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Hola primas, os pongo un poco en contexto:
Tengo 24 y mi novio 25 y llevamos casi 5 años de relación. La cosa es que antes de pandemia estábamos en el mismo plano (nos conocimos en un ambiente común y fuimos amigos antes de empezar a salir) y cuando llegó el covid estuvimos sin vernos tres o cuatro meses por las restricciones de movilidad (somos de CCAA distintas).
Los primeros meses de la relación, no sé si por la novedad o por la juventud, teníamos muchas relaciones y yo lo disfrutaba muchísimo. De hecho, hice alguna locura que a día de hoy me arrepiento, pero eso es otro tema. Durante la cuarentena yo pasé por un periodo de depresión en el que apenas quería comunicarme ni siquiera con él pero seguimos adelante. El problema viene cuando después de vernos y de saciar el calentón inicial yo dejo de querer tener s*xo tan seguido.
Éramos de los que nos despertábamos el uno al otro en mitad de la noche y nos poníamos al tema pero yo ahora odio eso, odio que me despierte por la mañana para eso, odio que quiera hacerlo por la noche cuando estoy muy cansada, y en general, odio que quiera hacerlo cuando yo tengo otra cosa que hacer que me apetece más. En definitiva, el s*xo ha pasado a la última de mis prioridades en la lista. El problema es que para él sigue en el mismo puesto, si no más alto.
Lo hemos hablado en numerosas ocasiones, cómo me siento yo de satisfecha sin ello y cómo él se siente poco querido. La cosa es que en otros ámbitos no he cambiado: sigo siendo cariñosa, sigo teniendo detalles, seguimos haciendo planes, pero el hecho de que ya no me apetezca está mermando la relación.
Hace unos meses le dije que quizá el problema era él y su insaciabilidad. Me molesta cuando tenemos relaciones una vez y quiere volverlas a tener muy seguido, porque él sabe que tengo más s*xo del que necesito y se lo dije y se lo tomó a la defensiva pero dijo que no lo iba a hacer más. Pero también se dedica a mas***barse a mi lado cuando específicamente le he dicho que no me apetece tener relaciones, incluso cuando estoy intentando dormir. ¿Es tan complicado de entender que si le he dicho que no, tampoco quiero ver cómo se masturba? Que no le prohíbo hacerlo, pero ¿tanto le cuesta ir al baño?
Otro de los problemas que tengo con respecto al s*xo, y esto es se antes de estar con él, es que me da asco el s*men y lo sabe perfectamente. Desde hace alrededor de un año se viene c*rriendo encima de mí se manera continuada. Además de que el domingo ya sentí la gota que colmó el vaso cuando tuvimos relaciones el sábado (que accedí pero que no me apetecía) y el domingo ignoró mi negativa llegando a quitarme los pantalones. Después se enfadó y no me habló el resto del día. De hecho apenas nos hablamos a día de hoy.
Esto no es una vez, siempre que le digo que no, se enfada conmigo. Me siento mal por mí porque no tendría que acceder por coacción pero el que me aplique la ley del hielo me duele más, sabiendo que al final del día cuando tenemos relaciones lo disfruto. Pero no tengo ganas, no me apetece y lo sabe. Después de todas las veces que hemos discutido por el tema convenimos en hacerlo al menos cada dos meses, que eso era suficiente para él. Y lo estoy cumpliendo, pero él no. Siempre quiere más, siempre intenta más y he llegado al punto de que ya no me siento segura cuando estamos a solas porque sé que va a mas***barse mientras duermo a su lado si le rechazo, o que no me puedo cambiar de ropa en su presencia porque va a intentar meterme mano. No es sano.
Él mismo reconoció tener un problema con el s*xo y me dijo que iba a ir al psicólogo para buscar otra manera más sana y menos invasiva de desestresarse. No lo ha hecho, y a mí me da ansiedad que se quede a dormir o quedarme en su casa porque sé que voy a sentirme usada o que se va a enfadar por no dejarle usarme.
En el resto se aspectos la relación es increíble, pero desde hace tiempo que este tema me hace replantearme todo y dejarle. No puedo estar así con alguien, y creo que el hecho de que esté en modo negación con respecto al s*xo es culpa suya, si no de forma íntegra, en gran medida.
