Libros, libros, libros

Macron condecora a Houellebecq, “un romántico perdido en un mundo materialista”
El autor de 'Serotonina' recibe del presidente la Legión de Honor, máxima condecoración de la República



MARC BASSETS
París 20 ABR 2019



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El escritor francés Michel Houellebecq, nuevo caballero de la Legión de Honor MIGUEL MEDINA AFP



Un presidente con ambiciones literarias, autor en su adolescencia de una novela sobre la conquista de México guardada en un cajón y proclive a envolverse en la épica y en la lírica. Un escritor que probablemente sea el más político de sus coetáneos en Francia, dotado de un olfato privilegiado para detectar y reflejar en sus novelas las angustias de la época. Emmanuel Macron y Michel Houellebecq mantienen una relación peculiar. Se aprecian y respetan, aunque ideológicamente no coincidan. El primero entregó el jueves al segundo, en una ceremonia privada en el Palacio del Elíseo, la Legión de Honor, máxima distinción de la República.

“Usted es visceralmente europeo, yo soy el más europeo de los presidentes franceses. Le acusan de ser reaccionario, misógino, islamófobo, mientras que yo lucho por el progresismo, los derechos de las mujeres y el rechazo de las discriminaciones”, sonrió Macron al entregarle la medalla, según el diario Le Monde. Ambos se conocen desde hace años. En 2006, cuando Macron era ministro de Economía, la revista cultural Les Inrockuptibles publicó un extenso diálogo entre ambos. Ahí ya se veían las discrepancias pero también parecía haber sintonía personal. Entonces se tuteaban. Después Houellebecq comentó sobre Macron: “Es raro. Parece un mutante”.

A la ceremonia asistieron una treintena de amigos del Houellebecq, autor de la reciente Serotonina (publicado en castellano por Anagrama), novela que ausculta la Francia de finales de la segunda década del siglo XXI y describe a un personaje, un país y un continente en proceso de desintegración. Arroparon al novelista otros escritores como el inseparable Frédéric Beigbeder, el filósofo Alain Finkielkraut, periodistas de la revista conservadora Valeurs Actuelles, y el expresidente Nicolas Sarkozy. También el rockero Jean-Louis Aubert, la editora Teresa Cremisi, el periodista televisivo David Pujadas y el más letraherido de los miembros del Gobierno francés, el ministro de Economía y Finanzas Bruno Le Maire, que acaba de publicar dos libros en la prestigiosa editorial Gallimard: un ensayo político sobre futuro de Europa y una meditación elegíaca sobre un amigo muerto.

El ambiente era néoréac —estos neorreaccionarios chic con el talento para combinar el dandismo con el chaleco amarillo— pero sin excesos. Houellebecq ha logrado en Francia y el extranjero el aplauso de la crítica y el público de todas las ideologías. El rechazo a mayo del 68, el antiliberalismo, la islamofobia y la misoginia que señala Macron, y, en general, un pesimismo existencial sobre Francia y la civilización, se alinean en la tradición de grandes reaccionarios de las letras francesas desde finales del siglo XIX, la de Barrès y Maurras, Céline y los colaboracionistas en la Segunda Guerra Mundial, y la generación de los húsares de la posguerra. Es una cadena que mezcla el esplendor con la abyección y que tiene en Houellebecq su último eslabón.

Que Macron haya considerado que merece ser ordenado caballero de la Legión de Honor —medalla que “recompensa méritos eminentes adquiridos en el servicio de la nación, sea a título civil, sea bajo las armas”, como reza el artículo 1 del Código de la Legión de Honor—, no ha sentado bien a todo el mundo. Otro escritor —Jean-Philippe Domecq, menos conocido, menos vendido y menos aplaudido que Houellebecq— resumía algunas críticas en una tribuna en Le Monde. Sostiene que las novelas de Houellebecq son “portavoces de una ideología nauseabunda”, y le adscribe en una escuela literaria que bautiza como “sordidismo”. Domecq describe la entrega de la condecoración al autor de Plataforma, El mapa y el territorio y Sumisión como “el segundo tiempo fuerte que [Macron] marca en el campo literario”. El primero habría sido la ceremonia funeral de diciembre de 2017 en los Inválidos, panteón de las glorias militares de la nación, en honor a Jean d’Ormesson. Ormesson, poco conocido fuera de Francia, era una institución en su país. Representaba la nostalgia de una visión del mundo aristocrática, conservadora y bon vivant, la cara amable de la derecha literaria, una escritura culta y a la vez accesible. Honrar a Ormesson el aristócrata y a Houellebecq el maldito es un mensaje: un canon presidencial.

“Usted es un romántico perdido en un mundo que se ha vuelto materialista”, le dijo Macron a Houellebecq. “Usted ha reinventado la novela francesa”.

Al final de la ceremonia, el alcalde del distrito XIII de París, Jérôme Coumet, que estaba invitado, filmó al escritor saliendo el Elíseo, acompañado de su esposa, Lysis, cigarrillo en mano, corbata mal anudada y la medalla en el pecho, satisfecho. “Aquí no se pueden tomar fotos”, bromeó.

https://elpais.com/cultura/2019/04/19/actualidad/1555709819_423473.html


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Última edición por un moderador:
LA DISPUTA
Albert Camus y Jean-Paul Sartre, de la amistad al odio en el centro del siglo XX
Así se rompió entre acusaciones e insultos la relación intelectual que marcó a una generación


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Sartre y Camus




JORDI COROMINAS I JULIÁN
TAGSSIGLO XX
PRIMERA GUERRA MUNDIAL
FILOSOFÍA


21/04/2019


“Su única excusa está en la terrible época. Hay algo en ellos que aspira a la servidumbre. Han soñado transitar por algún noble camino lleno de pensamientos. Pero no existe una senda real para la servidumbre. En cambio, tenemos la trampa, el insulto, la denuncia al hermano. En todo esto se respira el aire de los últimos treinta años.” En 1952 Albert Camus se desahogaba en sus apuntes privados contra la polémica desatada en Les Temps Modernes tras la publicación de su último libro, 'El hombre rebelde'. Cuenta la leyenda que Jean-Paul Sartre llegó a la redacción de la revista y buscó un candidato para escribir un pequeño ensayo sobre la última novedad literaria del futuro Nobel. El encargo recayó en Francis Jeanson, elogioso para con el estilo del escritor de origen argelino y demoledor en lo concerniente a su vacuidad filosófica.


Camus reaccionó con una réplica dirigida al director de la publicación. Aún retumban, y marcaron su legado, sus disertaciones en torno a la verdad, indiferente si es de derechas o izquierdas al ser un puntal básico de la sociedad. Sus palabras fueron el desencadenante de un último vendaval hacia la ruptura de la relación entre los dos símbolos de todo un decenio europeo. En aquel momento Sartre vinculó durante casi un lustro su compromiso ideológico con el Partido Comunista Francés, considerándolo la casa natural del proletariado del Hexágono. Asimismo, y su respuesta al viejo amigo Jean-Paul Sartre estaba cargada de agria bilis, arremetió con uñas y dientes contra la crítica camusiana a los campos de concentración soviéticos porque desde sus postulados centrar el debate en ellos obviaba la explotación que capitalistas y burgueses hacían de los mismos.


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Sartre y Camus

La ruptura sacra de ambos estiletes los ha caracterizado desde el recuerdo. En sus 'Carnets', algo bien digno al limitar su rabia a la esfera íntima, Camus zanjó la cuestión definiendo a Sartre como un arribista del espíritu revolucionario, un nuevo rico y fariseo de la justicia, desleal en espíritu. En enero de 1960 el autor de 'El extranjero' falleció de modo absurdo en un accidente automovilístico al topar el coche de su editor Michel Gallimard contra un árbol cerca de la localidad de Villeblevin.


