Matar o morir por turismo

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Matar o morir por turismo
Publicado por Martín Sacristán
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Turistas en Versalles. Fotografía: * raymond (CC).
Al terminar este año, treinta millones de vuelos habrán transportado a más de 1300 millones de turistas por todo el planeta, emitiendo grandes cantidades de CO2, azufre y nitrógeno a la atmósfera. Una contribución al calentamiento global que no deja de aumentar y que, de seguir a este ritmo, será responsable para 2050 del 22% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque grave, este es solo el primero de los muchos problemas que genera la industria turística en todo el mundo.

También afecta de forma determinante a playas y costas. Allí la masiva ocupación veraniega aumenta los vertidos procedentes del alcantarillado, que son el alimento preferido por las cianobacterias. Nutridas como ganado, se convierten en el organismo predominante en las aguas costeras, desplazando a todos los demás, hasta convertir el lecho marino en un lodo estéril, muy similar al del fondo de los puertos. Este verano se ha comprobado que en el Mediterráneo las praderas autóctonas de posidonia y su ecosistema asociado ya se han retraído más de cinco kilómetros mar adentro. Lo que dejan entre ellas y la costa no es más que una zona muerta.

Y mientras todo eso sucede, los Ayuntamientos de Ámsterdam, Londres, París, Barcelona o Madrid, entre otros, continúan intentando gestionar el fenómeno del turismo masivo. La afluencia estacional de visitantes se ha convertido en permanente, vaciando de residentes los distritos del centro de la ciudad. Miles de turistas sumados a los trabajadores empleados para atenderlos copan ahora esos espacios, saturando las redes del transporte público. La contaminación se dispara, porque los locales necesitan su coche para llegar al trabajo desde las áreas más lejanas y asequibles adonde han sido desplazados. Pero, por encima de estos síntomas inmediatos, entre los gestores municipales comienza a instalarse un nuevo temor. El de que sus ciudades acaben convertidas en meros parques de atracciones, perdiendo su músculo como motor empresarial, social y cultural del país. Venecia es el mejor ejemplo. No había perdido tantos habitantes desde la epidemia de peste bubónica del siglo XVII. Y, lejos de recuperarse, su número no para de descender. Los venecianos se marchan, huyendo de un escenario insufrible.

La gran paradoja es que gran parte de los turistas soportan en sus viajes aglomeraciones y colas no muy distintas a uno de sus lunes camino del trabajo. Donde ya han desaparecido los autóctonos, la experiencia se reduce a desplazarse con otros grupos de turistas de un punto de interés a otro. Si cada viajante se reuniera a su vuelta consigo mismo, con sentido crítico, para evaluar qué ha visto y qué ha comido, llegaría a la conclusión de que prácticamente la misma oferta gastronómica y comercial de que ha disfrutado la tiene en su país de origen. La globalización ha igualado nuestras diferencias, a la par que los vuelos de bajo coste y las plataformas de alquiler entre particulares hacían más asequibles los viajes. El resultado, un turismo multitudinario contra cuyas consecuencias ya han comenzado a alzarse las primeras voces.

Una de las que más eco ha encontrado es la del sociólogo francés Rodolphe Christin. Su obra principal, Manual del antiturismo, acaba de cumplir diez años, y los problemas que anticipó se manifiestan hoy claramente en todo el mundo. Ello le ha convertido en un pensador muy popular, cuyos títulos son demandados para comprender las razones de esa nueva oposición al turismo. Uno de ellos acaba de ver la luz en castellano, publicado por ediciones El Salmón bajo el título Mundo en venta. Crítica de la sinrazón turística. Aquí el sociólogo parte de un análisis comparativo entre el concepto de viajar que tenían nuestros abuelos y el nuestro. Ellos vivían en un reducido entorno de cuarenta kilómetros cuadrados, que se preocupaban de conocer en profundidad, sin ningún interés por lo que hubiera más allá. Nosotros ignoramos nuestro entorno, empeñados en viajar lejos en busca de experiencias. Pero, y en ello radica una de las ideas clave de Christin, no lo hacemos para aumentar nuestro conocimiento, sino para confirmar nuestras expectativas. Como en ese complejo «todo incluido» cuyas vallas separan un entorno paradisíaco de la miseria. O las nuevas experiencias extremas que tan bien ilustran la sinrazón turística. Viajes a zonas de guerra, rutas por las favelas de Río de Janeiro o el Hidden City Tour de Barcelona. Una visita del barrio gótico guiados por uno de los sin techo que viven en sus calles.

El turismo, dice el sociólogo, acaba por convertir cualquier realidad local en economía de mercado. Y ello se manifiesta hasta en los lugares más recónditos del planeta. Muchas de las tribus del Amazonas han comenzado a representar sus ceremonias ante los visitantes vistiendo bañadores que tapan sus pechos y genitales. Si comparamos las fotos de las agencias turísticas con las de los antropólogos, comprobaremos que en privado mantienen su desnudez natural. Pero para agradar al turista y obtener más ingresos no les queda más remedio que someterse a sus prejuicios. O como diría Christin, confirmar sus expectativas.

Pero ¿qué hay del beneficio económico? Siempre se ha esgrimido como bien mayor frente a los perjuicios del turismo, asegurando que los daños, si los había, solo afectaban a unos pocos. Ocurre que ahora enfrentamos el escenario opuesto, especialmente en dos de los líderes de la industria turística mundial, el «Hotel Francia», como llama irónicamente a su país Michel Houellebecq, y España. Las Islas Baleares son uno de los exponentes más significativos de este fenómeno, porque allí, mientras el número de turistas no ha dejado de aumentar, la renta per cápita se ha desplomado. La principal razón es el precio de la vivienda, absolutamente disparado, y su escasa oferta. Ya ni siquiera afecta solo a los ciudadanos locales. Médicos, profesores y cuerpos de seguridad procuran evitar el archipiélago como destino, porque allí sus sueldos apenas les permitirían subsistir. Respecto a las condiciones del resto de trabajadores, especialmente aquellos dedicados al turismo, parecen más propias de una novela de Dickens que de nuestro tiempo. La situación de las islas, aunque extrema, no es única, y ya ha comenzado a despertar una nueva corriente de opinión. Que se manifestó virulentamente entre la primavera y el verano de 2017.

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Venecia. Fotografía: Roberto Trombetta (CC).
Los colectivos antiturismo llamaron entonces por primera vez la atención de la prensa diaria y las televisiones españolas. Sus actos, llevados a cabo en un intervalo temporal muy corto, y contagiándose en apariencia unos a otros, dispararon todas las alarmas. El grupo de independentistas catalán Arran rompió cristales y mobiliario en un hotel de Barcelona. La asociación vecinal Ens Plantem se manifestó en Poblenou, barrio de la Ciudad Condal, contra la masificación turística, lanzando huevos y globos con pintura a dos hoteles, cuyos turistas los miraban entre atónitos y asustados. La organización vasca juvenil Ernai salió a la calle en la Semana Grande donostiarra bajo el lema «Vuestro turismo, miseria para la juventud». Más tarde veinte activistas de Arran lanzaron confeti y bengalas en el puerto de Palma de Mallorca, a lo que siguieron otras acciones de menor calado. Incluso surgió un neologismo para definir el fenómeno: la turismofobia.

Los partidos políticos no dejaron pasar la espectacularidad de estas acciones, ni el hecho de que se asociaran al independentismo catalán y al vasco. Quizá algunos pensaran en un nuevo 15M, esta vez contra el turismo. Todos intentaron barrer para casa, a fin de beneficiar sus ideologías e intereses electorales, variando entre el apoyo incondicional y la denuncia. Pero con el otoño las noticias decayeron, y los líderes perdieron interés, pasando así por alto un hecho que hoy se muestra evidente. La oposición al turismo ha venido para quedarse, como uno de los ejes ideológicos de los movimientos progresistas y de izquierdas. Aquí y en todo el mundo. Ecologistas, feministas, plataformas antidesahucio y movimientos municipalistas participan ya del antiturismo. La red SET (South Europe Cities Facing Touristification, ‘Ciudades del sur de Europa contra la turistificación’) coordina, un año después de ser fundada, las reivindicaciones de localidades de Italia, España, Portugal, Francia y Malta. Las plataformas integradas en ella han lanzado un manifiesto fundacional, como ya hicieran muchas otras antes al norte de Europa, en Ámsterdam, París o Berlín. Y, singularmente, tanto el manifiesto de SET como los de otras organizaciones similares en todo el mundo parecen escritos por la misma persona.

