A veces no se cómo he aguantado las ganas de golpearle. Siento hablar así, pero es cierto.
Pero eso sería darle el gusto de hacerse la víctima. Las madres son sacrosantas a ojos del resto del mundo.
He tenido una paciencia infinita.
Otra vez, tuvimos un problemon enorme con los papeles de la jubilación de mi padre. Había un dato erróneo en su partida de nacimiento, y of course, me tuve que encargar yo.
Coincidió con que era semana santa, y fuimos los 3 al pueblo a arreglarlo en el juzgado. Era un problemon enorme, porque si no se arreglaba, no se podía prejubilar.
Hacia un tiempo terrible y ella, cómo no, era la protagonista. Mi padre y yo íbamos de ventanilla en ventanilla arreglando, y ella se quedaba en casa. Si, en ese chalet del que ya Sabéis que NO tengo llave.
Pues bien. Llegó a decir allí que la habíamos llevado al pueblo a matarla. Tal cual.
Recuerdo que un día, estaba yo tan desesperada que compré un rosario en el santuario para rezar. Aún lo llevo en el bolso.
Lo único bueno esos días fue que pudimos arreglar el tema, pero NINGUNA DE LAS CASADAS MOVIO UN PUTO DEDO.
Me hace gracia que nosotras, incluso ahora, tengamos que andar justificándonos siempre...
PUES CLARO que te daban ganas de darle fuerte y fino, de hecho, yo creo que su principal hobby es buscarse a alguien con muuuuuuuuuucha paciencia e ir jodiéndole y ver hasta donde aguanta, y una vez que han dado con tu punto débil, dedicarse a meter el dedo ahí sin parar para ver hasta donde llegas sin explotar.
Yo hay una cosa de la que estoy orgullosísma, jamás le he pegado a mi madre. Y diréis, joder, vaya medallita te cuelgas Silvania, pero es que claro, yo cobraba TODOS LOS DÍAS por algo, por tonterías como no haber barrido toda la casa antes de que ella llegara o cosas así.
Ella era muy burra, y las palizas eran fuertes, pues ni aún así, yo jamás le levanté la mano, ni en legítima defensa.
Luego podía apretar los puños hasta hacerme sangre de la impotencia, o pegarle a un cojín, pero nunca cedí a esa violencia, no quería parecerme a ella y usar los puños en vez de las palabras.
Pero vaya, que ganas de matarla no me faltaban...
Considero que el maltrato psicológico me ha dejado más tocada a día de hoy, con muchas secuelas con las que batallo a diario, pero el físico me ayudó a ver desde mi infancia que mi madre no era buena persona y siempre tuve claro que ni ella me quería a mí, ni yo a ella.
Supongo que esa es la diferencia más grande con algunas de vosotras que no habéis sufrido maltrato físico, que os cuesta más tiempo ver/aceptar, que una madre que no quiere/busca la felicidad para sus hijos, no quiere verdaderamente a sus hijos. Ellas nos intentan vender una idea del amor prostituida, falsa y envenenada. Te maltrato pero DEBES quererme, es tu OBLIGACIÓN COMO HIJA.
Pues NO SEÑORA, el amor ni se gana ni se compra, nace cuando tiene que nacer y muere cuando lo matan, asi que a joderse, y a disfrutar los frutos de ser una HDP con tu propia descencia.
Creo que la prueba más grande a la que todas nosotras nos sometemos, es aceptar que nuestra madre no nos quiere, pero si la superamos, nos encontramos con un amor imbatible, el más importante de todos, el amor a uno mismo ❤