RECETAS DE COCINA

MAFE SENEGALÉS (GUISO DE VERDURAS CON CACAHUETE)
El mafe es un delicioso plato típico de África occidental. Una vídeorreceta como ninguna otra que hayas visto te enseña a hacerlo, dentro de una campaña para que las mujeres de Senegal accedan al agua potable.







En un mundo en el que cualquier vídeo de internet de más de dos minutos nos parece más largo que las tres entregas juntas de El señor de los anillos, ¿tiene sentido una receta que dura tres horas? Si miras la de arriba, dedicada a un guiso africano llamado mafe,entenderás que por una vez sí. Y tranquilo que sólo necesitarás unos 120 segundos de tu preciosa vida para aprender a hacer el plato, porque en realidad el vídeo tiene truco.


Todo forma parte de una campaña de una ONG de lucha contra el hambre y la pobreza con la que me encanta colaborar, Oxfam Intermón. En el Día Mundial del Agua, que se celebra hoy, la organización quiere llamar la atención sobre las dificultades de acceso a este líquido que encuentran muchas mujeres en África. Preparar un mafe o cualquier otro guiso en tu casa es lo más sencillo del mundo, pero la cosa se complica si para conseguir agua que echar a la olla debes recorrer un larguísimo camino de tres horas. Tres horas que estas mujeres no pueden dedicar a tareas imprescindibles para subsistir y progresar, como trabajar en el campo o aprender a leer y escribir.



1489947477_047072_1490116471_sumario_normal.jpg


El genuino guisote africano. WIKIMEDIA



Además de promover la recaudación de fondos para construir pozos que alivien esta situación, el vídeo muestra cómo se hace el mafe -o maafe-, un estofado de verduras cuya gracia reside en el uso de mantequilla de cacahuete. El plato se consume en diferentes versiones en Senegal, Mali, Gambia o Camerún, y aunque suele llevar pollo o cordero, aquí se presenta en versión vegetariana sólo con verduras.


Ingredientes
Para 3-4 personas
  • 1 zanahoria grande
  • ½ cebolla
  • 1 diente de ajo
  • 3 tomates de pera maduros
  • 2 cebolletas
  • 3 patatas pequeñas
  • 2 cucharadas de mantequilla de cacahuete
  • 1/2 pimiento grande
  • 1 berenjena
  • ¼ de pastilla de caldo de verduras
  • 1/4 de yuca
  • 400 g de arroz largo

Preparación
  1. Triturar los tomates y ponerlos en una olla grande. Añadir la mantequilla de cacahuete, cubrir con medio litro de agua y poner al fuego.
  2. Picar en grueso la cebolleta, la yuca, las patatas, la zanahoria, el pimiento y la berenjena y añadirlos al agua. Salar.
  3. Majar en un mortero la cebolla picada y el ajo con la pastilla de caldo. Añadirlo al guiso y dejar tapado a fuego suave media hora o hasta que las verduras estén hechas. Si se queda demasiado seco, añadir un poco de agua. Corregir de sal.
  4. Mientras, cocer el arroz en agua hirviendo con sal hasta que esté hecho.
  5. Servir el mafe sobre el arroz.
 
RISOTTO DE ESPÁRRAGOS VERDES, PANCETA Y GRANA PADANO
Para que este arroz cremoso no te quede mazacote sólo hay que seguir una serie de normas: usar el queso y el arroz adecuados, añadir el caldo poco a poco y remover como si se acabara el mundo.









EL COMIDISTA 08/06/2020


A veces la equidistancia puede ser una virtud. En el caso de los arroces, existe un punto medio entre los caldosos y los secos tan satisfactoria como fácil de preparar: los cremosos, cuya máxima representación italiana son los risottos. Este plato se hizo muy popular en España en los noventa, por lo que muchos conoceréis el peligro real de que esta delicia melosa se convierta en hormigón armado.

Para evitar que nos salga material de construcción, el risotto tiene unas reglas que conviene seguir: utilizar un tipo de arroz rico en almidón, como el carnaroli o el arborio; añadir el caldo poco a poco; removerlo tanto como se pueda para que el arroz suelte el almidón, y rematar con un queso de calidad que le de sabor y untuosidad al plato, como el Grana Padano. Si sigues estas sencillas normas, tienes muchos boletos para que te salga un risotto con todas las de la ley.