La lucha por el presente
Tanto Camus como Sartre corren el típico riesgo del siglo XXI de convertirse en camisetas y frases hechas repletas de tópicos para un consumo banal en bares o redes sociales para exaltar el ego de cuatro parroquianos. Eso diluye la cultura al grado de anécdota. Lo cierto es que ambos, sobre todo tras la caída del Muro de Berlín, continúan en el punto de mira. Antes de 1989 el universo dual favorecía al creador de 'La nada' mediante la polarización de la Guerra Fría, pero el presente parece sonreír el lirismo de los valores camusianos en el intento de hallar una brújula para un mundo siempre más caótico e incomprensible.

Esta victoria póstuma se reafirma en España a lo largo de 2019 por la publicación en varias lenguas de muchos volúmenes bien inéditos, bien difíciles de encontrar en nuestras librerías.



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'El primer hombre'. (Tusquets)




En el asiento trasero del auto que le llevó al último suspiro se encontró un maletín negro. En su interior estaba el manuscrito de 'El primer hombre', novela autobiográfica en forma de testamento involuntario. Camus tenía 46 años y aún podía haber desarrollado mucho más su ideario. Ahora, veinticinco años después de su puesta de largo, Tusquets lo recupera, y el hecho es harto interesante al permitir comprender mejor su posición en torno al conflicto de Argelia. A finales de los cincuenta su silencio fue vituperado por propios y extraños, como si tras el enfrentamiento de 'Les Temps Modernes' su postura contra cualquier tipo de fanatismo no encajara en el tablero de juego. Pidió una tregua civil y pronunció su famosa frase “En estos momentos están poniendo bombas en los tranvías de Argel. Mi madre puede estar en uno de esos tranvías. Si la justicia es eso, elijo a mi madre”.

Están poniendo bombas en los tranvías de Argel. Mi madre puede estar en uno. Si la justicia es eso, elijo a mi madre

En 'El primer hombre', Camus traza una declaración de principios a partir de su propia existencia. El título tiene un claro doble sentido. Por una parte, alude a su padre, muerto en un campo de batalla francés de la Primera Guerra Mundial cuando él apenas empezaba a caminar. Por otra, es autorreferencial y un canto tanto a su propia familia como al sistema republicano francés que permitió al niño de madre analfabeta estudiar el bachillerato y progresar. Hay amor en esas páginas, y es un flechazo pedagógico surcado por figuras desdeñadas, como el profesor empeñado en la concesión de oportunidades a los más desfavorecidos.

El primer hombre
Jacques Cormery, alter ego del escritor, tiene una honda conciencia sobre la situación de sus allegados, y en ciertos momentos remarca la diferencia producida por la educación a partir de las palabras, piezas del rompecabezas para aprehender a palpar la realidad sin cortapisas. El texto llegó al postrer instante de su vida incompleto, y ahí es fundamental cotejar los anexos del volumen para intuir otra conexión a través la cual Camus quería usar su libro como vehículo para terminar con su falso silencio sobre Argelia. Hay muchos párrafos sueltos con esbozos sobre el terrorismo, mal cotidiano, como cotidiana era su preocupación, no tan enfocada sobre la barbarie colonial, sino sobre cómo toda guerra civil es un drama perpetrado desde la calle para romper la convivencia, alterar la normalidad y despedazar lazos quebrados por la polaridad al tirar demasiado de un hilo y desplazarlo para finiquitar el equilibrio. Su épica estaba en las pequeñas cosas, no en las grandes soflamas.

Esta última frase sintetiza una actitud y un proyecto, algo visible en un librito anterior, 'Cartas a un amigo alemán', rescatado ahora por la mallorquina Lleonard Muntaner. Su publicación en 1945 fue otra magnífica excusa para aprovechar el tirón de Camus desde su fulgurante puesta en escena con 'El extranjero' y 'El mito de Sísifo'. Leer ahora esas cuatro epístolas, tres recopiladas de revistas y una inédita en la edición original, es abrazar una genética del estilo y un credo asentado en la consecuencia.

Las cartas al imaginario camarada teutón engarzan con la literatura del final de la Segunda Guerra y nos interpelan desde la renuncia a la grandeza, la loa a la justicia y la imperiosa necesidad de cimentar un camino europeo desde una unión sin dominios, sólo con un lenguaje común y el diálogo como máxima bandera para la convivencia.

Además de estas, ha aparecido otra correspondencia, en este caso entre dos amigos. No es normal que las editoriales españolas apuesten por este tipo de contenidos, como si hubiéramos renunciado de antemano a integrarnos en una tradición del Viejo Mundo donde misivas y biografías se enmarcan en la totalidad de una obra para propiciar la completa comprensión del escritor o el personaje.

La novel 'Alfabeto' ha traducido al castellano el intercambio de letras entre Albert Camus y René Char. El poeta, cuyos versos esenciales pueden leerse en una estupenda compilación a cargo de Jorge Reichmann para Galaxia Gutenberg, y el Nobel mantuvieron una amistad a lo largo desde una admiración mutua y un afecto profundo hasta el extremo de requerir proximidad física, tanto en Paris, donde fueron vecinos de inmueble, como en vacaciones, comprándose la familia de Albert una finca en el Vaucluse natal del bardo.

Sus correos, a saber cómo juntaremos estas relaciones con los e-mails, rebosan la serenidad no de deber justificarse e ir de la mano entre contiendas y la misma vida. Ambos detestan París y el mundillo, sin poder escapar de sus garras al haber elegido una vocación determinada. Ambos se prodigan en carantoñas para los miembros del clan mientras se consultan para dar con un buen mediodía para comer juntos. Por eso mismo las cartas son una fuente de elucubración en torno a su cotidianidad. No desvelan, pero la misma brevedad y el tono revelan cualidades y mensajes de los dos interlocutores, juntos en la misma barca incluso en lo relativo a la lucha antifranquista, con fuerza suficiente como para empujarlos a firmar manifiestos y defender a ultranza al republicanismo español.


Sartre en la recámara
¿Y el padre del existencialismo? ¿Ha quedado sepultado en la maraña de la Historia? ¿Tiene sentido reivindicarlo una vez su aura se diluyó con el adiós a los bloques? Anagrama nos refresca su memoria con Jean-Paul Sartre, ensayo-guía de Annie Cohen-Solal, autora en 1988 de una monumental biografía de más de novecientas páginas dedicadas al fundador de Libération. La autora volvió a su fetiche en 2005, con motivo del centenario, y lo hizo con la noble aspiración de condensar su singladura para hacerla más diáfana.

