"Oprah con Meghan y Harry"

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El palacio sabia que cuando Harry se casara con una mujer de raza mixta, norteamericana y divorciada, tendrian que hacer lo imposible para que el matrimonio fuera un exito. Si no lo era, la casa real seria culpada. "todos sabian que la institucion seria juzgada por su felicidad"
"El error, fue creer que ella queria ser feliz. Ella queria ser rechazada porque estaba obsesionada con esa narrativa desde el dia uno".

Perdón pero a mi gusto, Meghan me parece una sociópata.

Es que no parece distinguir entre el bien y el mal . Y Harry, tal vez igual. No sería raro, parejitas sociopatas hay muchas. Un lado que maquina todo y el otros lado que sigue ciegamente.
 
"A fines de 2017, después de que se anunció el compromiso de Harry y Meghan, un asistente principal habló con la pareja sobre las dificultades causadas por el trato que le dieron al personal. Las personas debían ser tratadas bien y con cierta comprensión, incluso cuando no se estaban desempeñando según sus estándares, se les dijo. Se dice que Meghan respondió: "No es mi trabajo mimar a la gente".


Que fuerte, y Harry defendiendola diciendo que eran malentendidos por ser ella de cultura americana y mas directa.
 



Traducción: Esto es incendiario, pero profundamente investigado y muy preciso. Meghan fue acusada de acosar a varios miembros del personal. Dejó algunos llorando. El príncipe William y su exsecretario privado Simon Case tuvieron que acelerar la división de la casa (Kensington Palace ) debido a esto.

Will hizo lo correcto. Él todavía no es rey ni principe de Gales, y en ese momento, aún no tenía suficiente poder para poder hacer algo más por los empleados. Los protegió como pudo, separando las casas.

Más se refuerza mi teoría de que Harry fue el que bloqueó que el asunto llegara a oídos de la reina, y si llegó, llegó con la versión que Meghan y Harry quisieron dar.
 

Siempre me ha generado curiosidad que hizo en su paso por la embajada norteamericana en BsAs. Socialmente hablando, digo. Es muy raro que nadie saliera en los programas de chimentos porteños afirmando haberla conocido, salido o trabajado. Si bien fueron tiempos revueltos... estuvo esos tres meses encerrada en la embajada? No salio, no fue de copas o a bailar con alguien?? A ver un partido de polo? (y tratar de levantarse un polista, que estan forrados de $$). Preguntas que me he hecho desde hace tiempo, me intriga su paso por mi pais.

Yo hice una pasantía en una embajada a esencialmente la misma edad. Lo cierto es que no haces mucho. El primer día me dieron a revisar un folleto varias veces antes de que se fuera a imprenta. Atendía llamadas y correo, ayudaba en la organización de algunos eventos. Y mira que yo el idioma del país lo hablaba a la perfección. Había vivido previamente en ese país, había ido al colegio y había estudiado más la lengua en la universidad. Eres invisible. Cuando es verano pues hay algunos eventos a nivel de toda la embajada y ocasionalmente invitan al pic nic a los advenedizos de los pasantes. Es todo. Hasta ahí llega. Eres invisible no importa quién seas ni de dónde vengas.
 
Bueno...preparen pochoclo...isabel autorizó la cacería.
Que mal fin le veo a la parejita

Pues, si uno de los grande agravios que ellos han estado ventilando por varios años ya es que no los protegían, que los echaron a los leones, que eran objetivo y víctimas de la persecución, el acecho y el acoso de la prensa y no los protegían, que se tuvieron que ir para salvar sus vidas porque los ponían en peligro y no los protegían, bueno, pues vamos a ver lo que es que no te protejan. Parece que los periodistas de distintos medios comienzan a levantarse para esencialmente decir, sí, esto es cierto y está corroborado porque es que esto lo sabíamos todos y teníamos las pruebas. Si no salió en su momento es porque te estábamos protegioendo. Te estaba protegiendo la familia real y nosotros, la prensa, nos estábamos protegiendo a nosotros mismos de la familia real y lo que hubiera pasado si soltábamos todo lo que sabemos y tenemos mientras estabas bajo su protección.

Al que no quiere caldo le dan dos tazas. Toma protección.
 
Artículo en The Telegraph de Hannah Betts a partir del trailer de la entrevista.
Si pueden pergeñar artículos tan extensos solo con los avances del programa, no quiero ni pensar todo lo que escribirán después de verlo...


