Autoestima y otros temas de psicología

¿Parece amable? Siete señales que indican que esa persona te va a hacer daño


Aunque solemos pensar en el miedo como una emoción negativa que es mejor no experimentar, lo cierto es que es un importante mecanismo de supervivencia, que necesitamos para no meternos en líos. Si no sintiéramos miedo nuestro comportamiento sería siempre temerario, por lo que nuestras probabilidades de morir en un accidente se multiplicarían.

El miedo es también una emoción útil para evitar agresiones de otras personas, pero por desgracia no siempre funciona como debiera. Podemos sentir miedo cuando volvemos a casa por una calle a oscuras perfectamente segura, y estar tan tranquilos cuando lo hacemos acompañados por un ligue que acabamos de conocer que bien puede ser un psicópata.

De hecho, la gente más peligrosa es aquella que sabe ocultar sus oscuras intenciones bajo una fachada de amabilidad o compromiso. Individuos narcisistas, con dificultad para experimentar empatía, a los que no les importa pasar por encima de otra gente para cumplir sus objetivos.

Una experiencia vital
Gavin de Becker es el principal experto estadounidense en la predicción de conductas violentas. Hijo de una familia desestructurada, en la que las palizas eran corrientes, con 10 años vio como su madre, que era adicta a la heroína, disparó a su padre, mientras su hermana de dos años de edad dormía en su dormitorio. A los 16 su madre se quitó la vida, pero la suya cambió cuando fue adoptado por la cantante actriz Rosemary Clooney –la tía de George Clooney–.


Gracias a su experiencia para prevenir y evitar la violencia, y a los contactos que tenía su madre adoptiva, de Becker empezó a trabajar como guardaespaldas de los famosos de Hollywood, y acabó siendo el gurú de la seguridad en Beverly Hills.

En 1999 de Becker publicó "el valor del miedo" (Urano), el superventas en el que explica qué miedos están justificados y cuáles no, y cómo leer las piezas del rompecabezas que supone la violencia humana.

En un capítulo del libro, de Becker explica cuáles son los signos reveladores de que una persona está tratando de controlarnos, engañarnos y, en definitiva, hacernos daño. Estar pendiente del uso de estas técnicas de manipulación, asegura, es la mejor forma de identificar a un depredador y evitar convertirse en una de sus víctimas.

1. Usar la “agrupación forzosa”
Esta técnica, conocida en inglés como 'forced teaming', consiste en integrar a las víctimas en un espacio común que no existe, utilizando siempre la primera persona del plural, para fingir una falsa integración.

Usar “nosotros” para referirse a algo que sólo interesa a uno mismo es una clara señal de narcisismo, pero es además una fórmula que utilizan los criminales –muy típica, por ejemplo, en la violencia machista– para hacer creer a la víctima que está de su lado. A muchas personas les cuesta defenderse de la agrupación forzosa, porque es difícil hacerlo sin parecer maleducado.

2. Encasillar
Los artistas del engaño suelen encasillar a sus víctimas para conseguir enseguida toda su atención. La técnica consiste en lanzar un pequeño insulto o comentario mordaz, fácil de esquivar, para así lograr entablar conversación con una persona desde una posición privilegiada, de dominio.

Esto ocurre, por ejemplo, cuando un hombre entra en un bar y le dice a una mujer que es demasiado esnob para hablar con él. Puede que la víctima le mande a freír espárragos (y haría bien), pero es muy probable que acabe charlando con quien no debe.

Tal como explica de Becker, la mejor defensa contra los encasillamientos consiste en ignorarlos por completo, pues prestarles atención es justo lo que quiere el posible agresor.


3. Ser encantador
Como han demostrado diversas investigaciones, muchos más hombres que mujeres poseen lo que en psicología se conoce como la "triada oscura", que consiste en tener remarcables rasgos de personalidad basados en el narcisismo, la psicopatía y el maquiavelismo. Esto incluye una actitud dominante y una concepción de uno mismo grandiosamente distorsionada.

Este tipo de personas suelen ser criminales –al menos en potencia–, pero se caracterizan por ser tremendamente atractivos en un primer momento (además de ser excelentes amantes). Esto, obviamente, no quiere decir que todas las personas encantadoras sean criminales, pero sí que la mayoría de criminales encandilan a sus víctimas para, después, aprovecharse de ellas. Por ello debemos pensar si alguien es verdaderamente amable o su actitud es solo una fachada para jugárnosla en el momento adecuado.

4. Dar promesas no solicitadas
Dice el refrán latino 'excusatio non petita, accusatio manifesta'. Sospecha siempre de un extraño que promete cosas a la ligera para reforzar su discurso, porque es muy probable que no tenga ninguna intención de cumplir con lo pactado. Las promesas, asegura de Becker, sólo revelan la intención de nuestro interlocutor de convencernos de algo.

5. Dar muchos detalles
Cualquier estafador trata de distraer a sus víctimas para que no se sientan en peligro, y para ello mienten sobre su vida, su situación y, claro está, sus verdaderas intenciones. Existen varias técnicas para pillar a un mentiroso, pero quizás uno de los signos más claros de que alguien está inventando algo o trata de ocultar información es la profusión exagerada de detalles que ofrece.


Cuando alguien está diciendo la verdad no tienen dudas, así que no se siente en la obligación de aportar muchos detalles a su relato

Conscientes de que las historias demasiado esquemáticas pueden parecer sospechosas –aunque, en realidad, son las más habituales–, los mentirosos tienden a adornar su discurso con toda clase de detalles que nadie les ha pedido en un intento desesperado por conseguir credibilidad. “Cuando la gente está diciendo la verdad no tienen dudas, así que no se sienten en la obligación de apuntalar su relato con detalles extra”, explica de Becker. “Cuando la gente miente, sin embargo, aunque lo que digan suene creíble para ti no suena creíble para ellos, así que siguen hablando”.

Además, al ofrecer muchos detalles falsos los agresores crean en sus víctimas la sensación de que saben muchas cosas de ellos cuando, probablemente, les acaban de conocer.

6. Utilizar la usura emocional
Los estafadores usan una peculiar forma de usura para tratar de que te sientas en deuda con ellos. El proceso es el siguiente: tienen algún pequeño detalle contigo para, después, intentar que les hagas un gran favor. Vamos, que les das la mano y te cogen el brazo.

