Bush se limitó a pescar en río revuelto. La estrategia de Guerra contra el Terror de Bush estaba muy desgastada cara a la opinión pública/electorado norteamericano. Un bestial atentado ''yihadista'' en Europa avivó ese miedo a la amenaza terrorista y aglutinó intención voto en torno a Bush.
Bueno, como no me has contestado, no he tenido más remedio que meterme en el blog de este señor y como era de esperar no aclara exactamente a qué se refiere. Puede que la CIA manejara información sobre movimientos yihadistas en España previos a los atentados del 11-M pero si así fue, no actuó bien porque no les dio la debida importancia, bien porque no interesaba hacerlo en ese momento. Nos quedamos con la duda.
Lo que está claro es que la única potencia que tiene capacidad para jugar a “cambio de régimen” son los EEUU. Y en España no había necesidad de intervenir porque PP y PSOE son más de lo mismo. Los presidentes del gobierno español pueden resultar aliados más o menos útiles en cuanto a las operaciones de relaciones públicas pero su capacidad para influir sobre el escenario internacional es nula.
El que Aznar quisiera cargarse al rey, deshacer el Estado de las Autonomías, finiquitar a ETA y todas sus ramificaciones políticas, recuperar Gibraltar, nombrar un consul-general en Guinea Ecuatorial y proclamar la independencia del Sahara no eran más que delirios de grandeza de un pobre hombre que, como dice el autor del blog, sacó la naranja de abajo y se le cayó la pirámide encima. El frutero, George W, no acudió en su ayuda. Un desagradecido, no cabe duda. Otros clientes que andaban por ahí, Schroeder, Chirac o el rey de Marruecos, el espectáculo no les pilló por sorpresa. De ingenuidad precisamente no pecaban. Pero un fueron quienes le hicieron la cama. Se la hizo él solito. Diez años después, sigue buscando un culpable. Quizás en el próximo libro.