Las Campos: María Teresa, Terelu y Carmen Borrego

De Nacho Gay


En la misma línea de sentido, leo la prensa rosa esta semana y me dan ganas de reventar. “La gran noche de las Campos”; “Las Campos y Bigote Arrocet, premiados por los humoristas”. En fin... Me relamo las vergüenzas por no dejármelas largas. La Asociación del Humorismo Español (Ashumes) premió aTerelu, a su actual padrastro, Bigote Arrocet, y al programa de su madre, Qué tiempo tan feliz, por su indudable contribución al humor. Desde luego hay que tener mucho sentido del humor para premiar a Terelu. Y mucho más para ser Terelu e ir a recogerlo. Luego entiendo que, en este sentido, todo queda justificado.

Me he preocupado por entrar en la página web de Ashumes y comprobar, con asombro, que Bigote es uno de los fundadores de la misma (por tanto, todo quedó en casa) y que la mayor parte de sus compañeros en el staff suelen formar parte del cartel de las galas imponderables de José Luis Moreno. Todo muy chic. Los tíos tienen tanta guasa que en el comunicado que redactan de sus propios premios, los Sancho Panza, aseguran que “a la entrega asistieron famosos de la talla de: María Teresa Campos, (…) Antonio Montiel, Paco Cecilio, Malena Gracia, Leonardo Dantes, Carmen Borrego (Hermana de Terelu) y Tony Antonio”.




El clan de las Campos con sus parejas en la entrega de premios (Ver galería)

Pero lo verdaderamente dramático de esta historia, lo que realmente me ha hecho pensar, lo que ha provocado este artículo, es el ramillete de fotos paridas por el fotógrafo oficial de la velada. Las tres Campos, María Teresa, Terelu y Carmen Borrego (“la hermana de Terelu”), unidas por el cordón umbilical de la fama, que en su caso tiene forma de enchufe, flanqueadas por sus machos, presumiendo de esos maromos, colocadas estratégicamente para que su felicidad, sus perlas, sus brillos y todo su éxito cupiesen en cada una de las instantáneas. Fíjense en un detalle clave: todos se apilan en la mitad de una mesa, dejando la otra mitad libre para la colocación estratégica de la cámara. En cine y en televisión es habitual ver sentados a los miembros de la familia a un mismo lado del tablero cuando el realizador es malo de coj*nes y se quiere ahorrar el trago de jugar con el eje.
Esa estampa tan maravillosa, el retrato de una familia de triunfadora, es un instante en la vida de El Gran Gastby. Todo es mentira. Todo es quimera. A mí particularmente me gusta más la gente con contradicciones, con sus filias y sus fobias, sus traumas en forma de pony, sus monstruos en el armario; la gente bipolar, a ratos xenófoba y clasista, perturbada por una violación, virgen hasta los 30; la gente de verdad, la gente como Virginia Woolf… Yo amo a esa gente. Y tendré que esperar a que una gran escritora, dentro de unos años, un gran cineasta quizá, que cumpla o viole la ley del eje, le ponga puertas a las Campos, sea capaz de narrar o filmar las miserias enterradas bajo las alfombras de esas entregas de premios, la verdad que habita tras los destellos de las perlas. Entonces quizá pueda llegar amarlas. Solo entonces.
 
Con los estudios y la preparación que tienen, tanto madre como hija, toda la vida han sido tremendamente afortunadas.
No tienen ninguna carrera más allá de los estudios básicos y obligatorios, pero tampoco una valía profesional que justifique que sigan en antena. Eso sí, se han sabido rodear de excelentes profesionales que han conseguido que los programas tuviesen audiencia.
En el caso de Terelu su vida profesional ha venido siempre de la mano de los enchufes de su mamá y en su vida particular de tener una relación tras otra que ha sabido rentabilizar en las revistas y para lo que parece vivir.
Terelu no es periodista?????????
 
Terelu no es periodista?????????
No, no lo es.
Ha trabajado gracias a su madre que la ha ido metiendo con calzador en todos los programas dónde ha estado.
Pasó muchos años en Telemadrid haciendo "Con T de tarde" y desde luego no dejó ningún buen recuerdo entre sus compañeros.
Lo peor no es no tener una carrera, es no tener interés en formarte y en mirar a todos por encima del hombro.
Ya se lo dijo una vez Matamoros, y tampoco es ejemplo de nada, y menudo drama montó.
 
