
El nieto estaba confundido: “¿Cómo es posible que venzan ambos?
El anciano Cherokee sonrió y le explicó: “El lobo negro tiene algunas cualidades que podemos necesitar en ciertas situaciones, es temerario y determinado, también es astuto y sus sentidos están muy aguzados. Sus ojos acostumbrados a las tinieblas pueden alertarnos del peligro y salvarnos.
Si le doy de comer a ambos, no tendrán que luchar encarnizadamente entre sí para conquistar mi mente y así yo podré elegir a qué lobo recurrir en cada ocasión
”.
¿Cómo controlar la ira en la vida cotidiana?
Esta antigua leyenda nos deja una enseñanza muy valiosa: la rabia reprimida es como un lobo hambriento, muy peligrosa. Si no sabemos controlarla, en cualquier momento puede tomar el control. Por eso, no debemos esforzarnos por esconder o reprimir los sentimientos negativos sino que debemos aprender a comprenderlos y reencauzarlos. ¿Cómo hacerlo?
1. Observa cómo fluye la ira. Cuando colocas un dedo sobre la salida de agua de un grifo, obtienes un chorro más potente que puedes dirigir a tu antojo pero si haces demasiada presión u obstaculizas mucho la boca del grifo, el agua se expandirá en todas las direcciones, fuera de control. Lo mismo sucede con la rabia cuando intentas reprimirla o esconderla, llegará un punto en el que no podrás controlar sus consecuencias. ¿Cuál es la solución? Quita el dedo del grifo, deja que la ira fluya y obsérvala, como si fueras otra persona. Busca un lugar tranquilo en el que puedas desahogarte y dale rienda suelta a tu ira, sin causarle daño a nadie.
2. Pon la situación en perspectiva. La ira tiene el poder para trastocar la importancia de las cosas, cuando nos enojamos hechos nimios se magnifican ante nuestros ojos y nos enfadamos aún más. Cuando sentimos ira perdemos la perspectiva y nos convertimos en personas más egoístas, lo cual afecta profundamente a quienes están a nuestro alrededor. Por eso, la próxima vez que te enfurezcas, pregúntate: lo que me está haciendo enfadar, ¿será importante dentro de 5 años? Se trata de una pregunta muy sencilla que te ayudará a reencuadrar la situación y adoptar una perspectiva más racional y objetiva.
3. Comprende el origen de la ira y úsala a tu favor. Escribir tiene un poder terapeútico por lo que puedes aprovecharlo para aprender a controlar la ira. Toma papel y lápiz y responde a estas tres preguntas: 1. ¿Qué o quién te está haciendo enfadar?, 2. ¿Por qué esa persona/situación te pone nervioso? y por último, 3. ¿Cómo puedes usar esa ira a tu favor? No olvides que también existe la agresividad positiva. Por ejemplo, si te sientes enfadado, puede ser un buen momento para practicar deporte, así no solo te relajarás sino que probablemente notarás que tu rendimiento mejora. Recuerda que la ira no es más que energía por lo que puedes usarla a tu favor y canalizándola a través de una actividad de manera que te resulte beneficiosa.

https://www.rinconpsicologia.com/2014/11/como-controlar-la-ira-la-leyenda-de-los.html
 
El monje que hizo voto de silencio: El impactante mensaje de esta parábola budista
Desarrollo Personal



Había una vez un monasterio famoso por sus estrictas reglas. Muchos jóvenes querían ser aceptados, pero solo unos pocos lograban traspasar sus enormes puertas y convertirse en discípulos. A todos se les exigía un voto de silencio y solo se les permitía decir dos palabras cada diez años.
Uno de los discípulos más jóvenes, se sometió a ese régimen. Después de pasar sus primeros diez años sin proferir palabra, el maestro principal se dirigió a él:
- Ha pasado una década. ¿Cuáles son las dos palabras que te gustaría decir?
- Cama... dura... - dijo el discípulo.
- Ya veo – fue todo lo que respondió el gran maestro.
Diez años más tarde, el maestro volvió a dirigirse al discípulo:
- Han pasado diez años más. ¿Qué quieres decir?
- Comida... horrible... - dijo el discípulo.
- Ya veo – volvió a responder el maestro.
Pasaron otros diez años y el discípulo volvió a encontrarse con el maestro, quien le preguntó una vez más:
- Después de estos 30 años, ¿cuáles son las dos palabras que te gustaría decirnos?
- ¡Lo dejo! – gritó el discípulo.
El maestro no se inmutó:
- Bien, comprendo por qué: Todo lo que haces es quejarte.