La razón es que todos los fundadores, con o sin contacto entre sí, han identificado los mismos problemas en sus comunidades. El listado podría resumirse en ocho puntos comunes, y con ellos tendríamos la descripción de sociedades afectadas por el turismo masivo. Uno, el encarecimiento de la vivienda; dos, la expulsión de los residentes de las áreas turísticas; tres, el aumento de la polución; cuatro, la reducción de salarios y precarización de contratos; cinco, la masificación de calles y plazas; seis, la saturación del transporte público; siete, un monopolio turístico económico que ahoga al resto de sectores; y ocho, la creación de unas infraestructuras desproporcionadas para dar abasto a la afluencia masiva de turistas. Estas últimas exigen su ampliación a un alto coste pagado con impuestos, que no tiene contraprestación en forma de mejora en la vida diaria de los ciudadanos. A todo ello se oponen los antituristas.

El fenómeno, en todo caso, no puede magnificarse, ni siquiera con nuevas y sonoras palabras. La ideología antiturística está aún dando sus primeros pasos, hasta tal punto que sus defensores ni siquiera se ponen de acuerdo en algo tan básico como sus objetivos. Unos hablan de erradicar el turismo de raíz, alimentando la idea de turismofobia. Otros proponen crear normas y leyes restrictivas que racionalicen el turismo masivo, sin decir en qué deben consistir, o proponiendo utopías. En su descargo debe subrayarse que los antituristas no son ideólogos, sino vecinos agobiados por los problemas que ya están en la puerta de sus casas. En algún punto del futuro ellos y los pensadores como Rodolphe Christin tendrán que acabar encontrándose alrededor de la idea inaugurada por el francés hace una década: tenemos que dejar de viajar. Al menos, si tenemos algún interés en no dañar la región que visitamos, en particular, y el planeta, en general. Puede parecer una locura, pero no más de lo que lo parecían los ecologistas en la década de 1970, hablando de reciclaje y energía solar. Hoy no todos defendemos el planeta, pero su mensaje ha calado.

Es el momento de parar y preguntarnos por qué nos hemos convertido en turistas. Antes del siglo XVII los europeos no concebían exponerse a los peligros de un viaje por puro placer. Entonces surgió la idea del Grand Tour, un recorrido iniciático que se aconsejaba a los jóvenes varones, previo a sentar la cabeza en un trabajo y un matrimonio de por vida. Reservado en origen a las clases acomodadas, y sometido a sus estrictas normas sociales y de comportamiento. Algo cambió cuando Lord Byron inició su particular tour en una especie de autocaravana, abriendo el viaje a nuevas posibilidades. Después, la proliferación del ferrocarril abarató los desplazamientos, democratizando el acto de viajar. Eso lo aprovechó otro inglés, Thomas Cook, para acabar de redondear la transformación de viajero a turista al crear los primeros viajes organizados. A partir de él, el fenómeno se fue haciendo mundial, sin dejar de crecer hasta nuestros días. Pero no todos perdieron el sentido original del viaje, el de aprender y reflexionar. En la década de 1950 un personaje que iba a ser fundamental en la historia de nuestro tiempo aplicó las bases del Grand Tour a Latinoamérica. Se llamaba Ernesto Guevara, e iba a ser conocido como el Che. Pero no piensen más en él como guerrillero o comunista, sino como en otra víctima más de la turistificación.

En 2005 la película Diarios de motocicleta hizo muy popular uno de sus viajes de juventud. El guion estaba basado en sus diarios de viaje donde, con gran sentido crítico, Guevara nos habla de lo ridículas que resultan las guías, recomendando al turista visitar puntos de interés, pero ignorando a los locales y sus problemas. De acuerdo con sus biógrafos, este aprendizaje inicial determinó gran parte de su pensamiento posterior y su actividad guerrillera. Hoy a su recorrido se le llama Ruta del Che, y sus visitantes, masificados, se hacen fotografías orgullosos con camisetas donde luce la imagen del comandante, con su barba y pelo largos, y la boina coronada por la estrella. Es difícil imaginar un fuerza transformadora más poderosa que el turismo, al convertir ese icono del siglo XX, tan vinculado en origen a una ideología revolucionaria, en algo tan absolutamente banal y tan alejado de la fuerza transformadora del viaje. Singularmente, la pobreza que sesenta años atrás denunciaba Guevara sigue allí, en la ruta que ahora lleva su nombre. Christin asegura que el turismo se dispara precisamente en aquellas regiones que ya no tienen ninguna proyección económica. O, dicho de otra forma, que han empezado a matar por turismo, y que posiblemente acaben muriendo del todo por su causa.

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Museo del Louvre. Fotografía: Stephanie Overton (CC).
https://www.jotdown.es/2018/10/matar-o-morir-por-turismo/
 
Ya lo dije en otro hilo que considero que el turismo es un cáncer.
Esta locura moderna debería ser abolida por la ley, es un signo de la estupidez humana.
El daño que está causando es indecible, el daño al paisaje, a las diversas culturas, al tejido social, etc.
Hacer turismo no es viajar, es moverse en busca de una foto y otros clichés baratos.
No soporto a los turistas y a la industria de la explotación turística que hace creer que este estrago trae riqueza.
 
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Pero, por encima de estos síntomas inmediatos, entre los gestores municipales comienza a instalarse un nuevo temor. El de que sus ciudades acaben convertidas en meros parques de atracciones, perdiendo su músculo como motor empresarial, social y cultural del país.

¿Temor? No les veo muy asustados...
Reconozco que me encanta ir a visitar ciudades. Sin embargo, tengo claras varias cosas. Primero siempre voy a hoteles y albergues, nunca a pisos que podrían ser alquilados a una familia. Después, trato de respetar el horario local. No ir a cenar tarde en sitios donde se cena pronto, porque puede perjudicar a los trabajadores y dueños. También me gusta ir en bus turístico, que es lo más guiri del universo pero mira, no saturo el metro.
Luego tenemos la ciudad donde vivo, Barcelona, que parece que quiere convertirse en parque temático a toda costa. No es un barrio, ni dos, ni tres: prácticamente toda la ciudad está a manos de los alquileres para turistas. La zona del Eixample, que es enoorme, se está vaciando a un ritmo alarmante para meter ahí pisos turísticos. Los pocos pisos que quedan para los trabajadores cuestan más de 1000€, o más de 1500€. Como si fuesen lujosos y son pisos totalmente normales. Lo mismo para el barrio de Gracia, Gótico, Sant Andreu, Ciutat Vella, Poblenou... barrios que tienen tantos habitantes como ciudades enteras están echando a la gente de clase media, que es la mayoría de sus habitantes. Obviamente toda esta gente tiene que vivir en algún sitio, por lo que los barrios y ciudades periféricas han aumentado la demanda y de paso, el precio. Vamos que ahora un piso en un barrio de Cornellá en el que te sacan la navaja te puede costar 800€ tranquilamente.
Además, que todo esto no sólo afecta al precio del alquiler. Los negocios pequeños están cerrando. Si no hay compradores, no pueden mantenerse y los vecinos eran los principales clientes. L'Eixample estaba llena de pequeñas tiendas especializadas. Ahora hay tiendas 24 horas.
Luego claro, tenemos que hacer que el turista se sienta a gusto el 100% del tiempo. ¿Que vaya a una tienda y esté cerrada porque es la hora de comer? imposible, aquello le ocasionaría un trauma sin precedentes. Así pues, abren las tiendas del centro 12 horas al día cada día del año. El trabajador, que se joda, a hacer horas extra.
La línea de metro de la costa es imposible de pisar en verano, toda llena de turistas. Lo tienen todo para ellos: encuentran apartamentos baratos, pillan el abono del metro, se montan la fiesta de su vida, dejan todo hecho una mierda, y se van. Con la gran ventaja que al volver al apartamento encontrarán varios supermercados 24 horas a su disposición. Sus vecinos sólo serán otros guiris igual de borrachos que ellos.

Es una situación desastrosa, el año que viene hay elecciones y no veo a nadie dispuesto a solucionarla de verdad.
 
Vacaciones en Grecia desde 343€ o un 4* de Granada por 53€, chollos de hoy
Propuestas ‘low cost’ para viajar en los próximos días, semanas o meses
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Atardecer en Oia, Santorini (Grecia) (Grafissimo / Getty Images)
VIAJES
25/04/2019 06:00
Actualizado a 25/04/2019 07:46

¿Buscas ideas para una escapada romántica, una actividad frenética de fin de semana, un hotel, un vuelo o unas vacaciones por todo lo alto... sin gastar más de la cuenta? Encontrar buenas ofertas de viajes en internet requiere dedicar un tiempo del que no siempre disponemos. Y es que sumergirse en las mil y una webs existentes y comparar precios se ha convertido en una tarea que requiere cierta habilidad.