No, no lo es.
Ha trabajado gracias a su madre que la ha ido metiendo con calzador en todos los programas dónde ha estado.
Pasó muchos años en Telemadrid haciendo "Con T de tarde" y desde luego no dejó ningún buen recuerdo entre sus compañeros.
Lo peor no es no tener una carrera, es no tener interés en formarte y en mirar a todos por encima del hombro.
Ya se lo dijo una vez Matamoros, y tampoco es ejemplo de nada, y menudo drama montó.
Gracias por tu respuesta, estaba convencida de que sí lo era.
Flipante!
 
Tienes razón
A la vista de esta foto, nadie diría que exista mucha diferencia
entre los hermanos y si según ella, su hermana la pequeña tiene
57 años, ¿cuántos tiene ella?
Si como parece es nacida el año 36, son 79 años los que tiene
Una diferencia de 22 años con su hermana pequeña
¿quièn se lo cree?
¿Cómo puede ser tan poco inteligente de hacer esos cálculos
que no cuadran en absoluto?
Yo creo que ella se ve viejuna y necesita justificar que es casi de la
edad de su "huésped" Inmundo

No puedo con estas Campos
Son muy falsas
Hace poco enQTTF la Campos dijo que se llevaba 22 años con su hermana......no sé,esto es un sin vivir!
 
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Carta de Ajuste

NACHO GAY

Ponerle puertas a las Campos
Conocemos poco a la gente. Mucho menos de lo que creemos. Pienso esto mientras leo las primeras páginas de un libro sorprendente que acaba de llevar
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Terelu y María Teresa Campos en una ilustración de Paco Sordo para 'Vanitatis'
AUTOR
NACHO GAY
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Portada del libro de Virginia Woolf, 'La vida por escrito'
Conocemos poco a la gente. Mucho menos de lo que creemos. Pienso esto mientras leo las primeras páginas de un libro sorprendente que acaba de llevar a mis manos casi por casualidad, como le llegan a uno los textos que merecen realmente la pena. Confieso que no tenía la más mínima intención de leerlo. Primero, porque las biografías me matan de sueño. Y segundo porque Virginia Woolfnunca ha sido una mujer que me fascinase demasiado, ni como escritora ni como personaje. Quizá porque, luctuosa hasta la médula y bisoja como era, se parecía poderosamente a mi profesora de catequesis, Chusita, una cabrona como Dios manda.

Como la casualidad nos pone en bandeja casi siempre lo que no pretendemos, un debate terracero con una amiga sobre las aptitudes interpretativas deNicole Kidman devolvería el libro de marras a mis manos. Kidman, de la que un servidor ha llegado a ser fan de póster antes de que se rebanase el talento a golpe de bisturí, interpretó a Woolf en Las Horas, de Stephen Daldry. Por esa simple razón abrí el libro de Chikiar Bauer, Virginia Woolf. La vida por escrito(Taurus), con la intención manifiesta de cerrarlo como máximo diez minutos después, pero ya no podría. Quedaría seducido por la Woolf más desconocida, la bipolar, la xenófoba, la clasista, la niña que sufrió abusos, la mujer que llegó virgen a los 30 obsesionada con el orgasmo, y por cómo esas contrariedades, esos anhelos y obsesiones, narrados por Bauer con una mezcla de respeto y cinismo, pero siempre con absoluto rigor cotilla, se fueron plasmando progresivamente en su obra.