RISOTTO DE PANCETA Y ESPÁRRAGOS

Ingredientes

Para 4 personas
  • 320 g de arroz carnaroli o arborio
  • 100 g de panceta curada
  • 8 espárragos verdes
  • 80 g de queso Grana Padano DOP
  • 1/2 cebolla
  • 1 diente de ajo
  • 125 ml de vino blanco seco
  • 800 ml de caldo vegetal o de pollo
  • 40 g de mantequilla
  • Sal
Preparación
  1. Machacar un poco de azafrán en un mortero y disolverlo con un poco de caldo para que dé color al arroz.
  2. Juntarlo con el resto de caldo y ponerlo a calentar sin que llegue a hervir.
  3. Doblar los espárragos hasta que se rompan. Cortarlos en trozos de unos 3 cm. Para aprovechar los trozos duros, cortar su parte verde en rodajas muy finas.
  4. Rallar fino el Grana Padano.
  5. Dorar la panceta cortada a tiras a fuego suave y retirarla cuando esté crujiente.
  6. Pochar los ajos y la cebolla en la grasilla que ha soltado la panceta con una pizca de sal.
  7. Añadir las rodajitas de espárrago y el arroz, y remover para que se impregne bien. Mojar con el vino, remover y dejar que se evapore un poco.
  8. Añadir un chorro de caldo y remover. Cuando lo haya absorbido el arroz, repetir el proceso un par de veces a fuego medio-bajo sin dejar de remover.
  9. Incorporar los espárragos (así quedarán al dente; si gustan muy hechos, se pueden poner antes en la cazuela, a la vez que el arroz). Seguir removiendo y añadiendo el caldo en pequeñas cantidades.
  10. Cuando el arroz esté en su punto, apagar el fuego. Añadir la mantequilla y el Grana Padano y remover hasta que se fundan. Corregir de sal y, si ha quedado demasiado pastoso, añadir un poco más de caldo caliente y remover.
  11. Servir al momento con los trozos de panceta por encima.

 
PASTA CREMOSA CON ALCACHOFAS Y SOBRASADA


Pasta cremosa con alcachofas y sobrasada



Preparamos una pasta cremosa como su fuera un risotto y la acompañamos con la verdura estrella de la temporada: la alcachofa. Para rematar, un toquecito de sobrasada fundida.




¿Otra receta con alcachofas? ¡Otra receta con alcachofas! Y las que quedan, ¿o es que no habéis visto nuestro logo? Mientras estén de temporada, estas inflorescencias -que vienen a ser capullos de una futura flor- no faltarán en nuestro recetario ni en nuestra mesa. Sobre todo cuando tenemos la suerte de conseguirlas de proximidad y recogidas casi en el mismo día gracias al Parc Agrari del Baix Llobregat, donde se cultiva una fabulosa alcachofa con D.O.

Si no tenéis ningún caldo decente a mano, simplemente disolved un par de cucharadas de miso en agua caliente: conseguiréis un sustituto muy digno para que la pasta tenga sabor (y color). Yo usé orzo, una pasta de origen italiano muy popular en la cocina griega esencial para el Yuvetsi, un plato donde se mezcla con un estofado de ternera en salsa de tomate y se gratina. Pero también podéis usar piñones e incluso una pasta más grande, como podéis ver en esta receta de fusili con setas y vermut.

Es una comida perfecta para sentar a la misma mesa a veganos, vegetarianos y omnívoros: solo tienes que apartar la ración vegana antes de añadir el queso y no poner la sobrasada en la de los vegetarianos. Es importante que el embutido esté a temperatura ambiente y no frío de la nevera, para que se funda con el calor residual (¿hay algo menos apetecible que la sobrasada fría?). Si queréis hacerlo sin carne, también podéis ser un poco más rumbosos con el queso: ahora que no nos oye nadie, podéis tranquilamente doblar los 40 g de la receta.