De nuevo, apunta de Becker, esto no significa que toda la gente que te haga un favor planee recibir algo mayor a cambio, pero es mejor estar atentos a nuestra intuición y tratar de percibir otras señales que indiquen que esa persona quizás no es tan generosa como aparenta ser.

7. Ignorar la palabra “no”
De Becker asegura que no debemos fiarnos de nadie que ignore por sistema las negativas: “Negarse a escuchar la palabra 'no' es una señal de que la persona está buscando controlarnos o se niega a ceder el control que ya tiene. Si dejas que alguien te impida decir que 'no', llevas encima un cartel que dice 'tú estás al mando”.


https://www.elconfidencial.com/alma...atando-de-controlarte-y-te-hara-dano_1168454/
 
Como tratar con gente que te hace daño

Personas que te absorben toda tu energía y también tu vida. Puede ser tu pareja, un familiar o un amigo… Son todas aquellas personas que despiertan lo peor que hay en ti o tus mas grandes miedos. Ademas se convierten muchas veces en tus peores pesadillas.

Hagas lo que hagas, siempre te hace sentir que haces todo mal
Si existe una persona en tu vida que constantemente te lastima y has tratado de ser compresivo, de ser flexible pero esa persona sigue igual…Pregúntate ¿Necesito a esta persona en mi vida? o ¿Seria mi vida mucho mejor sin esta persona?


La gente que tiene malos comportamientos no cambia si se sienten amados y recompensados
Así que de tratar de buscarle excusas a su actitud. La persona no mejora si siente perdonado todo el tiempo. Le harías un gran favor y te harías un favor tu, si un día dejas de excusar su comportamiento y sus malos tratos.

La gente abusiva es totalmente cobarde
Si vives maltrato físico o emocional de parte de alguien, quiero que sepas que su comportamiento abusivo continua si no los enfrentas. En el momento en que alguien los enfrenta ahí es cuando paran y retroceden.

No permitas que te ahoguen en su negatividad
Enfocarse en lo positivo o en lo negativo es una decisión que tenemos todos, si esa persona ha decidido vivir una vida negativa, es su opción pero no es la tuya. Tratar con personas negativas es complicado. Disfruta de los buenos momentos y busca siempre ser feliz.

No le des el poder a nadie de hacerte daño
Nadie tiene el poder de herir tus sentimientos o hacerte sentir. Por mas pequeño, grande, gordo, flaco, feo, inadecuado o burlarse de ti…si tu no les das ese poder.


Rodeate de gente que te sume y no que te reste
La vida merece ser vivida con personas que le aporten valor y amor a tu vida. Anda con personas que te permitan crecer, que si te interesen por tu bienestar, que te quieran ver feliz.

Si estás viviendo una o varias de éstas situaciones, espero que tomes pronto una decisión.

By Melissa

https://www.blogvidademiel.com/como-tratar-con-gente-que-hace-dano/
 
El hombre elefante, una reflexión sobre la dignidad humana

El hombre elefante es un retrato en blanco y negro sobre la dignidad y la sensibilidad humana escondida bajo un cuerpo deforme. En esta mítica película de David Lynch descubrimos la historia real de Joseph Merrick, un joven aquejado por el síndrome de Proteus que tras pasar parte de su vida en el mundo del circo, encontró la calma en sus últimos años en el London Hospital.

Cuenta la historia que Merrick tenía alma de artista y corazón de poeta. Disponía de una sola mano útil, y aunque esta era pequeña como la de un niño de 10 años, mostró siempre una gran habilidad para las manualidades. Tanto es así que era capaz de crear fascinantes construcciones con papel, cartón y palillos. Estas pequeñas obras las solía regalar a todas aquellas persona que eran amables con él.


“Es cierto que mi forma es muy extraña,
pero culparme por ello es culpar a Dios;
si yo pudiese crearme a mí mismo de nuevo
procuraría no fallar en complaceros.

Si yo pudiese alcanzar de polo a polo
o abarcar el océano con mis brazos,
pediría que se me midiese por mi alma,
La mente es la medida del hombre”.

-J. Merrick-


Cuando Mel Brooks le confió a David Lynch el guión de esta historia, sabía muy bien lo que buscaba. La historia de Joseph Merrick merecía ser llevada a la gran pantalla de un modo especial, diferente. Aún más, debía ser un homenaje. Su delicadeza, su virtuosismo y su inteligencia debía trascender por encima de esa piel habitada por las protuberancias y deformidades. Su humanidad debía superar a la propia sociedad, a instantes despreciable y grotesca, ávida siempre por poner su mirada en lo diferente y lo extraño.


El resultado superó todas las expectativas. La película resultó ser un cálido lienzo en claroscuros sobre la dignidad humana, una producción inolvidable donde la bondad emerge sobre la perversión y lo monstruoso. El hombre elefante recibió 8 nominaciones a los Oscars en 1981 y aunque no se llevó ninguno, la historia la ha convertido ya en una obra de culto, en una joya cinematográfica inolvidable.

El hombre elefante: no soy un animal, soy un ser humano
David Lynch tenía muy claro que la historia de El hombre Elefante debía llevarse a la pantalla en blanco y negro. Solo así podía mostrarse la estela de ese submundo victoriano que acompañó la vida de Joseph Merrick. Solo así se lograba también envolver la mirada del público de ese cúmulo de sensaciones, angustias y emociones que marcaron la existencia de este joven británico aquejado de graves malformaciones desde el año de vida.

Esa fotografía monocroma resultó muy útil para iluminar, por ejemplo, ese submundo circense donde fue exhibido el hombre elefante. El espectáculo del freakshow era el único recurso del que disponían las personas con deformidades, y Joseph Merrick adquirió notable éxito por Europa en la década de 1880. Padecía el que se considera, aún a día de hoy, el caso más grave del síndrome de Proteus. Él mismo se describió de la siguiente manera:


Mi cráneo tiene una circunferencia de 91,44 cm, con una gran protuberancia carnosa en la parte posterior del tamaño de una taza de desayuno. La otra parte es, por describirla de alguna manera, una colección de colinas y valles, como si la hubiesen amasado, mientras que mi rostro es una visión que ninguna persona podría imaginar. La mano derecha tiene casi el tamaño y la forma de la pata delantera de un elefante, midiendo más de 30 cm de circunferencia en la muñeca y 12 en uno de los dedos. El otro brazo con su mano no son más grandes que los de una niña de diez años de edad, aunque bien proporcionados. Mis piernas y pies, al igual que mi cuerpo, están cubiertos por una piel gruesa y con aspecto de masilla, muy parecida a la de un elefante y casi del mismo color. De hecho, nadie que no me haya visto creería que una cosa así pueda existir.