Un intelectual es alguien fiel a un conjunto político y social, pero nunca deja de impugnarlo. Esta máxima tiene el don de abarcar toda la experiencia sartriana y ubicarla en el contexto de su época. Se educó en la École Normale Supérieure, escandalizó a sus compañeros por su talento, ingresó en la mediocridad sistémica como docente en Le Havre, tuvo ciertos años oscuros y a partir de los prodigiosos cuarenta estuvo en todas las salsas habidas y por haber con pasmosa naturalidad, siempre situándose a la contra, siempre con el revólver cargado para derribar el árbol. Este ir contracorriente desde la filosofía es su más poderoso legado, del anticolonialismo a la defensa del 68, de su antiacademicismo al rechazo de los honores. Todo tenía una razón de ser y uno no sabe si el ego en su urgencia de estar siempre en el candelero marcó más esa actitud que la pura coherencia de pensamiento. Aun así bastan monumentos como 'El idiota de la familia' o el testimonio de sus alumnos para darse cuenta de la enseñanza de esa energía. No acatar las premisas emanadas desde las alturas y proponer alternativas fue el nexo común de Camus y Sartre. La divergencia como regalo de enriquecimiento, la discusión como santo y seña para no plegarse a la fácil solución del conformismo.

https://www.elconfidencial.com/cultura/2019-04-21/jean-paul-sartre-albert-camus-polemica_1949530/
 
RECOMENDACIONES PARA EL 23 DE ABRIL
Día del Libro: los 10 mejores ensayos para regalar (o para quedártelos tú, mejor)
Rosas y libros en el Sant Jordi más político de los últimos años




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Una lectora busca su dosis entre los libros a la venta en el Sant Jordi del pasado año en Barcelona. (EFE)



DANIEL ARJONA
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ENSAYO




Editores hiperactivos, libreros que no han abandonado toda esperanza y autores a la busca de la gloria señalan cada año en el calendario el 23 de abril con un círculo rojo. El Día del Libro y festividad de Sant Jordi, la tradición manda regalar libros y rosas a los seres queridos, amantes, amigos y enemigos, y la masiva producción editorial del país no pone las cosas fáciles. La ficción protagoniza la fecha pero, entre la avalancha de novelas negras, grises, rosas, la excepción la marca este año la recta final de la campaña para las elecciones generales que se celebrarán el domingo, dando alas a un género cada vez más pujante: el ensayo, la reflexión sobre la historia y la política y su implicación en el análisis del presente.


El primer trimestre de 2019 permite aventurar que este año será excepcional para el ensayo. Un puñado de grandes títulos optan ya sin discusión a ocupar un lugar de honor en la lista final de los mejores títulos. La historia manda una vez más, pero también la filosofía, la política, la sociología o las neurociencias. A coninuación, enumeramos lo mejor de lo mejor de esta gran cosecha.




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'El fatal destino de Roma'.


1. 'El fatal destino de Roma' (Crítica)
Nos gusta hacer grandes interpretaciones morales de los acontecimientos históricos más trascendentes, y la caída del Imperio romano quizá sea uno de los más significativos. Este extraordinario ensayo de Kyle Harper demuestra cómo la humanidad se puede condenar no solo por clamorosos errores ideológicos sino por sucesos que escapan a su poder, como el tiempo —aunque el cambio climático que experimentamos ahora sí tenga que ver con la acción de los humanos—. Sea como sea, deberíamos recordar la lección romana: incluso las civilizaciones más sofisticadas están a expensas de las leyes de la naturaleza e incluso lo gigantesco puede caer. Así pasa la gloria en el mundo.




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'Hambruna roja'.


2. 'Hambruna roja' (Debate)
Ocurrió entre 1931 y 1934 y es quizás uno de los hitos del Mal de un siglo XX pródigo en horrores. Como consecuencia de la nefasta colectivización salvaje que obligó a los 'kulaks' o campesinos a dejar sus tierras e integrarse en granjas colectivas y de la decisión premeditada de liquidar cualquier anhelo de independencia en Ucrania, Stalin mató de hambre a cuatro millones de ucranianos —y a otro millón más en el resto de la URSS— en lo que habría de bautizarse como 'Holodomor', de las palabras ucranianas 'hólod' ('hambre') y 'mor' ('exterminio'). El velo que aún se cernía sobre aquellos hechos terribles, motivado principalmente por la negativa del régimen actual de Putin en Rusia a realizar la más mínima crítica del pasado comunista, acaba de ser levantado definitivamente en 'Hambruna roja. La guerra de Stalin contra Ucrania' por Anne Applebaum, una de las mejores historiadoras de la actualidad.



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'El río de la conciencia'.


3. 'El río de la conciencia' (Anagrama)
El libro póstumo de Oliver Sacks es una recopilación de ensayos que revelan la amplitud de los intereses científicos de su autor, su talento divulgador y su extraordinaria escritura. Por estas páginas pasan Charles Darwin y su trabajo como botánico, los primeros trabajos de Freud como neurólogo antes de fundar el psicoanálisis, plantas y lombrices, tics faciales, la percepción del tiempo para los autistas o la manera en que los niños pequeños dejan de limitarse a imitar y repetir —si le sacas la lengua a uno, él te la sacará a ti, y luego querrá repetirlo mil veces— para empezar a crear conductas propias. Un libro tan fascinante como 'El hombre que confundió a su mujer con un sombrero' o 'Un antropólogo en Marte', con sus exposiciones de casos clínicos cuyos protagonistas pierden la memoria, tienen convulsiones por razones extrañas y recuperan la visión pero no saben 'ver'.



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'Tiempo de magos'.


4. 'Tiempo de magos' (Taurus)
No es habitual leer libros sobre filosofía narrados con la fuerza y el sentido de la maravilla de una epopeya mítica. Pero tal es precisamente el deslumbrante logro del filósofo y periodista alemán Wolfram Eilenberger en 'Tiempo de magos. La gran década de la filosofía 1919-1929'. Cuatro pensadores tan explosivos como inhóspitos se sientan a la mesa de este banquete filosófico como cuatro nigromantes invocando a los espíritus de la historia del pensamiento occidental... para después exorcizarlos de un zarpazo e imaginar algo completamente nuevo. Los cuatro son centroeuropeos, tres alemanes y un austríaco: Walter Benjamin, Martin Heidegger, Ernst Cassirer y Ludwig Wittgenstein. Los cuatro han alcanzado en la actualidad una estatura legendaria, comoguardianes de un tesoro de ideas que ilumina nuestro presente sin que nadie haya sido capaz de explicar muy bien por qué. Hasta ahora.



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'Liberalismo'.


5. 'Liberalismo' (Página Indómita)
"No existe una única, inequívoca cosa llamada ‘liberalismo’. Todos los liberalismos que han existido, y que existen, seleccionan deliberada o inconscientemente ciertos ítems del enorme repertorio liberal acumulado y excluyen otros, porque algunos elementos son incompatibles entre sí y porque las modas y prácticas intelectuales cambian". Lo dice Michael Freeden en 'Liberalismo. Una introducción', un valioso libro recién publicado por la editorial Página Indómita que nos puede ayudar a entender un poco la inmensa polisemia de esta palabra. Pero eso no significa establecer qué es el verdadero liberalismo: seguramente no exista (lo cual es bueno), aunque cada uno tengamos nuestra propia definición y nos irrite ver cómo otros utilizan el término con un contenido completamente distinto. Aun así, como veremos, hay límites.



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'Soy dinamita'.


6. 'Soy dinamita' (Ariel)
Todo el mundo cree saber que el desventurado autor de 'El Anticristo' se acostaba con su hermana en lo que sería el incesto más célebre de la historia de la filosofía. Lástima que todo sea falso, como explica la novelista y biógrafa inglesa Sue Prideaux en la ultimísima y soberbia biografía del pensador que acaba de publicarse en España: 'Soy dinamita: una vida de Nietzsche'. Hay tantas biografías de Nietzsche como utilizaciones bastardas de su filosofía, desde las apologías de su potencial liberador hasta las virulentas diatribas acerca de su utilidad como argamasa del nazismo. Y lo que mejor hace en estas páginas Prideaux es disolver todos esos mitos y leyendas sin contemplaciones con una narración tan adictiva como divertida, que danza en torno a la relación de amor y odio del filósofo y el compositor Richard Wagner. Una de esas fabulaciones desarboladas es la de la supuesta relación erótica con su hermana menor Elisabeth Förster-Nietzsche. ¿Cómo surgió el bulo y cuáles son las razones de su longevidad?



