Uff, es que hay muchos tipos de personas conflictivas, y muchos ámbitos donde desarrollarse dicha conflictividad. Pero básicamente son personas de tendencias antisociales, narcisistas con un megalómano sentido del derecho, paranoides querulantes, que se creen por encima del bien y del mal, todo les agravia y jamás asumen las consecuencias de su toxicidad, y dependiendo del subtipo, o son unos manipuladores metemierdas, o unos incívicos liantes.
Hace poco leí a una psicóloga experta en mediaciones una supuesta regla de tres pasos: la primera, mantener el contacto visual en todo momento, la segunda, controlar la ansiedad que produce este tipo de situaciones, y que pudieran desencadenar una respuesta de evitación o de confrontación: Ni bajar ni subir el tono de voz, ni apartarse ni encararse, controlar la respiración, mantener una postura corporal de apertura, guardar silencio, medir las palabras. Y si la otra persona espera provocar una reacción en ti, normalmente de humillación/disculpa, o de alteración/ataque, sonreírles y preguntarles qué pretenden conseguir, una y otra vez, con despreocupación, con humor, hasta que desistan y se marchen frustrados y crispados, porque no pueden admitir que lo que quieren es vejarte o trastornarte, ni aparentemente lo han logrado. Supongo que este tipo de dinámica es extrapolable a esas situaciones de desigualdad en la que quien te abusa es de rango superior o privilegiado (un jefe, un cliente) y a tí si o si te toca soportar su rabieta.
Hace poco leí a una psicóloga experta en mediaciones una supuesta regla de tres pasos: la primera, mantener el contacto visual en todo momento, la segunda, controlar la ansiedad que produce este tipo de situaciones, y que pudieran desencadenar una respuesta de evitación o de confrontación: Ni bajar ni subir el tono de voz, ni apartarse ni encararse, controlar la respiración, mantener una postura corporal de apertura, guardar silencio, medir las palabras. Y si la otra persona espera provocar una reacción en ti, normalmente de humillación/disculpa, o de alteración/ataque, sonreírles y preguntarles qué pretenden conseguir, una y otra vez, con despreocupación, con humor, hasta que desistan y se marchen frustrados y crispados, porque no pueden admitir que lo que quieren es vejarte o trastornarte, ni aparentemente lo han logrado. Supongo que este tipo de dinámica es extrapolable a esas situaciones de desigualdad en la que quien te abusa es de rango superior o privilegiado (un jefe, un cliente) y a tí si o si te toca soportar su rabieta.