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¿Cuál es la leyenda de la Brecha de Rolando?
Cuenta la leyenda que Rolando, comandante y sobrino de Carlomagno, estuvo presente en la histórica batalla de Roncesvalles, donde casi todo su ejército fue derrotado.
Carlomagno y sus tropas marcharon hacia Zaragoza (España) para expandir la Cristiandad. Pese a ser bien recibidos en Barcelona y Gerona, encontraron cerradas las puertas de Zaragoza, donde Husaym se negó a rendir la ciudad a Carlomagno. Un mes más tarde, después de que sus insaciables esfuerzos no fueran alcanzados, decidió regresar a su reino. En el retorno hacia su patria sufrieron varia emboscadas, y en la última, la retaguardia de su ejército, la cual contaba con alrededor de 20.000, fue aniquilada. Aparte de la perdida de Rolando y de otros importantes nobles de la corona, sufrieron numerosas bajas entre el ejército franco.
El valle de Roncesvalles estaba repleto por densos bosques que hacían que fuera el lugar perfecto para una emboscada. La leyenda cuenta que a pesar de que el ejercito surraceno más de 400.000 soldados, los francos decidieron no pedir ayuda al rey que iba por delante, y combatieron solos al adversario. A pesar de ser claramente superados en número, lucharon hasta que no pudieron más y fueron muriendo uno a uno.
Rolando, quién lucho valerosamente contra sus enemigos, ayudándose de su lanza y su poderosa espada, hizo sonar finalmente su olifante para que Carlomagno y su ejército regresarán. A pesar de que sabía que ya no les podrían salvar, quiso evitar la profanación de los cuerpos de sus hombres. Finalmente fue derrotado y se quedó inmóvil debajo de su caballo cómo un cadáver más. Carlomagno se vio obligado a abandonarlo en mitad de las montañas, junto al resto de sus soldados.
Cuando volvió en sí y vio todo lo que había sucedido a su alrededor, se puso en píe con un esfuerzo sobrenatural, apartando su montura con ayuda de su poderosa espada Durandarte, y apoyándose en una roca, donde se dice que a día de hoy siguen viéndose las huellas de sus dedos de la fuerza que utilizó. Huyó cautelosamente hacia las tierras francesas perseguido por sus enemigos y consiguió llegar hasta el valle de Ordesa dos días después.
Consiguió llegar al último repecho de la montaña, desde donde pudo ver a sus perseguidores y comprendió que estaba atrapado. Sabiendo muerto porque no podía hacer frente a sus rivales, decidió deshacerse de su poderosa espada para que no cayera en manos contrarias, y la lanzo con una sobrenatural fuerza al otro lado de la montaña haciendo llegar a su patria un último saludo de despedida.
Fue tanta fuerza la que uso que la espada en vez de golpear la pared de piedra y caer al suelo, partió la montaña haciendo una brecha abierta en esta. Esto hizo que Rolando pudiera ver por última vez tierra francesa antes de morir.
Sus enemigos lo encontraron muerto en este lugar histórico que a día de hoy se encuentra dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte perdido.
La leyenda local afirma que Durandarte existe incrustada en una pared de roca en Rocamaduour, Francia.
Es un paso natural en el trayecto del refugio de Góriz a Sarradets. En las cercanías de la brecha están el Taillón y el Casco, los cuales miden 3146 metros y 3012 metros.
Brecha de Rolando vista desde lejos- J.Gallan
https://www.noticiasturismorural.es/brecha-de-rolando/amp/
Cuenta la leyenda que Rolando, comandante y sobrino de Carlomagno, estuvo presente en la histórica batalla de Roncesvalles, donde casi todo su ejército fue derrotado.
Carlomagno y sus tropas marcharon hacia Zaragoza (España) para expandir la Cristiandad. Pese a ser bien recibidos en Barcelona y Gerona, encontraron cerradas las puertas de Zaragoza, donde Husaym se negó a rendir la ciudad a Carlomagno. Un mes más tarde, después de que sus insaciables esfuerzos no fueran alcanzados, decidió regresar a su reino. En el retorno hacia su patria sufrieron varia emboscadas, y en la última, la retaguardia de su ejército, la cual contaba con alrededor de 20.000, fue aniquilada. Aparte de la perdida de Rolando y de otros importantes nobles de la corona, sufrieron numerosas bajas entre el ejército franco.
El valle de Roncesvalles estaba repleto por densos bosques que hacían que fuera el lugar perfecto para una emboscada. La leyenda cuenta que a pesar de que el ejercito surraceno más de 400.000 soldados, los francos decidieron no pedir ayuda al rey que iba por delante, y combatieron solos al adversario. A pesar de ser claramente superados en número, lucharon hasta que no pudieron más y fueron muriendo uno a uno.
Rolando, quién lucho valerosamente contra sus enemigos, ayudándose de su lanza y su poderosa espada, hizo sonar finalmente su olifante para que Carlomagno y su ejército regresarán. A pesar de que sabía que ya no les podrían salvar, quiso evitar la profanación de los cuerpos de sus hombres. Finalmente fue derrotado y se quedó inmóvil debajo de su caballo cómo un cadáver más. Carlomagno se vio obligado a abandonarlo en mitad de las montañas, junto al resto de sus soldados.
Cuando volvió en sí y vio todo lo que había sucedido a su alrededor, se puso en píe con un esfuerzo sobrenatural, apartando su montura con ayuda de su poderosa espada Durandarte, y apoyándose en una roca, donde se dice que a día de hoy siguen viéndose las huellas de sus dedos de la fuerza que utilizó. Huyó cautelosamente hacia las tierras francesas perseguido por sus enemigos y consiguió llegar hasta el valle de Ordesa dos días después.
Consiguió llegar al último repecho de la montaña, desde donde pudo ver a sus perseguidores y comprendió que estaba atrapado. Sabiendo muerto porque no podía hacer frente a sus rivales, decidió deshacerse de su poderosa espada para que no cayera en manos contrarias, y la lanzo con una sobrenatural fuerza al otro lado de la montaña haciendo llegar a su patria un último saludo de despedida.
Fue tanta fuerza la que uso que la espada en vez de golpear la pared de piedra y caer al suelo, partió la montaña haciendo una brecha abierta en esta. Esto hizo que Rolando pudiera ver por última vez tierra francesa antes de morir.
Sus enemigos lo encontraron muerto en este lugar histórico que a día de hoy se encuentra dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte perdido.
La leyenda local afirma que Durandarte existe incrustada en una pared de roca en Rocamaduour, Francia.
Es un paso natural en el trayecto del refugio de Góriz a Sarradets. En las cercanías de la brecha están el Taillón y el Casco, los cuales miden 3146 metros y 3012 metros.
Brecha de Rolando vista desde lejos- J.Gallan
https://www.noticiasturismorural.es/brecha-de-rolando/amp/