Leyendas de nuestra tierra

El Puig Campana y sus leyendas: Francos, brujos, meteoritos, gigantes y OVNIS.

Vista del Puig Campana desde Villajoyosa. Fotografía de Diego Delso – CC BY-SA 4.0

De todo hay en este lugar. Sus historias, tan enigmáticas como increíbles, hablan de todo tipo de creencias y leyendas, tanto antiguas, de la época de los Francos, como recientes, de OVNIS.

El Puig Campana es una imponente montaña con una altitud de poco más de 1.400 metros, convirtiéndose en la segunda cima más alta de la provincia después del Aitana. Ubicada en Finestrat (Alicante), un bello paraje en la Costa Blanca, sorprenderá a todos aquellos que se aventuren a subir hasta lo alto de su cima, pues desde ella se divisan Benidorm e, incluso si está despejado, Ibiza. Quienes nos hablan de la ruta muy bien son desde linkalicante.com, que nos hablan de las diferentes posibilidades aportando preciosas fotografías y un vídeo.

Pero, en realidad, a pesar de su espectacularidad y ser un lugar digno para una realizar una buena ruta, lo que atrae a muchos a visitar el Puig Campana es su otro nombre, ya que también es conocida como “la montaña mágica”. Y es que, alrededor de ella, se disponen numerosas leyendas que van desde los Francos, en la época andalusí, hasta nuestros días, con historias que hablan de objetos voladores no identificados.

Casi todas ellas giran entorno a su cuchillada o tajo, que se presenta en su cima. Una de esas leyendas, la más conocida, es la del héroe francés Roldán, comandante de Carlomagno, quien se enzarzó en combate con un jefe moro. A pesar de que existen diversas historias alternativas a esta leyenda, la más sonada es en la que en dicho duelo acabaron, al parecer, frente a frente en la cima de esta montaña, donde en un momento en el que el caudillo musulmán fue arrojado al suelo, Roldán levantó su espada, Durandarte, para, descargando todo su furia, darle al serraceno un golpe final.

Se dice que este lo esquivó, pero de la inmensa fuerza con la que Roldán propinó el golpe con su espada, cortó un gran trozo de roca que cayó rodando hasta el mar. Lo curioso viene ahora: esta roca sería lo que se conoce como la isla de Benidorm, y la hendidura que hay sobre la montaña, es llamada “el tajo de Roldán”.

Otra de sus leyendas es la más cercana en el tiempo, la de los OVNIS, y que aparece en el libro de Gabriel Gomis “Últimas investigaciones OVNIS”. En él explican cómo a finales de los 70, un grupo de personas que primero eran 4 y terminaron siendo medio centenar, se reunían casi todos los fines de semana para pasar al raso la noche en la cima de la montaña con el fin de vivir una experiencia al estilo “Encuentros en la Tercera Fase“. Y es que al parecer, tal y como nos cuentan nuestros amigos de devacacionesypuentes.com, aquellas personas creían que allí había una base secreta extraterrestre y que, si lo intentaban, podrían comunicarse con los tripulantes de las naves. Curioso. Por cierto, la gnomónica también tiene lugar en este bella montaña, pues, al parecer, una vez al año, con el solsticio de verano, llena de luz ese hueco. . . ¿Querrá significar algo?

A CONTINUACIÓN, TENÉIS DOS ENLACES DE GENTE QUE HA REALIZADO LA RUTA Y DA VARIOS CONSEJOS:

 
El Santuario de los endemoniados de Balma:
Enclavado en la roca y ubicado en una balma o abrigo natural, en un costado sobre el río Bergantes, se encuentra el Santuario de la Virgen de Balma, en el término de de Zorita del Maestrazgo (Castellón). Construido entre los siglos XVI y XVIII, este lugar ha sido un centro importante de peregrinaciones, que todavía hoy sigue siéndolo aunque con distinta finalidad a la de hace siglos, para los llamados endemoniados, siendo muy popular desde el siglo XVIII hasta bien entrado el siglo XX.