Meghan no es para nada como Diana, pero el efecto The Crown lo está cambiando todo

Mientras el drama triunfaba en los Globos de Oro, otro evento televisivo estaba siendo lanzado. Hannah Betts analiza el vínculo entre ambos.

By Hannah Betts
1 March 2021 • 8:00pm

El domingo por la tarde se presentaron al mundo dos eventos televisivos no ajenos entre sí. En el primero, CBS, la cadena de televisión estadounidense, lanzó un tentador tráiler del gran “decirlo todo” que emitirán el próximo fin de semana -en el cual el príncipe Harry afirmó que su gran temor ha sido “que la historia se repita”.

Como si su mensaje no fuera suficientemente claro, agregó: “No puedo ni tratar de imaginar lo que habrá sido para ella atravesar todo este proceso por sí sola hace tantos años”, mientras la pantalla mostraba una imagen de un pequeño Harry con su madre, Diana, Princesa de Gales.

En el segundo momento televisivo del domingo, la ceremonia del 78º Golden Globe estuvo dominada por los premios ganados por The Crown, de Netflix. La soap opera royal de Peter Morgan ganó el premio a la mejor serie dramática de TV, así como una variedad de otros premios, incluyendo a Emma Corrin por Diana y Josh O’Connor por el príncipe Charles, la atormentada heroína y el atormentador villano de series de cuarta.

La relación entre estos dos momentos no es coincidencia. La entrevista de Winfrey (disponible en América la noche del próximo domingo) en la cual Meghan principalmente contará su historia antes de que se una Harry, parece diseñada para reforzar la idea de la princesa perseguida –con la cual los seguidores de The Crown ahora están familiarizados.

Harry nos dio su visión de The Crown el pasado viernes, en una entrevista con James Corden. Al principio, apuntó a la línea corporativa, como debería ser, teniendo en cuenta el millonario contrato con la compañía. “No pretenden ser noticias. Es ficción. Pero está libremente basada en la verdad…” , dejando a gran parte del mundo preguntándose si acababan de ver al sexto en la línea de sucesión jurando lealtad a una firma diferente: Netflix, con una línea accesoria en CBS.

En el proceso, el príncipe se reveló a sí mismo más feliz con el arte de “hacer creer” que con el reporte de una prensa independiente. Y lo que su familia piense de su aprobación del show, el cual se reporta ha dejado a los royals senior echando humo -al punto de describirlo como “troleo con presupuesto de Hollywood”- no parece ser tenido en cuenta.

“Me siento más cómodo con The Crown que viendo las historias que se escriben sobre mi familia, mi esposa, yo mismo… es obviamente ficción, lo tomas como quieres, pero es tomado como un hecho, porque son supuestamente noticias. Tengo un verdadero problema con eso”.

Por supuesto que tiene un problema con eso, porque Harry y Meghan probablemente tienen su propia narrativa que mantener -una más acorde con el sensacionalismo de un programa exitoso que con los meros hechos.

Para Harry, Meghan es Diana: la glamorosa, filantrópica, mujer mayor de treinta y tantos que él busca idolatrar y proteger de los medios, como fue incapaz de hacer con su madre. A la propia Meghan le ha sido fácil establecer una conexión con su difunta suegra. A pesar de insistir en que sabía muy poco sobre Harry cuando fue a una cita a ciegas con él (preguntando tímidamente “Is he nice?”), tenemos una fotografía que se tomó fuera del Palacio de Buckingham cuando tenía 15 años, en 1996. Sus amigos han dicho que mantenía desde la infancia el deseo de ser “Diana 2.0”, sollozando en el funeral de su ícono en 1997 y considerándola como un modelo de humanitarismo.

Para la entrevista con Winfrey, se la puede ver usando el brazalete de Diana, tal como usó su anillo de aguamarina para la recepción de su boda en 2018. También usa el delineador a la manera de una heroína, lo cual –como en la notoria entrevista de Diana en 1995 con Martin Bashir- ilumina los ojos siempre inundados de lágrimas. Dicho delineador es acompañado con una imitación de la pálida y “borrada” boca de Diana. “Estuviste en silencio o fuiste silenciada?” pregunta a Meghan la entrevistadora.

