Gabriel Cruz, asesinado por Ana Julia Quezada, la pareja del padre.

La explicación más miserable de Ana Julia: dice que Gabriel la llamó “negra” y lo mató sin querer
  • La asesina confesa sugiere en su versión de los hechos que el pequeño la insultó. Los investigadores no se la creen.
  • Dijo que forzó el hallazgo de la camiseta "para dar esperanzas" al padre de Gabriel.

El día que asesinó al pequeño Gabriel, Ana Julia Quezada dijo que iba a pintar una lavadora. Comieron juntos en la casa de Las Hortichuelas (Níjar, Almería), junto a la abuela. Eran las 15:35 cuando el niño terminó su comida y decidió salir a jugar a la calle. La abuela le frenó y le sugirió que era mejor que esperase un poco para descansar la comida. A las 15:40, el pequeño abandonó la casa en dirección al pueblo, a la casa de sus primos, a poco menos de 100 metros de distancia. Detrás de él, con una coca-cola en la mano, Ana Julia salió por la puerta de la casa hacia su coche, en dirección a la finca de Rodalquilar. Volvió a comentar que tenía que pintar algunas cosas, entre ellas la lavadora y la puerta de la entrada a la vivienda.

Mucho se ha hablado del relato de Ana Julia Quezada, la asesina confesa del pequeño Gabriel. La mayoría de las cosas que la mujer contó a los agentes de la Unidad Central Operativa de Guardia Civil (UCO) eran puro artificio, una ilusión repleta de clichés y de lugares comunes con el fin de justificar el crimen. Una macabra función teatral sostenida desde el momento que se subió con el niño en el coche para matarlo hasta que, casi dos semanas después, fue detenida cuando transportaba su cadáver en el coche.

En el sumario del caso, a cuyo contenido ha tenido acceso EL ESPAÑOL, se traslucen buena parte de las mentiras de la versión de la asesina confesa. Todas ellas son descartadas y desoídas por los agentes de la investigación, que apenas se creen su versión.

Desde que fue detenida, todas las mentiras de Ana Julia Quezada han ido saliendo a la luz: el ocultamiento del cuerpo, su participación activa en la búsqueda, camuflada entre la multitud de voluntarios que peinaban kilómetros y kilómetros a la redonda del lugar en que el pequeño Gabriel había sido visto por última vez; sus aspavientos en público, sus actuaciones casi teatrales cuando las cámaras de televisión estaban delante. Algunas de esas mentiras vuelven a quedar ahora a la luz al haberse levantado el secreto de sumario. Algunas de ellas no hacen sino inclinar la balanza hacia el asesinato y no hacia el homicidio y el accidente, la versión que la mujer hace meses que trata inútilmente de sostener.

Estas son las falsas versiones de Ana Julia sobre algunos de los acontecimientos relacionados con la desaparición y muerte de Gabriel Cruz, de la que ella misma es la única autora y responsable. Ella dice que todo fue un accidente. Los investigadores no se creen ni una sola palabra de todo ello.

La farsa de lo que ocurrió en Rodalquilar

27 de febrero. Algo antes de las cuatro de la tarde. Finca de Rodalquilar, Níjar. Ana Julia Quezada se baja del coche, y con ella Gabriel Cruz. La asesina confesa dice a la Guardia Civil que el niño se pone a jugar en los alrededores de la casa del terreno. Mientras, ella se introduce en el interior, desconecta la alarma y abre las ventanas para ventilar el interior, porque asegura que dentro huele mucho a pintura.

Luego se pone a pintar la puerta de la vivienda. Ana Julia dice que, entonces, el niño Gabriel coge un hacha que había por el jardín. Ella le ordena que la deje, que puede hacerse daño. En ese momento, el niño entra en la casa, donde ella se encuentra. La escena se produce en medio del salón. Según la versión de Ana Julia, el chiquillo monta en cólera: le grita para que se calle, que siempre le dice lo que tiene que hacer, le dice que se vuelva a su país, que quiere que su padre esté con su madre y no con ella.

Ana Julia asegura que el pequeño empieza a insultarla. Que comienza a decirle que es una “negra fea”. Que no para de insistirle en que se fuera a Santo Domingo (su lugar de origen). Gabriel chilla, no quiere darle el hacha. Entonces Ana Julia se acerca y, según su relato, empieza a forcejear con el crío. Intentando quitársela, taponándole la boca a la vez para que se callase y dejase de insultarle.