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'Posverdad'.


7. 'Posverdad' (Alianza)
La reciente traducción al castellano de 'Posverdad', del periodista británico Matthew D’Ancona, es un libro que tiene las virtudes de ser muy bueno y muy breve. D’Ancona fue subdirector del periódico bastante derechista 'The Sunday Telegraph', director del semanario muy derechista, muy culto y muy brillante 'The Spectator' (sustituyó en el cargo a Boris Johnson) y ahora es columnista del muy izquierdista 'The Guardian'. Es un conservador ecuánime y razonable. Y en este libro, su mayor preocupación es simple: “Cómo ha ido decayendo el valor de la verdad como moneda de reserva de la sociedad, y el contagio epidémico de un pernicioso relativismo disfrazado de legítimo escepticismo”. Es una descripción precisa de lo que nos está pasando.



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'Todo el mundo miente'.


8. 'Todo el mundo miente' (Capitán Swing)
Hablemos de s*x*. Si usted consulta los sondeos sobre relaciones heterosexuales recogidos por la General Social Survey, con fama de ser la fuente más seria sobre las conductas erótico-festivas de los estadounidenses, las mujeres declaran utilizar en total 1.100 millones de preservativos al año, mientras que los hombres aseguran usar 1.600 millones. Es evidente que alguien miente, pero ¿quién? ¡Todos y todas! Los fabricantes de condones informan de unas ventas anuales medias de unos 600 millones de unidades. Pero si las encuestas blanquean semejantes trolas, ¿cómo enterarse de algo? En realidad, hoy es más fácil que nunca. Abran su buscador de internet y entren en Google. Es lo que hizo durante cuatro excitante años el escritor, economista y filósofo Seth Stephens-Davidowitz. Los resultados, sobre s*x* pero también sobre odio, prejuicios, abusos o amistad, se exponen en un libro excepcional y perturbador: 'Todo el mundo miente: lo que internet y el 'big data' pueden decirnos sobre nosotros mismos'.



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'Así termina la democracia'.


9. 'Así termina la democracia'
A fin de cuentas, se plantea el brillante politólogo de Cambridge David Runciman en su nuevo libro 'Así termina la democracia', no podemos seguir repitiendo el adagio de Winston Churchill por toda la eternidad, ya saben, aquello de que "la democracia es la peor forma de gobierno a excepción de todas las demás". Ojo, el elocuente y sugestivo ensayo de Runciman no es un epitafio. Su investigación acerca de la tormenta perfecta que golpea el viejo orden liberal en todo el mundo despertando virulentos populismos, nacionalismos intransigentes y todo tipo de identidades innegociables es pesimista, pero no definitiva. A fin de cuentas, en otras peores nos hemos visto, como durante los años treinta del aciago siglo XX, cuando parecía imposible que la democracia pudiera sobrevivir a la santa alianza de los totalitarismos y que tantos ecos tienen en nuestro presente. Pero el ejercicio de pensar otras posibilidades de vivir juntos en un mundo global al que se aplica en la parte final de su libro resulta tremendamente sugestivo. ¿Qué tenemos en el menú? Veamos.

SIGUE..
 
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'Cómo piensan los escritores'.


10. Cómo piensan los escritores (Blackie Books)
Richard Cohen ha escrito un libro estupendo subtitulado 'Técnicas, manías y miedos de los grandes autores'. En el libro, se cita más veces a Stephen King que a Lev Tolstoi. 'Escribir ficción' es el título genérico que anticipa con mayor claridad el contenido de este volumen, ciertamente destacado dentro de lo que podríamos calificar como bibliografía de la escritura creativa. En ella incluiríamos el clásico 'Aspectos de la novela', de E.M. Forster, sendos 'El arte de la novela' de Milan Kundera y David Lodge, o el genial 'Mecanismos de la ficción' (Taurus), de James Wood. Richard Cohen señala a Wood como el mejor crítico actual, y 'Mientras escribo' (DeBolsillo), de Stephen King, como el mejor manual de escritura del mundo.

https://www.elconfidencial.com/cult...-sant-jordi-recomendaciones-lectoras_1954486/
 
LITERATURA
Donna Leon y su mítico Brunetti vuelven con más misterios
Sábado, 27 abril 2019


La escritora estadounidense presenta 'En el nombre del hijo' su más reciente novela con nuevas aventuras y sus tradicionales tintes de la novela negra




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La escritora estadounidense Donna Leon Sergio Enriquez-Nistal



Donna Leon (Nueva Jersey, 1942), la maestra de la novela negra, regresa con un nuevo caso del comisario Brunetti.En En el nombre del hijo (Seix Barral, 2019), la entrega número 28 de su popular serie, se entretejen los conflictos morales con el amor, la codicia y el misterio.

En esta historia, el personaje español Gonzalo Rodríguez de Tejeda ha decido nombrar heredero de su fortuna a su joven amante, hecho que suscita una cadena de incertidumbres, prejuicios y malos presentimientos.

En el nombre del hijo además de plantear la facilidad para juzgar a los otros, de los misterios y de los crímenes, resalta el papel del amor. "No hay peor crimen que no enamorarse", escribe Leon en el libro. ¿La gente se ha cansado de buscar el amor? "El problema es que en nuestra sociedad está muy arraigado el concepto del amor romántico. Ese es el amor que buscan y no encuentran".

Después de todas las aventuras que ha trazado junto con el comisario, Leon reconoce que siente un amor profundo por su personaje. "Es que lo conozco muy bien, como conozco a mis amigos más cercanos", explica.

En el transcurso de los años, "el comisario sigue conservando su esencia", según la autora. En lo que se diferencia es en que ahora tiene ideales más arraigados que defiende a capa y espada. "En los primeros libros de los años 90, a Brunetti le preocupaba la ecología y el medio ambiente, pero en la narrativa sólo había apuntes de ello, parecían una especie de broma. Después de 28 años se ha vuelto más consciente de los problemas que nos rodean; por ejemplo, los estragos del cambio climático que vivimos a diario", comenta.

En todos estos años, ¿cómo ha logrado el comisario Brunetti mantenerse como uno de los favoritos de la gente? "Es un hombre interesante y hay cosas nuevas que aprender sobre él. Los lectores que durante todo este tiempo lo han seguido saben que siempre sorprende con algo nuevo", dice.

Donna Leon es una de las escritoras de novela policiaca contemporánea más leídas en todo el mundo, pero dice no tener "una fórmula exacta para que los lectores se enganchen con sus historias". Ella no programa los casos de su comisario. "Siempre es un gran desafío porque ni yo misma sé de qué van a tratar mis libros. Se van construyendo al momento en que me fluyen las ideas", dice. "Lo mejor es no planificar las cosas y siempre divertirse".

La constante en sus relatos es el escenario en el que se desarrollan: Venecia, una de las ciudades más importantes y famosas del planeta, símbolo de la belleza, pero también del poder del comercio y la globalización. "La ciudad es un bombardeo de marcas que conservan su estética y que son un símbolo distintivo de la ciudad, pero luego te alejas de esos grandes escaparates y entras en otra realidad, en donde te ofrecen chatarras como souvenirs como en un mercadillo de Marruecos". Leon confiesa que siente nostalgia por la Venecia en la que vivía. "Desearía que algunas cosas no hubieran cambiado, pero así es la vida", afirma. Aunque lo peor de Venecia son los turistas, según la autora. "Es irracional que tenga 54.000 habitantes y reciba a 33 millones de turistas. Simplemente no se puede vivir así", dice.