Con la intención de facilitarte la tarea, una semana más, te presentamos una pequeña selección de propuestas low cost , ofertas que te permitirán disfrutar del tiempo libre sin necesidad de que tu economía sufra por ello. Si te interesa alguna de ellas, te recomendamos -como siempre- que no te entretengas. Los precios suben...

Vuelos a Copenhague a partir de 37,53 € el trayecto
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Paseo marítimo de Nyham (Copenhague) (Yadid Levy / Getty)

Aunque posiblemente la primera imagen que te vendrá a la cabeza es la de la famosa estatua de bronce de la Sirenita, Copenhague tiene mil y un encantos. Es una ciudad que combina a la perfección tradición y modernidad. El Nyham -el puerto nuevo-, el Tivoli, el castillo de Rosenborg o el palacio de Amalienborg te encantarán.

Podrás volar con Norwegian de Barcelona a la capital danesa desde 37,53 € el trayecto.

Fechas: a partir de junio.

Web: Norwegian

[paste:font size="5"]Granada: alojamiento + desayuno en un 4* desde 53 € la habitación doble
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Imagen de la Alhambra de Granada al atardecer desde el mirador de San Nicolás (sorincolac / Getty Images/iStockphoto)
Una escapada de fin de semana se nos antoja una propuesta ideal para conocer la Alhambra, adentrarnos en el pasado morisco de la ciudad, descubrir edificios emblemáticos, pasear por barrios, calles y jardines y, por supuesto, saborear su gastronomía. Así pues, ¿por qué no viajar a Granada en primavera?

Puedes disfrutar de alojamiento + desayuno en el Urban Dream Granada, un 4* de la ciudad, a partir de 53 € la habitación doble.

Cuándo: diversas fechas desde este fin de semana.

Web: Weekendesk

Escapada de fin de semana en el Pallars Sobirà: hotel + rafting, a partir de 55 € por persona


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Un grupo desciende en rafting (ihsanyildizli / Getty Images)

Enclavada en el Pirineo de Lleida, la comarca del Pallars Sobirà es una de las más bellas de Catalunya. Sort, Esterri d’Àneu, Llessui, Gerri de la Sal, Llavorsí, Àreu... son algunas de sus pequeñas localidades que destilan encanto por los cuatro costados. En medio de un paisaje de impresionantes cimas y frondosos bosques, transcurre el Noguera Pallaresa, un río que se ha popularizado por la práctica del rafting.

La propuesta que te presentamos incluye una noche en un de 3* de Sort, en régimen de alojamiento y desayuno, + un descenso en rafting a partir de 55 € por persona.

Fechas: a partir de este fin de semana.

Web: Estiber

[paste:font size="5"]Atenas y Santorini desde Barcelona en otoño: vuelos + 7 noches a partir de 343 €
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Imagen nocturna de la plaza Monastiraki y la Acrópolis de Atenas (Walter Bibikow / Getty)
Heredera de un patrimonio descomunal, la capital griega puede presumir de un pasado esplendoroso que se percibe en cada rincón de la ciudad. Combinar la visita a Atenas con una estancia en la glamurosa Santorini, considerada una de las mejores islas del mundo, se nos antoja un viaje irrepetible.

La propuesta incluye vuelos desde Madrid y vuelo interno Atenas-Santorini + 7 noches de hotel (3 en la capital y 4 en la isla) + desplazamientos, por 343 € por persona.

Cuándo: a partir de septiembre.

Web: Logitravel

Costa Rica: circuito de 9 días desde Madrid a partir de 1.045 €
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Parque nacional Manuel Antonio (Costa Rica) (SimonDannhauer / Getty Images/iStockphoto)
Si estás buscando unas vacaciones que te permitan combinar aventura y relax, Costa Rica es tu destino. Y es que este país centroamericano ofrece parques naturales, una selva tropical espectacular, volcanes como el Arenal, el más activo del país, y bosques y playas como los del parque de Manuel Antonio, una auténtica joya del Pacífico.

La oferta contempla vuelo desde la capital española a San José + 7 noches en régimen de alojamiento y desayuno + traslados desde 1.045 € por persona.

Cuándo: a partir de mayo.

Web: Central de vacaciones
 
La cueva más grande del planeta explorada por el hombre
Soon Doong, en Vietnam, tiene unas dimensiones confirmadas de 9 km de largo, con una cavidad de 200 metros de alto y 175 metros de ancho. Sin embargo, los buceadores creen que su tamaño es aún mayor
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Una década después de su descubrimiento en las junglas vietnamitas, Son Doong, la cueva más grande del planeta, sigue sorprendiendo a sus exploradores, que han descubierto un pasadizo sumergido que la conecta con otra cueva y aumenta así su fabuloso tamaño.

Desde que recorrieron Son Doong por primera vez en 2009 y certificaron que era la cueva más grande jamás explorada, el equipo de espeleólogos británicos liderado por Howard Limbert había observado un río que chocaba con una pared de la cueva y reaparecía en otra gruta cercana.

«Estábamos convencidos de que el río que desaparecía en Son Doong era el mismo que reaparecía en la cueva de Hang Tung, a 600 metros», dice a Efe Debora Limbert, integrante de la expedición y asesora de Oxalis, la empresa que desde 2013 organiza tours dentro de la cueva.

cueva de Tailandia el pasado junio, solo pudieron bajar hasta 77 metros por no disponer de equipos de helio comprimido, pero sus mediciones con plomadas confirman la existencia del túnel subacuático.

«Tienen que volver con equipos nuevos para introducirse en el pasadizo e intentar llegar a la otra cueva. No sabemos si podrán hacerlo este año antes de que comiencen las lluvias (entre mayo y junio) o habrá que esperar al año que viene», dice Limbert.

De certificarse la conexión, la cueva adyacente pasaría a ser parte de Son Doong, lo que agrandaría sus ya descomunales dimensiones (más de 9 kilómetros de largo, con una cavidad de 200 metros de alto y 175 metros de ancho en la que cabría un edificio de 40 pisos).

"Ya podemos decir que Son Doong era más grande de lo que era. Normalmente se cuenta desde la superficie del agua, pero dada la existencia del túnel, se cuentan esos 93 metros de profundidad. La duda es si también incluye la otra cueva y eso no se puede certificar hasta que alguien pase de una a otra por el túnel", explica la espeleóloga.

Aunque Limbert está segura de que existen cuevas mayores en la Tierra, Son Doong es la más grande explorada por el ser humano, con un volumen total de 38,5 millones de metros cúbicos, muy por encima de la llamada Cueva del Ciervo (Deer Cave) en Malasia.

Los folletos turísticos la describen como un universo único, con clima propio, una zona de selva en las zonas donde el techo está agrietado y estalagmitas de hasta 80 metros de alto, las más altas que se conocen.

La cueva fue descubierta en 1991 por el lugareño Ho Khanh, que se refugió de una tormenta en su interior e, inconsciente de su importancia, no memorizó su ubicación.

El relato de Khanh fue imprescindible para los espeleólogos británicos que en 2009 exploraron Son Doong y la certificaron como la mayor cueva del planeta.

La región del parque nacional de Phong Nha, donde en 2016 se rodaron partes de la superproducción de Hollywood Kong: la isla calavera, es un paraíso para los espeleólogos, que estiman que apenas se han explorado un 30 por ciento de las cuevas en esta región de jungla montañosa.

https://www.abc.es/viajar/destinos/...ta-explorada-hombre-201905050131_noticia.html
 
Arte, ‘špica’ y luces de colores en Zagreb

El carácter abierto y simpático de los croatas explica la gran cantidad de cafés que hay por toda la capital, así como los numerosos eventos y propuestas
36 horas únicas en Zagreb

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Vista de Zagreb, Croacia (Dreamer4787 / Getty Images/iStockphoto)

ANNA TORRENTS
11/05/2019 07:00

Llegamos a Zagreb durante el Festival de las Luces , un evento anual que inunda la capital croata con mappings e instalaciones luminosas hipnóticas, para dar la bienvenida a la primavera por todo lo alto. Desde la Ciudad Alta hasta la Ciudad Baja, las calles se llenan de oriundos y turistas que miran hacia el cielo e intentan, sin mucha suerte, capturar con cámaras y móviles aquello que ven sus ojos. Pero las luces, en las cámaras, nunca quedan tan brillantes ni espectaculares como en la realidad, y ese secreto, el del espectáculo que solo podemos ver con nuestro propios ojos, se comparte silenciosamente con los demás asistentes a un festival abierto a todos, que nos hace sentir, por unos momentos, como un zagrebiense más.