Según la farsa relatada por Ana Julia, todo se le fue de madre. Es el relato ficticio que lleva semanas intentando vender. Que todo fue un accidente. Que le apretó la boca y la nariz al mismo tiempo, que no quería matarle. Que cuando se dio cuenta el niño ya no respiraba, no respondía a ningún estímulo y su cuerpo colgaba inerme. Que no quería hacerle daño. Ana Julia dice que se quedó paralizada, fumando sin saber qué hacer porque “había hecho daño” a Gabriel. Que al pequeño lo había matado “sin querer”.

Los agentes de la investigación descartaron como falsa esta versión de los hechos.

La farsa de la camiseta

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Ana Julia vivió en Burgos más de 20 años.

El 3 de marzo de 2018 era sábado. Era ya el quinto día de búsqueda del pequeño Gabriel en Níjar y alrededores. Brigadas especializadas, perros rastreadores, buzos, helicópteros, habitantes de la zona, voluntarios, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO)… El dispositivo de búsqueda del pequeño Gabriel había pasado ya al siguiente nivel. La mañana de ese día, la del 3, nadie supo dónde estaba Ana Julia.

Concretamente, la asesina confesa desapareció entre la una y las dos y media de la tarde. Esa misma tarde la investigación dio un vuelco clave que acabó dirigiendo todas las miradas hacia ella. Fue cuando se produjo el hallazgo de una camiseta de Gabriel. Un hallazgo que, sorprendentemente, realizó ella misma.

A la hora de comer, Ana Julia tiende ya la trampa: le sugiere a Ángel que habría que salir a registrar determinada zona porque por allí no había pasado nadie. Nadie la había revisado. Ángel asiente y al comenzar la tarde se dirigen hacia ese lugar.

Ana Julia va junto a su pareja y padre del pequeño, Ángel. Es ella quien dirige en todo momento la batida. En un punto de la búsqueda, ella se adelante y se introduce en una zona repleta de juncos. El padre del chiquillo escucha, a cierta distancia, voces de ella reclamando su atención. Al acercarse advierte de nuevo los gritos.

- ¡La camiseta de Gabriel, la camiseta de Gabriel!

Ana Julia tiene la prenda cogida con las manos manos extendidas. Se trata de una camiseta blanca, fina y que está totalmente seca. Al principio Ángel no le da más vueltas, pero luego le empieza a rondar la cabeza aquel sorprendente hallazgo: no le sonaba de nada aquella camiseta.

Ana Julia insiste. Le dice que aquella prenda es, sin duda, del pequeño Gabriel. La mujer argumenta que es así porque fue ella quien le vistió la mañana de la desaparición. Llaman a algunos agentes de la Guardia Civil, quienes llegan cinco minutos después.

Ahí ya empezaron a surgir las dudas más claras en torno a Ana Julia. A la familia le impactó lo sucedido aquella tarde por un motivo muy sencillo: la ahora asesina confesa dijo que se había encargado personalmente de vestir a Gabriel la mañana de la desaparición. Sin embargo, el chiquillo, ocho años de edad, ya era mayor para esas cosas: no necesitaba a nadie que le ayudase.Siempre se vestía solo.

La farsa “para dar esperanzas”, "para no hacerle daño"

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Ana Julia con su pareja, Ángel, el padre de Gabriel, días antes de ser detenida. EFE

Ese fue el primer indicio de la farsa. El segundo vino a través del testimonio de un agente de la Policía Local de Níjar, al mando de uno de los grupos de rastreo de esa misma mañana. Horas antes de que apareciese la camiseta del pequeño, ese mismo agente registró, peinó y batió esa zona acompañado unos 20 voluntarios. Acabaron a las 12:30 de la mañana y no encontraron nada.

El día anterior a que apareciese la camiseta había llovido en Níjar, y había llovido bien. Por eso a aquel agente le sorprendió en gran medida que la camiseta estuviese seca. Además, por aquel lugar habían pasado decenas de veces por el lugar en que supuestamente había aparecido la prenda de ropa del pequeño desaparecido. La habrían visto de forma irremediable. Tres horas después, una sola persona decía haber realizado aquel importante hallazgo sin ningún tipo de dificultad.