Espiral de quejas improductivas
"Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio", dice un proverbio hindú. Si bien no es cierto llegar a esos extremos, no es menos cierto que vale la pena replantearnos algunos de nuestros hábitos cuando nos relacionamos con los demás.

¿Cuántas veces nos comportamos como el discípulo de la historia y solo nos centramos en lo negativo, quejándonos continuamente en vez de aprovechar ese momento para aportar valor a los demás o crear una experiencia positiva?

Tómate un segundo para pensar por cuántas cosas te quejas a lo largo del día. El clima, el transporte público o el tráfico, tu pareja, quizá tus hijos, tu jefe, la mala película que acabas de ver, los políticos, el ascensor que tarda demasiado, la comida fría... Y la lista continúa. De hecho, la mayoría de las personas tiene "temas fetiche" por los que se queja continuamente.

No cabe dudas de que los problemas hay que resolverlos y debemos expresar nuestra inconformidad con el estado de las cosas, pero debemos asegurarnos de que ese comportamiento no se convierta en la norma, tenemos que cerciorarnos de no quedar atrapados en una espiral de quejas que nos conduzca al victimismo crónico.
Las quejas, cuando no dan paso a una solución, terminan robando la energía emocional, tanto de quien las profieren como de quienes las escuchan. La queja debe tener una función adaptativa; es decir, debe servir para indicar lo que nos molesta e intentar buscar una solución. Quejarse por el dudoso placer de quejarse es contraproducente y ni siquiera sirve como catarsis emocional.

Cuando tenemos tantas insatisfacciones y frustraciones, pero creemos que somos incapaces de hacer algo al respecto o de obtener los resultados que deseamos, nos sentimos desamparados, sin esperanzas, victimizados y mal con nosotros mismos. Obviamente, uno de esos incidentes no dañará nuestra salud mental, pero cuando los vamos sumando, esa acumulación de frustración e indefensión aprendida puede terminar afectando nuestro estado de ánimo, autoestima e incluso nuestra salud mental.

Quejarse menos, aportar más

En vez de quejarnos tanto y por tantas cosas, deberíamos preguntarnos qué nos convierte en personas especiales, personas con las que los demás quieran pasar tiempo. Si cada vez que encontramos a un amigo o conocido es para convertirnos en un disco rayado de quejas y lamentos, nos convertiremos en personas tóxicas. Si nos preocupamos por aportar valor o por dejar una huella positiva, nuestras relaciones mejorarán y nos sentiremos mucho mejor.
Preguntémonos cómo podemos pasar tiempo de calidad con las personas que amamos, intentando minimizar las rencillas y las quejas inútiles. Recordemos que el tiempo que pasamos con los demás es muy valioso, ¿realmente queremos malgastarlo en quejas inútiles? ¿No sería mejor aprovecharlo para crear buenos recuerdos?

Es un cambio de actitud con el que todos salen ganando, incluidos nosotros mismos. Para lograrlo, debemos salir del piloto automático que activamos todos los días y aprender a vivir de manera más consciente, lo cual implica, por una parte, detener el flujo de las quejas y, por otra, pensar cómo podemos aportar valor.
https://www.rinconpsicologia.com/2018/08/parabola-monje-que-hizo-voto-de-silencio.html
 
3 razones por las que tu salud mental es más importante que tu trabajo
Desarrollo Personal