Así, y en medio de escenario brutal y humillante contenido en el mundo del circo, se nos presenta de pronto una mirada emocionada y llena de piedad que cambia la vida de Joseph Merrick. Es el doctor Frederick Treves, papel que interpreta de forma magistral Anthony Hopkins. Alguien capaz de ver al ser humano bajo la piel del monstruo, alguien conmovido ante los gritos de un joven que demandaba ser visto como una persona, no como un animal.

La doble exhibición pública de El hombre Elefante
A pesar de que el doctor Treves experimenta una gran cercanía por el joven Merrick, el espectador no deja de intuir que en él habita además un profundo interés científico. Lo exhibe ante eminentes patólogos, médicos y cirujanos, lo expone ante sus colegas y hace todo lo posible para que el Hombre elefante, se quede de por vida en el London Hospital.

Una vez instalado en una habitación, el joven Merrick logra por fin demostrarles qué hay bajo todas esas protuberancias y esa piel gruesa. Al principio, la comunidad científica estipula que semejante cuerpo se acompañaría sin duda de una deficiencia intelectual profunda. Sin embargo, al poco descubren algo que a día de hoy está perfectamente documentado. Joseph Merrick contaba con una elevada inteligencia.

Leía y escribía con poderosa soltura, componía poemas, era un gran lector y tenía una visión del mundo tan inocente como esperanzadora. La sombra de su infancia, aquejada por las burlas, el maltrato o sus años oscuros en el mundo de la farándula y el circo no habían hecho mella en su corazón, endureciéndolo. Según él mismo explicaba, su esperanza y optimismo procedían del amor. El amor que le había profesado su madre, una joven hermosa que le inculcó la afición por los libros y que falleció de forma temprana.


Curiosamente, y a pesar de que el London Hospital recaudó fondos para facilitarle a Merrick una vida de comodidades en la institución y evitar con ello la exhibición pública a la que había sido sometido, acabó cometiendo un acto para muchos imperdonable. El hombre elefante falleció la mañana del 11 de abril de 1890, a los 27 años de edad mientras dormía.

Se sabe que el joven era creyente, y que uno de sus deseos era ser sepultado cerca de su madre. Sin embargo, el interés científico pudo más que el respeto, más que la defensa de su dignidad. El el museo patológico del London Medical College exhibió su esqueleto durante décadas. A día de hoy, se han retirado sus restos (pero se siguen estudiando) y se han sustituido por sus pertenencias: su sillón, sus cartas manuscritas, el gorro con el trapo cosido que le cubrían la cara y la cabeza…

Si hay algo que consiguió esta película es darnos un retrato fidedigno de la humanidad contenida en el cuerpo maltrecho de Joseph Merrick. La música, la fotografía, la estudiada dirección… Todo conformó un lienzo más que perfecto cargado de humanidad, ahí donde descubrir una mente que permaneció intacta a pesar de las humillaciones, a pesar del maltrato.

El hombre elefante jamás perdió su delicadeza, sus modales exquisitos, su confianza en el resto de personas. Irónicamente, tras su muerte fue víctima de otro espectáculo: el del mundo científico.

Por Valeria Sabater
 
Última edición:
5 reflexiones de amor extraordinarias


El amor es un sentimiento con el que nos toca vivir día a día, en muchas diferentes maneras. Puedes encontrarlo en quien menos lo esperas, así como en cada persona conocida que hay a tu alrededor. Hoy hemos querido demostrartélo con 5 reflexiones extraordinarias, que estamos ansiosos de compartir contigo. En cada una de ellas podrás encontrar una situación o alguna sensación que seguramente te parecerán familiares. Esperamos que las disfrutes y que te animes a compartirlas con los que más quieres.


Amar en silencio
Cuando amas a alguien; cuando lo amas de verdad, lo menos que puedes esperar es que te corresponda, pero a veces las cosas no son tan fáciles como pudieran ser. Hay ocasiones en las que te toca callar tus sentimientos, porque ese alguien especial no puede ser para ti, o quizá no quiere darse cuenta de tú estás ahí, aguardando. Te toca entonces amar en silencio porque a pesar de todo, lo que sientes es tan grande que es imposible intentar ignorarlo.

Dicen que el amor de verdad no es egoísta, ni conoce de malas intenciones o deseos negativos. Esta dispuesto a darle todo, sin importar que se quede con las manos vacías y sin pretender obtener nada a cambio. Hacer esto es la cosa más difícil que existe en el mundo, pero también puede llegar a ser la más valiosa.

Si amamos sin decir una palabra, estaremos siendo valientes. También sufriremos y quizá nos toque pasar por momentos amargos, pero con el corazón no se puede hablar de razones. ¿Será que existen personas cuyo papel en la vida, es el de ser pacientes con el amor no correspondido? ¿Pasarán vidas enteras antes de que sean capaces de hallar una retribución o un consuelo? No se sabe si encontraremos la respuesta a estas preguntas, o si querer alguna vez dejará de ser doloroso.

Lo único que es seguro es que no vale la pena vivir la vida, sin enamorarse siquiera una sola vez.

Lo que no decimos
Me gusta mirarte cuando no te das cuenta, porque es el único momento en el que puedo expresarte sin palabras ni acciones, lo que siento por ti. Hay tantas cosas que no decimos y tanto que no nos demostramos, que a veces dudo de si tendremos un futuro el uno al lado del otro. Solemos tener conversaciones largas, a veces discutimos, en ocasiones hacemos como si aún estuvieramos esperando a esa persona indicada, a pesar de que hace mucho tiempo lo hicimos.

Lo sabemos, pero actuamos como si no fuera cierto. Ignoramos el latido del corazón acelerado, la sensación cálida que nos inunda desde dentro; pretendemos que todo transcurre de manera normal. Me pregunto en mi cabeza porque decidimos no hacer caso de todo esto, ¿no sería más fácil aceptar lo que sucede entre ambos?