En cuanto se produjo el hallazgo de la camiseta, los agentes fueron directos a preguntar a la abuela. Su casa era el último lugar en el que había sido visto el niño, y ella le había hecho la comida el día de la desaparición. La mujer no tuvo duda: aquella camiseta no era suya, y tampoco llevaba esa prenda el día de la desaparición.

El misterio se resolvió el día que Ana Julia fue detenida. ¿Por qué había colocado allí la camiseta? ¿Qué le llevó a perpetrar y alargar la farsa? Su respuesta a los investigadores fue tan clara como inverosímil. Reconoció que ella era quien había tirado la prenda. Aseguró que lo hizo para que Ángel “creyera que el niño estaba vivo”. Detalló que falseó el hallazgo la camiseta, colocada por ella misma, “para darle esperanza”, “para no hacerle daño”. Terminó apuntando que “no sabía lo que hacía”.

https://www.elespanol.com/reportaje...ana-julia-gabriel-sin-querer/317468877_0.html
 
Los comentarios de Ana Julia que desconcertaron a su hija durante la búsqueda de Gabriel
  • La hija de Ana Julia y la madre del pequeño Gabriel trasladaron a los investigadores las dudas y sospechas que habían despertado varios comentarios de la asesina confesa del niño de 8 años.

Judith, la hija de Ana Julia Quezada, se trasladó desde Burgos hasta Almería para ayudar durante los primeros días en la búsqueda del pequeño Gabriel. Durante esos 12 días de tensa búsqueda, la hija de la asesina, se sorprendió por algunos comentarios que hizo su madre sobre su aspecto físico: "Mira que buen cuerpo tengo. Voy al gimnasio dos, tres sesiones seguidas". Además, la hija de Ana Julia comentó a los investigadores que le sorprendió también que su madre encontrara la camiseta de Gabriel cerca de una depuradora en Níjar.

Además, Sara Fernández, prima de Ángel, explicó al equipo de la UCO la forma en que Ana Julia intentó engañarla un día antes de que fuera detenida con el cadáver de Gabriel en el maletero de su coche. "El 10 de marzo Ana Julia me dijo que fuera con ella a Rodalquilar. Que le daba paz ese sitio. Estuvimos sentadas en un banco al lado de la piscina, fumando un cigarro. Me dijo que la ayudara a arrancar tablas de la piscina porque eso le relajaba".

Las sospechas de la madre de Gabriel hacia Ana Julia

El sumario del juicio por el crimen del pequeño Gabriel Cruz en Almería arroja también las sospechas que Patricia Ramírez, la madre del niño de ocho años, tenía sobre Ana Julia Quezada. La madre de Gabriel trasladó a los investigadores desde el principio de la búsqueda sus dudas sobre la inocencia de la pareja de su ex, unas sospechas que ya existían en el entorno familiar y entre algunos periodistas que cubrían la información de la búsqueda.

Los focos de Patricia apuntaban a Ana Julia desde el momento en que ella pidió subir la recompensa por Gabriel. "Ana Julia salió con muy mala cara. Sé que tiene problemas económicos, así que me imaginé que se debía a la decisión de los investigadores de no subir la recompensa. Me resultó extraño que tuvieran tanto interés en el dinero".

La madre de Gabriel era también consciente de que Ana Julia provocó un distanciamiento entre Ángel Cruz y su hijo. Ángel, el padre de Gabriel, llevaba saliendo aproximadamente un año con Ana Julia cuando se produjo el crimen. "Sé que la relación que tenían Gabriel y Ana Julia no era buena. Antes, Gabriel y Ángel tenían una relación más estrecha. Gabriel hasta se había quejado alguna vez de la pareja de su padre".

Además, la madre del pequeño de ocho años, asesinado en una finca de Rodalquilar, mostró su total desconfianza cuando Ana Julia encontró una camiseta: "Dijo que le había vestido ella, pero el niño se vestía solo. Tenía ocho años”.