Que no os asuste no saber exactamente cuánto va a tardar en hacerse vuestra pasta, ni el líquido que va a absorber: como lo iremos añadiendo cacito a cacito, solo habrá que probarla pasado un tiempo prudencial y ajustarla poniendo más o menos caldo. El ajo asado le aporta un sabor profundo, y aunque no es imprescindible queda de muerte en esta receta, sobre una tostada con un poco de mantequilla o de todas las maneras que te puedas imaginar.


Dificultad
No hace falta tener un máster presencial.


Ingredientes
Para 4 personas
  • 320 gramos de pasta pequeña (yo usé orzo)
  • Una cebolla grande
  • 6 alcachofas
  • Una cucharada rasa de ajo asado (opcional, pero recomendable)
  • 80 g de sobrasada
  • 40 g de queso parmesano, pecorino o manchego rallado
  • 100 ml de vino blanco seco
  • Unos 900 ml de caldo de verduras, miso o pollo
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Pimienta

Preparación
  1. Pelar y picar la cebolla fina y pocharla en una cazuela con un poco de aceite.
  2. Mientras, cortar las hojas exteriores y la parte de fuera del tallo de las alcacachofas, y cortarlas por la mitad a lo largo y cada mitad en tres. Añadirlas a la olla, subir un poco el fuego y dejar que se doren durante cinco o siete minutos, removiendo de vez en cuando.
  3. Añadir la pasta y dar vueltas durante un par de minutos más. Salpimentar y mojar con el vino, dejando que reduzca casi del todo.
  4. Añadir un cucharón de caldo caliente y remover. Repetir el proceso hasta que la pasta esté cocinada (el tiempo exacto y la cantidad de caldo depende del tipo de pasta que usemos, el orzo tardó unos 12 minutos).
  5. Añadir el parmesano y el puré de ajo asado -si se tiene- remover, emplatar y servir con la sobrasada por encima.
 
ZORZA, EL PICADILLO GALLEGO QUE SIRVE PARA TODO


Carne adobada, nada puede fallar



La zorza es un lomo de cerdo adobado con pimentón, ajo y orégano que suele prepararse durante la matanza para comprobar la sazón del chorizo. Pero también la podemos cocinar en casa y darle múltiples usos.



11/06/2020


La zorza es un clásico entre los clásicos de la cocina gallega, que se también prepara en otros lugares con diferente nombre; por ejemplo, “picadillo” en Asturias y Castilla y León. Se trata de carne de cerdo -en este caso, lomo- troceada pequeña y adobada con pimentón, ajo y orégano. Es una receta típica de los días de matanza, donde se comía fresco con el mismo aderezo que se usaba para los chorizos -celebrar y comer, sí, pero optimizar el trabajo en un día de tanto trasiego como la matanza, también-, y de paso servía para saber si el aderezo estaba al punto o había que añadirle más sal o ajustar alguna otra cosa.


Suena bien, ¿qué necesito?

  • 800 g de lomo de cerdo en una pieza (o cabecero de lomo)
  • Pimentón dulce al gusto (yo usé 1 cucharadita)
  • Pimentón picante (yo usé ⅓ de cucharadita)
  • 3 dientes de ajo (si son muy pequeños, 4)
  • 1 cucharadita de orégano seco
  • 4 cucharadas de aceite de oliva
  • Sal al gusto

¿Cómo la preparo?


Corta el lomo en daditos: un cuchillo bien afilado es un aliado imprescindible si no quieres acabar con una ampolla. Pica el ajo bien fino, mezcla con la carne y el resto de ingredientes de la marinada y remueve todo bien hasta que quede bien impregnado por todas partes. Como no estamos de matanza, déjalo descansar en la nevera de un día para otro para que el aliño penetre en la carne y la convierta en una bomba de sabor. Sácala de la nevera un rato antes de comerla para que no esté fría y hazla en una sartén a fuego alegre cuatro o cinco minutos, hasta que esté dorada.


¿Puedo hacer alguna variación?
Para empezar, puedes variar las cantidades de todo a tu gusto: si te gusta más picante, añádele más de este pimentón, si el ajo no es tu mejor amigo, puedes ponerle menos (o más, si te chifla). Si varías el tamaño del corte y lo haces más grueso, podrás preparar unas deliciosas brochetas o pinchitos, y también puedes usarlo para adobar el lomo en lonchas, ternera y contramuslo o pechuga de pollo. Si le cambias las especias no será zorza, pero puede estar muy bueno con curry y comino en lugar de pimentón, za’atar o cualquier mezcla de hierbas aromáticas y un poco de ralladura de limón.


