RECETAS DE COCINA

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Receta de almejas con sake al vapor


Esta receta de almejas con sake al vapor tiene su origen en el libro de “La cocina Japonesa de Hiroko Shimbo”. Las almejas las solemos cocinar de una forma recurrente, pero a veces, nos apetece experimentar con unos sabores un poco más especiales. Esta obra maestra tiene en el sake su materia prima de excepción y unas buenas almejas nacionales pueden quedar de vicio. Una tapa que consigue despertar todos los sentidos y hace subir de nivel el arte de mojar pan y disfrutar de un buen vino, puede crearse en tu cocina con estos pasos tan sencillos.

Ingredientes:
  • 100 ml de sake
  • 2 cebollas
  • 1 guindilla seca
  • 300 gr de almejas
  • 1 limón
  • Pan
Cómo preparar unas almejas con sake al vapor

  1. Estas almejas con sake al vapor se prepararán muy fácilmente y puede ser la excusa perfecta para dejarlos seducir por una bebida con mucho encanto.
  2. El sake elaborado con arroz es un tipo de bebida alcohólica perfecta para ambientar una tarde de sushi que podemos completar con unas almejas de excepción.
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  1. Las almejas tendrán otro aire, una fusión entre la cocina nacional y japonesa que sorprenderá por el resultado.
  2. Nos ponemos manos a la obra con esta receta con las cebollas. Las pelamos y cortamos muy finitas para que se cocinen lo más rápidamente posible.
  3. Ponemos las cebollas en un cazo, le añadiremos el sake que será en encargado de darle sabor a esta receta.
  4. Incorporamos la guindilla, este elemento lo cortamos en trocitos para que se fusione con la cebolla y las almejas.
  5. El toque picante es muy personal, debemos adaptarlo a nuestros gustos. En el caso de los mariscos suele funcionar bastante bien.
  6. Dejamos que estos tres ingredientes, las almejas, la cebolla y la guindilla empiecen a hervir. Necesitarán unos 4 minutos.
  7. La cebolla estará tierna y el alcohol se habrá evaporado, solo nos quedará ese sabor tan característico.
  8. Lavamos bien las almejas y las incorporamos a esta mezcla. Tapamos y dejaremos que se cocinen durante unos 5 minutos.
  9. Las almejas se abrirán y nos aportarán sus jugos a una receta que estará preparada para triunfar
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  1. Servimos con el caldo de fondo, la cebolla se habrá fusionado con las almejas para dar lugar a una salsa impresionante.
  2. Si nos gusta una salsa más espesa podemos añadir media cucharada de maicena. Ligara esta salsa un poco más.
  3. Decoramos con un poco de limón y preparamos el pan para mojar, un buen vino blanco será la guinda de esta receta.
 
Cebiche chileno (Chile)


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Chile es un país bañado por el Océano Pacífico, de ahí que no sea extraño descubrir que el pescado es uno de los “reyes” de su gastronomía. El cebiche es un plato de pescado marinero típico que se puede encontrar no sólo en Chile sino también Perú, Nicaragua, Guatemala, entre otros. A continuación, recogemos la receta proporcionada por Sabores de Chile, un proyecto cuyo objetivo principal es el desarrollo sostenible del turismo gastronómico chileno.


Ingredientes para 4 personas:

  • 750 g de filete de pescado (salmón, corvina, reineta, blanquillo, etc.), sin piel ni espinas y en daditos muy pequeños.
  • 1 taza de zumo de limón.
  • ½ taza de aceite de oliva.
  • 2 cucharadas de vino blanco.
  • 2 cebollas, picadas finas.
  • 1 dientes de ajo, picado fino.
  • 1 cucharadita de orégano seco.
  • ½ cucharadita de comino molido.
  • Sal y pimienta blanca.
  • Hojas de lechuga para servir.
  • Tostadas de pan para acompañar (optativo).

Preparación:

  1. En un bol colocamos todos los ingredientes del cebiche, excepto la lechuga y dejamos marinar en el refrigerador por lo menos 8 horas o durante la noche.
  2. Al día siguiente, corregimos la sazón y servimos el cebiche con su jugo en copas o pocillos; decoramos con las hojas de lechuga. Si se desea, se puede acompañar con tostadas de pan.
 