Leon se mudó a un pueblo cerca de las montañas suizas, pero de vez en cuando regresa a la ciudad que mejor conoce. "La conozco tan bien que es el único escenario del que me atrevo a escribir hasta con los ojos cerrados". La obra de la novelista estadounidense es la que mejor ha descrito Venecia en los últimos tiempos.

Donna Leon trabaja sin cesar. Publica al menos una novela por año. "Ya tengo 400 páginas de la siguiente, la número 29, aunque aún no sé el final", dice.

https://www.elmundo.es/cultura/literatura/2019/04/27/5cc34be221efa04e418b46ea.html



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EL MISTERIO
¿Qué le ocurrió a Patrick Süskind? La desaparición del autor de 'El perfume'
El escritor de éxitos literarios cumple 70 años sin que nadie sepa dónde está ni qué hace



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Detalle de portada de 'El perfume'




MARTÍN IBARROLA
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NOVELA

28/04/2019



Patrick Süskind celebró discretamente su 70 cumpleaños el pasado 26 de marzo en algún lugar de Alemania. O quizá en una casita del pueblo francés de Montolieu. Los periodistas y críticos literarios no intentaron localizarlo, pues ya sabían que el autor de ‘El Perfume’ no concede entrevistas, rechaza cualquier tipo de correspondencia, evita las apariciones públicas y únicamente permite la distribución de dos fotografías fechadas en 1985 y 1992. Este ostracismo voluntario lo ha convertido con el tiempo en una especie de Salinger a la alemana. La emblemática editorial suiza Diogenes Verlag, con la que ha publicado todos sus libros, confirma a El Confidencial que Süskind “está vivo” pero rechazan responder a determinadas preguntas con tal de salvaguardar la férrea privacidad de su gallina de los huevos de oro. La incomunicación total, dicen, “es un principio básico y sin excepciones”.

Independientemente de su éxito, Patrick Süskind cuenta con una biblioteca propia sorprendentemente reducida y —a excepción de un breve ensayo sobre el amor y la muerte de 2006– concentrada entre 1980 y 1994: un monólogo teatral ('El Contrabajo', 1980), una novela larga ('El Perfume', 1985), dos cortas ('La Paloma', 1990, y 'La historia del señor Sommer', 1994) y un libro de relatos (tres cuentos y una reflexión escritos en los años ochenta y reeditados el mes pasado). El resto de su vida es un misterio, parcialmente desvelado gracias al reguero de pistas que han dejado sus amigos y conocidos en sus memorias o artículos de la prensa alemana.




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Patrick Süskind, autor de 'El perfume'




Süskind nació en 1949 en la localidad bávara de Ambach y es hijo de Annemarie y Wilhelm Emanuel, una entrenadora deportiva y un reputado periodista del ‘Süddeutsche Zeitung’. El pequeño de dos hermanos estudió Historia en Munich y Aix-en-Provence, aunque no acabó la carrera, y pasó parte de su juventud en un minúsculo ático del Boulevard Raspail en París. Así lo contaba Konrad Rufus Müller en un artículo de Der Tagespiegel. Este fotógrafo de fama internacional realizaría años después el primer retrato ‘consentido’ de Patrick Süskind en su propiedad del lago Starnberg. También cometió el error de publicar un par de fotografías sin el permiso del autor, por lo que recibió una notificación del abogado de Süskind. Tuvo que pagarle “varios miles de marcos” en compensación.

Cuando entrábamos en un café buscaba la mesa más apartada y se sentaba de espaldas, con todo a la vista pero sin que nadie lo viera

Müller conoció al escritor a través de su hermano Martín E., que entonces trabajaba en la redacción del Süddeutsche Zeitung y preparaba discursos para el canciller socialdemócrata Willy Brandt. El pequeño de esta familia de periodistas ya se había hecho un nombre en el mundo del teatro y dedicaba su tiempo a escribir guiones para el cine y la televisión y documentarse para sus ‘historias’. El fotógrafo lo visitó con frecuencia en su piso parisino mientras preparaba un reportaje sobre François Mitterrand: “Su habitación era tan pequeña que la silla para los invitados colgaba del techo y solamente la bajaba cuando recibía alguna visita”. Al parecer, Müller lo sacaba de quicio tarareando canciones o hablando con extraños por la calle, por lo que el introvertido escritor acostumbraba a caminar diez pasos por detrás de él y a menudo permanecía en silencio. “Cuando entrábamos en un café buscaba la mesa más apartada y se sentaba de espaldas a la pared, con todo a la vista pero sin que nadie lo viera (...) Era una persona muy cautelosa”, describe con más cariño que rencor.

Dos años en Vespa
‘El Contrabajo’ fue la obra más representada en los escenarios alemanes durante 1983 y 1984. Poco después de su estreno, el texto original de Patrick Süskind llegó al despacho del mítico editor de Diogenes, Patrick Keel, famoso por haber fichado personalidades como John Irving, Albert Camus, Donna Leon y Maurice Sendak. Haciendo gala de su innegable olfato, Keel decidió publicar el monólogo sin ni siquiera haberlo visto en escena. Meses más tarde recibió una carta en la que Süskind mencionaba por primera vez el manuscrito de un libro al que pensaba titular ‘Dar Parfum’. Se trataba del viaje sensorial de Jean Baptista Grenouille, un huérfano que vagaba por la Francia iluminada del siglo XVIII matando jóvenes mujeres y coleccionando su esencia aromática.







El adelanto de un par de capítulos en 1984 —maniobra empresarial muy habitual en la época— provocó tal expectación que las editoriales internacionales lanzaron sus ofertas antes de que el libro llegara a las librerías. Keel aprovechó el interés para fijar algunas condiciones realmente inusuales en la industria, como imponer por contrato que la portada siempre fuera la misma: el cuadro de Jupiter y Antíope de Antoine Watteau. James M. Markham, entonces delegado del New York Times en Paris, logró entrevistar al autor en octubre de 1986. “Delgado y con gafas metálicas, Patrick Süskind asoma la cabeza por la puerta de su apartamento en el sexto piso, sonríe al visitante y arruga su nariz con desconfianza. ‘Aquí huele a huevos podridos, ¿no cree?’, pregunta”. La entrevista, que apenas ocupaba un cuarto de página del periódico, dejaba constancia del proceso de documentación del ‘El Perfume’. Süskind compró una moto y condujo durante dos años por el sur de Francia en busca de las perfumerías más exquisitas. Según sus propias palabras, “el olfato era prácticamente el único sentido que tenía funcionando en la Vespa”. Desde entonces ‘El Perfume’ ha vendido un total de 20 millones de copias, ha sido traducida a 53 idiomas y fue adaptada al cine por el director Tom Tyker. La primera frase del libro es ya historia de la Literatura: “En el siglo XVIII vivió en Francia uno de los hombres más geniales y abominables de un época en la que no escasearon los hombres abominables y geniales”.

“Mientras no tenga una idea, no escribiré nada”, zanjó en una entrevista, y lo cierto es que no volvió a publicar una novela tan ambiciosa

El boum de su bestseller reforzó el realismo mágico europeo y su dominio de las frases concatenadas —casi neuróticas— fue objeto de numerosos estudios. Algunos hablaban de posmodernismo, otros de estilo neogótico. Él nunca se pronunció al respecto. “Mientras no tenga una idea, no escribiré nada”, zanjó en una entrevista, y lo cierto es que no volvió a publicar una novela tan ambiciosa como la de ‘El Perfume’, aunque sí dejó joyas literarias como ‘La historia del señor Sommer’, un cuento ilustrado con los delicados dibujos de su amigo Jean-Jacques Sempé. La narración gira en torno a un hombre que camina de manera infatigable, presa de una angustia que no llega a desvelar. “¡Bueno, pues déjenme en paz de una vez!”, exclama a las personas que tratan de ayudarlo. ¿Cuántas veces habrá gritado Partrick Süskind esas mismas palabras? ¿Cuántas entrevistas, reportajes, galardones y contratos millonarios habrá rechazado a lo largo de su vida?

