Con lo fácil que sería invitar a cantar a AsuracenturixBueno, los indios de las praderas, tenían sus danzas para invocar al espíritu de la lluvia.
Y, hasta no hace tanto, en algunos lugares, en las épocas de sequía. Se subían al punto más alto de la comarca y, se ponían a tirar cañonazos contra el cielo, para ver si generaban tormentas que paliaran y mitigaran la sequía.