Lo cierto es que lejos de ser un lugar de peregrinaje más, como los que hoy conocemos para venerar un santo o una virgen, antaño se caracterizó por ser un lugar lleno de ritos de exorcismos a poseídos y lugar de sanación de endemoniados, convirtiendo este lugar en una mina de oro para timadores, cuentistas y todos aquellos que posiblemente se inventaron una historia “maldita” para curar realmente a epilépticos, enfermos mentales o esquizofrénicos, que en la gran mayoría de ocasiones, dichas personas, eran de familias analfabetas, pobres y fácilmente manipulables e impresionables. Aun así, cabe destacar, que en las procesiones y actos religiosos, la iglesia (los curas en cuestión), evitan pasar (quizás por miedo o respeto) y rodean el Santuario… ¿Por qué será?
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Cuentan, además, que la jaula que hay en su interior sirvió para encerrar a los endemoniados y practicarles los exorcismos sin miedo alguno a sufrir daño físico.

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Este santuario, declarado Monumento Histórico Artístico desde el año 1979, se encuentra muy cerca de Morella o Forcall, siendo perfecto reclamo para visitar dichas poblaciones bellas cercanas. Como todas las historias, hay parte de leyenda y parte de realidad. No sabemos hasta qué punto se puede hablar de leyenda o mito. Lo que sí sabemos es que este lugar sigue despertando la curiosidad, terror o respeto a todo aquel que lo visita, donde podemos recuperar una coplilla que dejó la llamada “filla de la Dallera”, una endemoniada que, antes de librarse de locura, expuso su devoción mariana:

Si Dios me deja salir

de esta maldita pelea

a la Virgen de la Balma

misa canta y noventa.
 
La cueva de la Venerable Inés, un lugar cargado de leyendas en plena naturaleza:
La llamada cueva de la Venerable Inés es un lugar tanto de peregrinaje como de senderistas, una zona cargada de leyendas y rodeada de valles y montañas en plena Sierra Calderona, en la cercanía de un pequeño acueducto y la cartuja de Porta Coeli.

Ubicado en un lugar cercano a Serra (Valencia), se encuentra este cueva. Lugar de peregrinación, pero también de senderistas, la cueva de la Venerable Inés (Moncada-1388, Moncada-1428), debe su nombre a una ermitaña que vivió en lo alto de una montaña detrás de la Cartuja de Porta Coeli. Una cueva que, tras casi 6 siglos, sigue siguiendo una tradición llegar hasta ella en honor de la anacoreta, algo que viene rememorándose desde el siglo XIV.

Esta zona está cargada de leyendas, justa al lado de una Cartuja y un pequeño acueducto, en terrenos que se encuentran en vías de reforestación y donde, en los alrededores, los senderistas encontrarán caminos para recorrer. A pesar de ser un lugar de leyendas, también es de tragedia y realidades, pues este lugar, el cercano Monasterio cartujo, es uno de los lugares con más fusilamientos acabada la Guerra Civil española.

Para quienes decidan subir hasta lo alto de la cueva, sepan que desde lo alto podrán divisar unas bonitas vistas de la vall de Lullén, también conocida como de Porta Coeli, un pequeño valle situado entre los contrafuertes de la Sierra Calderona, en el municipio de Serra.

Quizás lo que más llame la atención sean sus leyendas, como la de amantes de Porta Coeli, una historia de amor y tragedia entre una joven, Ormesinda, y el hijo único de una poderosa familia local, Ricardo, quien por orden del padre de este último, es obligado a abandonar a su amada decidiendo vestir los hábitos de cartujo, abandonando así también sus deberes familiares. La historia, como podéis imaginar, acaba en tragedia, y recomendamos leer el artículo de La leyenda de los amantes de Porta Coeli para conocer todos los detalles.