Quiero un acompañamiento sin complicaciones.
En Recetas de rechupete la acompañan con unas buenas patatas gallegas cocidas en trozos, mientras sugieren que se pueden coronar con un par de huevos fritos (y por aquí siempre estamos a favor del huevo, frito o cocido cuatro minutos y medio, siempre que conserve la yema blanda). También puede acompañarse con patatas fritas -un clásico en los menús del día gallegos-, servirse sobre un lecho de puré de patata, arroz o cualquier otro cereal. Y en un combo mortal para postularme como la persona a la que quieren matar los italianos y también los gallegos, la he comido con pasta y queso de tetilla y queda de muerte. También la veo como una estupenda alternativa para preparar la boloñesa de chorizo con la que Dabiz Muñoz nos ha hecho babear a todos durante el reciente confinamiento.


Y ahora integrarla en un plato.
Pablo Albuerne, más conocido como Gipsy Chef, nos dio una buenísima idea para sublimar el socorrido arroz a la cubana: “Cuando me traen lo que en Galicia se llama zorza y en Asturias picadillo, carne de cerdo picada aliñada, siempre preparo un arroz con zorza y un huevo frito encima: está de la leche”. No hay más preguntas, señoría. También se puede usar como carne en un pastel de verduras, cocinar en salsa de tomate -poco tiempo, el lomo se seca deprisa, es importante que el tomate ya esté bien frito antes-, alegrar con ella una frittata de pasta o legumbres, un salteado de garbanzos con verduras, una tortilla francesa, una empanada o una rica tortilla de patata. No tiene demasiado truco: allá donde el chorizo es un buen invitado, también lo es la zorza (con la particularidad de que, al estar hecha solo con lomo, es bastante más ligera y menos grasa, algo que es bueno en algunas ocasiones y no tanto en otras).


Eso en bocata debe estar bueno, ¿no?
Buenísimo. Entramos por la puerta grande en las posibilidades bocatiles de la zorza con el bocadillo más demandado en Santiago de Compostela, sobre todo cuando la fiesta se acaba y el estómago pide algo contundente que asegure un sueño en condiciones. Os presentamos la tortizorza del bar Raíces Galegas, en la que esta carne reposa sobre una deliciosa porción de tortilla, acunada por un bollo de buen pan.
Si quieres prepararlo desde cero, puedes hacerlo con una receta de tortilla de Betanzos o con la ganadora del test tortillero Comidista. Si no tienes intención de complicarte tanto la vida, el bocadillo de zorza sola está buenísimo: es muy recomendable mojar el pan en el jugo de la sartén para un extra de suculencia y salsita. Si la tortizorza no te va, pero el minimalismo tampoco, ponle un queso fundente como el Arzúa-Ulloa, Emmental o un havarti sencillo, un huevo a la plancha, cebolla frita y a jugar.


Me ha sobrado zorza cruda, ¿cómo la conservo?
Esta respuesta depende un poco del tiempo que llevara el lomo rondando por la nevera antes de “zorzearlo”, pero aunque el pimentón y la sal ayudan a prolongar su vida útil no deberías tardar más de dos o tres días en cocinarla. Si necesitas más tiempo, congélala en un recipiente hermético y pásala a la nevera el día antes de consumirla (o dos, si es mucha cantidad y crees que tardará más en descongelarse).

 
BONITO CON TOMATE
Es un clásico de la cocina vasca y sabe a gloria si se hace bien. Ésta es nuestra versión de un plato tan emblemático que tuvo el honor de aparecer en la sintonía del mítico programa 'Con las manos en la masa'.


Bonito con tomate




MIKEL LÓPEZ ITURRIAGA

Aunque la campaña del bonito cantábrico está siendo un desastre, no puedo dejar pasar el verano sin publicar la receta de uno de mis platos favoritos de todos los tiempos, el ídem con tomate. Sí, ya sé que a la parrilla está muy bueno, que encebollado es la bomba y que en marmitako ni te cuento, pero nunca me lleva a la infancia como cuando llega a la mesa acompañado de la salsa roja.