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Muslos de pollo en pepitoria al Oporto


La pepitoria es una receta a base de gallina (actualmente se utiliza más el pollo) con una salsa hecha con almendra, huevo y azafrán. Este plato se ha ganado un puesto destacado en la gastronomía española durante siglos. Algunos afirman que el origen francés de la pepitoria se basa en algunos libros de cocina franceses que se refieren a la “petit-oie”, que no solo tiene una fonética similar, sino que significa “ganso pequeño”, que los franceses cocinaban en una salsa casi idéntica a lo que hoy conocemos como pepitoria.

Sin embargo, otros aseguran que fueron los moros quienes introdujeron la receta en España, lo que también tendría sentido si observamos los ingredientes de la receta y la forma en que se cocinan, muy reconocible en muchas otras recetas tradicionales moriscas.

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Sea como sea, este es uno de los platos más clásicos de la cocina tradicional española, aunque originalmente se preparaba con gallina. La mejor opción, hoy en día, es prepararlo con pollo de corral (pollo alimentado con maíz orgánico).

Si bien no es necesario marinarlo en vino durante la noche, mejorará su sabor y lo recomiendo si lo planificáis con antelación. Si lo marináis, añadid al vino, un diente de ajo y una cucharadita de perejil picados. Por la mañana, dejadlo escurrir para que suelte todo el líquido antes de enharinar y freír. Podéis usar este mismo vino usado como adobo para añadirlo a la salsa.

El azafrán le da un color dorado, aunque solo necesita una pizca. La rica y cremosa salsa de vino la espesamos con un majado de pan frito, almendras y yemas de huevo cocidas. Las yemas actúan como espesante a la vez que le dan a la salsa una textura rica y cremosa.


Ingredientes
Para 4 personas:

  • 8 muslos de pollo
  • harina para enharinar el pollo
  • 1 cebolla
  • 2 ajos
  • 2 huevos duros
  • 1 rebanada de pan
  • 15 almendras
  • 1/2 vaso de vino de Oporto (si no tenemos Oporto, podemos sustituirlo por cualquier otro vino dulce que tengamos en casa, por ejemplo Jerez)
  • 1 vaso de caldo de pollo
  • 1 sobrecito de azafrán molido
  • 2 hojas de laurel
  • un poco de perejil fresco
  • Aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta

Preparación

  1. Pelad y picad en brunoise la cebolla y los ajos. Reservad.
  2. Salpimentad los muslos de pollo y enharinadlos. Doradlos en una cazuela baja con un poco de aceite de oliva (que cubra apenas el fondo). Cuando ya estén, sacadlos y reservadlos.
  3. En la misma cazuela, y el mismo aceite, echad la cebolla y un poco de sal y cuando esté tierna añadid el ajo (esperad a que el agua que suelte la cebolla se haya evaporado, de esta manera freiremos el ajo y no lo coceremos). El ajo necesita menos tiempo que la cebolla. Poned el laurel y dejad que se terminen de sofreír. En ese momento añadid el vino. Dejad que se evapore y echad el caldo de pollo. Volved a poner el pollo en la cazuela y dejadlo cocer todo junto durante una media hora.
  4. Freíd el pan y lo picáis en un mortero junto con las almendras, las yemas de los huevos y el azafrán molido. Las claras las cortáis a daditos más o menos grandes según prefiráis.
  5. Cuando el pollo ya lleve la media hora cociéndose, añadid el majado del mortero (os será más fácil si añadís un poco de caldo al mortero para desleírlo). Yo prefiero sacar el pollo para mezclar bien el majado con el caldo y volverlo a introducir en la cazuela.
  6. Finalmente un minuto antes de sacarlo echad la clara troceada y el perejil. Una vueltecita y ya está listo para servir
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Sacad pan porque este plato es de mucho mojar. Otra opción es servirlo con patatas fritas o incluso con arroz blanco o integral. Lo que más os apetezca.
 
Receta de bacalao marinado con puré de aguacate

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Este bacalao marinado con puré de aguacate es una receta sencilla, fresca y deliciosa. Uno de los pescados más deseados de cualquier cocina es el bacalao. Podemos tenerlo siempre en el congelador o en la nevera, sin apenas espinas, con muchas proteínas y bajo en grasas, no se puede pedir nada más. Vamos a marinarlo con un toque cítrico y acompañarlo de un puré de aguacate excepcional. Si estás buscando recetas equilibradas y deliciosas que te hagan disfrutar de una experiencia gourmet en casa, toma nota de este bacalao marinado con puré de aguacate.