Pero esta no es la única leyenda del lugar, puesto que debe su nombre, la cueva a una tal Inés de Moncada. Según cuenta la tradición, de niña, Inés, con tan sólo 5 años y durante la celebración de una misa, vio representada la cara de un niño, al que llamó repetidamente Jesús, en la forma consagrada que estaba utilizando el sacerdote, monssén Jaume Carrós. Aquel milagro y su leyenda, nos la cuenta muy bien Fernanda Zabala en su libro Leyendas y Tradiciones de Valencia I, donde también nos habla de la intentona de Inés de engañar a los cartujos para entrar en Porta Coeli, tras escaparse para huir del matrimonio, haciéndose pasar por hombre, siendo, el engaño, rápidamente descubierto.

A pesar de ello, Inés Pedrós Alpicat fue, a partir de ese momento y durante cuatro años, Benjamín de la Cartuja, el piadoso pastoret que, además de ocuparse del rebaño, oraba a escondidas. Como finalmente no le dejaron ingresar en la orden cartuja, Inés pidió al padre su bendición para abandonar el lugar y dejar de servir, para poder así convertirse en ermitaña y calzar hábito cartujo retirándose a una gruta que descubrió en lo alto del monte. La historia, que no tiene tampoco un final feliz, tras casi 20 años de ermitaña, la podéis encontrar al completo pinchando en La leyenda de Inés de Moncada. El resto del artículo sobre la cueva, lo podéis seguir leyendo pinchando AQUÍ.


cueva de la Venerable Inés. Fotografía AVAN


cueva de la Venerable Inés. Fotografía AVAN


cueva de la Venerable Inés. Fotografía AVAN
 
El Santo Cáliz y la leyenda de la Mare de Déu dels Desamparats:
Si hay un lugar en toda Valencia capital cargado de leyendas e historias, esa es la Catedral de Valencia y sus alrededores. Lugar donde, a lo largo de los siglos, se han venerado a diferentes divinidades en las diversas culturas que por aquí han pasado. Lugar donde, seguramente, los Edetanos tenían su pozo sagrado y que, más tarde, romanos construirían el templo a la divinidad de Diana, siendo más tarde tener culto cristiano antes de la llegada de al-Ándalus; como también espacio de aquella Balansiya en la cual se erigió la Mezquita Mayor y donde, finalmente, los cristianos dedican a la Asunción de María.

Pero este lugar también esta ligado al llamado Grial, conocido también como el Santo Cáliz, aquel que reside en la preciosa sala que recibe el mismo nombre de la copa de la Última Cena de Jesucristo (Capilla del Santo Cáliz), lugar donde también podréis ver a uno de los lados de la pared las cadenas que cerraban el puerto de Marsella que fueron traídas por Alfonso V el Magnánimo en el siglo XV. Y es que las diferentes leyendas e historias que giran entorno al Santo Cáliz, hacen de él uno de los mayores reclamos turísticos para todo aquel que visita Valencia, incluso para aquellos quienes no depositan su Fe en el cristianismo.


Capilla del Santo Cáliz. Fotografía de Diego Delso – CC BY-SA 3.0

Pero no solo esta gran reliquia o la Catedral, llena de grandes lugares para visitar como su Museo y recorrido subterráneo de la Valencia romana o alguna de sus joyas como la “Virgen del Buen Parto” o el brazo izquierdo de San Vicente Mártir, son lugares de obligada visita. También lo es la Real Basílica de Nuestra Señora de los Desamparados, erigida como templo para la imagen mariana de la patrona de Valencia, que recibe tal distinción desde la inauguración del templo en 1667. Sin embargo, este templo está lleno de misterios y enigmas que despiertan un gran número de interés en estudiosos del escepticismo religioso y de la cultura y los ritos valencianos. Resulta curioso, y bastante además, que el único mapa para descubrir lo que allí hubo antes de su construcción está totalmente intacto exceptuando esta zona, donde está borrado el edificio que allí se disponía. Este mapa se encuentra hoy en el Museo Histórico Municipal de Valencia.


