Os cuento algo verídico: Una amiga mía, hace ya muchos años, conoció a un chico que vivía en otra ciudad a 600 km de la nuestra. Tuvieron un breve rollete, ella fue allí un par de veces y él también vino aquí alguna vez hasta que se acabó la historia. Bueno, pues no sé si la primera vez que ella se desplazó allí al muchacho no se le ocurrió otra cosa que dejarla en su casa mientras él se iba un par de horas al gimnasio.
Ya la ves a ella en casa de uno que acabas de conocer, en una ciudad extraña, sola mientras él estaba en el gimnasio. De traca. Y encima le perdieron la maleta en el vuelo, con lo que pasó ese fin de semana casi con lo puesto.
Lo que no entiendo es cómo le quedaron ganas de volver a quedar con él después de ese buen recibimiento...
Ya la ves a ella en casa de uno que acabas de conocer, en una ciudad extraña, sola mientras él estaba en el gimnasio. De traca. Y encima le perdieron la maleta en el vuelo, con lo que pasó ese fin de semana casi con lo puesto.
Lo que no entiendo es cómo le quedaron ganas de volver a quedar con él después de ese buen recibimiento...