Diana era una intérprete amateur. Su nuera es una profesional. En el tráiler de Winfrey, la vemos interpretando a una princesa tan maravillosamente como siempre lo ha hecho: el rostro en modo de escucha sensible, una mano sobre la de su esposo, la otra en el estómago –la pose de Madonna que adoptó en su primer embarazo.

Mientras Diana siempre trató de modelarse a sí misma como la Reina, con el deber firmemente en primer lugar, las ambiciones de Meghan se sitúan océano por medio con Windsor. Desafortunadamente, en el intento de convertirse en Diana 2.0, lo que Meghan no tuvo en cuenta es que no había ninguna vacante a ser ocupada. Ella se casó con el repuesto, no con el heredero. El protocolo dicta que Catherine Middleton –esa tímida, calmada plebeya, que ahora está mostrando su valía- un día será la Reina, no la chica con glamour de estrella que se consideró a sí misma mejor calificada para la tarea. (Como un símbolo de esto, Harry, quien originalmente heredó el anillo de compromiso de zafiro, se sintió obligado a dárselo a William cuando éste se comprometió con Kate).

De todas maneras, el segundo lugar nunca fue un papel para Meghan; una actriz siempre buscará el centro del escenario, preparada para actuar. Mientras tanto, si hay algún carácter para asociarlo con ella, no es la perseguida y divorciada Diana, sino la divisiva divorciada Wallis Simpson, quebrando la Casa Windsor en facciones competidoras.

Ahora muchos tienen una visión oscura de este par. Sin embargo no tenía por qué ser el caso, a pesar de las teorías conspirativas de Harry sobre “poderosas fuerzas” detrás de los medios británicos. Al principio, los ciudadanos británicos –y la prensa- estaban terriblemente excitados por su nueva duquesa, dándole la bienvenida con extasiados brazos abiertos. Harry era un muy amado héroe de guerra, y él y su esposa nos dieron una boda que reflejó la mejor visión que tiene Gran Bretaña de sí misma: moderna, multicultural, acogedora. También habíamos aprendido las lecciones de Diana –que fue objeto de interés mundial por casi dos décadas- y Meghan fue, en general, tratada con cuidado. Los trolls de internet pueden haber sido crueles en sus comentarios, a menudo motivados por racismo, lo cual fue con todo derecho reclamado por los Sussex. Sin embargo, el resto de nosotros los celebró.

Pero en su enfoque de cuán agraviados han sido, ¿este complejo de víctima los ha cegado en la fanfarria y profecías de ser “un soplo de aire fresco” que los envolvió en aquellos tempranos días?

La audiencia americana de Winfrey, menos familiarizada con las ficciones de ambos, The Crown y los Sussex, puede imaginar que lo de la “princesa perseguida” es enteramente cierto. Como legiones de jóvenes británicos, para quienes la Diana de The Crown es la verdadera Diana; los lugares comunes hollywoodenses de los Sussex (Harry: “Si cada uno de nosotros fuera una gota de lluvia”) son más resonantes que los pesados royals pasados de moda.

La ironía es que Harry y Meghan han terminado viviendo una confusa versión de la vida de celebridad humanitaria global que Diana parecía destinada a ser antes de su muerte. Como describió a Corden, una existencia que es poco más que proyectos inciertos, mirar televisión y pedir comida a domicilio.

La pareja se ha transformado a sí mismos no en el Fresco Príncipe de Bel Air, como propuso Corden, sino en el Príncipe y la Princesa de Ningún Lugar: siempre volviendo los focos sobre ellos mismos. Netflix ha asegurado que The Crown finalizará antes de alcanzar la época actual. Con Harry y Meghan a bordo, siempre preparados para los primeros planos, la compañía seguramente sabe que no habrá escasez de drama royal en sus pantallas en los años que vendrán.
 
Ay que nervios. Los rumores que yo he leído en todos estos meses en el foro es que Meghan maltrataba a los empleados y parecen ser reales.
En contraposición también he leído que los mismos empleados eran muy clasistas con Meghan, pero no es difícil imaginar de dónde viene esta información.
Si los empleados supuestamente tienen muchos contratos de confidencialidad, no podrán decir mucho. Entonces que es esto que saca the times? Esto amerita otra demanda de Meghan hacia estos medios impresos que sacan mentiras y las pasan como noticias verdaderas. :LOL:
Por cierto en el caso que Harry y Meghan tuvieran razón de que los medios están en su contra, que todo lo que dicen de ellos es mentira, difamación. Pues menudo esfuerzo titánico han hecho los medios delineando está personalidad tan manipuladora de Meghan. Es que todo encaja. O es que la verdad no se puede esconder?
Ya me toca dormir. A ver con cuántas hojas amanezco mañana que despierten las primas del otro lado del charco.
 