En mayo de 2012, el diario local Südwest Presse fotografió al escritor en la recepción de un premio literario de la ciudad de Schwäbisch Hall, donde su padre había participado como jurado hasta el día de su muerte. Süskind tenía 63 años y aparecía visiblemente envejecido, con un semblante serio, una boina francesa y un cigarrillo en la boca. Conservaba, eso sí, las mismas gafas de alambre metálico de los viejos retratos. Era su primera aparición en público desde hacía 30 años y la noticia pasó completamente desapercibida. Süskind lo había logrado.Al mundo ya no le interesaba su vida, sólo querían oler el perfume.

https://www.elconfidencial.com/cultura/2019-04-28/patrick-suskind-donde-esta-el-perfume_1966422/
 
alguna tendria el pdf de Actuando para el cine de Michael Caine...no logro encontrarlo por ningun lado...gracias primas.besos
 
Albert Camus, la vigencia del no
Pensadores y artistas reflexionan en las Trobades Literàries Mediterrànies sobre
‘El hombre rebelde’, el ensayo donde el escritor reivindicó el derecho a la disidencia




LAURA FERNÁNDEZ
Sant Lluís (Menorca) 28 ABR 2019



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Albert Camus en Suiza, en la terraza de un sanatorio donde estuvo recuperándose de una recaída de la tuberculosis en 1950.




El centro del pequeño Sant Lluís, el municipio menorquín de calles rectas y casitas blancas en el que nació Catalina Cardona, la abuela materna de Albert Camus, ha vuelto a llenarse estos días de camusianos. ¿Que qué es un camusiano? Podría decirse que un experto en la obra del Nobel argelino, pero también cualquiera decidido a invocar su fantasma, a encarnar el mito del hombre que fue partidario del no como motor y principio de libertad. Precisamente, de ese no, el no que puso en marcha El hombre rebelde, su tratado filosófico de 1951, departían los ilustres invitados, artistas de un sinfín de disciplinas —literatura, cine, fotografía— y pensadores —filósofos, periodistas, profesores— llegados de hasta 11 países, a la segunda edición de las Trobades Literàries Mediterrànies Albert Camus, suerte de pequeña isla de ideas y butacas, espacio mental colectivo, que se crea durante tres días, desde el 25 hasta ayer, en la pequeña isla física de la que partió la abuela del escritor hace más de un siglo.

Bajo el signo de Prometeo, el titán amigo de los mortales, el que osó robar el fuego a los dioses para compartirlo con los humanos, el primer rebelde, trató de arrojarse luz, una y otra vez, no solo a aquello que hermanó la rebeldía metafísica del mito con la rebeldía real de la palabra del escritor —“los mitos no existen por sí solos, esperan que los encarnemos”, dejó dicho Camus. según recordó Sandra Maunac, directora del encuentro—, sino también a jugosas curiosidades, como es la relación más que evidente entre su obra y el helenismo, del que se enamoró a los 17 años, cuando cayó enfermo de tuberculosis y leyó, por primera vez, a Epicteto, como apuntó el profesor Michel Barré, que se dedicó a glosar los paralelismos entre las palabras del autor y las puestas en boca del titán griego. Así, por ejemplo, Prometeo dijo: “Yo liberé a los hombres”. Y Camus (Dréan, 1913—Villeblevin, 1960) superpuso: “Yo defendí a los hombres”. “Para Camus, como para Seferis, ser uno mismo era más un deber que un derecho”, señaló, también aludiendo al vínculo con lo helénico del escritor, el novelista Yannis Kiourtsakis.




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Albert y Francine Camus, 'circa' 1945.COLECCIÓN CATHERINE Y JEAN CAMUS




Curiosidades aparte, Tahar Ben Jelloun contrapuso la idea de que “el mundo de hoy ha destruido la dignidad del hombre árabe y lo ha convertido en culpable” a la visión que de La pestedio Marylin Maeso. La joven filósofa de Montpellier rescató unas líneas del final de la novela de Camus sobre el horror nazi —“que fue mucho más allá, pues de lo que habla es de qué manera el miedo se convierte en odio y cómo el cosificar al otro permite la barbarie”, dijo— para recordar de qué manera dejó claro que “la peste está en nosotros, no en el otro, es algo que llevamos pegado a la piel, y no somos conscientes de que enfermamos hasta que no empezamos a ver las ratas correr a nuestro alrededor”. Algo completamente aplicable al mundo de hoy. “La peste, metafórica o real, existe, es el populismo dramático en el que vivimos inmersos”, sentenció Ben Jelloun. Un populismo que está moldeando la realidad de tal manera que “lo primero en lo que piensas cuando ves arder Notre Dame es: ‘Ojalá haya sido un árabe”.

Hubo lugar para la mujer revolucionaria, por supuesto. Isabel Muñoz, que fue Premio Nacional de Fotografía en 2016 —y cuya primera muestra en la isla se clausuró durante el encuentro—, rindió homenaje al “valiente” y “necesario” trabajo de la única mujer del único periódico independiente de El Congo, Solange Lusiku, que “supo convertir el dolor en poder”. Haifa Zangana, escritora y activista, expuso su trabajo con exprisioneras políticas de Túnez, Palestina e Irak, a las que animó a contar su historia, y que, dice, “al salir de la cárcel, continúan luchando: la suya es una forma de resistencia que consiste en no dejarse callar, contarse de una manera u otra, pero contarse”. Ella misma estuvo en la cárcel. Hay tres puntos tatuados en una de sus manos. “No somos honradas, proponemos el conflicto”, había dicho la también escritora Cristina Morales durante la apertura de las jornadas el jueves, y así fue.

Morales expuso ante el centenar de asistentes de la primera sesión su propio tratado de resistencia camusiano entonando el sí a la destrucción “del sistema que nos domina”, y el no a aquello que no va a soportarse más. Porque, declamó, “decir no contiene, como dice Camus, un valor positivo: el del despertar frente a la opresión padecida”. Habló Morales del colectivo anarquista Acció Llibertària de Sants al que pertenece y de cómo la okupación resistuye derechos perdidos, algo en lo que estuvo de acuerdo Erri De Luca, que recordó la época en que conseguía techo a las familias que no lo tenían —la década de los setenta, en Roma— y cuando, en los noventa, se hizo conductor de vehículos de ayuda humanitaria. Quería restituir un daño, dijo. Las pesadillas que había sufrido su madre durante los bombardeos de Pérgamo en la Segunda Guerra Mundial.

Como Albert Camus, “entre la justicia y mi madre, yo también escojo a mi madre”, dijo. ¿Las elecciones? Solo estuvieron presentes en clave europea, cuando De Luca apuntó que “un acto de rebeldía” sería que “los mayores no votásemos”. “Se trata de decidir el futuro, y nosotros ya no tenemos futuro. No podemos arriesgarnos a arruinárselo a los jóvenes”. Invocó, una vez más, la rebeldía consciente del Nobel, pidiendo un no.