El bonito y el tomate bien podrían cantarse 'Somos el uno para el otro', y no sólo porque sus sabores, como dicen los cursis, "mariden" bien. Ambos coinciden en su temporada, el verano, y nunca saben mejor que en ahora. Alguno dirá que es un plato más viejo que Carracuca: ciertamente, no estoy descubriendo un nuevo universo a nadie. Me da igual. Por un lado, es el tipo de producto que me apetece en estos momentos de vuelta-a-lo-básico que estoy pasando. Y por otro, viendo los bonitos con tomate tipo tabla que te ponen por ahí, que tienes que sacar la motosierra para cortarlos, quizá sea el momento de refrescar la receta.

Llevar a buen puerto esta delicia no tiene más misterio que el de contar con un pescado fresco y unos tomates maduros de verdad -no corcho teñido de rojo-, además de cocinarlos con el debido respeto. La clave está en ser muy paciente con el tomate, dejándolo que se haga lentamente, y muy sutil con el bonito, limitando su cocción al mínimo para que quede jugoso. En este último punto ayuda que esté cortado en rodajas gruesas.

Por último, puede que sea una manía personal, pero para mí la salsa de tomate perfecta para este plato es la que se tritura en el pasapurés, así que deja la batidora quieta.


Dificultad

Para alelados.
Ingredientes


Para 4 personas

  • 600 gr. de bonito cortado en rodajas gruesas
  • 750 gr. de tomate muy maduro
  • 1 pimiento verde pequeño
  • 2 cebollas
  • 1 diente de ajo
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal

Preparación

1. Picar las cebollas, el ajo y el pimiento. Cortar el tomate en trozos grandes desechando la parte dura del tronco.
1. Untar las rodajas de bonito con un poco de aceite. Poner una sartén grande a calentar a fuego medio. Pasar por la sartén el bonito, unos 20 segundos por cada lado. Bajar el fuego, sacar el bonito, salarlo y reservar.
2. En la misma sartén, rehogar la cebolla, el pimiento y el ajo unos 20 minutos añadiendo un poco de aceite si es necesario, hasta que estén bien pochados. Incorporar el tomate y dejar que se haga una media hora más a fuego lento.
3. Cuando esté bien deshecho, pasarlo por el pasapurés, probarlo y, si está ácido, añadirle un poquito de azúcar.
4. Devolver la salsa a la sartén. En el momento en el que alcance la consistencia adecuada (tiene que estar espesa, pero no concentrada), incorporar las tajadas de bonito a las que habremos quitado la piel. Dejar un minuto a fuego mínimo, retirar del fuego y tapar para que se termine de hacer con el calor de la salsa.
Está mucho mejor si se deja reposar unas horas, quitando las espinas y recalentándolo muy suave para que no se reseque. Se puede decorar con un poco de perejil picado.

 
1592127940148.png

Receta de boquerones con tomate y patatas al horno


Un plato de boquerones con tomate y patatas al horno se puede convertir en la perfecta cena o comida saludable. Necesitamos unos ingredientes básicos para conseguir crear una combinación digna de el mejor restaurante de primera línea de mar. Los boquerones son un tipo de pescado perfecto para cocinar de una y mil maneras distintas, rebozados, en escabeche, crean tapas y aperitivos impresionantes. Vamos a convertirlos en el eje principal de una elaboración que impresionará por su sencillez y acabado final. Toma nota de cómo preparar unos boquerones con tomate y patatas al horno espectaculares.

Ingredientes:
  • 20 boquerones
  • 2 patatas
  • 1 cebolla
  • 2 tomates
  • 1 diente de ajo
  • 100 ml de vino blanco
  • Aceite
  • Sal
  • Pimienta
  • Orégano
Cómo preparar unos boquerones con tomate y patatas al horno

  1. El secreto de estos boquerones al horno es disponer de una buena pieza. En la pescadería nos pueden preparar los boquerones, limpiarlos bien y quitarles las espinas.
1592128065442.png