Artículo en The Telegraph de Hannah Betts a partir del trailer de la entrevista.
Si pueden pergeñar artículos tan extensos solo con los avances del programa, no quiero ni pensar todo lo que escribirán después de verlo...


Meghan no es para nada como Diana, pero el efecto The Crown lo está cambiando todo

Mientras el drama triunfaba en los Globos de Oro, otro evento televisivo estaba siendo lanzado. Hannah Betts analiza el vínculo entre ambos.

By Hannah Betts
1 March 2021 • 8:00pm

El domingo por la tarde se presentaron al mundo dos eventos televisivos no ajenos entre sí. En el primero, CBS, la cadena de televisión estadounidense, lanzó un tentador tráiler del gran “decirlo todo” que emitirán el próximo fin de semana -en el cual el príncipe Harry afirmó que su gran temor ha sido “que la historia se repita”.

Como si su mensaje no fuera suficientemente claro, agregó: “No puedo ni tratar de imaginar lo que habrá sido para ella atravesar todo este proceso por sí sola hace tantos años”, mientras la pantalla mostraba una imagen de un pequeño Harry con su madre, Diana, Princesa de Gales.

En el segundo momento televisivo del domingo, la ceremonia del 78º Golden Globe estuvo dominada por los premios ganados por The Crown, de Netflix. La soap opera royal de Peter Morgan ganó el premio a la mejor serie dramática de TV, así como una variedad de otros premios, incluyendo a Emma Corrin por Diana y Josh O’Connor por el príncipe Charles, la atormentada heroína y el atormentador villano de series de cuarta.

La relación entre estos dos momentos no es coincidencia. La entrevista de Winfrey (disponible en América la noche del próximo domingo) en la cual Meghan principalmente contará su historia antes de que se una Harry, parece diseñada para reforzar la idea de la princesa perseguida –con la cual los seguidores de The Crown ahora están familiarizados.

Harry nos dio su visión de The Crown el pasado viernes, en una entrevista con James Corden. Al principio, apuntó a la línea corporativa, como debería ser, teniendo en cuenta el millonario contrato con la compañía. “No pretenden ser noticias. Es ficción. Pero está libremente basada en la verdad…” , dejando a gran parte del mundo preguntándose si acababan de ver al sexto en la línea de sucesión jurando lealtad a una firma diferente: Netflix, con una línea accesoria en CBS.

En el proceso, el príncipe se reveló a sí mismo más feliz con el arte de “hacer creer” que con el reporte de una prensa independiente. Y lo que su familia piense de su aprobación del show, el cual se reporta ha dejado a los royals senior echando humo -al punto de describirlo como “troleo con presupuesto de Hollywood”- no parece ser tenido en cuenta.

“Me siento más cómodo con The Crown que viendo las historias que se escriben sobre mi familia, mi esposa, yo mismo… es obviamente ficción, lo tomas como quieres, pero es tomado como un hecho, porque son supuestamente noticias. Tengo un verdadero problema con eso”.

Por supuesto que tiene un problema con eso, porque Harry y Meghan probablemente tienen su propia narrativa que mantener -una más acorde con el sensacionalismo de un programa exitoso que con los meros hechos.

Para Harry, Meghan es Diana: la glamorosa, filantrópica, mujer mayor de treinta y tantos que él busca idolatrar y proteger de los medios, como fue incapaz de hacer con su madre. A la propia Meghan le ha sido fácil establecer una conexión con su difunta suegra. A pesar de insistir en que sabía muy poco sobre Harry cuando fue a una cita a ciegas con él (preguntando tímidamente “Is he nice?”), tenemos una fotografía que se tomó fuera del Palacio de Buckingham cuando tenía 15 años, en 1996. Sus amigos han dicho que mantenía desde la infancia el deseo de ser “Diana 2.0”, sollozando en el funeral de su ícono en 1997 y considerándola como un modelo de humanitarismo.

