El Mundo Orbyt.
MI SEMANA
JAIME PEÑAFIEL
02/12/2023
CHSSS...
Descubra Orbyt
Dicen que el poeta lord Byron conservaba más de 200 sobres con el vello venusino de sus amantes. Y yo entrevisté en la Costa del Sol a un empresario, fabricante de las famosas mini-motos Soriano que en su despacho tenía una vitrina con tarritos de cristal con el vello púbico de las mujeres con las que se había acostado. Y en cada tarrito figuraba su nombre.
La isla de Skorpios, el paraíso de Onassis, era un coto cerrado de 1.200 hectáreas, no solo para la prensa, sino para el mundo entero. Hasta el 17 de marzo de 1975 nadie había osado pisar sus recoletas playas de fina arena, ni visitar la gran villa Casa Rosada, ni la pequeña y bella capilla ortodoxa. Yo lo intenté por primera vez el 20 de octubre de 1968, como otros muchos reporteros de todo el mundo. El motivo lo merecía. Ese día y en la capilla de la isla se casaban la viuda de América y del mundo, Jackie Kennedy, y Aristóteles Onassis, el armador más rico del mundo. Pero nos tuvimos que contentar con ver a la pareja de recién casados en la cubierta del yate Christina, donde regalaron su presencia a la flota de barcas de pescadores ocupadas por decenas de reporteros del mundo entero, amenazando el abordaje. Ignoro si será por aquello de que “boda y entierro del cielo bajan”, lo cierto es que estas dos circunstancias me llevaron de nuevo hasta el Mar Jónico. Habían transcurrido tan solo siete años cuando la muerte puso su macabro punto final al matrimonio entre Jackie y Onassis. Ese 17 de marzo y gracias, como siempre, a un pescador de Lefkada, situada frente por frente a Mikonos, el reportero que entonces era yo desembarcaba ¡¡¡por fin!!! en el paraíso prohibido de Onassis para ser testigo de su entierro en una tumba ya preparada junto a la de su hijo Alexander, fallecido dos años antes, en 1973, en un accidente de aviación. Y allí, en esa capilla, mirando al Mar Jónico, fui testigo de cómo depositaban el cadáver del mítico armador, cuya muerte, en la soledad de un hospital de París, había evitado el divorcio de su matrimonio con Jackie, la viuda, por segunda vez, que contemplaba el entierro de su todavía marido con hierática mirada.
Si difícil fue obtener la foto de Jackie desnuda, más difícil aún publicarla. ¿Quién sería el audaz editor en atreverse? Todo el mundo sabía que Onassis tenía muchísimo poder. Incluso el fotógrafo, mi amigo Settimio, temió por su integridad. Estaba consciente de que tenía una bomba informativa que podía hacerle millonario, pero también estallarle si intentaba ofrecerla a alguna revista. Larry Flynt, el magnate de la industria del por**, adalid de la libertad de expresión en Estados Unidos y considerado como el nuevo cuarto poder en Washington, se atrevió a publicarla en su revista Hustler. Vendió un millón de ejemplares ante el pánico de mi amigo por ver cómo sería la reacción de Onassis. Le tranquilizó al conocer lo que declaró, ni sorprendido ni indignado, cuando supo que la fotografía se había publicado: “Todo el mundo sabe que me acosté con María Callas y que ahora me acuesto con Jackie. También que soy jodidamente rico”.
Igualmente la publicó, previo pago de una fuerte cantidad que hizo rico a Settimio Garritano, la revista Screw de Al Goldstein, que vendió cientos de miles de ejemplares. Y en diciembre de 1972, el semanario italiano Playmen.
Aquella fotografía de Jackie Kennedy Onasis, desnuda como una bandeja de plata y como las modelos que Helmut Newton expone bajo el patrocinio de la multimillonaria hija de Amancio Ortega en la sala que lleva su nombre, fue el santo grial del famoso reportero italiano, desgraciadamente desaparecido.
Cuando lo veo y escucho en el programa de televisión no puedo dejar de sentir una profunda pena por el protagonista de sus comentarios y por su hijo. (...) Su viaje internacional se ha saldado con un sonoro fracaso, demostrando ser un auténtico botarate. (...) Según Ellakuría, su inglés “es ramplón, como de estudiante de la calle Comandante Zorita”. (...) ¡Cómo no! Ha anunciado que prepara con ilusión la primera Navidad de su ¿hija? o ¿nieta? (...) ¿Qué tendría María del Mar para que sus padres la recordaran el pasado martes, como todos los aniversarios, con una gran esquela tamaño 4 en ABC con motivo del ¡¡¡32 aniversario !!! de su muerte a los 20 años. (...) A sus 58 años, una de las modelos más bellas y admiradas, ha declarado: “Ya no quiero acostarme con nadie”. (...) A la boda de los famosos ex de la judicatura acudirán los hijos de ambos. (...) Una pregunta que no me resisto a hacer: ¿De qué coxx se ríe permanentemente y sin venir a cuento la ministra vicepresidenta cuarta del Gobierno? (...) Ella no le perdona al hijastro lo que dijo en vísperas de la boda con su padre: “Cuando se case será “como la madrastra malvada de los cuentos”. (...) La muchacha no tiene sentido de la medida. Ahora presenta en la prestigiosa revista de decoración ‘Architectural Digest’ su lujosísimo hogar de recién casada. ¡Tan cursilita ella!
MI SEMANA
JAIME PEÑAFIEL
02/12/2023
CHSSS...