  1. Si somos amantes del pescado y tenemos una cierta habilidad lo podemos hacer en casa. Limpiar los boquerones es mucho más sencillo de lo que parece.
  2. Salpimentamos los boquerones y los reservamos, les daremos un toque de sabor con un poco de zumo de limón.
  3. Seguimos con la cebolla, pelamos la cebolla y la cortamos en trocitos del mismo tamaño. Ponemos la cebolla en el fondo de una fuente para horno.
  4. Repetimos la operación con las patatas, las pelamos y cortamos. Colocamos por encima de la cebolla. Salpimentamos y regamos con un chorrito de aceite.
  5. Encendemos en horno y cocinamos estos dos ingredientes a 180º durante unos 15 minutos para que la patata se empiece a cocinar.
  6. Dependiendo del grosor de las patatas, podemos dejarlos un poco más. Conseguiremos de esta manera que esté tierna.
  7. Lavamos el tomate y lo cortamos en rodajas. Lo ponemos por encima de la patata y la cebolla. Coronamos esta preparación con los boquerones.
  8. Añadimos el vaso de vino blanco y un poco de orégano. Horneamos de nuevo a 180º durante unos 15 minutos más.
  9. Comprobamos que las patatas están listas y el pescado en su punto. No debe estar muy hecho o se secará demasiado
1592128124438.png


  1. Servimos esta maravilla directamente con un poco de más de orégano y un chorrito de aceite de oliva.
  2. Estos boquerones quedarán increíbles en cualquier mesa como plato principal saludable. Solo nos quedará probarlos y disfrutarlos con la mejor compañía posible y un vino blanco.
 
1592199757962.png

Cinco cremas frías para el verano: pepino, manzana, aguacate y judías verdes son las más refrescantes

¿Quién dijo que los platos de cuchara son para los meses de invierno? Las cremas frías son uno de los platos estrella los días de calor porque las combinaciones alimenticias son innumerables.


Ahora que llegan los días de calor, parece que no nos apetece tomar una sopa caliente y demás platos de cuchara. Sin embargo, y pese a que el gazpacho es el plato estrella cuando la manilla del termómetro comienza a subir de grados, las cremas frías ganan protagonismo en verano en casi todas las mesas.

Estas recetas son una muy buena forma de tomar verduras cuando aumenta la temperatura; dejando de lado los calurosos fogones, hacer una crema fría no solo te refrescará, también te llevará poco tiempo. La nutricionista y dietista Fátima Japón alerta de que para hacerlas hay que tener en cuenta escoger verduras que nos den la textura espesa que buscamos: «La cremosidad la conseguiremos mediante fruta, aguacate, derivados de la leche como el queso, patata... Además, cada alimento veraniego le dará un sabor y características diferentes», cuenta.

«Los productos principales para hacer estas cremas en verano son el tomate, pepino o calabacín porque son los sabores más frescos que nos recuerdan más al verano, y sin perder de vista la menta, que le da un sabor muy agradable también», explica la experta, que entre sus cremas favoritas se encuentra la de pepino, yogur y menta tiene un sabor más agrio o la de apio y pera con un toque de canela, que le da un toque muy dulce.

_________________________________________

Crema de espárragos trigueros con champiñones y maíz

1592199967452.png


Estos son los ingredientes que utiliza @alimentavita para la crema:

- 250 gramos de patata

- 250 gramos espárragos trigueros

- 80 gramos de cebolla

- 120 gramos de champiñones

- 70 gramos de maíz dulce

- AOVE

- Hierbas provenzales

- Pimienta negra molida

- Sal

En una olla con aceite añadir los espárragos, la patata y la cebolla previamente lavados, pelados y troceados.

Rehogar unos minutos a fuego medio-bajo para que se doren un poco y se intensifique su sabor.

Añadir agua hasta cubrirlos y cocer 15 minutos desde que rompe a hervir o hasta comprobar que la patata está cocida, que es la que más tiempo necesita.

Incorporar en una batidora sin añadir todo el caldo y triturar hasta que quede una crema fina. Ajustar la textura con el caldo sobrante. Sazonar al gusto y reservar.

En una sartén con un chorro de aceite, rehogar los champiñones laminados hasta que cojan color. En los últimos minutos incorporar también el maíz para que se dore y sazonar con sal, pimienta y hierbas provenzales al gusto.
 