Nobilis ac regia civitas Valentie in Hispania, 1608. Plano de Valencia de Antonio Mancelli. Foto valenciabonita.es

Debemos pues, fiarnos de las palabras de Joseph Vicente del Olmo, secretario del Santo Oficio de la Inquisición por entonces (que por cierto, su familia fue una de las más influyentes del Reino durante varias generaciones con el beneplacito de la Inquisición), quien deja testigo de las excavaciones, todos los tesoros romanos que allá se encontraron en su construcción y, lo más importante, que aquellas “casas”, o conjunto, pertenecían al arcediano mayor, quien una de ellas disponía el escudo de los Mercader, tal y como se puede observar en “Lithologia o explicación de las piedras y otras Antiguedades halladas en las zanjas que se abrieron para los fundamentos de la Capilla de nuestra Señora de los Desamparados de Valencia” (de Joseph Vicente del Olmo, 1653).

“Las cafas que para efta obra fe derribaron era de la Dignidad de Arcediano de Valencia, vivia en ellas por leerlo en año mil quatro cientos cincuenta y feis el Dotor Matias Mercader, y las reparó entoces, como fe colige de aver hallado fus armas en la puerta principal”.

En esta misma obra se da todo tipo de detalles del inicio de los trabajos (abril de 1652), donde nos habla que la construcción de la capilla sobre los terrenos de la vivienda particular del que fuera arcediano mayor de la Catedral, fue debida a que dicho solar era el utilizado habitualmente por el Santo Oficio para sus celebraciones públicas en Valencia, y que era necesario buscar el traslado a un templo acorde a la devoción de la imagen gótica de la virgen que se encontraba en la Catedral desde 1623. La construcción fue debida a la gran devoción generalizada tras la epidemia de peste de 1646, cuando se le atribuyó el fin de la enfermedad y la curación del conde de Oropesa, virrey de la época, quien aceleró el proyecto de construcción de la basílica, el cual databa de 1644 y fue encargado finalmente al arquitecto Diego Martínez Ponce.

La realidad, según cuenta la leyenda popular valenciana, es que sobre este templo había una antigua caseta o morabito musulmán y que en su interior se guardaba una parihuela que transportaba a los muertos en su último viaje, siendo comandados estos enterramientos por una antigua cofradía de enterradores que, en buena voluntad, enterraba a los pobres y desgraciados que nadie enterraba.

Al parecer, aunque en este lugar solo se guardaba una parihuela en tiempos de Balansiya y, posteriormente, en la Valencia cristiana una caja para el transporte de los muertos, acudían las personas para hacer demandas de sufragio (ayuda, favor o socorro), aún habiendo infinidad de templos cristianos intramuros por toda Valencia. Esto se hacía porque las gentes de aquella época pensaban que este lugar era mágico, pues albergaba el trasporte que conducía a las ánimas hasta su último viaje. Lugar que sin ser cristiano concedía favores y peticiones a las personas que acudían hasta allá para rezar.

Es en ese momento cuando la Iglesia se daría cuenta de tal hecho y tiene que poner fin a este culto que para nada le beneficia, otorgando la divinidad del lugar a la Mare de Déu dels Desamparats con los hechos antes relatados tras la epidemia de peste, teniendo la oportunidad única de levantar un templo a la Mare, a pesar de que la lógica nos hace preguntarnos porque no se mantiene la capilla en el interior de la Catedral (una ampliación o mejora) o, en su defecto, se traslada al antiguo Hospital General (hoy c/Hospital, 13), lugar donde existía veneración a la Mare de Déu por ser la imagen venerada para la Cofradía y el Hospital, la llamada “imatge que va sobre los cosos” (1426) o “Imatge de la Verge María e ab los Jhs al bras ab la creu al coll e Ignocents al peus e dos angels” (1451). Incluso antes de la construcción de la basílica se recogen “sugerencias” en la época para el traslado de la imagen hasta el antiguo Hospital, con una clara negativa de la Iglesia por entonces.