EL coxx DE JACKIE
EL DÍA QUE ENTRÉ EN SKORPIOS
VOLVAMOS A LA FOTO DE JACKIE
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Dicen que el poeta lord Byron conservaba más de 200 sobres con el vello venusino de sus amantes. Y yo entrevisté en la Costa del Sol a un empresario, fabricante de las famosas mini-motos Soriano que en su despacho tenía una vitrina con tarritos de cristal con el vello púbico de las mujeres con las que se había acostado. Y en cada tarrito figuraba su nombre.
La isla de Skorpios, el paraíso de Onassis, era un coto cerrado de 1.200 hectáreas, no solo para la prensa, sino para el mundo entero. Hasta el 17 de marzo de 1975 nadie había osado pisar sus recoletas playas de fina arena, ni visitar la gran villa Casa Rosada, ni la pequeña y bella capilla ortodoxa. Yo lo intenté por primera vez el 20 de octubre de 1968, como otros muchos reporteros de todo el mundo. El motivo lo merecía. Ese día y en la capilla de la isla se casaban la viuda de América y del mundo, Jackie Kennedy, y Aristóteles Onassis, el armador más rico del mundo. Pero nos tuvimos que contentar con ver a la pareja de recién casados en la cubierta del yate Christina, donde regalaron su presencia a la flota de barcas de pescadores ocupadas por decenas de reporteros del mundo entero, amenazando el abordaje. Ignoro si será por aquello de que “boda y entierro del cielo bajan”, lo cierto es que estas dos circunstancias me llevaron de nuevo hasta el Mar Jónico. Habían transcurrido tan solo siete años cuando la muerte puso su macabro punto final al matrimonio entre Jackie y Onassis. Ese 17 de marzo y gracias, como siempre, a un pescador de Lefkada, situada frente por frente a Mikonos, el reportero que entonces era yo desembarcaba ¡¡¡por fin!!! en el paraíso prohibido de Onassis para ser testigo de su entierro en una tumba ya preparada junto a la de su hijo Alexander, fallecido dos años antes, en 1973, en un accidente de aviación. Y allí, en esa capilla, mirando al Mar Jónico, fui testigo de cómo depositaban el cadáver del mítico armador, cuya muerte, en la soledad de un hospital de París, había evitado el divorcio de su matrimonio con Jackie, la viuda, por segunda vez, que contemplaba el entierro de su todavía marido con hierática mirada.
Si difícil fue obtener la foto de Jackie desnuda, más difícil aún publicarla. ¿Quién sería el audaz editor en atreverse? Todo el mundo sabía que Onassis tenía muchísimo poder. Incluso el fotógrafo, mi amigo Settimio, temió por su integridad. Estaba consciente de que tenía una bomba informativa que podía hacerle millonario, pero también estallarle si intentaba ofrecerla a alguna revista. Larry Flynt, el magnate de la industria del por**, adalid de la libertad de expresión en Estados Unidos y considerado como el nuevo cuarto poder en Washington, se atrevió a publicarla en su revista Hustler. Vendió un millón de ejemplares ante el pánico de mi amigo por ver cómo sería la reacción de Onassis. Le tranquilizó al conocer lo que declaró, ni sorprendido ni indignado, cuando supo que la fotografía se había publicado: “Todo el mundo sabe que me acosté con María Callas y que ahora me acuesto con Jackie. También que soy jodidamente rico”.
Igualmente la publicó, previo pago de una fuerte cantidad que hizo rico a Settimio Garritano, la revista Screw de Al Goldstein, que vendió cientos de miles de ejemplares. Y en diciembre de 1972, el semanario italiano Playmen.
Aquella fotografía de Jackie Kennedy Onasis, desnuda como una bandeja de plata y como las modelos que Helmut Newton expone bajo el patrocinio de la multimillonaria hija de Amancio Ortega en la sala que lleva su nombre, fue el santo grial del famoso reportero italiano, desgraciadamente desaparecido.
Cuando lo veo y escucho en el programa de televisión no puedo dejar de sentir una profunda pena por el protagonista de sus comentarios y por su hijo. (...) Su viaje internacional se ha saldado con un sonoro fracaso, demostrando ser un auténtico botarate. (...) Según Ellakuría, su inglés “es ramplón, como de estudiante de la calle Comandante Zorita”. (...) ¡Cómo no! Ha anunciado que prepara con ilusión la primera Navidad de su ¿hija? o ¿nieta? (...) ¿Qué tendría María del Mar para que sus padres la recordaran el pasado martes, como todos los aniversarios, con una gran esquela tamaño 4 en ABC con motivo del ¡¡¡32 aniversario !!! de su muerte a los 20 años. (...) A sus 58 años, una de las modelos más bellas y admiradas, ha declarado: “Ya no quiero acostarme con nadie”. (...) A la boda de los famosos ex de la judicatura acudirán los hijos de ambos. (...) Una pregunta que no me resisto a hacer: ¿De qué coxx se ríe permanentemente y sin venir a cuento la ministra vicepresidenta cuarta del Gobierno? (...) Ella no le perdona al hijastro lo que dijo en vísperas de la boda con su padre: “Cuando se case será “como la madrastra malvada de los cuentos”. (...) La muchacha no tiene sentido de la medida. Ahora presenta en la prestigiosa revista de decoración ‘Architectural Digest’ su lujosísimo hogar de recién casada. ¡Tan cursilita ella!