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Portada del libro de Ana Romero 'Final de partida'
El otro libro que ha pasado por mis manos esta semana es muy parecido y muy distinto a la vez a la biografía de Woolf. Parecido porque las dos autoras intentan lo mismo y distinto porque la segunda no lo consigue. Respeto mucho el trabajo de mi compañera Ana Romero, pero leer Final de partida (Esfera de los libros) no me hace amar u odiar más o menos de lo que ya lo hacía al Rey Juan Carlos.Tampoco me lo desnuda demasiado. Y cuando lo hace, se empeña en que sea literalmente, como sus predecesoras. Todavía no he leído ni una sola línea en prosa ni en verso sobre los miembros de la Casa Real española, y mira que se ha escrito últimamente, que me haya hecho preguntarme si conozco realmente a los personajes. Lo que leo a menudo son folletines algo insípidos, paridos al calor del morbo de bragueta.
Algo parecido ha ocurrido con las divas del star system del petardeo nacional. Nadie se ha atrevido jamás a hablar mal de ellas y, hoy, claro, apenas las conocemos. Fue desconcertante comprobar hace unos años, cuando un amigo mío (muy amigo) escribió un artículo, sincero más que crítico, referido a una de esas vacas sagradas, la cantidad de felicitaciones calladas que recibió. Su bandeja de entrada era un jolgorio; una concentración de indignados. Gente que había trabajado mano a mano con ella haciendo suyas las palabras de mi amigo. Gente que antes jamás había dicho esta boca es mía y que probablemente jamás lo hará.

En la misma línea de sentido, leo la prensa rosa esta semana y me dan ganas de reventar. “La gran noche de las Campos”; “Las Campos y Bigote Arrocet, premiados por los humoristas”. En fin... Me relamo las vergüenzas por no dejármelas largas. La Asociación del Humorismo Español (Ashumes) premió aTerelu, a su actual padrastro, Bigote Arrocet, y al programa de su madre, Qué tiempo tan feliz, por su indudable contribución al humor. Desde luego hay que tener mucho sentido del humor para premiar a Terelu. Y mucho más para ser Terelu e ir a recogerlo. Luego entiendo que, en este sentido, todo queda justificado.

Me he preocupado por entrar en la página web de Ashumes y comprobar, con asombro, que Bigote es uno de los fundadores de la misma (por tanto, todo quedó en casa) y que la mayor parte de sus compañeros en el staff suelen formar parte del cartel de las galas imponderables de José Luis Moreno. Todo muy chic. Los tíos tienen tanta guasa que en el comunicado que redactan de sus propios premios, los Sancho Panza, aseguran que “a la entrega asistieron famosos de la talla de: María Teresa Campos, (…) Antonio Montiel, Paco Cecilio, Malena Gracia, Leonardo Dantes, Carmen Borrego (Hermana de Terelu) y Tony Antonio”.




El clan de las Campos con sus parejas en la entrega de premios (Ver galería)

Pero lo verdaderamente dramático de esta historia, lo que realmente me ha hecho pensar, lo que ha provocado este artículo, es el ramillete de fotos paridas por el fotógrafo oficial de la velada. Las tres Campos, María Teresa, Terelu y Carmen Borrego (“la hermana de Terelu”), unidas por el cordón umbilical de la fama, que en su caso tiene forma de enchufe, flanqueadas por sus machos, presumiendo de esos maromos, colocadas estratégicamente para que su felicidad, sus perlas, sus brillos y todo su éxito cupiesen en cada una de las instantáneas. Fíjense en un detalle clave: todos se apilan en la mitad de una mesa, dejando la otra mitad libre para la colocación estratégica de la cámara. En cine y en televisión es habitual ver sentados a los miembros de la familia a un mismo lado del tablero cuando el realizador es malo de coj*nes y se quiere ahorrar el trago de jugar con el eje.

Esa estampa tan maravillosa, el retrato de una familia de triunfadoras, es un instante en la vida de El Gran Gastby. Todo es mentira. Todo es quimera. A mí particularmente me gusta más la gente con contradicciones, con sus filias y sus fobias, sus traumas en forma de pony, sus monstruos en el armario; la gente bipolar, a ratos xenófoba y clasista, perturbada por una violación, virgen hasta los 30; la gente de verdad, la gente como Virginia Woolf… Yo amo a esa gente. Y tendré que esperar a que una gran escritora, dentro de unos años, un gran cineasta quizá, que cumpla o viole la ley del eje, le ponga puertas a las Campos, sea capaz de narrar o filmar las miserias enterradas bajo las alfombras de esas entregas de premios, la verdad que habita tras los destellos de las perlas. Entonces quizá pueda llegar a amarlas. Solo entonces.
 