Este festival, además, es un buen indicador del carácter croata: el de un pueblo al que le encanta salir a pasear, encontrarse con los amigos y charlar durante horas al aire libre. Un carácter abierto y simpático, mezcla austrohúngara y mediterránea, que también explica la gran cantidad de cafés que hay por toda la capital, así como los numerosos eventos y propuestas que nos invitan a salir a la calle.

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Festival de las Luces en Zagreb, Croacia (Ivan Grgic / Getty Images)
Por esa razón, os proponemos visitar la capital durante alguno de sus festivales, y aprovechar el viaje para descubrir algunos centros de reunión locales, como pueden ser museos, cafeterías y mercados. Una mezcla de planes locales y propuestas internacionales en la que aprenderéis, además, lo mucho que Croacia ha influido en el arte y la moda de todo el mundo.

Amor por la cultura
Los museos y las galerías de arte son uno de los grandes atributos de la ciudad croata. Tanto en la Ciudad Alta como en la Baja encontraréis diversos centros que, partiendo del trabajo de artistas locales, se convierten en una reflexión universal sobre el arte. Ese es el caso del Museo de Relaciones Rotas, ganador del Premio Kenneth Hudson al museo más innovador de Europa (ver recuadro), y también del Museo de Arte Contemporáneo, que reflexiona sobre el impacto de las nuevas tecnologías y la influencia de los conflictos en el arte. Se trata del museo más grande y moderno del país, que nos permite conocer barrios menos turísticos, ya que está alejado del centro. Además, también nos invita a despertar a nuestro niño interior, ya que es tradición tirarse por el tobogán exterior que recorre todo el edificio.

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Museo de Arte Contemporáneo, Zagreb, Croacia (xbrchx / Getty Images)
Otro centro relevante es el Museo Croata de Arte Naif. Aunque es pequeño, ofrece un interesante recorrido por una de las corrientes artísticas más influyentes del país, con seguidores como la Escuela de Hlebine, a la vez que muestra el impacto que tuvo el arte naif en artistas internacionales. De nuevo, un diálogo entre Croacia y el mundo que nos hace pensar en el intercambio de conocimientos entre artistas de distintas nacionalidades.

Para los que estén interesados en la historia de la ciudad, el Museo de la Ciudad de Zagreb, erigido sobre un antiguo emplazamiento arqueológico, nos da detalles sobre el inicio y la evolución de la localidad hasta la actualidad. Una visita que se puede completar con una comida en el restaurante Stara Vura, que ofrece cocina croata sofisticada en un entorno relajado y chic dentro del mismo museo.

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Mirogoj, un cementerio en Zagreb, Croacia (TomasSereda / Getty Images/iStockphoto)
Y todavía tenemos una recomendación artística más, especialmente para un sábado o domingo por la mañana. Se trata de un viaje hasta Mirogoj, un cementerio que cuenta con impresionantes pabellones y galerías, así como con numerosas esculturas de reconocidos artistas locales e internacionales, incluidas las famosas arcadas neorrenacentistas del arquitecto francoalemán Hermann Bollé. Una buena oportunidad para dar un paseo en un entorno de paz, lejos del bullicio del centro.

[paste:font size="5"]La hora del café
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Pero no todo en Zagreb es arte, ya que otro de los símbolos de la ciudad lo constituyen los numerosos bares y cafés repletos de gente charlando. De hecho, hay un nombre para esta tradición: špica. Se trata de tomar un aperitivo, los sábados por la mañana, que puede incluir café, cerveza o vino, en alguna terraza del centro. Una excusa perfecta para pasarlo bien, vestirnos con nuestras mejores galas y chismorrear con los amigos. Aunque cualquier bar es bueno para el špica, os recomendamos el Kino Europa, un encantador café, grapperia y vinoteca ubicado en la entrada de un cine que nos invita a rememorar nuestras películas favoritas mientras vemos a la gente pasar.

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Zagreb está llena de cafeterías (Croacia) (csfotoimages / Getty Images)
Como gran capital de las cafeterías, además, en Zagreb podréis encontrar una kavana para cada momento. Desde las más chics, como Botanicar y Velvet, hasta aquellas que apuestan por el café de especialidad, como Eli’s Caffè, o las que rinden tributo al pasado, como las elegantes propuestas de los hoteles Palace Zagreb y Esplanade Zagreb (el de Agatha Christie). Paradas obligatorias para degustar una buena taza de café, elegir nuestro siguiente destino y participar de las costumbres locales.

Gastronomía en boga


Y ya que queremos participar de la vida local, la mejor manera es descubrir algunos de los restaurantes que marcan tendencia. Entre ellos destaca Apetit City Restaurant & Bar, ganador de un plato Michelin, que ofrece comida de inspiración austrohúngara en un local íntimo y relajado. El menú incluye especialidades como la stracciatella de burrata, el cerdo ecológico o los dumplings de amapola. Recetas, todas ellas, elaboradas con gran delicadeza y dominio de contrastes, en una propuesta que sabe combinar elegancia y creatividad.

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Gastronomía, Zagreb, Croacia (Solovyova / Getty Images/iStockphoto)
También es muy recomendable, especialmente al mediodía, el restaurante Haustor Haus. Está ubicado dentro de un patio rodeado de viviendas, y si el buen tiempo lo permite, queda al descubierto gracias a su techo móvil. Aquí sorprende la combinación de los ingredientes, con platos como el risotto de espárragos con cerdo ahumado o la hamburguesa de atún con aguacate servida con pan artesano.

Otro premiado restaurante a tener muy en cuenta es Rougemarin City, ubicado cerca de la céntrica plaza Ban Jelacˇic´, que se especializa en platos italocroatas, como la pasta artesanal con cangrejo o el pollo con polenta.

Pero si lo que buscáis es un lugar informal donde disfrutar de una buena cerveza artesana, la recomendación es The Garden Brewery, una cervecería que apuesta por ingredientes de proximidad (entre ellos, el queso de Zagorje, el tocino de Dalmacia o las trufas de Istria), buenas hamburguesas y helados orgánicos. Sabores locales en un entorno informal y juvenil.

[paste:font size="5"]Mercados al aire libre
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Por otro lado, si tenéis la oportunidad de cocinar o queréis llevaros algún producto local a casa, no os perdáis una visita al famosísimo mercado de Dolac, abierto en 1930. En la entrada, saludad a La Comadre de Zagreb, una reconocida estatua que rinde tributo a las vendedoras croatas, que venían de las afueras de la ciudad con una gran cesta encima de la cabeza, repleta de productos frescos. Hoy en día, el mercado es una fiesta gastronómica al aire libre donde encontraréis queso y nata fresca, fruta recién recogida –probad las mandarinas de Neretva o las cerezas de Zadar, ¡nada que ver con las nuestras!– y el muy popular grincajg, un ramillete aromático compuesto por zanahoria, perejil, apio y repollo que se utiliza para caldos.

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Mercado de Dolacm Zagreb, Croacia (Joel Carillet / Getty Images)
Según el día de la semana, además, podréis subir hasta la plaza Petrica Kerempuh para comprar flores frescas o bajar al mercadillo de la plaza Ban Jelacˇic´ y adquirir productos comoajvar artesano (un condimento elaborado con pimientos rojos, berenjena, ajo y pimienta); galletas de pimienta, dulces y saladas; o aceite de pipas de girasol, que aquí encontraréis a muy buen precio. También venden el famoso pan de jengibre Licitar, en forma de corazón, cuya elaboración está incluida en la lista de patrimonio intangible de la humanidad de la Unesco.

Pero el souvenir croata más internacional no está en los mercados, sino en las tiendas de corbatas: fueron los jinetes del ejército croata los que, durante la guerra de los Treinta Años (1618-1648), pusieron de moda este accesorio como parte de su uniforme tradicional. Por último, si os interesan las antigüedades, podéis pasar una entretenida mañana de sábado o domingo en el curioso mercado de las pulgas de la plaza Británica.

Despedida de la ciudad


Antes de irnos, y con la idea de conservar una imagen única de la capital, os recomendamos subir hasta el Zagreb 360˚ Observation Deck . Se trata de un mirador que ofrece impresionantes vistas panorámicas sobre la ciudad, donde también podemos tomar una copa o picar alguna cosa mientras vemos el atardecer.

