-------------------------------------------------------------------------------Hala, ración de moralina al canto.
Antes las pasiones "excesivas", por lo exclusivas y persistentes, eran pecaminosas, obsesivas y horribles y los clérigos las consideraban diabólicas y "egoístas" frente al amor "divino", el maternal, el paternal, el filial y blablabla. Estos últimos eran los amores buenos, el otro (que para colmo, casi siempre intentaba ser estéril) era el malo, el que violaba los mandatos del catecismo y el buen orden social.
Los nuevos moralistas de hoy decretan a las pasiones exclusivas y persistentes igualmente pecaminosas, aunque hay que reconocer que con un lenguaje más vulgar ("cuando pasa la obsesión mutua, que siempre pasa, el hostiazo llega", la moralista dixit) y en nombre del amor a los hobbies, a las amistades, a los animales, a los hijos y a la familia (eso no cambia) y blablabla. Y para remate del tomate, los amantes pecaminosos de siempre ahora son "inmaduros personales y sentimentales absolutos", "gente sin inquietudes", gente "infantil" y gente "muy poco de fíar". Los penitenciales medievales no habían sido capaces de denigrar más.
Nadie ha dicho que eso -las pasiones exclusivas y persistentes- tenga que ser mayoritario, ni siquiera frecuente. Nunca lo ha sido y nunca lo será, y ahora menos que antes si cabe. Pero quien lo vive, sabe que no hay nada más intenso en la vida que eso y que eso abre la puerta a dimensiones que los demás ni conocen ni conocerán. Así que la "vida plena" de los moralistas convencionales le parece cualquier cosa menos algo que se aproxime por su intensidad ni lejanamente a lo que tiene. Vamos, que todos los discursos moralistas contra la pasión única y persistente -los de ayer y de hoy- le importan al amante de ese tipo un pimiento. Y para horrible, la vida sin eso.
Por último, la maternidad no es un elemento relevante para todas las mujeres. La feminidad no es un arquetipo único. En las tradiciones orientales, por ejemplo, siempre han hablado de tres tipos de feminidad. La telúrica o maternal es sólo una de ellas, aunque sea la más abundante. Las mujeres que no pertenecen psicológicamente a ese arquetipo no necesitan "sublimar" ni poco ni mucho la maternidad, porque esa inclinación, sencillamente, les es ajena.
El segundo arquetipo femenino en esas culturas es el lunar, al que pertenecen, como dice un texto indio, "las mujeres orientadas a la vía del placer carnal", del "placer promiscuo". El tercer arquetipo es el solar, "la mujer hecha para la vía de la ascesis, del estudio y de la pasión exclusiva y mística", algo que equivaldría a la pasión "mala" en el occidente de ayer y de hoy.
Y dice ese mismo texto indio: "las mujeres hechas para la vía solar y la lunar no pueden realizarse plenamente si son madres. La vía del desapego y la transcendencia, y la vía del placer carnal, son incompatibles con el papel de madre". Para este tipo de mujeres la maternidad no es una inclinación innata, sino algo ajeno a su psiquismo. Y precisamente es "el peligro" que les puede dificultar la plena realización de su feminidad.
Venga, y ahora ya pueden despellejarme...
No hay por qué despellejar a nadie, ni mucho menos.
Yo creo que no existen solamente esos tres tipos de mujer, creo que hay muchos mas.
Esos tres distintos tipos, se dan según su relación con los hombres y con los hijos... y hay mujeres que no necesitan de unos ni de otros, o desean unos y no otros. La femineidad es algo mas que la maternidad y anterior a ella, pero también es algo mas que ser amante y anterior a ello; lo que ocurre es que la feminidad tiene muchas caras, igual que la masculidad y ambas pueden ir de la mano o separadas sin perder su esencia.
De cualquier forma, en éste hilo se dan unos consejos de andar por casa para un problema de andar por casa. Nuestra amiga Trepizia, tuvo un problema con su expareja y cada uno, pues ha explicado su experiencia.