- Registrado
- 3 Abr 2021
- Mensajes
- 2.029
- Calificaciones
- 16.620
Que nuestras soledades se acompañen, prima.
El truco de la soledad es quererse. A veces nos empeñamos en buscar en los demás el amor, la atención, el interés, el buen trato, que no nos damos a nosotras mismas. Y claro, esa demanda, esa dependencia, son malos puntos de partida.
Estar sola puede ser muy útil o ser una condena a muerte, según decidas. Yo estoy aprovechando mi soledad para conocerme. Para estar más atenta de mí, ver hacia dónde me llevan los pensamientos, en qué me obsesiono, qué puedo hacer para mejorar mi sueño, lo que como, la ropa que llevo, hasta la ducha y el calzado, lo que veo, lo que leo, lo que escucho.
Estar sola es una oportunidad para enamorarte de ti y dejar de depender del amor de los demás. Por supuesto es un aprendizaje duro, y sobre todo me muero de envidia cuando veo parejas, familias, grupos de amigos, que aparentemente están bien juntos (a veces es verdad y a veces no).
Pero luego se me pasa y vuelvo a la tarea: ¿qué me apetece hoy? ¿cómo estoy? ¿qué necesito? Trato de hacer por mí las cosas que haría por una amiga o por alguien muy querida. Me llevo a recibir masajes, al cine, a la playa, de viaje. Me saco a pasear, me invito a comer. Me escucho y me atiendo, me doy caprichos.
Y así, cuando venga alguien, (si viene algún día, que podría ser que no) encontrará a una mujer que no está con nadie por necesidad ni dependencia, sino para compartir lo a gusto que está.
El truco de la soledad es quererse. A veces nos empeñamos en buscar en los demás el amor, la atención, el interés, el buen trato, que no nos damos a nosotras mismas. Y claro, esa demanda, esa dependencia, son malos puntos de partida.
Estar sola puede ser muy útil o ser una condena a muerte, según decidas. Yo estoy aprovechando mi soledad para conocerme. Para estar más atenta de mí, ver hacia dónde me llevan los pensamientos, en qué me obsesiono, qué puedo hacer para mejorar mi sueño, lo que como, la ropa que llevo, hasta la ducha y el calzado, lo que veo, lo que leo, lo que escucho.
Estar sola es una oportunidad para enamorarte de ti y dejar de depender del amor de los demás. Por supuesto es un aprendizaje duro, y sobre todo me muero de envidia cuando veo parejas, familias, grupos de amigos, que aparentemente están bien juntos (a veces es verdad y a veces no).
Pero luego se me pasa y vuelvo a la tarea: ¿qué me apetece hoy? ¿cómo estoy? ¿qué necesito? Trato de hacer por mí las cosas que haría por una amiga o por alguien muy querida. Me llevo a recibir masajes, al cine, a la playa, de viaje. Me saco a pasear, me invito a comer. Me escucho y me atiendo, me doy caprichos.
Y así, cuando venga alguien, (si viene algún día, que podría ser que no) encontrará a una mujer que no está con nadie por necesidad ni dependencia, sino para compartir lo a gusto que está.