Ingredientes:
  • 100 gr de bacalao ahumado en lonchas
  • 200 gr de lomos de bacalao
  • 1 aguacate
  • 2 cucharadas de yogur griego al natural
  • 1 limón
  • 1 vaso de zumo de limón
  • Salsa de soja
  • Espinacas o brotes verdes
  • Sal
  • Pimienta
  • Aceite
  • Mayonesa
  • 1 cucharadita de mostaza de Dijon
Cómo preparar un bacalao marinado con puré de aguacate

  1. Esta receta de bacalao marinado con puré de aguacate queda deliciosa y es muy fácil de preparar.
  2. Usaremos unos lomos de bacalao que cortaremos en porciones del mismo tamaño. Podemos usar un molde para que nos queden más bonitas.
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  1. Quitamos la piel del bacalao y lavamos bien por si quedará alguna espina. Ponemos el bacalao en un bol.
  2. Rallamos la piel del limón y le extraemos el zumo. Colocamos la mitad del zumo con el bacalao, sal, pimienta y la ralladura de limón.
  3. Para hacer el puré de aguacate. Deshuesamos el aguacate. Cortamos unas rodajas que colocamos para decorar. Las salpimentamos y añadimos una cucharada de zumo de limón para que no se oxiden.
  4. Ponemos el resto del aguacate en el vaso de la batidora, añadimos un chorrito de limón y el yogur griego. Salpimentamos y trituramos hasta conseguir un puré.
  5. Con el bacalao marinado, preparamos la sartén con un chorrito de aceite. Cocinamos un par de minutos por cada lado el bacalao, debe quedar poco hecho.
  6. En el fondo del plato, colocamos la salsa de soja. Disponemos el bacalao encima y los trocitos de aguacate.
  7. Preparamos unos rollitos con el bacalao ahumado, colocamos puré y enrollamos. Esta especie de canalones nos servirán para decorar.
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  1. Podemos preparar otros rollitos con mayonesa y mostaza, le darán sabor al bacalao. Colocamos estos rollitos encima del bacalao.
  2. Coronamos con unos brotes verdes de espinacas, canónigos o lechuga bien cortadita y disfrutamos de un plato de restaurante casero. Solo nos quedará probarlo y disfrutarlo, es un plato fresco y original que triunfará en cualquier mesa.
 
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Cómo preparar un Café Dalgona

Carmen Fernández del blog TODOCAFÉ, bloguera invitada, nos trae la receta del Café Dalgona.

¿A quién no le gusta disfrutar de un buen café a cualquier hora del día? Durante los meses de calor la preparación de nuestro típico café como el café capuchino o el café mocca puede variar, dejando paso a nuevas alternativas. La receta de Café Dalgona surge como una perfecta opción para refrescarnos mientras disfrutamos de una bebida de lo más sabrosa y sencilla.

El Café Dalgona es una receta muy reciente que se ha ido popularizando durante los últimos tres meses en las redes sociales y en poco tiempo ha conquistado gran parte del mundo ya que, a veces, el placer viene acompañado del arte de la simplicidad

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Su origen se sitúa en Corea del Sur debido a que durante el confinamiento la gente comenzó a innovar y surgió esta facilísima a la vez que deliciosa bebida. Su nombre Dalgona viene de un famoso caramelo coreano que se inspira en su dulce sabor.

Dicho esto, ¿estáis preparados para esta innovadora receta?