EL HOMBRE QUE AMÓ LA VIDA CON INOCENCIA

Coincidiendo con el 25º aniversario de la publicación de la novela póstuma de Camus, la autobiográfica e inacabada El primer hombre (recién reeditada por Tusquets), Alianza publicará su versión en viñetas el próximo 16 de mayo. Jacques Ferrandez es el autor de la adaptación de la novela más personal del autor de El extranjero,escrita como respuesta, precisamente, a la feroz crítica que Jean-Paul Sartre y otros intelectuales de la época, hicieron a su tratado sobre la rebeldía, considerándolo en extremo burgués, y malentendiendo por completo su condición individualista, agravada ante la no toma de posición clara tras el estallido de la guerra por la independencia en Argelia. Quería Camus demostrarle a Sartre y a todos los demás que él sería siempre aquel chico pobre sin padre —es la figura del padre fantasma la que planea por todo el libro, el padre muerto reencontrado en un momento en el que es un niño para su propio hijo, pues murió con 29 años, y cuando Camus visita su tumba tiene más de 40— que creció rodeado de mujeres, su madre y su abuela menorquina, y aprendió a amar la vida con la inocencia y la pasión con la que un niño ama el mar.

https://elpais.com/cultura/2019/04/28/actualidad/1556464908_059841.html



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SIN FRONTERAS
La nueva aventura empresarial de Palomo Spain más allá del mundo de la moda
El diseñador ha dado un paso más en su carrera embarcándose en un nuevo proyecto capaz de llevar su talento a todos los hogares


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Primer libro de Palomo Spain. (Cortesía de la editorial)


P. I.
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PALOMO SPAIN
MADONNA


30/04/2019


Palomo Spain está en todas partes. Su papel como coach del reality ‘Maestros de la costura’ le ha convertido en una estrella de la televisión y sus diseños, tras arrasar en España, cada día se cuelan en más y más armarios de celebrities. La última ha sido Madonna, quien se decantó por uno de sus looks para reivindicar su trono de reina del pop en su último videoclip.

Sin embargo, su ambición va un paso más allá. Estancarse no es una opción en su hiperactiva mente creativa y ahora ha decidido embarcarse en una nueva aventura empresarial en un sector que nada tiene que ver con el de la moda: el editorial.



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Palomo Spain con su primer libro. (Cortesía de la editorial)



Palomo Spain, que tan solo tiene 26 años, acaba de presentar su primer libro de la mano de Grijalbo Ilustrados, en el que repasa la corta pero imparable trayectoria de su director creativo Alejandro G. Palomo, un auténtico enfant terrible de la moda española.

La obra busca hacer un exhaustivo repaso de las siete colecciones presentadas hasta la fecha por su protagonista, Alejandro, desde sus inicios con Orlando hasta llegar a Wunderkammer.




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Una de las fotos compartidas en el libro de Palomo Spain. (Cortesía de la firma)




“La creación de este libro es un auténtico regalo y hacer una retrospectiva de mis colecciones con una carrera tan corta es una experiencia maravillosa. Creo que el hecho de ser una firma que ha desfilado en varios países en tan poco tiempo hace que seamos un poco itinerantes y tengamos muchas anécdotas y un aprendizaje muy intenso”, ha afirmado el diseñador.

Y es que hablar de Palomo Spain es hablar de un universo creativo inagotable, mágico, festivo y único. Palomo diseña prendas fastuosas y delicadas, de cortes arriesgados y mezclas a priori imposibles, combinando las piezas más vanguardistas con detalles tradicionales y una calidad impecable, buscando siempre que el hombre se sienta especial.


A lo largo de sus colecciones, este cordobés ha desplegado un talento inagotable para la moda y el espectáculo y ha reformulado el anodino vestir masculino dotándolo de una fantasía desbordante. Ese es, sin duda, el mayor acierto de Alejandro, el haber reinventado la forma de vestir del hombre, un hombre que no solo no teme sino que potencia su verdadero yo a través de la moda.

“El camino hasta aquí en estos pocos años ha sido muy fructífero y hemos podido construir una identidad de marca que refleja a la perfección el sueño que imaginé cuando decidí empezar Palomo Spain”, comenta Alejandro G. Palomo. “Es muy bonito poder recoger en esta publicación esos pasos que hemos ido dando y que son la base para seguir diseñando y creando esta firma”. Bienvenidos al universo Palomo.

https://www.vanitatis.elconfidencia...rayectoria-moda-desfiles-colecciones_1972222/
 
El muy literario arte de matar: las diez reglas de la novela policíaca

RUBÍN DE CELIS



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21.04.2019

Comprendida entre las dos guerras mundiales, por Edad de Oro se conoce un período radiante y fecundo del relato policiaco que sirvió para desarrollar un canon, esto es, una serie de códigos y convenciones que confluyeron en la fórmula del 'whodunit' (una contracción de la pregunta en inglés “¿quién lo ha hecho?”).

Un puñado de autores descollaron entonces en el delicado arte de confundir al público, dirigiendo su atención a las antípodas de la verdad, hasta el último capítulo. Aquel en el que el detective reúne en torno suyo a todos los sospechosos para revelar, mediante la todopoderosa razón, al culpable.

Los de la Edad de Oro fueron un grupo de escritores maestros en armar enigmas con aire de puzle; ingeniosos, sutiles, a veces truculentos, solo a medias serios, amigos de los crímenes más espantosos y rebuscados que quepa imaginarse, de los pueblecitos de la campiña inglesa, de los personajes que nunca son lo que parecen y de los detectives excéntricos y perspicaces.

Con ellos, un género de literatura popular adquirió certificado de autoría y hasta cartas de nobleza. Y si bien algunos han caído en un olvido que tiene mucho de muerte (nunca mejor dicho), otros como Agatha Christie, Dorothy L. Sayers, Margery Allingham, Anthony Berkeley o Edmund Crispin perviven en los escaparates de las librerías y siguen conquistando nuevos lectores.

GALERIA:https://www.gentleman.elconfidencia...oliciacas-detectives-codigos-reglas_1408703#0
 
No tengo planes de su***dio, pero...
Se cumplen 30 años de la muerte de Sándor Márai, un escritor excepcional que se pegó un tiro en la cabeza después de anunciarlo en su diario, hoy una obra maestra



https://www.ecestaticos.com/imagestatic/clipping/8b3/4ac/8b34acb4613c773b20c19a2028523bcb/no-tengo-planes-de-su***dio-pero.jpg?mtime=1556534451
Sándor Márai



ALBERTO OLMOS
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LIBROS

03/05/2019




Juan José Millás cita varios libros singulares en su última novela, 'La vida a ratos' (Alfaguara). Al entrevistarle, le pregunté por los diarios de Sándor Márai, que yo no conocía. Me dijo que era uno de los mejores libros que había leído en los últimos diez años. Su admiración por estos diarios no me dio más ganas de leerlos que la admiración de cualquiera de ustedes por cualquier libro del mundo: me dio exactamente las mismas grandísimas ganas. Una de las cosas que me gusta de estar acabado es que no estoy tan acabado como para no querer leer ese libro que a alguien le pone la piel de gallina. No puedo vivir sin conocer un libro que alguien -reitero: quien sea- entiende excepcional. Así que encargué estos diarios en la librería y, mientras esperaba que me los trajeran, me los saqué también de una biblioteca que está a media hora en autobús de mi casa. El comercio de libros va muy rápido, pero un buen lector corre más.



El libro se titula, muy pálidamente, 'Diarios 1984-1989' (Salamandra), y desde aquí les administro la obligación de leerlo. Hay muchos libros buenos, deliciosos, sustanciales, pero no hay tantos libros estrictamente necesarios. 'Los diarios últimos de Márai' son necesarios. Usted no vivirá igual después de leer sus apenas doscientas páginas, porque se enfrentará a algo que seguramente, si no tiene más de cincuenta años, lleva toda la vida esquivando: el conocimiento de la muerte.