Es esta misma leyenda la que explica que el fenómeno que se produce en la Ofrenda, donde tanto devotas como no creyentes que acuden sufren la llamada “Llumenà”, no es más que una extensión de lo que allí ocurría hace siglos, cuando las valencianas acudían en peregrinación a la caseta de los enterradores para sus peticiones.

Como todas las leyendas, es difícil saber si esta fue cierta o no (además de que nos es muy difícil intentar averiguar más cosas porque las actas de época están, en su mayoría, en latín), ya que como sabréis, las leyendas, que son narraciones populares que cuentan un hecho real o fabuloso, a veces son adornadas con elementos del folclore y transmitidas de forma. Lo que sí sabemos es que hay demasiadas casualidades, como un mapa borrado además de la poca información que hay, y tan solo del Santo Oficio.

No sabemos, sin embargo, si las peticiones y peregrinaciones son mayores, a lo largo del año en toda Valencia, que las de San Nicolás. Lo que sí sabemos es que “Nostra Mareta” es muy querida y visitada, ya que por eso es nuestra Patrona.

Por cierto, no mencionaremos la leyenda de las Trescientas Doncellas porque a pesar de que la puerta de la Almoina sea digna de visita, esta leyenda no es más que una farsa para intentar de explicar la repoblación, tal y como nos cuentan desde catedralmedievaldevalencia.blogspot.com.es.
 
Corocotta: La leyenda cántabra

Grandes reportajes
Martes 11 de Octubre, 2016


El historiador Dión Casio refiere una anécdota protagonizada por el emperador Octavio Augusto y el supuesto líder cántabro Corocotta en hispania en el año 27 a.C. el suceso sigue siendo objeto de polémica. TEXTO Mariano F. Urresti
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Entre 29 y 19 a.C. Roma vivió una pesadilla para doblegar a las tribus cántabras, grupo humano afincado en la actual Cantabria y en el norte de las actuales Palencia y Burgos.

Se trataría de una extensión de terreno de unos 12.500 km2 con una densidad de población de ocho habitantes por Km2. El carácter indomable de aquella gente hizo que, junto a los astures, se convirtieran en un problema para Roma.

De ambos pueblos, según el historiador Floro, el cántabro era “el más resuelto, áspero y pertinaz en rebelarse”. Los cántabros fabricaban cerveza, de donde se deduce que al menos cultivaban cebada, pero no era ésa su principal ocupación.

Aunque es cierto que practicaban el pastoreo, su fama les vino dada por su ferocidad en combate, tanto para robar trigo a sus vecinos del sur como para ser contratados como mercenarios en muchos lugares lejos de sus tierras. Por ello, destacaron en la fundición de hierro, que les permitía disponer de armas como las que aparecen representadas como trofeo en monedas romanas: espadas “tipo Bernorio”, de pomo nabiforme y empuñadura con cachas de hueso o madera; puñales pequeños, lanzas, hachas de doble filo, escudos circulares de madera forrada con piel con un umbo metálico en el centro…

Tras la muerte de Julio César en 43 a.C., Octavio y Marco Antonio pugnaron por el poder hasta que el primero obtuvo la victoria en la batalla de Accio en 31 a.C. Durante aquella guerra civil, los cántabros habían luchado en su contra, a sueldo de Marco Antonio, de modo que eso les hizo antipáticos a los ojos de quien impondría su poder personal vaciando de contenido al Senado de la República primero e imponiendo después un nuevo modelo político –el Imperio–, al tiempo que recibía los títulos de Augusto y Emperador. Pero unas guerras como las cántabras no se inician sólo por un detalle como el mencionado, por más que en Roma se hubiera extendido el rumor de que los cántabros eran guerreros indomables.