Patricia no solo dudó de la camiseta, también de cómo encontró Ana Julia la prenda. "Me pareció muy llamativo que la camiseta apareciera ahí y totalmente seca. Había estado lloviendo mucho e incluso los voluntarios que peinaron esa zona días atrás no consiguieron encontrar la camiseta". Incluso la hija de Ana Julia, que viajó hasta Almería durante los primeros días de búsqueda, sospechó de su propia madre cuando apareció esa camiseta.

https://www.telecinco.es/elprograma...-madre-ana-julia-recompensa_0_2584575041.html
 
Ahora resulta que la Girasola sabía incluso que su Ángel se había distanciado del niño entre otras cosas. Pues ya hay que tener la sangre de horchata para estar como un pulpo encima del ex y dale que te pego al sobeteo con lo que le pasó a su hijo. No me creo nada de esta mujer. El padre queda como un irresponsable total y el papel de la madre es de un antinatural que crea rechazo.
 
La explicación más miserable de Ana Julia: dice que Gabriel la llamó “negra” y lo mató sin querer
  • La asesina confesa sugiere en su versión de los hechos que el pequeño la insultó. Los investigadores no se la creen.
  • Dijo que forzó el hallazgo de la camiseta "para dar esperanzas" al padre de Gabriel.

El día que asesinó al pequeño Gabriel, Ana Julia Quezada dijo que iba a pintar una lavadora. Comieron juntos en la casa de Las Hortichuelas (Níjar, Almería), junto a la abuela. Eran las 15:35 cuando el niño terminó su comida y decidió salir a jugar a la calle. La abuela le frenó y le sugirió que era mejor que esperase un poco para descansar la comida. A las 15:40, el pequeño abandonó la casa en dirección al pueblo, a la casa de sus primos, a poco menos de 100 metros de distancia. Detrás de él, con una coca-cola en la mano, Ana Julia salió por la puerta de la casa hacia su coche, en dirección a la finca de Rodalquilar. Volvió a comentar que tenía que pintar algunas cosas, entre ellas la lavadora y la puerta de la entrada a la vivienda.

Mucho se ha hablado del relato de Ana Julia Quezada, la asesina confesa del pequeño Gabriel. La mayoría de las cosas que la mujer contó a los agentes de la Unidad Central Operativa de Guardia Civil (UCO) eran puro artificio, una ilusión repleta de clichés y de lugares comunes con el fin de justificar el crimen. Una macabra función teatral sostenida desde el momento que se subió con el niño en el coche para matarlo hasta que, casi dos semanas después, fue detenida cuando transportaba su cadáver en el coche.

En el sumario del caso, a cuyo contenido ha tenido acceso EL ESPAÑOL, se traslucen buena parte de las mentiras de la versión de la asesina confesa. Todas ellas son descartadas y desoídas por los agentes de la investigación, que apenas se creen su versión.

Desde que fue detenida, todas las mentiras de Ana Julia Quezada han ido saliendo a la luz: el ocultamiento del cuerpo, su participación activa en la búsqueda, camuflada entre la multitud de voluntarios que peinaban kilómetros y kilómetros a la redonda del lugar en que el pequeño Gabriel había sido visto por última vez; sus aspavientos en público, sus actuaciones casi teatrales cuando las cámaras de televisión estaban delante. Algunas de esas mentiras vuelven a quedar ahora a la luz al haberse levantado el secreto de sumario. Algunas de ellas no hacen sino inclinar la balanza hacia el asesinato y no hacia el homicidio y el accidente, la versión que la mujer hace meses que trata inútilmente de sostener.

Estas son las falsas versiones de Ana Julia sobre algunos de los acontecimientos relacionados con la desaparición y muerte de Gabriel Cruz, de la que ella misma es la única autora y responsable. Ella dice que todo fue un accidente. Los investigadores no se creen ni una sola palabra de todo ello.

La farsa de lo que ocurrió en Rodalquilar

27 de febrero. Algo antes de las cuatro de la tarde. Finca de Rodalquilar, Níjar. Ana Julia Quezada se baja del coche, y con ella Gabriel Cruz. La asesina confesa dice a la Guardia Civil que el niño se pone a jugar en los alrededores de la casa del terreno. Mientras, ella se introduce en el interior, desconecta la alarma y abre las ventanas para ventilar el interior, porque asegura que dentro huele mucho a pintura.

Luego se pone a pintar la puerta de la vivienda. Ana Julia dice que, entonces, el niño Gabriel coge un hacha que había por el jardín. Ella le ordena que la deje, que puede hacerse daño. En ese momento, el niño entra en la casa, donde ella se encuentra. La escena se produce en medio del salón. Según la versión de Ana Julia, el chiquillo monta en cólera: le grita para que se calle, que siempre le dice lo que tiene que hacer, le dice que se vuelva a su país, que quiere que su padre esté con su madre y no con ella.