La respuesta es algo que me consterna aún más, ya que nunca es exacta. Puede que lo echemos a perder y las cosas nunca sean más de la misma forma. Tal vez signifiqué el comienzo de algo único y maravilloso. Quizá funcione por un tiempo y más tarde las cosas vuelvan a la normalidad. De vez en cuando creo que no lo sabré nunca. Aunque presiento que la contestación esta tan cerca de mí…

En esas palabras que no decimos jamás.

Decir que te amo
Las palabras “te amo” no suelen salir con frecuencia de mis labios. A lo mejor te bastan los dedos de las manos para contarlas. Nunca he sido una persona muy dada a los romanticismos, a pesar de que tengo la seguridad de que daría todo por ti. Podría creerse que doy tu presencia por sentado y que por eso, no te digo en voz alta todo lo que me haces sentir y lo mucho que significas en mi vida, pues desde que te conocí la has cambiado por completo.

Debo hablarte con sinceridad y decirte, que no creo poder cambiar esto de mí. Como sabes y ya te he dicho, paso casi todo el tiempo de las grandes demostraciones de afecto. Tengo una personalidad demasiado peculiar como para darlas. Te estarás preguntando porque he decidido hablarte acerca de esto.

En mi interior, temo que tú también olvides cuales son mis sentimientos, a causa de mis descuidos. Confío en que puedas interpretar las pequeñas acciones que hago, como una manera de compensar mi falta de palabras.

Siempre te observo en silencio, deseando internamente que lo que compartimos nunca llegué a su final. No siempre me detengo a pensar en lo mucho que me has brindado, pues eres lo más valioso que tengo en este momento. Decir que te amo puede ser complicado a diario, lo acepto. Pero no me cuesta demostrartélo. Ójala todos estos pensamientos dejen de revolotear en mi cabeza por las noches y con cada amanecer te vuelvas hacía mí, sonriendo de esa forma tan tuya y diciendome con la mirada, que me comprendes.

Mirar con el corazón
Se dice que sabes que estás enamorado, cuando empiezas a mirar con el corazón en vez de hacerlo con la vista. Obviando los defectos de la persona a la que quieres o las imperfecciones de su exterior. Son cosas que simplemente no te importan, porque se ven tan pequeñas en comparación a lo que ella te puede brindar. Y te das cuenta que desde un principio, nunca fueron un impedimento.

Pero vivimos en un mundo dominado por las primeras impresiones. Estamos al pendiente de lo que dicen los demás, cuidamos cada detalle de nuestra apariencia y lo que damos a entender a los otros. Resulta tan difícil hoy en día, darle una oportunidad a los ojos del corazón para que observen por nosotros.

Y mientras el tiempo transcurre, podemos estar desperdiciendo tantas oportunidades y tantos momentos de gran valor. Nunca nos paramos a pensar en las posibilidades que tenemos cuando se trata de amar. Nos empecinamos en vivir romances perfectos con personas ideales, sin aceptar que ambas cosas son inexistentes. Nos gusta engañarnos y vivir historias irreales, quizá porque tememos enfrentarnos a la realidad y a nosotros mismos. ¿Cuántas veces no ha sucedido esto todos los días, en diferentes partes del mundo?

¿Valdrá la pena comenzar a mirar más allá de las apariencias?

Cuando menos lo esperaba
Y ahí estabas tú, de repente todo cobró sentido. Un camino que había estado lleno de dudas, de inquietudes y obstáculos, de pronto parecía el más correcto y estaba completamente despejado. Lo único que podía hacer era preguntarme como no había podido ver todo esto antes. ¿O sí lo había hecho y tan solo me había empecinado en negarlo? ¿Por qué había sido capaz de hacer algo así?

Pero llegaste cuando menos lo esperaba y cambiaste mi forma de pensar, aunque nunca creí que podrías lograrlo. Y ahora me encuentro decidiendo que quizá no todo es tan malo como parecía al prncipio, y me doy cuenta de que yo también cambié.

Nunca me he llevado bien con los cambios.

Aunque hoy por alguna razón, creo que este no me vendría mal. Cosa curiosa, hay veces en las que uno mismo también puede darse sorpresas. No sé donde estaré el día de mañana, ni si todos mis planes llegarán a concretarse de la forma que quiero. Pero deseo intentar esta aventura contigo.


http://amorteca.com/5-reflexiones-de-amor-extraordinarias/
 
Amor sin Ataduras
Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux, que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo y Nube Azul.

Amor sin Ataduras
Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux, que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Azul, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu…

Nos amamos… empezó el joven

Y nos vamos a casar… dijo ella.

Y nos queremos tanto que tenemos miedo, queremos un hechizo, un conjuro, o un talismán. Algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos, que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar la muerte.

Por favor, repitieron, ¿hay algo que podamos hacer?

El viejo los miró y se emocionó al verlos tan jóvenes, tan enamorados y tan anhelantes esperando su palabra…

Hay algo,-dijo el viejo- pero no sé… es una tarea muy difícil y sacrificada.

Nube Azul… -dijo el brujo- ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos, deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de luna llena. ¿Comprendiste?


Y tú, Toro Bravo -siguió el brujo- deberás escalar la montaña del trueno. Cuando llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas, y solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva, el mismo día en que vendrá Nube Azul. ¡Salgan ahora!

Los jóvenes se abrazaron con ternura y luego partieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte y él hacia el sur.

El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con las bolsas que contenían las aves solicitadas.

El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas.

Eran verdaderamente hermosos ejemplares.

Y ahora ¿qué haremos?, -preguntó el joven- ¿los mataremos y beberemos el honor de su sangre?

No, dijo el viejo.

¿Los cocinaremos y comeremos su carne?, propuso la joven.

No, repitió el viejo. Harán lo que les digo: tomen las aves y átenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero. Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres…

El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros. El águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse por el piso. Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse.

Este es el conjuro. Jamás olviden lo que han visto. Son ustedes como un águila y un halcón. Si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse el uno al otro.

Si quieren que el amor perdure… “vuelen juntos, pero jamás atados”.


https://www.enbuenasmanos.com/amor-sin-ataduras
 
El amor y el Tiempo


Había una vez una isla muy linda y de naturaleza indescriptible, en la que vivían todos los sentimientos y valores del hombre; El Buen Humor, la Tristeza, la Sabiduría… como también, todos los demás, incluso el Amor.

Un día se anunció a los sentimientos que la isla estaba por hundirse.

Entonces todos prepararon sus barcos y partieron. Únicamente el Amor quedó esperando solo, pacientemente, hasta el último momento.