El móvil principal que había tenido Roma para adentrarse en el norte de la Península había sido la explotación minera, y además Augusto quería mostrar su poder doblegando a aquellos salvajes, por eso se desplazó a la Península en 27 a.C. y pasó el invierno en Tarragona.

Posteriormente, inició una campaña que imaginó sencilla, pero que se convirtió en una pesadilla. Para empezar, como refiere Dión Casio, los cántabros rehuían el combate en campo abierto, donde Roma era invencible, y hostigaban a las legiones con irritantes ataques de guerrillas. Augusto estuvo a punto de morir de frío, según Suetonio, y para colmo un rayo cayó tan cerca de él que casi alcanza su litera. Pero su pesadilla era Corocotta, el supuesto líder de los cántabros.

En la actualidad sigue siendo motivo de polémica la existencia real o no de aquel guerrero, pero Dión Casio afirma que el emperador puso precio a su cabeza y ocurrió algo insólito: “Irritóse –Augusto– tanto al principio contra un tal Corocotta, bandolero muy peligroso, que hizo pregonar una recompensa de 200.000 sestercios a quien lo capturase. Pero más tarde, como se presentase él espontáneamente, no sólo no le hizo ningún daño, sino que le regaló aquella suma”.

¿Es cierto el episodio? ¿Apareció Corocotta en la tienda de Augusto a reclamar la recompensa? ¿Existió un líder cántabro con ese nombre? Historiadores como Adolf Schulten han querido hacer de él el Viriato cántabro, pero otros discuten su autenticidad.

http://www.revistaenigmas.com/secciones/grandes-reportajes/corocotta-leyenda-cantabra
 
bruixa1.jpg La Bruja de la Catedral

Leyendas de Girona
Es frecuente que en algunas iglesias y catedrales encontremos figuras singulares, y esta singularidad se convierte a veces en leyenda. Es el caso de una de las gárgolas de la Catedral.

Las gárgolas son una especie de canales de piedra que escupen por la boca, y enviándola directamente a la calle, el agua de la lluvia recogida en las azoteas y tejados. A menudo, las gárgolas representan personas, animales apocalípticos o seres fantásticos.

En la Catedral de Girona, las gárgolas, bastante numerosas y salvo una excepción, no representan figuras humanas: al lado de la torre de Carlomagno, saliendo directamente de la pared, una mujer de piedra, con larga vestimenta, la cabeza cubierta con una toca y un rollo de papel y pergaminos en las manos, abre perpetuamente su boca para vomitar las aguas de la lluvia. Esta singularidad, la de ser la única figura humana entre todas las gárgolas, les ha dado un carácter misterioso que, con el tiempo, ha generado una de las leyendas más conocidas de Girona: la bruja de la Catedral.

Según esta leyenda, hace muchos años, había en Girona una mujer que hacía hechizos de brujería y, para mostrar su odio a todo lo que fuera religioso, solía lanzar insultos y piedras contra la Catedral o contra aquellos que participaban en una procesión.

Un buen día, durante la procesión del Corpus, mientras la bruja apedreaba el pasa, se oyó una voz misteriosa que decía “piedras tiras, piedras tirarás, y de piedra te quedarás”. La bruja se convirtió en gárgola de piedra, quedando enganchada y empotrada en una de los contrafuertes del claustro, para que de su boca no salieran palabrotas o maldiciones, sino únicamente el agua de la lluvia, y mirando hacia el suelo para que nunca más pudiera ver el cielo.
http://gretice.udg.edu/llegendes/?page_id=347
 
Vivimos bajo un draco-sistema mentiroso y criminal. No es de extrañar que haya reptiles, serpientes y seres cornados por todas partes.
 
Me encantan estas leyendas locales, muchas veces desconocidas por quienes no son del lugar. En bonito descubrir que hay lugares con magia y misterio que mantienen la esencia, ya que actualmente se tiende a comercializar con todo o lo contrario, se pierden y se olvidan.
 
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