Café Dalgona


Ingredientes

  • 3 cucharadas de café soluble instántaneo
  • 3 cucharadas de azúcar
  • 3 cucharas de agua caliente
  • 250 ml de leche
  • Virutas de chocolate (opcional)
  • Barquillos de galleta (opcional)



Preparación

  1. Verted en un recipiente 3 cucharadas de café soluble instantáneo, 3 cucharas de agua muy caliente y, por último, 3 cucharadas de azúcar moreno o azúcar blanco. Los ingredientes son proporcionales así que podéis incrementarlos si deseáis hacer mayor o menor cantidad. Es muy importante que el café no sea de grano pues no se llegaría a disolver, y el agua debe estar a una temperatura elevada para un resultado óptimo.
  2. A continuación, valiéndoos de una batidora de varillas manual o eléctrica, batid toda la mezcla uniformemente. Iréis observando como la mezcla va subiendo de volumen y aclarándose hasta dar lugar a una espuma brillante y de consistencia firme.
  3. Por último, coged un vaso con cubitos de hielo y echad la leche. En la cima colocáis la crema de café previamente elaborada. La podéis adornar al gusto para mejorar la presentación, ya sea con virutas de chocolate, vainilla o barquillos de galleta. Además, podéis elegir el tipo de leche que más os convenga y si lo preferís, podéis retirar el hielo pues la espuma seguirá flotando en la superficie de la leche.
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¡Ya tenéis vuestro Café Dalgona!

Carmen, de TODOCAFÉ, es una apasionada tanto de la lectura como de la escritura y siempre está abierta a descubrir cosas nuevas. Se siente muy cómoda en las redes sociales e internet porque le permiten aportar su granito de arena y hablar sobre lo que más le gusta, que en su caso es el café. El café le apasiona y por él se embarcó en esta aventura del blogging. Visitad su blog ¡os gustará tanto como a mi!
 
Arroz al horno con arreglo de puchero

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El arroz al horno es uno de los más celebrados arroces valencianos y tiene su origen en el aprovechamiento de los restos del puchero valenciano.


Del caldo del puchero podéis preparar fideos, sopas de pan, arroces, … e indiscutiblemente el arroz al horno, uno de los arroces estrella de nuestra Comunidad.

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Que en Valencia nos gusta el arroz no lo puede negar nadie. Los hacemos secos, melosos, caldosos… La variedad de recetas valencianas que elaboramos con arroz es muy amplia. El plato universalmente conocido es la paella pero si tuviéramos que elegir otro plato nuestro que nos hace salivar a ese es, sin duda, el arroz al horno o arròs al forn.

Lamentablemente este plato no es muy conocido fuera de la Comunitat pero se remonta al menos hasta el siglo XVI, cuando los árabes ya preparaban este arroz. Durante la Valencia medieval ya se habla de una receta con el nombre de arròs en cassola al forn (arroz al horno en cazuela).

Para preparar este arroz habremos preparado antes un puchero como el que se describe en la receta de fideos de puchero. Si no tenemos restos de puchero ¡no pasa nada! podemos crear un arroz al horno de unos cuantos ingredientes básicos. El puchero es primo hermano del cocido con algunas peculiaridades como el blanquet (morcilla blanca) y la pilota (pelota de carne).

Básicamente, aparte del arroz, se utiliza el caldo del puchero, los restos de carne (manitas, tocino, carne de cerdo, carne de pollo, pelota si la hay, e incluso carne de ternera) y morcilla. También se le añaden patatas, tomate y una cabeza de ajos en el centro. Cazuela al horno y listo.

La patata y el tomate que cubren el arroz sirven para que el arroz no se seque en exceso. Para que salga bueno se debe hacer en un recipiente amplio, no muy alto, donde la capa de arroz tenga un grosor de dos dedos como máximo.

Tradicionalmente, este arroz se elaboraba en el horno del pueblo porque en las casas no había y de ahí la variante de su nombre, arròs passejat (arroz paseado) porque había que llevarlo al horno. Es una costumbre que todavía perdura en algunos pueblos.

Es una receta que todavía no ha trascendido al extranjero. Como la vea Jamie Olliver nos la copia y por supuesto le añade un poco de chorizo. ¡También estaría estupendo el arroz!


Ingredientes

Para unas 4 personas:
  • 300 gramos de arroz bomba o arroz redondo (calculad unos 60 gramos por persona)
  • 1 o 1/2 morcilla de cebolla oreada (que se haya dejado secar un poco) por persona (mejor si es morcilla de Ontinyent)
  • 1 cabeza de ajos
  • 1 tomate maduro
  • 1 patata grande o dos pequeñas
  • 1 cucharada de pimentón dulce
  • azafrán
  • Aceite de oliva y sal
  • La carne del cocido (lo que haya: pelota cortada en 2 o 4 trozos, tocino, carne de cerdo y ternera, pollo, manita de cerdo, morro de cerdo, oreja de cerdo… …)
  • Garbanzos del cocido
  • Caldo de cocido (vez y media de volumen de caldo por volumen de arroz para que nos quede seco y suelto).