Crema de aguacate y pepino

1592200096879.png



- 3 yogures enteros naturales

- 1 aguacate grande

- 1 pepino

- 2/3 de calabacín

- Dados de tofu (opcional)

Aderezo: Limón, sal, pimienta, aceite de oliva, vinagre de manzana, menta.

Poner en el vaso de la batidora el aguacate, el pepino y los yogures (yo añadí el calabacín a la plancha ya frío, porque tenía unos restos en la nevera).

Batir y añadir un poco de agua fría para que no esté tan espeso. Agregar la sal, limón (yo le puse bastante, como 2/3 del zumo de un limón, porque me encanta, pero id probando), pimienta, chorrito de aceite de oliva, otro tanto de vinagre y remover..

Servir con menta fresca o de la que venden en bote ya seca. Yo le puse unos dados de tofu a la plancha para que el plato fuera más completo.

Es recomendable que todos los ingredientes estén fríos de nevera. Si no, servir con cubitos de hielo para que esté fresquita
 
Crema de aguacate y judías verdes

1592200263795.png



Hay que batir todo con además un poco de agua y 1 cucharada de yogur griego y listo. Las judías son de bote y la zanahoria se hace en la licuadora. Dejar enfriar en la nevera. Servir con otro poquito de yogur.

Falafel al horno (triturar garbanzos, avena, perejil, sal, limón, comino. Dejar reposar mínimo una hora. Hacer la forma y rebozar con harina y llevar al horno a 180°C unos 10min por lado). Por último, mojar los falafeles en la crema y disfrutar
 
Crema de lombarda

1592200363201.png



- 1 puerro pequeño

- 1/2 col lombarda

- 1 berenjena

- Sal

- Pimienta

- Aceite de oliva virgen extra

Sofreír el puerro con sal y pimienta. Cuando esté pochado, añadir el resto de verduras. Dejar que se hagan a fuego medio unos 20 minutos.

Cubrir con caldo (echar más o menos en función de lo espeso que te guste) y dejar que se haga a fuego medio unos 30 minutos.

Triturar y añadir un poco de manzana laminada y un buen chorrito de aceite
 
Crema de aguacate pepino y manzana

1592200450988.png



Esta receta se hace con:

- 500 ml de agua fría

- 2 pepinos

- 1 manzana

- 2 aguacates grandes

- Zumo de 1 limón pequeño

- 1 puñado de cilantro

- Sal al gusto

Pelamos y troceamos el pepino, la manzana y el aguacate. Lo trituramos junto con el resto de ingredientes con una batidora y cuando esté cremosita ya podemos servir.
 
1592223366490.png

Tarta de manzana especiada inspirada en Ottolenghi

Todos tenemos miles recetas de tarta de manzana pero creo que siempre hay espacio para una más.

Esta receta la he sacado del libro de cocina SIMPLE de Ottolenghi. Cuando la vi me intrigó. Esta tarta de manzana no es realmente atractiva, es rústica, pero con el encanto de las cosas simples. He visto a muchos instagrammers prepararla y el resultado me agrada. Muchos blogs y revistas también la han publicado. Así que me he puesto manos a la obra … con algún cambio.

La receta es bastante básica, nada lujosa. Crema agria (en mi caso he utilizado dos yogures perdidos en la nevera), mantequilla, azúcar y huevos … los ingredientes habituales.

1592223449538.png
El tipo de tarta ideal tanto para el desayuno, como postre, para tomarla a media tarde, y a escondidas en la cocina a cualquier hora …

El punto diferente en esta receta de tarta de manzana lo dan esas siempre hermosas manzanas condimentadas con especias y distribuidas sobre la masa, creando una cobertura con un indudable atractivo .

1592223523636.png


Ottolenghi, en su receta, utiliza azúcar demerara, que es un azúcar moreno sin refinar. Como no tenía en casa he utilizado azúcar normal. Fallo mío pero hoy es domingo y no he podido salir a comprar. La tarta está muy buena pero la próxima vez compraré el demerara porque (1) deja color y (2) es crujiente y (3) aporta cierta textura.

Ottolenghi utiliza una gran cantidad de crema agria en la masa y leí en algún sitio que es una forma común de agregarle humedad y sabor. He sustituido la crema agria por yogur griego.

