Eso es distinto y ahí es donde valoras los regalos. Por el sacrificio que conllevan.Un regalo es un regalo y una invitación es una invitación. A mí no me importaría recibir una tostadora por mi boda, en la mío hubo quien no regaló nada porque no pudo y no pasó nada.
Otra cosa es ser cutre y un cara dura.