Cuando la isla estuvo a punto de hundirse, el Amor decidió pedir ayuda.

La riqueza pasó cerca del Amor en una barca lujosísima y el Amor le dijo: “Riqueza… ¿me puedes llevar contigo?”. No puedo porque tengo mucho oro y plata dentro de mi barca y no hay lugar para ti, lo siento, Amor…

Entonces el Amor decidió pedirle al Orgullo que estaba pasando en una magnifica barca. “Orgullo te ruego… ¿puedes llevarme contigo?”. No puedo llevarte Amor… respondió el Orgullo: aquí todo es perfecto, podrías arruinar mi barca y ¿Cómo quedaría mi reputación?

Entonces el Amor dijo a la Tristeza que se estaba acercando: “Tristeza te lo pido, déjame ir contigo”. No Amor… respondió la Tristeza. Estoy tan triste que necesito estar sola.

Luego el Buen Humor pasó frente al Amor, pero estaba tan contento que no sintió que lo estaban llamando.

De repente una voz dijo: “Ven Amor te llevo conmigo”. El Amor miro a ver quien le hablaba y vio a un viejo.

El Amor se sintió tan contento y lleno de goza que se olvidó de preguntar el nombre del viejo.

Cuando llegó a tierra firme, el viejo se fue. El Amor se dio cuenta de cuanto le debía y le pregunto al Saber: “Saber, ¿puedes decirme quien era este que me ayudo?”.
– “Ha sido el Tiempo”, respondió el Saber, con voz serena.
– ¿El Tiempo?… se preguntó el Amor, ¿Porqué será que el tiempo me ha ayudado?

Porque solo el Tiempo es capaz de comprender cuan importante es el Amor en la vida.

https://www.enbuenasmanos.com/el-amor-y-el-tiempo
 
El camino del Amor
Dos personas que vivan en pareja podrán ser felices sólo cuando se hayan unido para compartir su felicidad no para hacerse felices la una a la otra.

Primero contigo mismo
Sólo cuando estás bien contigo mismo puedes estar bien con los demás.

Manejar la soledad
Sólo cuando manejas tu soledad puedes manejar una relación.

Sólo se da lo que se tiene.
Necesitas valorarte para valorar, quererte para querer, respetarte para respetar y aceptarte para aceptar porque nadie puede dar lo que no tiene.

Paz interior
Ninguna relación te dará la paz que tú mismo no crees en tu interior.

Fantasía que genera frustración
Pretender que otra persona nos haga felices y llene todas nuestras expectativas es una fantasía que sólo trae frustraciones.

Autonomía
Ninguna relación te brindará felicidad que tú mismo no construyas.

Autosuficiencia
Sólo podrás ser feliz con otra persona cuando bien convencido seas capaz de decirle: “No te necesito para ser feliz”.

Independencia.
Sólo podrás amar siendo independiente hasta el punto de no tener que manipular ni manejar a los que dices querer.

Requerimientos
Para amar necesitas una humilde autosuficiencia, autoestima y la práctica de una libertad responsable.

Autoestima y madurez.
Ámate a ti mismo madura y el día que puedas decirle a esa otra persona “Sin ti me la paso bien” ese día estarás preparado para vivir en pareja.

Compartir.
Dos personas que vivan en pareja podrán ser felices sólo cuando se hayan unido para compartir su felicidad no para hacerse felices la una a la otra.

Conclusión:
“Dos personas se aman únicamente cuando son capaces de vivir la una sin la otra, pero deciden vivir juntas”

https://www.enbuenasmanos.com/el-camino-del-amor
 
Debo aprender
Creía saberlo todo sobre el amor, pero entre un amor y otro he observado mis aciertos y mis errores y me he dado cuenta de que tengo mucho que aprender.

Debo aprender
Yo, que creí saber tanto al respecto a las relaciones amorosas, últimamente, sin querer y sin darme cuenta, en medio de un amor y otro, he observando mis experiencias, mis aciertos y sobre todo mis errores, he visto que en materia de amor, aun me falta tanto de: APRENDER, por ENTENDER, por CAMBIAR, por CORREGIR, por ACEPTAR, y por MEJORAR.

DEBO APRENDER:




    • Que enamorarme no es obsesionarme ni irme a los extremos.
    • Que no debo poner toda la motivación de mi vida en una persona.
    • Que es bueno ser como soy, siempre y cuando eso no implique irrespetar a quien este conmigo.
    • Que no es bueno sobre valorar, endiosar, ni idealizar a nadie. Porque todos somos humanos, y no debo esperar de mi pareja mas de lo que debo esperar de un ser humano.
DEBO ENTENDER:




    • Que no se debe rogar amor y que una relación de pareja no es para vivir angustiado.
    • Que la comodidad que me brinda la rutina es falsa, porque la vida esta en constante cambio, por eso en necesario aprender a tolerar la inseguridad natural que se maneja la vida cotidiana.
    • Que si pretendo tener una relación de adulto, debo comportarme como tal.
DEBO ACEPTAR:




    • Que en el amor, como cualquier otra cosa en la vida, existen los tropiezos, las caídas, los dolores y el miedo el cual hace dificultar mas las cosas.
    • Que en algunas ocasiones es necesario pasar por un gran dolor para conocer una gran felicidad, ya que a veces el suelo del fondo es el más apto para brincar.
    • Que el sentir algo hoy, no implica que lo sienta mañana y así como me permito disfrutar también debo permitirme llorar, ya que el dolor es parte de la vida, al igual que el placer.
    • Que los planes pueden desaparecer en un instante, porque el futuro de mueve como el desee y no como a mi me de la gana. Si este me permite hacer algunas cosas sobre él, debo estar lamentándome por todo lo que pude hacer.
    • Que alrededor del amor, la sociedad ha creado muchas cosas que son un fraude. Por eso debo dejar de volverle la cara a la verdad solo por seguir una falsa comodidad o por miedo al dolor. Si la vida me demuestra que aquello en lo que puse mi corazón es una mentira, debo aceptarlo; llorándome, desahogándome y renaciendo como una nueva persona que seré.
DEBO MEJORAR mi auto estima:




    • Para que la partida de alguien quien quiero no me haga sentir despreciado
    • Para no ser tan sensible al abandono.
    • Para que no hiera mi ego.
    • Para no terminar creyendo que me dejaron por feo o por tonto.
    • Para aceptar simplemente que funciono el tiempo que tenía que funcionar.
    • Para no arrastrarme poniéndome de alfombre a los pies de nadie.
DEBO ACEPTAR que a quien le agrado hoy, no es seguro que le agrade mañana. Y eso no tiene porque ofenderme…




    • Si acepto que a veces las personas no pueden dar más.
    • Si acepto que quien esta conmigo tiene derecho a no estarlo.
    • Si acepto que a quien amo tiene derecho a tomar sus propias decisiones, auque a mi no me agraden.
DEBO RECORDAR que a veces, lo bueno se obtiene esperando y presionando se arruina. Por eso es necesario tener paciencia, esperar tranquilamente y RECORDAR.