Una de las cosas que me gusta de estar acabado es que no estoy tan acabado como para no querer leer ese libro que a alguien le pone la piel de gallina

Ya Henry Roorda nos legó un libro fascinante de título implacable: 'Mi su***dio' (Trama). Pero es Márai quien consigue restar espectáculo a la muerte -a fin de cuentas, suicidarse es darse toda la importancia del mundo- para hacernos mirar hacia la cotidianidad del morirse, esa rutina aún más exasperante que la propia de vivir. Márai se suicidará al final de este diario (“No tengo planes de su***dio, pero...”), y le veremos comprar la pistola y decirle al armero, cuando le da cincuenta balas, que él no necesita tantas; pero la muerte que el autor nos relata y describe, la muerte que deja al lector tiritando y viendo la vida por sus derrotas más inaceptables es la de su mujer. Unas cincuenta páginas dedica Márai a la enfermedad, postración, agonía y fallecimiento de su compañera de las últimas décadas, y son tan crudas, tan emocionantes, tan enamoradas que al acabar de leer uno forma parte ya del duelo de hace treinta años de dos húngaros exiliados en San Diego.


Contaba Mark Oliver Everett en 'Cosas que los nietos deberían saber' (Blackie Books) que su productor habitual se tomó muy mal un disco suyo porque trataba casi exclusivamente sobre la muerte. “Nadie quiere escuchar un disco sobre la muerte”, le dijo. Seguramente nadie quiere leer un libro sobre la muerte, pero si tienen en mente morirse algún día, si tienen en mente ver morir a alguien alguna vez, este libro les ayudará. Así se lo digo.

3 meses y 80 años
Sándor Márai fue un autor de éxito internacional hasta finales de los año 40, cuando su exilio en Estados Unidos y la prohibición de su obra en Hungría le borró del mapa. En España se habían publicado algunas novelas suyas ya en los años 30, pero fue en el año 2000 cuando la editorial Salamandra inició la recuperación de toda su obra, empezando por 'El último encuentro', que -recuerdo- fue un best seller.



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Portada



Lo leí sin mucho entusiasmo, porque, cuando uno es joven, las novelas que lees no sólo tienen que ser buenas, además tienen que ser modernas. Y Márai no es nada moderno, es como un Henry James que vendiera libros; como un Stefan Zweig tridimensional.

El caso es que la inercia agradecida que se inició con su 'Diarios 1984-1989' me llevó a otros libros suyos, y cayó en mis manos 'La herencia de Eszter', una novelita de 1939 que, salvo un pomposo mueble aquí y un visillo allá, parece acabada de escribir ayer por la tarde. Me poseyó entonces, a medio libro y con tanto gusto en leerlo, una epifanía de lo más amarga: que este libro se había escrito hacía 80 años, amigos, y que muchos escritores de hoy se lamentaban de que sus libros no duraran en las mesas de novedades más de tres meses. Ahí vi el ridículo absoluto de un autor actual: que se preocupe por los tres meses cuando lo importante son los 80 años. Hay que escribir libros que duren 80 años, no tres meses.

Burgués
Y leí otro libro aún más insultante de Márai, 'Confesiones de un burgués'. La ofensa obedecía esta vez a que era un libro aún más joven que los anteriores, pues su autor contaba 34 años cuando lo publicó. Se trata de autoficción anticipada a la autoficción, es decir, mucho mejor que la nuestra. “Con tanta música y tanto arte no les quedaba tiempo para ganar dinero.”

Perfectamente a la altura de 'El mundo de ayer', 'Confesiones de un burgués' retrata la Hungría de los años 30 con el único talento indiscutible: que a uno, español en pleno 2019, le acaba interesando mucho la Hungría de los años 30. Y es que un gran escritor se caracteriza siempre por esa lisérgica sensación cercana al fanatismo que promueve en su lector: que te parece, mientras lo estás leyendo, el mejor escritor del mundo.

https://blogs.elconfidencial.com/cu...-03/no-tengo-planes-de-su***dio-pero_1971538/
 
Las bibliotecas estrenan el proyecto Desiderata en la Feria del Libro de Buenos Aires
El proyecto Desiderata promueve la presencia de bibliotecarios y la compra de libros en las ferias iberoamericanas
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El director de la Feria del Libro de Buenos Aires, Jorge Gutiérrez, y la comisaria de Desiderata, Carme Fenoll, en el centro, con los bibliotecarios catalanes en la Feria del Libro de Buenos Aires (FLBA)
MAGÍ CAMPS, BARCELONA
04/05/2019 10:37
Actualizado a 04/05/2019 10:37

Desiderata es un nuevo proyecto de Acción Cultural Española, comisariado por la bibliotecaria Carme Fenoll, que se estrena en la Feria del Libro de Buenos Aires. Su objetivo es “promover la presencia de bibliotecarios españoles en las principales ferias del libro iberoamericanas, propiciar el intercambio profesional entre los distintos agentes de la cadena del libro y favorecer las compras directas que mejoren la bibliodiversidad de nuestras bibliotecas”.

“Comenzamos con Buenos Aires y hemos escogido para esta ocasión sólo a bibliotecarios catalanes, dada la capitalidad cultural de Barcelona –detalla Fenoll, que habló con La Vanguardia antes de emprender viaje–. Pero el proyecto tendrá continuidad y para ello seleccionaremos a bibliotecarios con sensibilidad por los temas sociales para otras ferias iberoamericanas. La idea es que yo pueda acompañar a cuatro o cinco bibliotecarios españoles cada vez”.

El valor añadido es poder comprar directamente libros allí, ya que no es demasiado fácil para los bibliotecarios de aquí adquirir obras editadas en Iberoamérica”

CARME FENOLL bibliotecaria
Más allá del intercambio de experiencias, la comisaria subraya que lo que se busca es potenciar la compra de libros: “El valor añadido de esto es poder comprar directamente libros allí, ya que no es demasiado fácil para los bibliotecarios de aquí adquirir obras editadas en Argentina o Colombia, por ejemplo. La distribución no suele ser buena, sobre todo entre las editoriales pequeñas. Entrar en contacto con los editores y los autores de allá facilitará esta compra. Por lo que observo, la iniciativa se está recibiendo muy bien en Buenos Aires y nos están poniendo las máximas facilidades para fletar los libros”.

Es decir, a diferencia de los editores y autores de Barcelona que desembarcan en Buenos Aires para presentar sus obras, Desiderata cruza el Atlántico para comprar libros de autores iberoamericanos y traerlos a las bibliotecas españolas. Como patrona de la Fundación Biblioteca Social, Fenoll también defiende que “los profesionales que llevan a cabo un trabajo ejemplar deben contar sus experiencias a otros profesionales de otros países”. Y el proyecto Desiderata establece flujos en ambos sentidos.

Desiderata se estrena en Buenos Aires con cuatro bibliotecarios invitados: Neus Castellano, Virginia Cierco (recién galardonada con la Medalla de Honor de la ciudad de Barcelona por su labor en la biblioteca Bon Pastor) y Walter Llorach, los tres directores destacados de Bibliotecas de Barcelona, y Gemma Ciuró, directora de la Biblioteca de Blanes.

Entre los próximos objetivos del proyecto Desiderata está visitar también la FIL de Guadalajara, la Filbo de Bogotá, o las ferias de Santiago y Quito.

https://www.lavanguardia.com/cultur...liotecas-feria-del-libro-de-buenos-aires.html
 
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