Ana Julia asegura que el pequeño empieza a insultarla. Que comienza a decirle que es una “negra fea”. Que no para de insistirle en que se fuera a Santo Domingo (su lugar de origen). Gabriel chilla, no quiere darle el hacha. Entonces Ana Julia se acerca y, según su relato, empieza a forcejear con el crío. Intentando quitársela, taponándole la boca a la vez para que se callase y dejase de insultarle.

Según la farsa relatada por Ana Julia, todo se le fue de madre. Es el relato ficticio que lleva semanas intentando vender. Que todo fue un accidente. Que le apretó la boca y la nariz al mismo tiempo, que no quería matarle. Que cuando se dio cuenta el niño ya no respiraba, no respondía a ningún estímulo y su cuerpo colgaba inerme. Que no quería hacerle daño. Ana Julia dice que se quedó paralizada, fumando sin saber qué hacer porque “había hecho daño” a Gabriel. Que al pequeño lo había matado “sin querer”.

Los agentes de la investigación descartaron como falsa esta versión de los hechos.

La farsa de la camiseta

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Ana Julia vivió en Burgos más de 20 años.

El 3 de marzo de 2018 era sábado. Era ya el quinto día de búsqueda del pequeño Gabriel en Níjar y alrededores. Brigadas especializadas, perros rastreadores, buzos, helicópteros, habitantes de la zona, voluntarios, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO)… El dispositivo de búsqueda del pequeño Gabriel había pasado ya al siguiente nivel. La mañana de ese día, la del 3, nadie supo dónde estaba Ana Julia.

Concretamente, la asesina confesa desapareció entre la una y las dos y media de la tarde. Esa misma tarde la investigación dio un vuelco clave que acabó dirigiendo todas las miradas hacia ella. Fue cuando se produjo el hallazgo de una camiseta de Gabriel. Un hallazgo que, sorprendentemente, realizó ella misma.

A la hora de comer, Ana Julia tiende ya la trampa: le sugiere a Ángel que habría que salir a registrar determinada zona porque por allí no había pasado nadie. Nadie la había revisado. Ángel asiente y al comenzar la tarde se dirigen hacia ese lugar.

Ana Julia va junto a su pareja y padre del pequeño, Ángel. Es ella quien dirige en todo momento la batida. En un punto de la búsqueda, ella se adelante y se introduce en una zona repleta de juncos. El padre del chiquillo escucha, a cierta distancia, voces de ella reclamando su atención. Al acercarse advierte de nuevo los gritos.

- ¡La camiseta de Gabriel, la camiseta de Gabriel!

Ana Julia tiene la prenda cogida con las manos manos extendidas. Se trata de una camiseta blanca, fina y que está totalmente seca. Al principio Ángel no le da más vueltas, pero luego le empieza a rondar la cabeza aquel sorprendente hallazgo: no le sonaba de nada aquella camiseta.

Ana Julia insiste. Le dice que aquella prenda es, sin duda, del pequeño Gabriel. La mujer argumenta que es así porque fue ella quien le vistió la mañana de la desaparición. Llaman a algunos agentes de la Guardia Civil, quienes llegan cinco minutos después.

Ahí ya empezaron a surgir las dudas más claras en torno a Ana Julia. A la familia le impactó lo sucedido aquella tarde por un motivo muy sencillo: la ahora asesina confesa dijo que se había encargado personalmente de vestir a Gabriel la mañana de la desaparición. Sin embargo, el chiquillo, ocho años de edad, ya era mayor para esas cosas: no necesitaba a nadie que le ayudase.Siempre se vestía solo.

La farsa “para dar esperanzas”, "para no hacerle daño"

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Ana Julia con su pareja, Ángel, el padre de Gabriel, días antes de ser detenida. EFE

Ese fue el primer indicio de la farsa. El segundo vino a través del testimonio de un agente de la Policía Local de Níjar, al mando de uno de los grupos de rastreo de esa misma mañana. Horas antes de que apareciese la camiseta del pequeño, ese mismo agente registró, peinó y batió esa zona acompañado unos 20 voluntarios. Acabaron a las 12:30 de la mañana y no encontraron nada.