Lo idóneo es servir este tarta a temperatura ambiente, pero Ottolenghi sugiere que podemos servirlo caliente con helado de vainilla. Esto es muy inglés, al igual que hacen para servir el crumble.

La tarta resulta deliciosa. Esponjosa, tierna, ligera y, sin embargo, lo suficientemente fuerte como para sostener la cubierta de manzana.

1592223771664.png

Unas pocas manzanas cortadas en gajos gruesos, mezcladas con especias y azúcar se convierten en una cobertura increíble.

Aquí tenéis los ingredientes originales de la “Tarta de manzana especiada” tal como viene impresa en Ottolenghi SIMPLE:

Para la tarta:

  • 130 gramos de mantequilla
  • 150 gramos de azúcar extrafino (los ingleses utilizan el azúcar caster que es un azúcar extrafino). El azúcar caster es también azúcar blanco, pero con distinto tamaño de los cristales, con una molienda que se encuentra entre el azúcar granillo normal y el azúcar glas.
  • 3 huevos grandes
  • 2 cucharaditas de extracto de vainilla
  • 300 gramos de harina leudante
  • una pizca de sal
  • 200 gramos de nata agria
Para la cobertura:

  • 3 manzanas Granny Smith
  • 130 gramos de azúcar demenara
  • 1 cucharada con una mezcla de canela, nuez moscada y una pizca de pimienta de Jamaica. (En inglés, la pimienta de Jamaica es conocida como “allspice” y su sabor recuerda a la mezcla de tres especias: canela, nuez moscada y clavo. ¡No es picante! En Inglaterra se consume en algunos estofados, en ciertas recetas de tartas y puddings)
A continuación os dejo mi receta adaptada que ha funcionado de maravilla.



Tarta de manzana especiada


Ingredientes

Para la tarta:
  • 130 gramos de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente y cortada a dados
  • 150 gramos de azúcar
  • 3 huevos grandes (ligeramente batidos)
  • 2 cucharaditas de extracto de vainilla
  • 300 gramos de harina leudante (la harina leudante es una harina que se utiliza sobre todo en repostería porque viene complementada con algún tipo de levadura y puede ser sustituida por harina normal y un poco de levadura o polvo para hornear)
  • una pizca de sal
  • 250 gramos de yogur griego
Para la cobertura:
  • 3 manzanas Golden (podéis sustituirlas por la variedad Granny Smith o Reineta)
  • 130 gramos de azúcar (si tenéis utilizad azúcar moreno y mejor demenara)
  • 1 cucharada de mezcla de especias (canela, nuez moscada y clavo)



Preparación

  1. Forrad con papel de horno un molde para tarta redondo de unos 23 cm de diámetro.
  2. En un bol mezclad el azúcar y la mantequilla con la ayuda de la pala de amasar de la batidora eléctrica. Lo batís a velocidad baja-media hasta que se convierta en una crema clara y esponjosa. Añadid los huevos ligeramente batidos y la vainilla, poco a poco, hasta que queden bien integrados en la masa. Añadid a la mezcla la mitad de la harina tamizada, luego un yogur, luego el resto de harina tamizada y por último el otro yogur. Cuando veáis la masa bien ligada la vertéis en el molde redondo y reservad.
  3. Precalentad el horno a 160º con el ventilador en marcha.
  4. Pelad y deshuesad las manzanas. Cortadlas en medias lunas de 1,5 cm de ancho.
  5. Mezclad el azúcar con las especias y espolvoread la manzana. Removed bien, con la ayuda de las manos, para que la manzana quede bien impregnada. Echadlo sobre la masa del molde que tenéis reservada.
  6. Horneadlo durante 65 minutos o hasta que la superficie se vea crujiente, firme y dorada. Si insertáis un palillo en la masa no saldrá totalmente limpio porque la manzana aporta humedad. Un modo de saber si la tarta está hecha es agitar un poco el molde y si no tiembla la tarta por arriba es que ya está hecha.
  7. Sacadla del horno y dejad reposar unos 30 minutos.
  8. Servidla tibia o a temperatura ambiente. Mejor cortar la tarta con cuchillo de sierra para que la tarta no se desmigue


1592223706835.png
 
Última edición por un moderador:
Back