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Vista aérea de Zagreb desde el observatorio, Croatia (joyt / Getty Images/iStockphoto)
Si, además, tenéis la suerte de visitar Zagreb durante el Festival de las Luces que mencionábamos al principio, veréis cómo el día se va transformando lentamente en un espectáculo nocturno con colores brillantes que llenan unos parques y calles cada vez más repletos de gente.

Una buena imagen para despedir esta vibrante capital, repleta de planes culturales, artísticos y gastronómicos, que nos invita a descubrir la parte más innovadora de Croacia.

[paste:font size="5"]Del desamor al arte
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El Museo de Relaciones Rotas recoge objetos de parejas que han acabado su relación amorosa, familiar o de amistad. Ubicado en el centro histórico de Zagreb, esta exhibición reúne corpiños, vestidos de novia y cartas de todos los rincones del mundo, creando una curiosa oda al desamor. Los participantes mandan sus propuestas junto con una nota que explica de dónde proceden y qué significan los objetos, entre los que destacan un gnomo que un exmarido destrozó en un ataque de rabia, una botella con forma de Virgen María que un chico regalaba a todas sus amantes o un certificado de compra de una estrella de la constelación de Orión.

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Museo de las Relaciones Rotas, Zagreb, Croacia (Jorge Franganillo - Flickr)
La idea la tuvieron los artistas croatas Olinka Vištica y Dražen Grubišic´ en 2006, cuando acabó su relación, que duró cinco años, decidiendo exponer las cosas que se habían regalado hasta entonces. Más tarde empezaron a organizar exposiciones itinerantes por todo el mundo. A esta iniciativa se sumaron corazones rotos de todo el mundo; desde Sudáfrica hasta Corea del Sur, pasando por Argentina y Nueva Zelanda, miles de personas empezaron a mandar objetos a los artistas.

De hecho, la exposición cambia continuamente y permite plantearse algunas cuestiones: ¿el amor se entiende igual en Ciudad del Cabo que en Viena? ¿Recordamos más lo malo que lo bueno de una relación? Si tuviéramos que contribuir con un objeto nosotros mismos, ¿de qué relación y qué objeto sería?

https://www.lavanguardia.com/ocio/v.../zagreb-croacia-museos-cafes-gastronomia.html
 
El Camino de Santiago en bicicleta: lo que necesitas saber


Aunque cada vez más personas realizan el Camino de Santiago en bicicleta, su número sigue suponiendo solo un 6% del total de peregrinos

Al realizar el Camino de Santiago en bicicleta has de recorrer al menos 200 km para obtener la Compostela

Para completar el Camino de Santiago en bicicleta desde Francia necesitarás al menos unas 14 o 15 jornadas de pedaleo

Roberto Ruiz
22/05/2019 - 14:21h
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En 2018 un total de 20.787 personas hicieron el Camino de Santiago en bicicleta. ALECKI / ADOBE STOCK

El Camino de Santiago es sin ningún lugar a dudas una de las rutas de peregrinación más importantes del mundo, solo comparable con Roma y Jerusalén. Desde el siglo IX los fieles han acudido hasta Santiago de Compostela para visitar los restos atribuidos al apóstol Santiago el Mayor, y hoy sigue atrayendo a viajeros de todas las nacionales.

Y es que sea por los motivos que sea cada vez más gente se anima a hacer el Camino de Santiago. De hecho, en 2018 casi 330.000 personasacudieron a la Oficina del Peregrino de Santiago de Compostela, procedentes de un total de 177 países. Y aunque de todos ellos solo el 6,35% (20.787) lo hiciera en bicicleta, cada vez son más los que se anima a hacer el Camino sobre dos ruedas.

Para constar como peregrino lo primero que necesitas obtener es el Credencial del Peregrino, el documento que te acredita como tal y donde podrás recoger los sellos de albergues e iglesias que encontrarás a tu paso. Es básica para poder alojarte en un albergue público, podrás conseguirla en cofradías y asociaciones de peregrinos, iglesias o albergues, y lo ideal es que puedas hacerte con una antes de comenzar tu marcha. Además, será fundamental para que al llegar a Santiago te entreguen otro documento de vital importancia para el peregrino: la Compostela.

La Compostela es el documento que acredita que has peregrinado hasta Santiago de Compostela y para que te la den has de debido de peregrinar al menos 100 km si vas andando, o 200 si vas en bicicleta o a caballo. Es decir, que si haces el Camino Francés en bicicleta deberás comenzar al menos desde Ponferrada (León) para conseguirla.

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Aunque la mayor parte del camino es compartido, las bicicletas a veces tienen desvíos específicos.LUNAMARINA / ADOBE STOCK

La mejor época del año para hacer el Camino
Por poder puedes hacer el Camino de Santiago durante todo el año, pero hay épocas más cómodas que otras, sobre todo si vas en bicicleta. Lo más recomendable es hacerlo entre los meses de mayo y septiembre, ambos incluidos, y si es posible procurar evitar julio y agosto, ya que sus altas temperaturas te pueden pasar factura.

Fuera de esas fechas la lluvia tendrá una mayor presencia, mojarse siempre es incómodo, pero mucho más incómodo es que se mojen los caminos. El barro puede ser abundante en muchos tramos y hacerte imposible pasar por ellos en bici, lo que te obligará a buscar una alternativa asfaltada, menos bonita y más aburrida.

La bicicleta, tu preparación y el equipaje
  • Qué tipo de bici es la ideal
Puede ser una cuestión de gustos, pero no en cuanto a bicis, sino a cómo te gustaría hacer el Camino. Si no quieres tener que buscar alternativas por asfalto lo mejor es que utilices una bicicleta de montaña, al menos con suspensión delantera, para llevar mejor los caminos de tierra. Las mixtas pueden estar bien, pero en según qué tramo, dependiendo de lo accidentado del terreno, quizá se te puedan quedar algo cortas.

  • Las bicicletas eléctricas
Una bicicleta eléctrica abre la posibilidad de hacer el Camino de Santiago en bicicleta a un público mucho más amplio. Si tu preparación no es buena, y vas con un grupo que sí está en forma, puede ser una solución para unirte a ellos. Ten en cuenta que puede pesar unos 10 kg más que una bicicleta convencional, pero la asistencia de su motor te puede ser de gran ayuda. Cada uno hace el Camino como quiere, o como puede, y lo importante es poder disfrutarlo. Si una bicicleta eléctrica te da una posibilidad que no tendrías de otra manera, igual es algo que te puede interesar.

  • Qué llevar y cómo llevarlo
Siempre es recomendable llevar el menor equipaje posible, con dos o tres mudas debería ser suficiente, pero ten en cuenta que deberás incluir ropa específica para pedalear y ropa para ponerte cómodo cuando termines cada etapa, así como un saco de dormir. Lo bueno es que a la bicicleta le podrás montar alforjas laterales y un transportín trasero, dejando tu espalda liberada de peso. Eso sí, no te confíes y procura no superar los 10 O 12 kilos de equipaje.

  • El "equipaje" de la bicicleta
No olvides que la bicicleta también tiene su propio equipaje. Es decir, algún kit de reparación de pinchazos, herramientas básicas, cámaras de sustitución, bomba de inflado, lubricantes… Tampoco está de más que, si no tienes mucha idea, hagas algún curso de mecánica básica de bicicletas antes de lanzarte a viajar con ella, nunca se sabe cuándo te podrá sacar de algún apuro.

  • No olvides entrenar antes
Y por tu propio disfrute y seguridad en el Camino, si no tienes costumbre de montar en bicicleta, es conveniente que dediques unos meses a entrenar y a ponerte en forma. Cuando ya tengas cierta forma física incluye en tu entrenamiento el peso del equipaje para igual las condiciones reales del Camino.

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Dependiendo de la ruta los senderos pueden estar en mejor o estado, pero el barro es el principal enemigo del ciclista.

¡Ojo! Consejos y detalles a tener en cuenta
Hay unas cuantas consideraciones a tener en cuenta si vas a hacer el Camino en bicicleta, sobre todo si ya lo has hecho andando y ya llevas una idea en la cabeza.

  • Mejor en compañía que en solitario
Lo más recomendable es hacerlo en compañía, si no es en grupo al menos sí con otra persona. Tanto por seguridad como por practicidad. Si tienes algún percance habrá alguien para auxiliarte, ya sea un problema físico o mecánico, y también para hacerse cargo de las bicicletas en el momento de hacer alguna visita, entrar en una iglesia, en un mercado o preguntar en un alojamiento.