Preparación

  1. Precalentar el horno a 200º con calor arriba y abajo.
  2. Sofreíd en un poco de aceite de oliva la cabeza de ajos y retirar cuando esté dorada. Agregar las morcillas hasta que estén doradas y reservar.
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  1. En la misma sartén sofreíd el arroz, dándole unas vueltas rápidas junto al pimentón dulce, y añadís los garbanzos. Una vuelta y lo sacáis.
  2. Lo volcáis todo en una cazuela de barro, u otra cazuela para el horno, y añadís el azafrán y el resto de ingredientes dejando la cabeza de ajos en el centro y las morcillas colocadas de forma armoniosa. Si el puchero no llevaba sal ahora es el momento de salarlo. Probad el caldo y si necesita sal lo rectificáis.
  3. Cubrid con el caldo caliente y poned unas rodajas de patata en crudo (pelada) de 1/2 cm de grosor y el tomate partido en dos.
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  1. Sazonad las patatas y el tomate.
  2. Ponedlo al horno durante unos 60 minutos a 200°. Tiene que quedar doradito por encima.
  3. Lo sacáis del horno y lo dejáis reposar 5 minutos.
Es muy importante que el horno esté a la temperatura indicada cuando metáis la cazuela y que el caldo esté hirviendo a la hora de incorporarlo al arroz ya que de lo contrario el arroz puede pasarse.

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Asado de carne


Aprendé a conservar la carne para tus asados – ASADACHO. Fanaticos ...




El asado en Argentina se emplea no sólo para referirse al asado de la carne, sino a todo lo que engloba ese proceso. La preparación, la degustación, la celebración asociada a ellos… Y es que el asar la carne de vacuno es una fiesta para los argentinos. Da igual que sea en el campo o en una terraza en la ciudad. Entre las costumbres más típicas del asado argentino está la que solamente el “parrillero” puede sacar la carne, ya que es el experto en la materia. Solamente él sabe cuándo la carne está en su punto. Normalmente se suele acompañar con ensalada de chiles y mate (la bebida más típica del país).


Ingredientes para 4 personas:

Para el asado:

  • 2 costillares de ternera enteros.
  • Sal gorda.
Para la ensalada de chiles:

  • 10 chiles verdes medio picantes.
  • 1 pimiento rojo.
  • ½ lechuga.
  • 1 cebolla.
  • 2 tomates.
Para la vinagreta:

  • 4 cucharadas de vinagre de manzana.
  • 2 dientes de ajo machacados.
  • ½ cucharadita de sal.
  • Pimienta blanca recién molida.
  • 4 cucharadas de AOVE (aceite de oliva virgen extra).
Preparación del asado:

  1. Antes de empezar a cocinar, tenemos que tener bien limpia la parrilla y encender las brasas.
  2. Disponemos los costillares en una tabla grande y los condimentamos con abundante sal gorda. Podemos pedir en nuestra carnicería de Gadis que nos preparen las costillas. Después, los colocamos del lado del hueso a fuego medio en la parrilla y lo cocinamos durante 90 minutos.
  3. Pasados los 90 minutos, damos la vuelta a las costillas de ternera con cuidado de no quemarnos y continuamos asando durante otra media hora a fuego suave. Y ¡listo!

Para la ensalada:

  1. Asamos los chiles y el pimiento en el horno y les retiramos la piel. Mientras que se preparan lavamos la lechuga, la partimos, cortamos la cebolla en aros y los tomates en rodajas. Posteriormente en un bol mezclamos todos los ingredientes.
  2. Para hacer la vinagreta mezclamos el vinagre con las especias y el aceite. A continuación, aliñamos con esta mezcla la ensalada. Recomendamos dejar reposar una media hora antes de servir la ensalada.
 
Pasta con ragú de setas y parmesano

En la receta del miércoles, Pedro Quián, el cocinero de Kibus, propone un pequeño lujo de mitad de semana, unos riquísimos tagliatelle. Finalizando con una nectarina roja de postre.


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En mitad de la semana, un lujo italiano: pasta recién hecha, sencilla y deliciosa, y una fruta en su mejor tiempo, como es una riquísima nectarina roja. ¿Se puede dar más por menos?