De Nacho Gay


En la misma línea de sentido, leo la prensa rosa esta semana y me dan ganas de reventar. “La gran noche de las Campos”; “Las Campos y Bigote Arrocet, premiados por los humoristas”. En fin... Me relamo las vergüenzas por no dejármelas largas. La Asociación del Humorismo Español (Ashumes) premió aTerelu, a su actual padrastro, Bigote Arrocet, y al programa de su madre, Qué tiempo tan feliz, por su indudable contribución al humor. Desde luego hay que tener mucho sentido del humor para premiar a Terelu. Y mucho más para ser Terelu e ir a recogerlo. Luego entiendo que, en este sentido, todo queda justificado.

Me he preocupado por entrar en la página web de Ashumes y comprobar, con asombro, que Bigote es uno de los fundadores de la misma (por tanto, todo quedó en casa) y que la mayor parte de sus compañeros en el staff suelen formar parte del cartel de las galas imponderables de José Luis Moreno. Todo muy chic. Los tíos tienen tanta guasa que en el comunicado que redactan de sus propios premios, los Sancho Panza, aseguran que “a la entrega asistieron famosos de la talla de: María Teresa Campos, (…) Antonio Montiel, Paco Cecilio, Malena Gracia, Leonardo Dantes, Carmen Borrego (Hermana de Terelu) y Tony Antonio”.
Nos hemos cruzado jajajaja
 
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Carta de Ajuste

NACHO GAY

Ponerle puertas a las Campos
Conocemos poco a la gente. Mucho menos de lo que creemos. Pienso esto mientras leo las primeras páginas de un libro sorprendente que acaba de llevar
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Terelu y María Teresa Campos en una ilustración de Paco Sordo para 'Vanitatis'
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Portada del libro de Virginia Woolf, 'La vida por escrito'
Conocemos poco a la gente. Mucho menos de lo que creemos. Pienso esto mientras leo las primeras páginas de un libro sorprendente que acaba de llevar a mis manos casi por casualidad, como le llegan a uno los textos que merecen realmente la pena. Confieso que no tenía la más mínima intención de leerlo. Primero, porque las biografías me matan de sueño. Y segundo porque Virginia Woolfnunca ha sido una mujer que me fascinase demasiado, ni como escritora ni como personaje. Quizá porque, luctuosa hasta la médula y bisoja como era, se parecía poderosamente a mi profesora de catequesis, Chusita, una cabrona como Dios manda.

Como la casualidad nos pone en bandeja casi siempre lo que no pretendemos, un debate terracero con una amiga sobre las aptitudes interpretativas deNicole Kidman devolvería el libro de marras a mis manos. Kidman, de la que un servidor ha llegado a ser fan de póster antes de que se rebanase el talento a golpe de bisturí, interpretó a Woolf en Las Horas, de Stephen Daldry. Por esa simple razón abrí el libro de Chikiar Bauer, Virginia Woolf. La vida por escrito(Taurus), con la intención manifiesta de cerrarlo como máximo diez minutos después, pero ya no podría. Quedaría seducido por la Woolf más desconocida, la bipolar, la xenófoba, la clasista, la niña que sufrió abusos, la mujer que llegó virgen a los 30 obsesionada con el orgasmo, y por cómo esas contrariedades, esos anhelos y obsesiones, narrados por Bauer con una mezcla de respeto y cinismo, pero siempre con absoluto rigor cotilla, se fueron plasmando progresivamente en su obra.



portada-del-libro-de-ana-romero-final-de-partida.jpg

Portada del libro de Ana Romero 'Final de partida'
El otro libro que ha pasado por mis manos esta semana es muy parecido y muy distinto a la vez a la biografía de Woolf. Parecido porque las dos autoras intentan lo mismo y distinto porque la segunda no lo consigue. Respeto mucho el trabajo de mi compañera Ana Romero, pero leer Final de partida (Esfera de los libros) no me hace amar u odiar más o menos de lo que ya lo hacía al Rey Juan Carlos.Tampoco me lo desnuda demasiado. Y cuando lo hace, se empeña en que sea literalmente, como sus predecesoras. Todavía no he leído ni una sola línea en prosa ni en verso sobre los miembros de la Casa Real española, y mira que se ha escrito últimamente, que me haya hecho preguntarme si conozco realmente a los personajes. Lo que leo a menudo son folletines algo insípidos, paridos al calor del morbo de bragueta.
Algo parecido ha ocurrido con las divas del star system del petardeo nacional. Nadie se ha atrevido jamás a hablar mal de ellas y, hoy, claro, apenas las conocemos. Fue desconcertante comprobar hace unos años, cuando un amigo mío (muy amigo) escribió un artículo, sincero más que crítico, referido a una de esas vacas sagradas, la cantidad de felicitaciones calladas que recibió. Su bandeja de entrada era un jolgorio; una concentración de indignados. Gente que había trabajado mano a mano con ella haciendo suyas las palabras de mi amigo. Gente que antes jamás había dicho esta boca es mía y que probablemente jamás lo hará.

