Acá en Uruguay hubo un boxeador Floreal García, contemporáneo de mi abuelo. Siempre pensé que se hizo boxeador defendiendo el nombre.Conocía un señor al que todos llamaban Flor, el buen hombre se llamaba Floreal. Quedaba rarísimo hablar de flor y asociarlo a algo femenino, delicado... Nuestro Flor era grandote, con los ojos saltones y barriga prominente.