    • que la impaciencia es producto de un impulso emocional que tal vez pronto pasara.
    • Que la impaciencia asfixia a quien este conmigo.
    • Que la presión se puede convertir en irrespeto.
    • Que tomar una decisión mientras estoy impaciente es peligroso, porque estoy influido por un estado emocional extremo y pierdo toda objetividad, ahí no va mi verdad, va mi impulso y podría ser algo de lo que me arrepienta.
    • Además si no soy paciente veré como sufrimiento el tiempo que estoy en espera.
DEBO APRENDER a no ser posesivo. El que alguien se valla no es perder a una pertenencia que a mi me gustaba mucho. Mi pareja no es mía, es prestada y “su dueño” tiene derecho a llevársela cuando desee. Y auque “ser dueño” de alguien brinde mas seguridad que tenerlo prestado, debo entenderlo que es una ilusión, Auque crea que es mía, no lo es, por lo tanto:




    • No puedo decidir sobre la vida de quien este conmigo.
    • No puedo esperar a que haga solo lo que yo desee.
    • No puedo controlarle, manipularle, adueñarme de ella ni controlar su destino.
    • No debo reclamarle a la vida porque me quito lo que me presto.
Pero sobre todo, DEBO APRENDER QUE NUNCA DEJARE DE APRENDER, y mientras continuo aprendiendo, debo permitirme vivir y sentir. Y ahora, que me empiezo a recuperar de los dolores que sufrí gracias a que ni siquiera había aprendido que había mucho que aprender, lo único que me queda es tomar un gran suspiro y decirme a mi mismo…

https://www.enbuenasmanos.com/debo-aprender
 
Se agradece la honestidad de quien es sincero


Hoy en día ser sincero está sobrevalorado cuando, en realidad, debería ser lo más deseable del mundo y el marco idóneo para nuestras relaciones personales. ¿No lo crees? En el momento en el que alguien se expresa con la verdad conseguimos verle sin distorsiones, sin matices, sin puntos suspensivos inesperados.


Y, sin embargo, la mentira difumina y confunde pero, a pesar de eso, nos rodea más de lo que desearíamos. Quizá por miedo, quizá por facilidad, por protección, etc. Sea cual sea la razón demuestra que socialmente es imposible mantener una honestidad completa.




“La verdadera nobleza es caminar toda la vida con pasos que salen del corazón; que tus actos estén de acuerdo con tus ideas, aunque el precio sea alto”
-Rosa Montero-

El poeta Antonio Porchia decía algo así como que cuando el otro y la verdad le hablaban, no escuchaba la verdad, sino al otro. Por eso es tan agradecida la nobleza de aquel que es sincero con nosotros y por eso, también, es bueno que valoremos tanto la sinceridad para con nosotros mismos.

Se agradece quien, a pesar de las diferencias, es sincero
Somos por naturaleza diferentes y eso es fantástico. De hecho, tu mejor amiga tendrá muchas cosas en común contigo, pero será muy distinta a ti y, aun así, os querréis. Entre las distinciones estarán las ideas que tengáis, una forma personal de controlar las emociones y una actitud propia ante las mismas circunstancias.

En este sentido, se agradece tener una persona al lado que nos conozca y busque únicamente nuestro bienestar cuando se dirige a nosotros. Esto es, aunque tenga que comunicarnos la peor noticia que nos hayan dado, necesitamos que con tacto nos sea sincera y no que por amparo nos mienta.

A largo la verdad es una herramienta valiosa para forjar lazos y mantenerlos. Nadie se aleja, se enfada o se derrumba porque nos hayan dicho algo que es cierto, sino por la certeza en sí misma; y, hay certezas que necesitan tiempo. La verdad con el otro siempre es productiva, la mentira en cambio funciona hasta cierto punto.

En este mundo, la sinceridad nos hace especiales
La mentira funciona hasta cierto punto como decíamos. Por ejemplo, piensa en las veces en las que te has mentido a ti misma, ¿es cierto que en el fondo has acabado ganando o, por contra, las consecuencias del autoengaño te esperaban a la vuelta de la esquina?

Podríamos decir que mentir solo produce mentiras sobre mentiras y, con todo, hasta los niños de 3 años lo hacen. De esta manera, alguien que maneja la verdad con honestidad, que sabe cómo, cuándo dar un mensaje complicado es alguien que todos querríamos tener a nuestro lado.


“Tener la satisfacción cuando vas a dormir de que no se te queda nada por dentro, que todo lo has dicho;


has tenido la honestidad de reconocer lo bueno y criticar lo malo.

Yo creo que eso para dormir es el mejor sedante”

-Pablo Milanés-

Mentir en muchos casos es una acción consciente y además es un recurso fácil cuando no queremos enfrentar la realidad. En realidad la mentira es una prestamista de otra realidad que habitualmente a largo plazo termina cobrando unos intereses que no podemos sostener. Por otro lado, la falta de honestidad con la verdad es tan popular entre nosotros que cuando esta existe se vuelve un bien especial y preciado.

Si me dices la verdad, aunque duela, podremos con lo que sea
Por todo lo que hemos comentado, tener alguien sincero a nuestro lado es un motivo de felicidad. Personalmente me siento agradecida y afortunada al saber que cuento con la honestidad de las personas que me rodean. Personas que no van a parar los golpes que me correspondan, pero que sí me van a ayudar a que yo lo pare y jamás me hundan.

Probablemente te suceda lo mismo: sabes que esa gente que te rodea acudirá a ti cuando tenga que transmitirte algo malo y que te dará la posibilidad de enfrentar el posible dolor que pueda provocarte. Es decir, sin impedir que tomes una decisión que te pertenece: la de encajar personalmente los acontecimientos.