Si quieres conocer el menú completo del reto planteado por Kibus de comer rico y saludable por 6 euros, lo tienes en este artículo.



Ingredientes

Pasta fresca tipo tagliatelle
Salsa de tomate casera
Queso parmesano rallado
200 gr. de champiñón Portobello
250 gr. de nectarina roja

Instrucciones
  1. Lo primero que hacemos es preparar la olla para cocer la pasta, pensando que nos hará falta 1l de agua por cada 100gr de pasta y unos 30 gr de sal. La vamos poniendo a hervir.
  2. Pelamos un diente de ajo de los que sobraron el otro día y lo picamos finamente. Laminamos los champiñones, desechando parte del pie si vemos que está muy sucio.
  3. En una ollita baja y pequeña, fondeamos de aceite y doramos el ajo. Añadimos los champiñones a fuego medio y rehogamos 5 minutos. Añadimos la salsa de tomate y cocinamos el conjunto 5 minutos más. Ponemos a punto de sal y rectificamos con un poco de azúcar si fuera necesario.
  4. Una vez tenemos la salsa preparada, cocemos la pasta echándola al agua y removiéndola suavemente al principio para que no se pegue (es pasta fresca, no seáis brutos). Con 1 minuto de cocción es suficiente, se escurre y se incorpora al ragout de setas. Añadimos el parmesano. Mezclamos con cuidado, y dejamos que repose todo el conjunto un minuto más.
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Brownie con frambuesas


¿Hay algo más efectivo que un trozo de «brownie con frambuesas» para levantar el ánimo? prueba y verás que sonrisa se pinta en tu cara.

Además, se hace tan rápido y es tan fácil, que de verdad os animo a hacerlo porque nadie rechaza una inyección en vena de chocolate.

En el brownie de hoy, las frambuesas dan ese punto justo de frescor al bocado denso del chocolate, está delicioso y cuidado, es adictivo, no podrás parar de comer.

Brownie con frambuesas.


6 porciones ( MOLDE 20 x 20 cm)

Cocina: Dulce


Ingredientes
  • 150 g. de chocolate negro (70 % cacao)
  • 100 g. de mantequilla
  • 90 g. de azúcar.
  • 2 huevos
  • 100 g. de harina.
  • 80 g. de frambuesas congeladas. (así se mantienen más enteras durante la cocción)

Instrucciones
  1. Precalentar el horno a 200ºC y colocar una rejilla a media altura.
  2. Forrar con papel vegetal una fuente de hornear.
  3. Derretir el chocolate troceado en el microondas (en intervalos de 20 segundos y revolver) o al baño María.
  4. Cuando el chocolate esté derretido, agregar la mantequilla cortada en dados. Mezclar hasta que quede incorporada al chocolate, si fuera necesario para ayudar a que se derrita totalmente, poner en el microondas el bol con el chocolate y la mantequilla unos segundos más.
  5. Batir los huevos con el azúcar y añadir poco a poco la harina tamizada. Agregar por último el chocolate mezclado con la mantequilla con una espátula de plástico flexible y verter en el molde. Cubrir con las frambuesas presionando ligeramente.
  6. Cocer durante 20 minutos,
  7. Retirar del horno y enfriar en una fuente con agua y hielo.
TRUCO: Poco antes de que se cueza de todo, preparar una fuente más grande que el molde y llenarla hasta la mitad de agua fría y de hielo. Cuando el pastel está hecho, retirar del horno y sumergir enseguida el fondo del molde en el agua fría. Dejar enfríar así. Detener la cocción con un baño de agua helada es un TRUCO INFALIBLE para obtener un brownie crujiente por fuera y que se deshace por dentro!!
 
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Lubina al Horno con guarnición


Una lubina al horno siempre es un plato apetitoso y que se hace rápido y resulta muy fácil de hacer. Tiene la ventaja de que solo hay que encender el horno.

Si eres de los que no enciendes el horno bajo ningún concepto puedes poner 2 cucharadas soperas de aceite de oliva en una sartén grande y a fuego medio, hacer ahí las lubinas, unos 3 minutos de cada lado. Es posible que no te entren enteras en la sartén, con lo cual, corta la cabeza que en definitiva no sirve para nada y fríe el cuerpo que va a ser lo que te vas a comer.

