Pues será que me fijo en tonterías, pero mí me da penilla la colcha colorá de la cama de arriba, con los madroños descosidos colgando como el moquillo de la nariz de un churumbel. La colcha de abajo me da más pena aún. Al que se aburría mucho y se entretuvo arrancando pelotillas una a una hasta dejarla pelá que le den una escoba y se ponga a quitar la arena del patio; o mejor una pala, que ya hace dunas.
La analilense, tanto que le gusta colgarle cosas a la ropa y no se le ocurre reponer los madroños perdidos, y encima les saca foto a las colchas, tiene bemoles.
¿O será que barrer el patio de vez en cuando y arreglar lo que se deteriora no son cosas que hacen que la vida valga la pena?
Yo pensé lo mismo, @Ecumene, y me dio como tristeza ver esas colchas con los madroñitos comprados en la mercería.
Dicho esto, no soy quien para meterme con la casa playera en cuestión, porque a la de mis padres fueron a parar, en momentos indeterminados, todas las cosas que se desechaban de la "casa-casa" de la ciudad, y ha habido veranos en que parecía una feria de muestras. De muestras pasadas de moda varios lustros, claro.
Y recuerdo casas de amigos en las que los padres, al comprar casa en la playa, no compraban muebles nuevos (o adecuados) para la playa, sino que llevaban allí los muebles de la casa principal, de cuando se casaron, y compraban nuevos para la ciudad. Recuerdo particularmente una casa con un salón del estilo de la casa de Samantha de Embrujada con muebles de formica (formica, siiii, como las cocinas de los 60!) gris y verde con patas de metal negro. Directamente . Ahora ya no se, pero hasta hace 10 o 12 años los seguían teniendo.
Aunque, los muebles de jardín de plástico me han matado un poco. Ese tipo de silloncito de plástico me recuerda a las terrazas de los bares de litros de los 80 y 90. Y de la actualidad, ahora que lo pienso. Y como te pegas al plástico si vas en bañador o con algo corto. Y que calor dan!
Última edición: