Pienso lo mismo.Yo he vivido ambas situaciones. Y, personalmente, a mí lo que realmente me ha jodido de cuando me han puesto los cuernos ha sido la mentira y engaño posterior más que el acto en sí. Que te vengan a contar una mentira, incluso sostenida en el tiempo, y a hacer como si aquí nada hubiera pasado, incluso sabiéndolo/preguntándolo tú. Pues mira, no.
Conclusión: creo que sería capaz de perdonar una infidelidad puntual (y ojo, puramente sexual). Si hay sinceridad luego, un error (no dos ni tres) podemos cometerlo cualquiera. Pero no toda la m* de después, que para que se rían en mi cara me voy al circo que al menos me pagan.
A mi me engañaron y lo peor no fue el acto en sí, fue recordar todos los momentos en que se empeñaba en dejarme de loca cuando tenía razón aún hoy es el resquemor que tengo. Luego lo de la traición y la humillación que sentí se pasó pero también cuenta.
Yo a veces cuando la relación estaba mal (con ambos ex) me sorprendía fantaseando con conocer a otra persona o tirarme a otros pero nunca hice el más mínimo movimiento en la vida real (y tuve oportunidades...) Con lo que no creo que lo haga tampoco en un futuro, aún así perdonaría un error esporádico, pero nunca una mentira elaborada o una doble relación.