Las patatas con la guarnición las puedes hacer fritas, cocidas o al microondas, lo que más te apetezca.


Lubina al horno con guarnición


2 personas
Frabisa: Frabisa
Cocina: Saludable
Ingredientes
  • 2 lubinas tamaño ración
  • 2 patatas
  • 1 tomate grande o 2 medianos
  • ½ pimiento verde
  • 1 cebolla mediana
  • 1 limón
  • 200 ml de vino blanco
  • Aceite de oliva virgen extra.
  • Sal y pimienta negra de molinillo
  • Perejil

Instrucciones
  1. Precalienta el horno a 200º.
  2. Corta las patatas en rodajas finas y colócalas en la bandeja de hornear.
  3. Pela el tomate y córtalo en rodajas de 1 cm apróx y mézclalo con las patatas.
  4. Corta la cebolla y el pimiento en juliana (tiras) y mézclalo también con las patatas.
  5. Espolvorea sal y pimienta negra de molinillo, riega con aceite de oliva y el vino blanco.
  6. Hornea durante 20 minutos o hasta que veas que las patatas están ligeramente tiernas.
  7. Limpia y seca las lubinas y espolvoréale sal, también por dentro de la barriga y colócalas encima de las patatas, hornea unos 15 minutos aproximadamente.
  8. Sirve las lubinas con la guarnición y acompaña de rodajas de limón y rocía un poco de aceite de perejil.

Frabiconsejos
Aceite de perejil: Pon en el vaso de la batidora 50 ml de aceite de oliva y un poco de perejil fresco, tritura y listo.
El aceite de perejil, es opcional.
 
NI ALBÓNDIGAS NI HAMBURGUESAS: FILETES RUSOS

Rusos, con mostaza y mermelada de tomate



El híbrido entre la hamburguesa y la albóndiga con origen ruso de verdad -no como la ensaladilla- admite muchísimas variaciones. Y ofrece un bocado tierno envuelto por la capa exterior crujiente y frita.




MÒNICA ESCUDERO
16/06/2020

Aunque se llamen filetes, en realidad son una especie de híbrido entre las hamburguesas y las albóndigas, ya que comparte con las primeras tanto el ingrediente principal -la carne, en este caso de ternera- como la forma; y con las segundas la práctica de añadir huevo, pan y leche para conseguir una textura más tierna. Está inspirado en un plato ruso finísimo en sus orígenes, en el que se mezclaba carne de primera picada a mano con cantidades ingentes de mantequilla y miga de pan mojado en leche, al que se daba forma de disco ovalado que posteriormente se freía y se servía con crema agria. Sí, estamos hablando literalmente de mantequilla frita (y de beber, albóndigas, como diría Homer Simpson).

Aunque su cuna sea noble, por los ingredientes que lleva y la época en la que se popularizó aquí, a principios del S XX -y no solo en España, son primos hermanos de otras preparaciones como los frikadellen alemanes, los rissoles australianos y brasileños o las tortas de carne de Costa Rica- es más que probable que fuera una manera de convertir los cortes más duros de carne, que también son los más baratos, en un bocado mucho más tierno y amable.

Si estamos en posición de escoger, las mejores partes de la ternera para picar son el redondo, la llana, el rabillo de cadera, la falda y el morcillo. Siempre es mejor escoger la pieza y pedir que nos la piquen que optar por las bandejas de plástico con la carne ya picada; primero porque es posible que la hayan mezclado con soja o algún otro cereal, segundo porque más que picada suele venir hecha puré y tercero porque así evitamos el uso de una bandeja de plástico.

Los filetes rusos admiten muchísimas variaciones: hay quien usa pan rallado en lugar de miga de pan mojado en leche -y les añade un chorrito de leche también-, hay quien pone cebolla pochada en el relleno y también pocha el ajo en lugar de dejarlo crudo (una idea interesante si no te sienta especialmente bien). También pueden servirse con salsas: la de tomate es un básico, pero también puede servirse con mostazas, chutneys, crema agria aliñada, mayonesa y todas sus versiones. Como acompañamiento, patatas fritas o cocidas, todo tipo de ensaladas, un lecho de arroz o cualquier otro grano o un panecillo, queso y tantas cosas verdes como se quiera, a modo de hamburguesa.


