La sombra, gran protagonista de nuestros sueños
En los sueños, la sombra puede aparecer de múltiples formas y representar cosas positivas y negativas.
Miércoles 6 junio 2012
Uno de los principales aspectos presentes en nuestros sueños, tienen relación con nuestra sombra. C.G. Jung designó cómo “Sombra” aquellos aspectos, tanto positivos como negativos, que el ego ha reprimido o nunca ha reconocido.
Estos aspectos desconocidos de toda personalidad, no sólo aparecen en sueños sino que pueden expresarse de múltiples maneras. Por ejemplo, muchas veces los proyectamos en los demás a través de nuestros juicios y criticas.
Por una parte, la sombra se compone de deseos reprimidos e impulsos incivilizados que hemos excluido de nuestra propia auto imagen, pero también depositamos en nuestra sombra fantasías y sueños no realizados.
Foto: Agencias
La sombra se puede presentar en nuestros sueños como algo positivo o negativo.
Todo lo que el ser humano rechaza, se establece en su sombra y cuanto más energía ponemos a rechazar un aspecto de nuestra personalidad, con más intensidad se presentará en nuestro mundo onírico.
En los sueños, la sombra puede aparecer cómo alguien muy opuesto a como somos habitualmente. Esto se debe a que la sombra con la personalidad se relacionan en forma compensatoria, es decir, una persona que se identifica con una persona brillante, exitosa o poderosa puede soñar con su sombra personificada en alguien oscuro, fracasado y sin poder.
En los sueños la sombra aparece personificada por una persona desconocida del mismo s*x* que el soñante o por alguien conocido que no hemos visto hace mucho tiempo.
La sombra no es sólo el lado oscuro de la personalidad, hay personas que viven aspectos reprobados socialmente de su personalidad como es el caso de los delincuentes, para quienes su sombra suele tener un aspecto más formal y aceptado por la sociedad. También guardamos en nuestra sombra aquellos aspectos instintivos más básicos, que se pueden presentar en sueños en forma de un animal hostil, que nos persigue y que la mayoría de las veces nos quiere dañar.
Reconocer e integrar nuestra sombra nos permite completarnos como personas, nos vuelve más tolerantes y menos críticos. Nos abre hacia un espacio más luminoso y comprensivo de nosotros mismos y los demás.
En los sueños, la sombra puede aparecer de múltiples formas y representar cosas positivas y negativas.
Miércoles 6 junio 2012
Uno de los principales aspectos presentes en nuestros sueños, tienen relación con nuestra sombra. C.G. Jung designó cómo “Sombra” aquellos aspectos, tanto positivos como negativos, que el ego ha reprimido o nunca ha reconocido.
Estos aspectos desconocidos de toda personalidad, no sólo aparecen en sueños sino que pueden expresarse de múltiples maneras. Por ejemplo, muchas veces los proyectamos en los demás a través de nuestros juicios y criticas.
Por una parte, la sombra se compone de deseos reprimidos e impulsos incivilizados que hemos excluido de nuestra propia auto imagen, pero también depositamos en nuestra sombra fantasías y sueños no realizados.
Foto: Agencias
La sombra se puede presentar en nuestros sueños como algo positivo o negativo.
Todo lo que el ser humano rechaza, se establece en su sombra y cuanto más energía ponemos a rechazar un aspecto de nuestra personalidad, con más intensidad se presentará en nuestro mundo onírico.
En los sueños, la sombra puede aparecer cómo alguien muy opuesto a como somos habitualmente. Esto se debe a que la sombra con la personalidad se relacionan en forma compensatoria, es decir, una persona que se identifica con una persona brillante, exitosa o poderosa puede soñar con su sombra personificada en alguien oscuro, fracasado y sin poder.
En los sueños la sombra aparece personificada por una persona desconocida del mismo s*x* que el soñante o por alguien conocido que no hemos visto hace mucho tiempo.
La sombra no es sólo el lado oscuro de la personalidad, hay personas que viven aspectos reprobados socialmente de su personalidad como es el caso de los delincuentes, para quienes su sombra suele tener un aspecto más formal y aceptado por la sociedad. También guardamos en nuestra sombra aquellos aspectos instintivos más básicos, que se pueden presentar en sueños en forma de un animal hostil, que nos persigue y que la mayoría de las veces nos quiere dañar.
Reconocer e integrar nuestra sombra nos permite completarnos como personas, nos vuelve más tolerantes y menos críticos. Nos abre hacia un espacio más luminoso y comprensivo de nosotros mismos y los demás.