A inicios de los años ‘80, cuando Howard Scott Warshaw tenía 23 años, conoció a Steven Spielberg. Warshaw se había construido un nombre en Silicon Valley después de diseñar el exitoso videojuego para Atari 2600 Indiana Jones, de manera que Spielberg lo eligió para diseñar un juego sobre E.T. basado en su popular película de 1982.
Atari y Spielberg perdieron un tiempo precioso negociando los derechos del producto, de manera que Warshaw apenas tuvo cinco semanas para crear desde cero aquel juego. El juego de Indiana Jones le había tomado todo un año de trabajo.
Warshaw se puso manos a la obra. Trabajó frenéticamente las 24 horas del día, los 7 días de la semana. El resultado fue lo que se catalogó como el “peor videojuego de todos los tiempos”. El resultado fue tan desastroso que Atari no solo tuvo un montón de devoluciones sino que se vio obligada a enterrar millones de cartuchos en un vertedero en Nuevo México.

Hoy, con un mundo que gira a una velocidad vertiginosa, donde todo “es para mañana”, cualquiera puede sentirse plenamente identificado con la situación de Warshaw. Los entornos de trabajo modernos presionan, esperando que actuemos como máquinas perfectamente engranadas y quieren que tengamos éxito en poco tiempo. Nos piden que pensemos como ordenadores, que abordemos las tareas a una velocidad imposible y respondamos en 5 segundos, para no ser catalogados como personas indolentes.
Es imposible.
Y estamos pagando un alto precio por ese ritmo de trabajo, sobre todo en términos de salud mental. La Organización Mundial de la Salud ha afirmado que la depresión debe afrontarse como una crisis global y ha alertado de que el agotamiento es el principal riesgo laboral al que nos exponemos, el cual se ha convertido en la “nueva normalidad”.
El principal problema es que el trabajo se considera una insignia de honor. Tener éxito en el trabajo a menudo se equipara con tener una vida exitosa. Nos han programado desde pequeños para trabajar duro, el compromiso con el trabajo está grabado en nuestras conexiones sinápticas. Pensamos que un trabajo bien hecho es un buen motivo para estar orgullosos, cueste lo que cueste.
Sin embargo, cuando el entorno de trabajo se convierte en un lugar tóxico nos arrebata nuestro equilibrio psicológico y nuestra salud. El trabajo de nuestra vida nos roba toda nuestra vida. Antes de llegar a ese punto y que sea demasiado tarde, hay que hacer un alto en el camino y pensar lo que podemos cambiar.
¿Por qué deberías darle más importancia a tu salud mental?
1. Porque no eres tu profesión. A pesar de que muchas personas se identifican con su profesión, es importante ser conscientes de que no somos únicamente un psicólogo, un abogado o un médico. Nuestra profesión, por mucho que la amemos, es tan solo una de nuestras distintas facetas, por lo que no debemos permitir que obscurezca el resto. Debemos tener cuidado con esa mentalidad de rol, con confundir la profesión con nuestra identidad, dejando que esta nos defina completamente porque terminaremos siendo una versión limitada de lo que podríamos ser.
2. Porque no hay “éxito” sin salud mental. Los reconocimientos, las bonificaciones y los títulos elegantes no pueden hacer que recuperemos nuestra salud una vez que la hemos perdido. Si comes encadenado al escritorio o respondes correos y mensajes a mitad de la noche, a largo plazo eso te pasará factura. Y no vale la pena pagar con nuestra salud mental o física. De seguro tu epitafio no se referirá a lo rápido que respondías a los correos electrónicos o a cuán eficiente eras. No cometas el error de cambiar éxito por salud, y de confundir “una buena vida” con una “vida de bienes”.
3. Porque hay más probabilidades de que todo fluya bien cuando pones límites. Es importante conocer la diferencia entre estar comprometido con el trabajo y preocuparse hasta límites insanos porque solo existen unos pocos pasos de distancia entre uno y otro. Establece límites y horarios, de manera que puedas desconectar del trabajo. Dejar espacio para rituales de descanso y guardar un tiempo para ti en realidad fomenta la eficiencia y la productividad, además de permitirte ser más creativo. Cuando mejor te sientas, más rendirás y con menos esfuerzo.
La decisión es tuya :)

https://www.rinconpsicologia.com/2018/08/salud-mental-mas-importante-trabajo.html
 
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