“Si dices la verdad -le susurró el monstruo al oído-, podrás enfrentarte a todo lo que venga”
-Patrick Ness, Un monstruo viene a verme-
https://twitter.com/intent/tweet?te...e-agradece-la-honestidad-de-quien-es-sincero/

Si me dicen la verdad y esta no supone un ataque por su parte contra nuestra relación, esa persona sabe que seguiremos adelante superando tempestades: no hace falta que digan que dos fuerzas hacen más que una sin van en la misma dirección.

Por Cristina Medina Gomez

https://twitter.com/intent/tweet?te...e-agradece-la-honestidad-de-quien-es-sincero/
 
Formará parte de mi vida quien me demuestre que me hace bien



“Deben formar parte de mi vida aquellas personas que me sumen, que me aporten y que tengan la intención de hacerme bien”. Este es uno de los mensajes que debemos transmitirnos cuando nos sintamos defraudados.

En nuestras relaciones no todo es de color de rosa y a veces los conflitos que mantenemos con los demás nos hacen daño y nos someten. Esto puede ser algo perfectamente normal siempre y cuando logremos resolverlo de manera adecuada.


Sin embargo, a veces la ausencia de reciprocidad, las malas acciones y la negatividad nos hace plantearnos que quizás hay que tomar decisiones y separar caminos.


El duro momento de la separación
Algunas separaciones son vitales para nuestro crecimiento. No obstante, decir adiós es muy duro, y lo es más cuando en esa despedida tenemos que despedir a una parte importante de nuestra esencia.

En este sentido, cuando soltamos y tomamos la decisión de poner un punto y final, debemos dar antes las gracias por aquello que hemos aprendido y desaprendido dando vueltas y vueltas a algo que no nos ha hecho bien. Así que otra forma de darle sentido a las separaciones es comprendiendo que todo, absolutamente todo, nos hace aprender y nos muestra algo que no vemos.

“La vida es potencialmente significativa hasta el último momento, hasta el último suspiro, gracias al hecho de que se puede extraer significado hasta del sufrimiento.”
-Viktor Frankl-


Cuando nos hiere el NO amor
Ser personas no amadas genera en nosotros dos graves heridas, la del abandono y la de la humillación. La segunda es más difícil de reconocer porque supone darle luz al sufrimiento y hacer nuestro aquello que consideramos un fracaso pero que en realidad nos hace personas.

Que no nos haga bien y no nos quiera alguien para quien coleccionábamos motivos y por quien éramos artífices de historias maravillosas supone una rasgadura en nuestros patrones afectivos.

Esto nos desubica y por un tiempo solo podemos escuchar el eco de un redoble de tambores que nos frustra y que no sabemos parar porque no logramos adivinar de dónde procede ni cómo comunicarnos con ellos.

Por mucho que nos queramos a nosotros mismos, por mucho que nos conozcamos y por muy determinantes que seamos con nuestras decisiones, tomar la decisión de decir adiós es algo tremendamente doloroso siempre.



“Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo.


Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.

¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!”

-Paulo Coelho-

No volvemos a ser los mismos después de un adiós
En las despedidas siempre hay algo que se nos rompe por dentro, que rasga nuestras ilusiones, nuestras esperanzas y nuestros sentimientos. Esta parte ya nunca volverá a ser igual, ya nunca más se reconstruirá ni amanecerá con nosotros cada día.

Esto nos hace sentir nostalgia y una profunda pena, generando fantasías sobre lo que pudo ser y no fue, así como un tremendo miedo a la despedida que nos empuja a aferrarnos a imposibles.



Al fin y al cabo cerrar las puertas de nuestra vida a alguien constituye un duelo y en un proceso como tal se sufre. Pero este tipo de despedidas son necesarias para reencontrarnos y para resituar nuestra afectividad y nuestro ser emocional.

Las personas cambiamos y con nosotras lo hacen nuestras relaciones en el mundo. Esto ocurre aunque pongamos todo nuestro empeño en que no suceda. Sin embargo, decir adiós a aquellas relaciones que no nos hacen bien y que no tienen remedio es nuestro salvavidas.

Así que cuando nos demos cuenta de que algo no está yendo bien y que los buenos sentimientos brillan por su ausencia sin motivo, es importante que nos repitamos que tenemos la capacidad de elegir a quién queremos en nuestra vida y quién debe salir de ella.

Por Raquel Aldana


 
Lo que tenga que ser será a su tiempo y en su momento



Lo que tenga que ser será, a su tiempo y en su momento, porque el destino es incierto y a veces simplemente los vientos no soplan a nuestro favor ni nuestras velas están por la labor de izarse a pesar de nuestro empeño.

Dicen que las mejores cosas no se planean, que simplemente suceden y que es mejor no presionar al tiempo. Porque realmente si algo debe pasar, sucederá de todas maneras. Y si no debe hacerlo, pues no lo hará. Es simple.


Por eso de vez en cuando es bueno no planear ni esperar, dejar de exigir razones por las que seguir avanzando por un camino que no vemos muy claro y bajarnos del mundo de las expectativas y de las programaciones.

El hecho de que las cosas sean más sencillas de lo que en origen nos planteamos nos abre un gran abanico de posibilidades para disfrutar de la vida desde otra perspectiva mucho más relajada y simpática para nuestro bienestar.

Todo pasa, todo llega, todo se transforma
Probablemente todos estaremos de acuerdo en que somos producto de nuestras circunstancias y de nuestros deseos. Sin embargo, a veces estos resultan incompatibles o, al menos, nos cuesta digerir las consecuencias que acarrean. Esto genera preocupaciones que hacen que nos sintamos angustiados y, como se suele decir, amargan nuestra existencia.

En esta ocasión es bueno que echemos mano de un famoso proverbio árabe que encierra en sí mismo una lógica aplastante: Si tiene solución, ¿por qué te preocupas? Y si no la tiene, ¿por qué te preocupas?

Lo cierto es que sí, parece obvio que no deberíamos preocuparnos de aquello que no podemos resolver, pero dejarse llevar y mantener la calma en ciertos momentos puede ser prácticamente imposible.


Por eso quizás lo que debemos aprender es que hay ciertas cosas que se escapan de nuestro control y que dejar que la vida fluya y aceptar cuáles son las circunstancias es la mejor de nuestras opciones en muchas ocasiones.