Dificultad
Mezclar, enharinar, freír.

Ingredientes
Para 4 personas
  • 600 g de carne de ternera picada
  • 2 dientes de ajo
  • 40 g de miga de pan de víspera (unas 3 rebanadas de una barra, sin la corteza)
  • Leche para remojar la miga
  • Un puñado de hojas de perejil
  • 1 huevo
  • Sal
  • Pimienta
  • Harina
  • Aceite de oliva
  • Ensalada, patatas, arroz o puré para acompañar

Preparación
  1. Mojar el pan en leche hasta que esté blando y escurrirlo para eliminar el exceso de leche.
  2. Majar en un mortero con un poco de sal o picar bien finos el ajo y el perejil.
  3. Mezclar en un bol la carne picada con el ajo y el perejil, la miga mojada, el huevo y sal y pimienta al gusto. Remover bien y dar forma a los filetes (pueden ser planos y anchos, como una hamburguesa, o más pequeños y redondos).
  4. Enharinar los filetes, freírlos por ambos lados hasta que estén dorados -no hace falta sumergirlos en aceite, con un chorro generoso hay suficiente- y servir inmediatamente.
 
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Guiso de alitas de pollo con garbanzos

Hacer un guiso de alitas de pollo es realmente fácil y admite un montón de variaciones.
Así pues, y aprovechando que Saboresfera, junto con Caldo Aneto, nos ha invitado a todos los blogs de Saboresfera a presentar un plato con legumbres,os traigo esta receta para preparar un guiso de alitas de pollo con garbanzos. Ya veréis como disfrutáis de este sabroso plato.

Podéis cambiar las alitas por otras partes del pollo (mejor cortado en trozos pequeños) pero las alas de pollo, sobre todo las puntas, tienen un alto contenido de colágeno que aporta una excelente textura gelatinosa a la salsa.

Podéis darle un toque personal al guiso variando las verduras de acuerdo a vuestras preferencias personales. Es más, podéis añadir unos piñones o unas nueces a la salsa. Igualmente, podéis sustituir el vino blanco por cerveza.

Una receta perfecta para nuestro menú diario, ya que es un plato muy completo que cubre todas nuestras necesidades alimenticias. Además, si preparáis cantidad en exceso, la podéis congelar. Es una magnífica opción para tener comida casera esos días en los que no tenemos tiempo de nada.

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Los garbanzos son uno de los ingredientes clave de la dieta mediterránea.

Recordad que los guisos de legumbres se pueden congelar en recipientes herméticos una vez fríos. Pero estos guisos no deben llevar patata porque los alimentos con fécula modifican su textura con la congelación y no quedan bien al descongelar.

Esta recela es muy sencilla de hacer y además rápida. También es una forma de conseguir que los más jóvenes coman legumbres. El plato es exquisito y espero que os guste.
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Ingredientes

Para 3-4 personas:
  • 500 a 600 gramos de alitas de pollo
  • 150 a 200 gramos de garbanzos cocidos (si son de bote, enjuagados y escurridos)
  • 1 cebolla grande
  • 1 pimiento rojo pequeño
  • 2 zanahorias grandes
  • 200 ml de vino blanco
  • 500 ml de caldo de pollo ANETO
  • harina
  • 1 ramita de tomillo fresco (o 1/2 cucharadita de tomillo seco)
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta





Preparación

  1. Pelad y trocead la zanahoria y la cebolla. Lavad y cortad el pimiento. Reservadlo
  2. Salpimentáis las alitas. En una cazuela de boca ancha, freís las alitas previamente enharinadas hasta que estén bien doradas. Las sacáis de la cazuela y las reserváis.
  3. En esa misma cazuela, y aprovechando el aceite de freír las alitas, echad la zanahoria, la cebolla y el pimiento y rehogadlo todo junto unos 5-6 minutos.
  4. Echad el vino a la cazuela, reducidlo y agregad el caldo y el tomillo. Que cueza todo junto, a fuego medio bajo, unos 20-25 minutos y entonces ponéis los garbanzos y dejáis cocer unos 5 minutos más todo junto. Si hiciese falta, podéis añadir un poco más de caldo (siempre caliente). Corregid de sal y servid.
 
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