  • Los horarios en los albergues
Esto es algo que debes tener muy en cuenta para evitar malentendidos. En los albergues públicos hasta las 20:00h los peregrinos a pie siempre tienen preferencia ante los ciclistas. La razón es sencilla: en caso de no haber camas suficientes el ciclista lo tendrá más fácil para desplazarse hasta otro lugar. Por si acaso, lleva una lista con los teléfonos de los albergues privados de tu ruta.

  • El respeto a los peregrinos a pie
Un peregrino a pie siempre tiene preferencia ante un ciclista en el Camino. Ante una subida pronunciada siempre te puedes bajar y empujar la bicicleta, pero en una cuesta abajo la bici irá sola, mientras que el caminante seguirá cargando con el peso de su mochila. Modera tu velocidad y rebasa con mucha precaución, recuerda que estás en una peregrinación, en un viaje, y no haciendo deporte.

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Caminantes o ciclistas, la imagen de la catedral de Santiago de Compostela es la más ansiada por todos los peregrinos.

Los caminos y sus etapas
Como seguro que ya sabes, no hay un Camino de Santiago, sino infinidad de Caminos a Santiago. Y al buscar la mejor opción también debemos tener en cuenta que vamos en bici. Por ejemplo, el Camino Francés o el de la Vía de la Plata son más llanos que el del Norte o el Portugués, pero también pueden ser más calurosos en pleno verano.

En el Camino tú marcas el ritmo, el número de kilómetros por día y los días de viaje, pero lo más frecuente en bicicleta es realizar entre 60 y 80 km al día, recorriendo de 11 a 13 km cada hora. Pero tómalo solo como un dato orientativo. Ten en cuenta además que en bicicleta no siempre se puede seguir el trazado original, por lo que en algunos tramos puedes encontrar pequeños desvíos por rutas alternativas.

Para que tengas una idea, aquí tienes la distribución por etapas de las rutas más populares. Y no te confíes, aquellas que ve con pocos kilómetros son las que entrañan una mayor dificultad:

  • El Camino Francés
- Etapa 1 - Saint Jean Pied de Port – Roncesvalles - 24 km
- Etapa 2 - Roncesvalles – Pamplona - 42 km
- Etapa 3 - Pamplona – Estella - 42 km
- Etapa 4 - Estella – Logroño - 50 km
- Etapa 5 - Logroño – Santo Domingo de la Calzada - 49 km
- Etapa 6 - Santo Domingo de la Calzada – Burgos - 72 km
- Etapa 7 - Burgos – Carrión de los Condes - 87 km
- Etapa 8 - Carrión de los Condes – León - 89 km
- Etapa 9 - León – Astorga - 49 km
- Etapa 10 - Astorga – Ponferrada - 53 km
- Etapa 11 - Ponferrada – O Cebreiro - 55 km
- Etapa 12 - O Cebreiro – Portomarín - 62 km
- Etapa 13 - Portomarín – Arzúa - 54 km
- Etapa 14 - Arzúa – Santiago de Compostela - 39 km

  • El Camino del Norte
- Etapa 1 - Irún – Zarautz - 47 km
- Etapa 2 - Zarautz – Markina - 46 km
- Etapa 3 - Markina – Bilbao - 57 km
- Etapa 4 - Bilbao – Castro Urdiales - 54 km
- Etapa 5 - Castro Urdiales – Noja - 41 km
- Etapa 6 - Noja – Santander - 31 km
- Etapa 7 - Santander – Santillana del Mar - 37 km
- Etapa 8 - Santillana del Mar – Colombres - 51 km
- Etapa 9 - Colombres – Ribadesella - 55 km
- Etapa 10 - Ribadesella – Villaviciosa - 38 km
- Etapa 11 - Villaviciosa – Avilés - 55 km
- Etapa 12 - Avilés – Soto de Luiña - 39 km
- Etapa 13 - Soto de Luiña – Luarca - 39 km
- Etapa 14 - Luarca – Ribadeo - 50 km
- Etapa 15 - Ribadeo – Abadín - 52 km
- Etapa 16 - Abadín – Baamonde - 39 km
- Etapa 17 - Baamonde – Arzúa - 63 km
- Etapa 18 - Arzúa – Santiago de Compostela - 39 km

  • La Vía de la Plata
- Etapa 1 - Sevilla – Castilblanco de los Arroyos - 39 km
- Etapa 2 - Castilblanco de los Arroyos – Monesterio - 63 km
- Etapa 3 - Monesterio – Zafra - 45 km
- Etapa 4 - Zafra – Mérida - 65 km
- Etapa 5 - Mérida – Valdesalor - 61 km
- Etapa 6 - Valdesalor – Cañaveral - 55 km
- Etapa 7 - Cañaveral – Cáparra - 57 km
- Etapa 8 - Cáparra – Fuenterroble de Salvatierra - 60 km
- Etapa 9 - Fuenterroble de Salvatierra – Salamanca - 51 km
- Etapa 10 - Salamanca – Zamora - 66 km
- Etapa 11 - Zamora – Santa Croya de Tera - 87 km
- Etapa 12 - Santa Croya de Tera – Puebla de Sanabria - 67 km
- Etapa 13 - Puebla de Sanabria – A Gudiña - 53 km
- Etapa 14 - A Gudiña – Xunqueira de Ambía - 66 km
- Etapa 15 - Xunqueira de Ambía – Castro Dozón - 64 km
- Etapa 16 - Castro Dozón – Santiago de Compostela - 66 km

https://www.eldiario.es/viajes/guia...go-bicicleta-necesitas-saber_0_898010565.html
 
Tengo una serie de claves para disfrutar de los viajes.
Elegir un buen hotel, porque en el voy a pasar unas cuantas horas. Yo no soy de esas personas que madrugan y se pasan dieciocho horas pateando las calles, yo disfruto del hotel, me levanto sin prisa, me arreglo, desayuno tranquilamente y salgo a pasear sin prisa.
No hacer colas. Voy a los sitios donde no hay que hacer cola, creo que no hay Capilla Sixtina ni Museo del Louvre por el que merezca la pena sufrir una aglomeración.
Sentirme habitante del lugar. Yo no voy vestida de turista, con deportivas, pantalón corto, gorra y mochila; yo salgo a pasear como si estuviera en mi ciudad, con un vestido cómodo, unas sandalias y el bolso.
 
Una ruta por los museos de Viena

Un recorrido a pie para conocer la historia de la capital austriaca
Las mejores opciones para descubrir la ciudad

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Exterior del museo Leopold (_nf / Getty Images)

TAMARA RODRÍGUEZ
31/05/2019 07:00 Actualizado a 31/05/2019 07:32

No es de extrañar que, por décimo año consecutivo, Viena haya sido elegida la mejor ciudad del mundo para vivir. Eso significa que es uno de los lugares con la calidad de vida más alta del planeta. Para tomar esta decisión la consultora Mercer se ha basado en criterios muy diversos como el entorno social, la educación, el transporte o la oferta cultural.

Es precisamente este último criterio, la oferta cultural, uno de sus argumentos más poderosos. La capital austriaca tiene de todo: música, arte, diseño... En definitiva, es una de las ciudades europeas con más historia, con una de las arquitecturas más espectaculares y además, con un calendario cultural muy tentador. Pero sobre todo Viena tiene una propuesta museística de enorme interés.

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Imagen del centro de la capital austriaca (VitalyEdush / Getty Images)

Cómo llegar
No hay que engañarse, Viena no es precisamente barata. Sin embargo, aunque es cierto que volar a la ciudad no es tan económico como otras ciudades europeas, tampoco podemos calificarlo de caro. El número de visitas de turistas españoles ha aumentado en los últimos años, lo que ha provocado un ajuste de tarifas con vueloslow cost directos de Wizzair o Laudamotion. He estado buscando billetes de ida y vuelta –entre abril y junio es un magnífica época para viajar a Viena- y hay disponibilidad entre 55 € y 170 €, dependiendo de la ciudad de salida.

El Barrio de los Museos

Cuando alcanzas por primera vez el centro histórico de Viena, respiras de inmediato su majestuosidad, elegancia y pulcritud por todos los rincones. Es una sensación automática. En este paseo que propongo, lo primero es dirigirse al distrito séptimo de Neubau, a escasos 200 metros del Parlamento (Rathaus), donde está el Barrio de los Museos o MuseumsQuartier .

Allí es donde antiguamente se ubicaban las caballerizas reales –en otras palabras, los establos– del palacio imperial Hofsburg. Pero desde el año 1998 –gracias al arquitecto Johann Bernhard Fischer von Erlach, la zona se ha convertido en un lugar de culto en el centro de la ciudad, donde domina la esencia de lo sublime.