En la misma línea de sentido, leo la prensa rosa esta semana y me dan ganas de reventar. “La gran noche de las Campos”; “Las Campos y Bigote Arrocet, premiados por los humoristas”. En fin... Me relamo las vergüenzas por no dejármelas largas. La Asociación del Humorismo Español (Ashumes) premió aTerelu, a su actual padrastro, Bigote Arrocet, y al programa de su madre, Qué tiempo tan feliz, por su indudable contribución al humor. Desde luego hay que tener mucho sentido del humor para premiar a Terelu. Y mucho más para ser Terelu e ir a recogerlo. Luego entiendo que, en este sentido, todo queda justificado.

Me he preocupado por entrar en la página web de Ashumes y comprobar, con asombro, que Bigote es uno de los fundadores de la misma (por tanto, todo quedó en casa) y que la mayor parte de sus compañeros en el staff suelen formar parte del cartel de las galas imponderables de José Luis Moreno. Todo muy chic. Los tíos tienen tanta guasa que en el comunicado que redactan de sus propios premios, los Sancho Panza, aseguran que “a la entrega asistieron famosos de la talla de: María Teresa Campos, (…) Antonio Montiel, Paco Cecilio, Malena Gracia, Leonardo Dantes, Carmen Borrego (Hermana de Terelu) y Tony Antonio”.




El clan de las Campos con sus parejas en la entrega de premios (Ver galería)

Pero lo verdaderamente dramático de esta historia, lo que realmente me ha hecho pensar, lo que ha provocado este artículo, es el ramillete de fotos paridas por el fotógrafo oficial de la velada. Las tres Campos, María Teresa, Terelu y Carmen Borrego (“la hermana de Terelu”), unidas por el cordón umbilical de la fama, que en su caso tiene forma de enchufe, flanqueadas por sus machos, presumiendo de esos maromos, colocadas estratégicamente para que su felicidad, sus perlas, sus brillos y todo su éxito cupiesen en cada una de las instantáneas. Fíjense en un detalle clave: todos se apilan en la mitad de una mesa, dejando la otra mitad libre para la colocación estratégica de la cámara. En cine y en televisión es habitual ver sentados a los miembros de la familia a un mismo lado del tablero cuando el realizador es malo de coj*nes y se quiere ahorrar el trago de jugar con el eje.

Esa estampa tan maravillosa, el retrato de una familia de triunfadoras, es un instante en la vida de El Gran Gastby. Todo es mentira. Todo es quimera. A mí particularmente me gusta más la gente con contradicciones, con sus filias y sus fobias, sus traumas en forma de pony, sus monstruos en el armario; la gente bipolar, a ratos xenófoba y clasista, perturbada por una violación, virgen hasta los 30; la gente de verdad, la gente como Virginia Woolf… Yo amo a esa gente. Y tendré que esperar a que una gran escritora, dentro de unos años, un gran cineasta quizá, que cumpla o viole la ley del eje, le ponga puertas a las Campos, sea capaz de narrar o filmar las miserias enterradas bajo las alfombras de esas entregas de premios, la verdad que habita tras los destellos de las perlas. Entonces quizá pueda llegar a amarlas. Solo entonces.
 
Hace poco enQTTF la Campos dijo que se llevaba 22 años con su hermana......no sé,esto es un sin vivir!

Si se lleva 22 y la hermana tiene 59, entonces ella tiene 81, que sí puede cuadrar con todo este lío.. pero entonces no tiene los 73 años que dice la wiki, que colocarían a su hermana casi como Terelu, es decir, con 51.
 
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