Para la entrevista con Winfrey, se la puede ver usando el brazalete de Diana, tal como usó su anillo de aguamarina para la recepción de su boda en 2018. También usa el delineador a la manera de una heroína, lo cual –como en la notoria entrevista de Diana en 1995 con Martin Bashir- ilumina los ojos siempre inundados de lágrimas. Dicho delineador es acompañado con una imitación de la pálida y “borrada” boca de Diana. “Estuviste en silencio o fuiste silenciada?” pregunta a Meghan la entrevistadora.

Diana era una intérprete amateur. Su nuera es una profesional. En el tráiler de Winfrey, la vemos interpretando a una princesa tan maravillosamente como siempre lo ha hecho: el rostro en modo de escucha sensible, una mano sobre la de su esposo, la otra en el estómago –la pose de Madonna que adoptó en su primer embarazo.

Mientras Diana siempre trató de modelarse a sí misma como la Reina, con el deber firmemente en primer lugar, las ambiciones de Meghan se sitúan océano por medio con Windsor. Desafortunadamente, en el intento de convertirse en Diana 2.0, lo que Meghan no tuvo en cuenta es que no había ninguna vacante a ser ocupada. Ella se casó con el repuesto, no con el heredero. El protocolo dicta que Catherine Middleton –esa tímida, calmada plebeya, que ahora está mostrando su valía- un día será la Reina, no la chica con glamour de estrella que se consideró a sí misma mejor calificada para la tarea. (Como un símbolo de esto, Harry, quien originalmente heredó el anillo de compromiso de zafiro, se sintió obligado a dárselo a William cuando éste se comprometió con Kate).

De todas maneras, el segundo lugar nunca fue un papel para Meghan; una actriz siempre buscará el centro del escenario, preparada para actuar. Mientras tanto, si hay algún carácter para asociarlo con ella, no es la perseguida y divorciada Diana, sino la divisiva divorciada Wallis Simpson, quebrando la Casa Windsor en facciones competidoras.

Ahora muchos tienen una visión oscura de este par. Sin embargo no tenía por qué ser el caso, a pesar de las teorías conspirativas de Harry sobre “poderosas fuerzas” detrás de los medios británicos. Al principio, los ciudadanos británicos –y la prensa- estaban terriblemente excitados por su nueva duquesa, dándole la bienvenida con extasiados brazos abiertos. Harry era un muy amado héroe de guerra, y él y su esposa nos dieron una boda que reflejó la mejor visión que tiene Gran Bretaña de sí misma: moderna, multicultural, acogedora. También habíamos aprendido las lecciones de Diana –que fue objeto de interés mundial por casi dos décadas- y Meghan fue, en general, tratada con cuidado. Los trolls de internet pueden haber sido crueles en sus comentarios, a menudo motivados por racismo, lo cual fue con todo derecho reclamado por los Sussex. Sin embargo, el resto de nosotros los celebró.

Pero en su enfoque de cuán agraviados han sido, ¿este complejo de víctima los ha cegado en la fanfarria y profecías de ser “un soplo de aire fresco” que los envolvió en aquellos tempranos días?

La audiencia americana de Winfrey, menos familiarizada con las ficciones de ambos, The Crown y los Sussex, puede imaginar que lo de la “princesa perseguida” es enteramente cierto. Como legiones de jóvenes británicos, para quienes la Diana de The Crown es la verdadera Diana; los lugares comunes hollywoodenses de los Sussex (Harry: “Si cada uno de nosotros fuera una gota de lluvia”) son más resonantes que los pesados royals pasados de moda.

La ironía es que Harry y Meghan han terminado viviendo una confusa versión de la vida de celebridad humanitaria global que Diana parecía destinada a ser antes de su muerte. Como describió a Corden, una existencia que es poco más que proyectos inciertos, mirar televisión y pedir comida a domicilio.

La pareja se ha transformado a sí mismos no en el Fresco Príncipe de Bel Air, como propuso Corden, sino en el Príncipe y la Princesa de Ningún Lugar: siempre volviendo los focos sobre ellos mismos. Netflix ha asegurado que The Crown finalizará antes de alcanzar la época actual. Con Harry y Meghan a bordo, siempre preparados para los primeros planos, la compañía seguramente sabe que no habrá escasez de drama royal en sus pantallas en los años que vendrán.
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