Pues... hay padres y padres. La verdad es que a veces hay que darles toques de atención porque no saben o no quieren medirse. Y seamos sinceros, quién en un momento determinado no ha estado hasta el gorro de ellos. Eso, nada tiene que ver con el amor que les tengamos. De igual forma que ellos nos pegan el broncazo, o simplemente, se equivocan con su actitud, también los hijos podemos reprenderles y quejarnos. ¿Cómo que no?
De todas formas, Trepizia, aunque en ocasiones tengas motivos, intenta cuidar las formas, hay palabras que duelen, y conforme envejecemos, nos volvemos más sensibles, vulnerables. Parecemos niños. Hay maneras de decir las cosas, y si puedes, echa mano de la paciencia.
Yo, a mis padres, nunca les permití traspasar ciertas líneas porque siempre he pensado que de algún modo también hay que educarles. Ni ellos, como progenitores, tienen toda la razón de mundo, ni nosotros, los hijos, tenemos derecho a según qué cosas. Es un difícil equilibrio, pero hay que intentarlo.
Ánimo, guapa, no desesperes.
De todas formas, Trepizia, aunque en ocasiones tengas motivos, intenta cuidar las formas, hay palabras que duelen, y conforme envejecemos, nos volvemos más sensibles, vulnerables. Parecemos niños. Hay maneras de decir las cosas, y si puedes, echa mano de la paciencia.
Yo, a mis padres, nunca les permití traspasar ciertas líneas porque siempre he pensado que de algún modo también hay que educarles. Ni ellos, como progenitores, tienen toda la razón de mundo, ni nosotros, los hijos, tenemos derecho a según qué cosas. Es un difícil equilibrio, pero hay que intentarlo.
Ánimo, guapa, no desesperes.