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La opinión del clasista Carlos García-Calvo, que precisamente no es santo de mi devoción.
https://www.elmundo.es/yodona/lifestyle/reina-letizia/2019/03/08/5c824dd2fc6c830d588b4638.html
Todas las quinielas elaboradas por sus seguidores apuntaban a que doña Letizia llevaría un atuendo negro, aunque repetido, para acompañar a SM el Rey al concierto en homenaje a las víctimas del terrorismo ayer por la tarde.
Las "watchers" se estaban quejando últimamente de que su "idola" parecía desganada, y llevaba la cabellera mortecina, repitiendo modelos antiguos sin ton ni son.
Es más, se llegaron a publicar en redes un ramillete de los traje de cóctel del pasado, algunos muy cursis, que figuraban como favoritos. Pero, ante el estupor general, no solo estrenó por partida doble, si no que llamó la atención por la perfección de un look que quisiésemos seguir viendo siempre en un futuro.
SM, como dirían las notas de prensa hagiográficas de las marcas cuando visten o alhajan a un famoso, "deslumbró". Más guapa y relajada aún que en sus ultimas apariciones, llevaba el maquillaje y, sobre todo, el peinado perfecto, con la melena ahuecada y brillante. Se notaba, además, que se sabía "deslumbrante" cosa que le daba una seguridad y un aplomo que se traducía en su semblante.
Letizia hace del negro su apuesta más elegante[/paste:font]
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Estrenaba un LBD, un "little black dress", piedra angular de todo fondo de armario, esa "petite robe noire" que adoraba Gabrielle Chanel, solo que un poco mas historiada por los adornos abstractos en raso al tono que la cruzaban.
Y, gran sorpresa de la noche, sus eternos Magrit habían sido aparcados por unos maravillosos "manolos" de Manolo Blahník, el zapatero canario ferviente admirador de SM y el autor de sus escarpines bordados de novia, que suponemos perecieran bajo la lluvia en el Patio de la Armería de Palacio el día de su boda.
Nadie comprendía cómo doña Letizia era reacia a llevar las creaciones del hombre que Guillermo Cabrera Infante calificó de uno de los tres artistas españoles realmente internacionales del siglo XX. Los otros dos son Pablo Picasso y Pedro Almodóvar. Uno que es y ha sido el objeto de deseo de royals del pasado o del rabioso presente como Meghan Sussex que lleva 'manolos' siempre que puede.
La reina iba regia anoche, mucho más que cuando lleva diadema y algunas de las joyas de pasar. Era la imagen de lo que debe de ser la mujer de un jefe de estado y nos recordaba algo a Jackie Kennedy Onassis, con ese 'big hair' que adoraban las hermanas Bouvier, sobre todo Lee, recientemente desaparecida.
Los 'watchers' cruzamos los dedos esperando que el equilibrio perfecto de la toilette de anoche se repita y que doña Letizia destierre de su armario modelos experimentales, así como los peinados experimentales también, y siga "deslumbrando" y muy, muy royal.
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Con estos artículos nauseabundos me queda claro que el papel de la consorte es ser un cartel/anuncio publicitario. Está bien; para que al día siguiente haga huelga por el día internacional de la mujer. Por esas mujeres a quienes representa a diario con esa dignidad que sólo ella tiene. Ya sabéis, las que cada día nos levantamos a las 6 de la mañana, y con una sonrisa en la boca nos arreglamos, nos ponemos crema con purpurina (que no falte brilli brilli en nuestra jornada), las pestañas postizas, examinamos nuestro rostro a ver si nuestra perfección es válida o tenemos que pedir hora para retocar bótox, o hialurónicos varios, maquillaje a destajo, brillo de labios, sombras de ojos de varios colores (antes muertas que sencillas). A continuación, y sin tener en cuenta la temperatura exterior, nos plantamos un vestido sin mangas y unos zapatos sin calcetines ni medias. Un abriguito sobre los hombros.... Y a comernos el día, encaramadas a unos Manolos de plástico, y sin más protección que nuestro sexy aspecto. Al final de la jornada, y en esas condiciones sobrevivimos sin más que una pulmonía triple. Es un día a día que sólo Letizia ha sabido encarnar como nadie. Y el Calvo este refleja en su artículo nuestras preocupaciones al respecto. Deslumbradas estamos ante la perfección de la consorte, porque para ello vivimos.... Ay, que me embarga la emoción. Menos mal que tenemos a esta gente velando por nosotras, si no la lucha sería en balde...