Gracias por leerme, tan sólo quería desahogarme
Tengo 24 y mi novio 25 y llevamos casi 5 años de relación. La cosa es que antes de pandemia estábamos en el mismo plano (nos conocimos en un ambiente común y fuimos amigos antes de empezar a salir) y cuando llegó el covid estuvimos sin vernos tres o cuatro meses por las restricciones de movilidad (somos de CCAA distintas).
Los primeros meses de la relación, no sé si por la novedad o por la juventud, teníamos muchas relaciones y yo lo disfrutaba muchísimo. De hecho, hice alguna locura que a día de hoy me arrepiento, pero eso es otro tema. Durante la cuarentena yo pasé por un periodo de depresión en el que apenas quería comunicarme ni siquiera con él pero seguimos adelante. El problema viene cuando después de vernos y de saciar el calentón inicial yo dejo de querer tener s*xo tan seguido.
Éramos de los que nos despertábamos el uno al otro en mitad de la noche y nos poníamos al tema pero yo ahora odio eso, odio que me despierte por la mañana para eso, odio que quiera hacerlo por la noche cuando estoy muy cansada, y en general, odio que quiera hacerlo cuando yo tengo otra cosa que hacer que me apetece más. En definitiva, el s*xo ha pasado a la última de mis prioridades en la lista. El problema es que para él sigue en el mismo puesto, si no más alto.
Lo hemos hablado en numerosas ocasiones, cómo me siento yo de satisfecha sin ello y cómo él se siente poco querido. La cosa es que en otros ámbitos no he cambiado: sigo siendo cariñosa, sigo teniendo detalles, seguimos haciendo planes, pero el hecho de que ya no me apetezca está mermando la relación.
Hace unos meses le dije que quizá el problema era él y su insaciabilidad. Me molesta cuando tenemos relaciones una vez y quiere volverlas a tener muy seguido, porque él sabe que tengo más s*xo del que necesito y se lo dije y se lo tomó a la defensiva pero dijo que no lo iba a hacer más. Pero también se dedica a mas***barse a mi lado cuando específicamente le he dicho que no me apetece tener relaciones, incluso cuando estoy intentando dormir. ¿Es tan complicado de entender que si le he dicho que no, tampoco quiero ver cómo se masturba? Que no le prohíbo hacerlo, pero ¿tanto le cuesta ir al baño?
Otro de los problemas que tengo con respecto al s*xo, y esto es se antes de estar con él, es que me da asco el s*men y lo sabe perfectamente. Desde hace alrededor de un año se viene c*rriendo encima de mí se manera continuada. Además de que el domingo ya sentí la gota que colmó el vaso cuando tuvimos relaciones el sábado (que accedí pero que no me apetecía) y el domingo ignoró mi negativa llegando a quitarme los pantalones. Después se enfadó y no me habló el resto del día. De hecho apenas nos hablamos a día de hoy.
Esto no es una vez, siempre que le digo que no, se enfada conmigo. Me siento mal por mí porque no tendría que acceder por coacción pero el que me aplique la ley del hielo me duele más, sabiendo que al final del día cuando tenemos relaciones lo disfruto. Pero no tengo ganas, no me apetece y lo sabe. Después de todas las veces que hemos discutido por el tema convenimos en hacerlo al menos cada dos meses, que eso era suficiente para él. Y lo estoy cumpliendo, pero él no. Siempre quiere más, siempre intenta más y he llegado al punto de que ya no me siento segura cuando estamos a solas porque sé que va a mas***barse mientras duermo a su lado si le rechazo, o que no me puedo cambiar de ropa en su presencia porque va a intentar meterme mano. No es sano.
Él mismo reconoció tener un problema con el s*xo y me dijo que iba a ir al psicólogo para buscar otra manera más sana y menos invasiva de desestresarse. No lo ha hecho, y a mí me da ansiedad que se quede a dormir o quedarme en su casa porque sé que voy a sentirme usada o que se va a enfadar por no dejarle usarme.
En el resto se aspectos la relación es increíble, pero desde hace tiempo que este tema me hace replantearme todo y dejarle. No puedo estar así con alguien, y creo que el hecho de que esté en modo negación con respecto al s*xo es culpa suya, si no de forma íntegra, en gran medida.
Gracias por leerme, tan sólo quería desahogarme