El día anterior a que apareciese la camiseta había llovido en Níjar, y había llovido bien. Por eso a aquel agente le sorprendió en gran medida que la camiseta estuviese seca. Además, por aquel lugar habían pasado decenas de veces por el lugar en que supuestamente había aparecido la prenda de ropa del pequeño desaparecido. La habrían visto de forma irremediable. Tres horas después, una sola persona decía haber realizado aquel importante hallazgo sin ningún tipo de dificultad.

En cuanto se produjo el hallazgo de la camiseta, los agentes fueron directos a preguntar a la abuela. Su casa era el último lugar en el que había sido visto el niño, y ella le había hecho la comida el día de la desaparición. La mujer no tuvo duda: aquella camiseta no era suya, y tampoco llevaba esa prenda el día de la desaparición.

El misterio se resolvió el día que Ana Julia fue detenida. ¿Por qué había colocado allí la camiseta? ¿Qué le llevó a perpetrar y alargar la farsa? Su respuesta a los investigadores fue tan clara como inverosímil. Reconoció que ella era quien había tirado la prenda. Aseguró que lo hizo para que Ángel “creyera que el niño estaba vivo”. Detalló que falseó el hallazgo la camiseta, colocada por ella misma, “para darle esperanza”, “para no hacerle daño”. Terminó apuntando que “no sabía lo que hacía”.

https://www.elespanol.com/reportaje...ana-julia-gabriel-sin-querer/317468877_0.html

Se apunta al carro del victimismo por discriminación racial . Se suma a la moda, tonta no es. Los monstruos que crea la propia sociedad siempre acaba por devorar a sus creadores pero en este caso era un niño y no tenía culpa ni responsabilidad alguna.
 
Q no la llames negra q es racissssssmo, esta bronceada como el Julio Iglesias mujer...
Aún va a tener suerte con el Sánchez y la derogación de la PPR. En poco más de 10 años está fuera como El chicle.
Tienes razón hablo sin pensar...Pues tanto ella como el chicle vivirán sus 50 años en libertad , bien lozanos para disfrutar su madurez
 
Ahora resulta que la Girasola sabía incluso que su Ángel se había distanciado del niño entre otras cosas. Pues ya hay que tener la sangre de horchata para estar como un pulpo encima del ex y dale que te pego al sobeteo con lo que le pasó a su hijo. No me creo nada de esta mujer. El padre queda como un irresponsable total y el papel de la madre es de un antinatural que crea rechazo.
Y para colmo una vez que saben lo que le hizo no quieren que se pudra toda su vida en la cárcel...
Nada, que cuando salga se vaya al mismo pueblo y la tengan ellos de vecina a ver que les parece.
 
Su línea principal era que el niño estaba vivo y en la finca se suponía, erróneamente, que no podía estar ni vivo ni muerto por las visitas diarias que hacía acompañada, pero no descartaron que pudiese estar muerto en otro lugar, de ahí que buscasen en pozos y demás.

En cuanto a la ropa, supongo que la tiraría en una fecha muy cercana a la aparición de la camiseta del niño. En los días siguientes al hallazgo, hasta la prensa la seguía en cualquier salida.

Las estadísticas dicen que los niños que desaparecen tardan como mucho dos horas en morir...
Tenían la misma certeza de que estuviese vivo o muerto....
Creéis que en algún momento subieron a mirar? Me parece que no, se fiaron de los familiares, justo lo contrario a lo que dice la razón en estos casos, los cercanos son los principales sospechosos...
No tiene sentido que una propiedad familiar de esas características no fuese lo primero donde hicieran un registro.
 
Las estadísticas dicen que los niños que desaparecen tardan como mucho dos horas en morir...
Tenían la misma certeza de que estuviese vivo o muerto....
Creéis que en algún momento subieron a mirar? Me parece que no, se fiaron de los familiares, justo lo contrario a lo que dice la razón en estos casos, los cercanos son los principales sospechosos...
No tiene sentido que una propiedad familiar de esas características no fuese lo primero donde hicieran un registro.
La GC , la OCU, la patrulla canina de la GC, el Ejército , los bomberos, los buzos buscando al niño vivo en la depuradora , pozos etc...han hecho un gran trabajo a la justicia y a los ciudadanos ...Pero calladitos
 
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