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Barrio de los Museos de Viena (oriredmouse / Getty Images)

60.000 m2 de arte

En los más de 60.000 metros cuadrados del Barrio de los Museos podemos encontrar hasta 40 instalaciones de lo más recomendables. Rodeado de edificios donde se contrastan las arquitecturas barroca y moderna, es algo parecido a un oasis de cultura en medio de la ciudad. Podrías pasarte recorriéndolo desde una hora, un día o toda una vida. Está rodeado de restaurantes, cafés y tiendas.

Vale la pena dedicar una jornada al MuseumsQuartier, especialmente al Museo Leopold y el Museo de Arte Moderno (Mumok). Y si dispones de más tiempo, yo incluiría el Centro de Arquitectura, el Kuntshalle y el ZOOM Kindermuseum, este sobre todo si vas con niños.


Arte Moderno en el Leopold
Como decía, una de las sugerencias prioritarias en el Barrio de los Museos es el Leopold. De entrada, llama la atención su arquitectura. Es un cubo luminoso gigante que contiene una de las mayores colecciones de arte moderno, desde el expresionismo de Egon Schiele, pasando por la de un genio como Klimt, y acabando en las obras de Kokoschka y Gersti. Principalmente se exhiben piezas de arte austríacas de los siglos XIX y XX.

Tomarse un café

En el Museo Leopold está el café del mismo nombre. Entre cuadro y cuadro, es muy aconsejable probar un café, no sólo por su buen sabor, sino por las vistas a la plaza central. No hay nada mejor para empezar el día que un buen café para levantar el ánimo. Además, es una buena forma de tomarle el pulso a la ciudad. Te sientas en una terracita, ves pasar a la gente y te tomas un melange –una especie de capuchino– apaciblemente.

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Una cafetería del centro de Viena (TasfotoNL / Getty Images)

Piensa que las cafeterías de Viena tienen tanta historia que han sido declaradas patrimonio cultural inmaterial por la Unesco. Muchos intelectuales, músicos o políticos pasaban allí gran parte de su tiempo y fue donde probablemente se inspiraron y originaron muchas cosas buenas para la humanidad.

Vanguardismo en el Mumok

A escasos, se encuentra el Mumok, el Museo de Arte Moderno de Viena. En total, en sus cuatro plantas, hay alrededor de 10.000 obras de más de 1.500 artistas. Al igual que el Leopold, el edificio es una estructura con forma de cubo y construido en basalto de lava volcánica. Es imponente. Wharhol, Oldenburg, Giacometti, Richter, Brus o Picasso tienen obras expuestas allí. El pop art y el vanguardismo de los últimos años son de gran interés. Ojo, este museo alberga un local muy curioso: el CupCakes Wien, el primer restaurante austríaco donde los postres son el plato principal.

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Gente en el exterior del Mumok de Viena (oriredmouse / Getty Images)

Comer en el Naschmarket
Si te entra hambre a mediodía y tienes el paladar bien afinado, es recomendable caminar –a poca distancia del MuseumsQuartier- hacia el sur hasta el Naschmarket. Allí se cuece –nunca mejor dicho– la vida diaria de los vieneses desde que se levantó en el siglo XVI. Se alarga unos 500 metros por Linke Wienseille. Hay de todo y de excelente calidad.

Todas las regiones de Austria mandan sus mejores productos de proximidad a este mercado, el más grande del país: quesos de Kemptal, jamón de Thum o cerdo de Mangalica, pero también hay especialidades indias y puestos muy apetecibles donde sirven kebabs o falafel. Se puede decir que es un mercadillo gourmet, en el que merece la pena pasear –ojo, los sábados suele estar a tope–, oler los aromas que lo sobrevuelan y comer en alguno de sus pequeños restaurantes.

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Naschmarket, en Viena (pedrorufo / Getty Images)

El Museo Albertina
Se habla poco de este museo y tal vez sea uno de los más interesantes del Viejo Continente. Requiere una visita lenta, sosegada y contemplativa. Las obras son de grandes autores contemporáneos como Rothko, Monet, Cézanne o y el adorado Klimt, también cuenta con una de las mejores colecciones de obra gráfica, pero además el escenario donde se exhiben es una maravilla.

El museo se ubica en un palacio neoclásico de 1744 en el que residió parte de la nobleza y aristocracia vienesas y cuya forma de vida aun se puede intuir por sus salones, mobiliario, vitrinas, adornos o por las ostentosas lámparas de araña. Por cierto, es conveniente comprar las entradas con antelación para evitar colas.

La ‘Venus de Willendorf’


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'Venus de Willendorf' (Seminole / Wikimedia Commons)

En la Maria Theresien Platz, entre el MuseumsQuartier y Heldenplatz, se encuentra uno de los centros más visitados de Viena. Es su Museo de Historia Natural, uno de los mejores en su categoría. A parte de minerales, hallazgos paleontológicos y esqueletos de dinosaurios, en una de sus salas principales, se puede contemplar la Venus de Willendorf –figurilla que representa la fertilidad– y una de las piezas artísticas más antiguas, más bellas y famosas que se conservan en el planeta. Tiene nada más y nada menos que 25.000 años.

Catar una tarta Sacher

Hay muchos lugares en Viena donde pedir una tarta Sacher, el conocido bizcocho de chocolate exquisito con mermelada de albaricoque, cubierta de una capa glaseada de chocolate. Es el postre estrella de la ciudad: un manjar.

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La tarta Sacher, una especialidad vienesa (Lilechka75 / Getty Images/iStockphoto)

Para probarla, sugiero el Café Mozart , no muy lejos del Museo de Historia Natural. Aunque no es el establecimiento original (ese es el Café Sacher), hay dos motivos que convierten el Mozart en el plan más recomendable: primero porque es su decoración es preciosa y al entrar parece que retrocedes uno o dos siglos; y luego, segundo, porque tiene una carta de cafés muy completa para combinar con la Sacher.

‘El beso’ en la galería Belvedere

Ahora toca bajar hasta el distrito tres por la calle Prinz-Eugen-Strasse hasta el palacio Belvedere, dividido en dos por un enorme jardín. La palabra Belvedere es un término arquitectónico italiano que significa “bella vista” y lo cierto es que el calificativo es totalmente acertado. Es un lugar precioso. Fue construido entre 1714 y 1723 por Johann Lukas von Hildebrandt por encargo del príncipe Eugenio de Saboya para conmemorar la victoria sobre los turcos.

Actualmente es un museo donde se exhiben las obras de uno de los pintores más genuinos de nuestro tiempo, Gustav Klimt, y una de sus pinturas más aclamadas, El beso .

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'El beso' de Gustav Klimt (Google Art Project)

La casa de Freud
Por último, y para acabar el recorrido, rumbo norte, recomiendo pasarse por el número 19 de la calle Berggasse e introducirse en lo que fue el hogar y la consulta del padre del psicoanálisis durante 30 años. Es curioso porque se conserva muy bien. De hecho la ocupó hasta que tuvo que huir a Londres amenazado por los nazis. Cuando estos quemaron sus libros en Berlín, Freud comentó: “Estamos progresando. En la edad media me hubieran quemado a mí.” A la capital británica, por cierto, trasladó su legendario sofá diván, donde todavía sigue, pero su casa vienesa exhibe más de 22.000 piezas, con cartas, libros, escritos, fotos, objetos personales, muebles de la época. De alguna manera, su espíritu único y genial flota en el ambiente. La entrada cuesta 8,5 €.

Dónde dormir

Como siempre sucede en este tipo de ciudades monumentales, lo más aconsejable es buscar un hotel lo más cerca posible del centro de la ciudad, desde donde se pueda ir caminando a todos lados. Viena es un buen ejemplo. Está dividida en 23 distritos: el 1 es el Innere Stadt, que es el centro histórico, y del 2 al 9 son los más próximos y están alrededor del Ringstrasse, que lo rodea. Dependiendo del presupuesto, lo ideal sería reservar alojamiento en alguno de estos nueve distritos, especialmente Innere Stadt, Wieden, Mariahilf o Neubau, en pleno Barrio de los Museos.

https://www.lavanguardia.com/ocio/viajes/20190531/462540445896/ruta-fin-de-semana-museos-viena.html
 
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Un pesquero en la zona de bateas de la Ría de Arosa.
Actualizado:19/06/2019 01:07h

El Salnés es una comarca en la que muchos han estado, pero que pocos han oído hablar de ella. Me explico: el turismo crece día a día entre la ría de Arosa y la de Pontevedra, y a todos nos suena que eso son las Rías Baixas, pero muy pocos saben que es también el Salnés.