No somos la coraza, somos la respiración
Somos aquello que digerimos, las piedras con las que tropezamos, los rasguños que no curamos y los finales trágicos de nuestra vida. No somos todo sonrisas, alegrías o verdades, también somos mentiras (las que nos cuentan y las que nos contamos), somos las críticas y las lágrimas que no lloramos.

Así que para abarcar con nuestras riendas todo lo que nos compone lo tenemos más que complicado. Pero esto no significa que tengamos que desconfiar de la felicidad o, simplemente, de las casualidades de la vida.


No se trata de creer o no creer en el destino, sino de dejar que las circunstancias nos sorprendan y así abrir las ventanas del relax emocional para que nos ayuden a reavivar nuestros sentimientos.

De vez en cuando es necesario huir de nosotros mismos y de nuestras expectativas. O sea, lavar nuestra mente para tomar perspectiva, contar hasta diez y rellenar de oxígeno nuestros pulmones.

Esto nos ayudará a no perder trenes y a no arrepentirnos de aquello que hemos perdido por nuestra inquieta manía de marcar los signos de puntuación de un texto. Cuando tenga que ser punto y final, que lo sea, pero respetemos los puntos suspensivos, las comas y los puntos y aparte.

Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte y que es precisamente ese impulso el que te ayuda a recorrer kilómetros y kilómetros de caminos de piedras con los pies descalzos. La verdad es que la clave está en estrujar los errores y en disfrutar de los vientos del cambio.

Recuerda que aquellas partes de ti con las que no conectas habitualmente pierden la fuerza que necesitan para activarse. Por eso, no dejes que la vida pase mirando cómo se consumen las pilas de tu reloj, no retrocedas en el tiempo.

Dale continuidad, aprende a relajarte, a mirar con lupa aquellos pensamientos que te dañan y a contemplar la vida con paciencia. No intentes planear cada milímetro de tu recorrido, a veces simplemente necesitas desenfocar tu cámara, dejar que pase el tiempo y dejarte llevar por las casualidades.

Por Raquel Aldana

 
La ilusión del tiempo en nuestras vidas



“Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es el tiempo”
(Mario Benedetti)

Mira tu reloj, ¿qué hora es?

El paso del tiempo es una de las grandes cuestiones que más horas ha llevado tratar de resolver y aún quedan minutos, segundos y milisegundos de investigación para desentrañar todos sus misterios.


Es tal el interés y la complejidad de esta pregunta que incluso se organizó un concurso donde científicos tenían que darle respuesta de forma muy sencilla a un jurado compuesto por unos 6000 niños de 11 años.


Nuestra vida está ligada al tic tac de las agujas del reloj. Hacemos planes, organizamos visitas, nos aprendemos los horarios de los transportes para no llegar tarde y soplamos velas cuando celebramos el aniversario de nuestro nacimiento. Dormimos una media de ocho horas, tenemos que cumplir con el horario de trabajo establecido y tachamos días en el calendario.

Pero hay dos formas de explicar este concepto: una cosa es el tiempo que corre en el reloj y otra distinta cómo percibimos su paso.


¿Cuántos relojes tenemos?


-Reloj circadiano




Es el que nos permite que midamos la duración de las horas del día. Se encarga de controlar nuestro sueño, de que nos despertemos y de señalarnos las rutinas que adquirimos: “tengo hambre, tiene que ser la hora de comer” o “ya tiene que ser la hora de ir al gimnasio“.


Digamos que es aquel que nos avisa de los hábitos y funciones más básicas de nuestro organismo. Se distorsiona cuando hacemos un viaje largo en avión, provocando el fenómeno conocido como "jetlag" que es una descompensación horaria tras un viaje transatlántico, al producirse un desequilibrio producido entre el reloj interno y el horario real.


-Reloj milisegundos


Es, obviamente, el más preciso. Gracias a él podemos percibir correctamente el habla, el ritmo de una canción o controlar nuestros movimientos más finos como alcanzar un objeto al vuelo que se dirige hacia nosotros.


-Reloj cognitivo




Cierra los ojos y cuenta hasta un minuto. Este es tu reloj cognitivo. Se activa cuando somos conscientes del paso del tiempo y sirve para medir las duraciones comprendidas entre unos pocos segundos y algunos minutos.


Es el más flexible de todos, ya que podemos detenerlo y ponerlo en marcha cuando queramos. Pero esta facilidad tiene también su punto débil: importantes factores como la memoria, la atención o las emociones pueden alterarlo.


Las paradojas del tiempo

“Cuando miramos el reloj, podemos ver moverse el segundero, pero sólo la memoria nos dice que las manecillas de los minutos y las horas se han movido” .

Esta paradoja resalta que ante un concepto tan abstracto e intangible necesitamos una referencia física para tener constancia del paso del tiempo. Un péndulo de un lado hacia otro, unas manecillas girando paso a paso, la sombra de un reloj de sol o la arena fina cayendo.

-“Una olla observada nunca rompe a hervir”.

Esta afirmación confirma que la atención juega un papel muy importante. Y es que si nos centramos en el tic tac, el tiempo parece estirarse o incluso congelarse. De ahí que cuando estamos disfrutando y no somos conscientes del reloj el tiempo se nos pase muy rápido y que, por el contrario, si estamos aburridos y sólo deseamos que el tiempo vuele, como venganza va más lento que nunca. Es todo un clásico: ¿mamá, cuánto falta para llegar?

-“Se me está haciendo eterna la espera al dentista”.

Las emociones también tienen su influencia. Ya estemos bajo un estado emocional positivo o negativo la percepción del tiempo se altera. Por ejemplo, el tiempo en la sala de espera antes de entrar a una entrevista de trabajo se hace más largo de lo que en otras circunstancias nos parecería.

Está comprobado que si le preguntas cuánto tiempo han estado en el aire a personas que acaban de saltar haciendo puenting o con paracaídas, te dirán que ha sido más tiempo del que realmente ha pasado, ya que con emociones fuertes todo se ralentiza.

Nos activamos para no perdernos detalle del momento que estamos viviendo y, a su vez, nuestro sistema de supervivencia se activa para hacer frente a la situación. Y sí, también los besos con tu enamorado/a parecen durar más de lo que duran.

Mira tu reloj de nuevo, ¿cuánto tiempo ha pasado?

“Cuando piensas que algo está ocurriendo, ya ha sucedido”


Por Álvaro Cabezuelo
 

Temas Similares

4 5 6
Respuestas
64
Visitas
3K
Back