Su nombre deriva de las numerosas salinas que ya había en tiempos romanos en la ría de Arosa. Con un clima gallego, atlántico, pero con un microclima que le otorga veranos mediterráneos, Sanxenxo, El Grove, Arosa... son el destino de muchos veraneantes del interior. Antiguo pueblo de pescadores, que se desarrolló turísticamente a finales de los 70, Sanxenxo posee hoy 13 playas con bandera azul, la población con más certificaciones de este tipo de toda España.

La de Arosa es la más extensa de las rías de Galicia. Aquí se concentra la mayor cantidad de bateas, plataformas flotantes de las que cuelgan ristras de mejillones y otros moluscos. En las zonas menos profundas, las mariscadoras recogen almejas y berberechos aprovechando la bajamar.
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Ostras, vieiras, almejas, mejillones, langostas, langostinos, cigalas, bueyes, centollos... En el paraíso del marisco podemos hacer un recorrido por varias bateas en barcos turísticos en los que se realiza a bordo una degustación de mejillones y albariño.

Costa a veces bravía, a veces mansa. Acantilados en los que nacen y mueren los percebes, y playas de finas arenas, como la de La Lanzada, un «puente de arena modelado por el viento», como aparece en la guía «Lo mejor de Galicia» de Lonely Planet. Otra «bandera azul» entre Sanxenxo y O Grove, muy frecuentada por los practicantes del surf.

Mar, mucho mar, pero también montaña. Y sobre todo sosiego y calidad de vida. Las dos palabras que más se repiten por estos lares son «tranquilidade» y «calidade».

Por el Salnés también pasa el Camino de Santiago. Concretamente la «Variante Espiritual» que une el Camino Portugués y la «Ruta del Mar». Resulta muy interesante seguir la ruta que conmemora la creencia de que en el año 44 dC. surcó la ría de Arosa el barco que traía el cuerpo de Santiago Apóstol desde Jaffa, en Palestina, tras su martirio en Jerusalén. Parte de este recorrido, que se conoce como Traslatio, se puede hacer en barco remontando el río Ulla, cuyas orillas están jalonadas por varios cruceros.

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Playa de Silgar en Sanxenxo - Pilar Arcos
La arquitectura civil más característica de El Salnés son los pazos, casas solariegas a caballo entre el palacio y el castillo. Hay decenas, pero destaca entre ellos el de Rubianes, en Villagarcía de Arosa, visitable su interior, su excepcional jardín cuajado de espléndidas camelias, y su bodega en la que dijo Stephen Hawking, cuando estuvo en 2015, que allí se hacía el «albariño de las camelias».

El de Fefiñanes, más que un simple pazo, es un conjunto de arquitectura urbana del s. XVII compuesto por una plaza, la iglesia de San Benito y un castillo renacentista que también alberga una bodega famosa por sus albariños.

Dormir. La Quinta de San Amaro (www.quintadesanamaro.com) es un pequeño hotel (catorce habitaciones) con encanto de verdad. Está en la localidad de Meaño, en pleno valle de El Salnés. Abrió sus puertas como hotel en 2007, pero sus tres edificios de piedra tienen una historia de más de cien años
https://www.abc.es/viajar/destinos/...-arosa-y-pontevedra-201906190107_noticia.html
 
Las mejores verbenas para pasar la noche de San Juan en España
En la costa o en el interior, centenares de localidades españolas se preparan para empezar el verano con buen pie
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Durante la noche de San Juan se celebran muchas verbenas en la playa (DisobeyArt / Getty Images/iStockphoto)
VIAJES
22/06/2019 07:00
Actualizado a 22/06/2019 07:49


Centenares de localidades españolas se preparan para celebrar la noche de San Juan, una tradición muy vinculada al fuego y con cierto aire de superstición. Hogueras, fuegos artificiales, petardos, música, baños en el mar... muchos son los ritos y tradiciones que tienen lugarm durante la madrugada del 23 al 24 de juniom para purificar el espíritu y empezar una nueva etapa renovados con el inicio del verano.

En algunos lugares estas celebraciones se han hecho muy populares, con propuestas al aire libre muy atractivas para disfrutar de una gran noche. Prepara la maleta y escoge el mejor lugar para divertirte.

Málaga, hogueras y espetos
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Durante la noche de San Juan en Málaga se preparan sardinas asadas para cenar (photopulse / Getty Images/iStockphoto)

Las sardinas a la brasa son una especialidad malagueña, y como no podía ser de otra forma, durante la noche de San Juan, se reúnen en la playa para encender hogueras y cocinar sardinas asadas (en las zonas habilitadas y previo permiso del Ayuntamiento). El evento suele estar amenizado con música en directo en las playas de la Malagueta o de la Misericordia. Y a las doce de la noche se empiezan a quemar los ‘júas’, unos grandes muñecos de trapo rellenos de serrín o papel que satirizan a los personajes populares del momento, acompañados de un gran espectáculo pirotécnico.

Alicante, las fiestas grandes


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La tradición manda saltar la hoguera durante la noche de San Juan en Alicante (francisgonsa - iStock)

En Alicante las fiestas de San Juan están declaradas de Interés Turístico Internacional. En las calles se vive intensamente con bailes, música, petardos... y se colocan las famosas barracas y racós para beber y degustar las típicas cocas de atún. Lo más destacado es la cremà, que tiene lugar el día 24 por la noche, en la que enormes figuras de cartón, normalmente satíricas, son quemadas en los distintos barrios de la ciudad, le acompaña la popular ‘bañada’, una buena dosis de agua que los bomberos lanzan a la hora de apagar las hogueras. Pero no todo termina con la cremà de les fogueres, del 25 al 29 de junio la fiesta del fuego continúa.

A Coruña, noche de brujas


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'Noite de San Xoán' en la playa de A Coruña (Phooey / Getty Images)

Galicia es tierra de brujas, y tras una jornada de pasacalles, desfiles, música, gigantes y gaitas, a las doce de la noche, tiene lugar una de las tradiciones más mágicas de España, a noite da queima, donde las Meigas encienden una gran hoguera, y tras ella, incontables pequeñas hogueras arderán por toda la capital, sobre todo, en las playas de Riazor y Orzan, con la finalidad de alejar a los malos espíritus. La tradición dicta que se coman sardinas asadas y muchos practican el ritual de sumergirse en las aguas del océano para purificarse. Los fuegos artificiales se ven por todo el cielo de la ciudad.

San Pedro Manrique (Soria), caminar por las brasas

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El 'paso del fuego' que se celebra cada año en San Pedro Manrique (Soria) (FRANRUMAR vía Wikimedia Commons)

A 50 km de Soria, en San Pedro Manrique, se celebrará una de las fiestas más antiguas y a la vez más emblemáticas de San Juan, el ‘paso del fuego’. Frente a la ermita de la Virgen de la Peña se fabrica una alfombra candente de brasas encendidas que, hoy, como hace siglos, los hombres de San Pedro o ‘pasadores’ atravesarán descalzos, sin quemarse, a veces incluso cargados con alguien a cuestas. La ceremonia, que algunos relacionan con un ritual iniciático para lograr la inmortalidad, cuenta con la presencia de las Móndidas, tres jóvenes casaderas vestidas de blanco, con un original cesto de flores de pan en la cabeza y varitas de azafrán y harina. Convertidas en la encarnación de las antiguas sacerdotisas celtíberas, las muchachas desfilan junto al fuego.

Isil (Lleida) y sus fallas
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'Falles' d'Isil, Lleida (De Roc Garcia-Elias Cos vía Wikimedia Commons)

Les falles es una fiesta que se celebra en Isil, durante la noche de San Juan, está declarada patrimonio cultural inmaterial. Cada año, miles de personas se acercan a ver el espectáculo del fuego en la que variosvecinos descienden por la ladera de la montaña, portando gruesos troncos ardiendo hasta el centro del pueblo, la visión de una serpiente de fuego deslizándose es impresionante. Luego, los portadores serán recibidos por una multitud, que les acompañará durante todo el recorrido por las calles hasta llegar a la gran hoguera donde quemarán todas las fallas. Allí tendrá se danzará la marxa dels fallaires, el ball de bastons, el ball Pla y la Bolangera, para luego dar paso al baile de la fiesta Mayor que durará hasta la madrugada.

https://www.lavanguardia.com/ocio/v...che-san-juan-localidades-espana-verbenas.html

 
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