Leyendas de nuestra tierra

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EL DRAC DEL PATRIARCA



Empezamos por el Dragón del Patriarca. En realidad se trata de un cocodrilo, más bien caimán, que fue regalado a San Juan de Ribera y que, tras criarlo desde bebé y disecarlo a su muerte, lo instalo donde hoy lo podemos ver, en el vestíbulo del Colegio del Corpus Christi, en señal de respeto y fidelidad al Santísimo Sacramento. Pero sin duda, a los valencianos nos gusta más su leyenda, por su cariz romántica. Según cuenta, en el cauce del Túria vivía un dragón que atemorizaba a la ciudad. Nadie se atrevía a enfrentarse a él, hasta que un valenciano cargado de ingenio y valentía, hizo fabricarse una armadura de espejos y aprovechando la luz del sol, deslumbraría al dragón y le daría muerte. Así lo hizo, regalando el cuerpo del maldito animal para su exposición en el seminario de El Patriarca.

LO RAT PENAT


La leyenda sobre el animal heráldico que siempre tenemos presente y que ya es un representante de nuestra ciudad, el murciélago, tampoco se escapa a leyendas. ¿Por qué el escudo de Valencia va timbrado con un Rat Penat? Es tanto el cariño que se le tiene a esta figura, que nadie se explica su existencia. Pues según dice una de las historias, sobre este animal, es que un profeta auguró que mientras sobrevolasen la ciudad los murciélagos, Valencia seguiría siendo musulmana. Por aquel entonces, el rey Jaume I estaba cerca de Balansiya (nombre de la taifa musulmana de nuestra ciudad) para conquistarla. Sobre su tienda hizo nido un murciélago y tras saber de la profecía, los soldados reales quisieron echarlo de allí. El conquistador se negó a que fuera desalojado y comentó que podría ser señal de buen augurio. Así que una noche, los soldados de Jaume I oyeron un extraño sonido y despertaron alertados, comprobando que las tropas de la media luna estaban cerca. Gracias a este sonido pudieron hacer frente y salvar su posición. El sonido, según cuentan, fue producido por el murciélago que se golpeaba sobre un tambor para alertar a la tropa cristiana. Jaume I, agradecido del aviso del animal, lo quiso honrar poniéndolo sobre el escudo de la ciudad.

En realidad, Lo Rat Penat es la interpretación del dragón, animal heráldico de la casa de los reyes de Aragón y que aquí en Valencia, tan artistas que somos, lo convertimos en este simpático y querido animal.

LA ENVENENADORA DE VALENCIA



Y pasemos a conocer algunas historias negras de nuestra ciudad, porque aquí también han ocurrido crímenes. Algunos os acordaréis de la serie de TVE “La huella del Crimen”. Pues bien, en esta saga se retrató un caso muy sonado en toda España y que ocurrió aquí. Se trata de la Envenenadora de Valencia. Pilar Prades Expósito Santamaría era una joven de Bejís, que bajó a Valencia para trabajar de criada. En 1954, entró a trabajar en una primera casa, una carnicería donde haría las veces de dependienta en mostrador. Al tiempo, cae enferma la mujer de la casa y muere después de ser diagnosticada de gripe. El marido muy apenado y extrañado por el suceso, cerró la carnicería y dejó la ciudad, dejando en la calle a Pilar.

Tras este episodio, entró a trabajar de criada en la casa de un militar valenciano, recomendada por una amiga, encargada de los fogones del hogar. Tras un tiempo allí, de forma repentina enferma la cocinera que es llevada al hospital donde mejora. Al poco, la esposa del militar presenta los mismos síntomas que la cocinera y tras volver al hospital y hacer pruebas, aparecen restos de veneno (arsénico) en su cuerpo, al igual que en el de la cocinera. El militar enseguida sospechó de Pilar, por lo que mandó investigar la anterior muerte con la que estaba relacionada, la de la mujer del carnicero, cuyo cuerpo fue exhumado y en el que se encontró el mismo arsénico. Pilar fue denunciada y al registrar sus pertenencias, se le encontró matahormigas con base de arsénico, por lo que fue detenida y condenada al garrote vil. Las causas de que se dedicara a envenenar no están claras, pero todo apunta a que Pilar padecía cierto trastorno.

Pero esta historia también implica al verdugo que debía accionar el garrote vil. El hombre, al enterarse que la ajusticiada era mujer, se negó a llevar a cabo su trabajo, por lo que tuvo que ser emborrachado y llevado arrastras hasta el patíbulo. Esta anécdota en la historia de Pilar, hizo que Luis García Berlanga encontrara la inspiración para su película “El Verdugo”.
 
UN COCODRILO EN EL MERCADO



Empezaremos por el gran foro del comercio y el edén de todo buen gourmet. El Mercado Central, desde su construcción en 1914, no ha dejado de tener historias. No es para menos. En un ir y venir de comerciantes, compradores y abastecedores dan para mucho. El caso es, que a la hora de cerrar, algunos vendedores que quedaban arreglando sus paradas, escuchaban ruidos y rugidos que provenían de los sótanos del mercado. Nadie se atrevía a investigar qué podría producir aquellos misteriosos ruidos, pero lo bien cierto es que la cultura popular empezó a comentar que allí abajo habitaba un cocodrilo y que lo tenían encerrado allí. Incluso hay quien lo llegó a ver. La verdad es que nunca hubo codrido alguno, a no ser que fuera algunos de los ninots de la exposición que durante años se instaló en los sótanos del Mercado Central.


EL PARDAL DE SANT JOAN



Y si por algo es conocido el Mercado Central, es por su Cotorra. La simpática veleta, que comparte protagonismo en la plaza del Mercado con otra veleta instalada no lejos de allí y que ocupa nuestra leyenda siguiente. Hablamos del Pardal de Sant Joan, la aguja que marca la dirección del viento y que, con forma de ave, sostiene una bola dorada en su pico. Pues bien, sobre el pájaro de los Santos Juanes se han contado muchas historias e incluso ha sido objeto de chiste en la comedia musical valenciana “La Cotorra del Mercat”.

En cuanto a su leyenda, se dice que en las épocas de pobreza de antaño, muchos campesinos venidos del interior, bajaban a Valencia en busca de la prosperidad. Muchos venían con sus hijos menores, para intentar encontrar trabajo y así ser dos los que llevaran dinero a casa. A menudo, no lo conseguían y los padres, para liberar a los hijos de la situación de pobreza les decían: “¿Ves aquella bola de oro macizo que el pájaro de la veleta sosteniene con su pico? Pues mÍrala fijamente, porque en un momento dado la dejará caer y que la coja se podrá quedar con ella y será muy rico. Espera aquí, mientras yo hago compras en el mercado”. Dicho esto, mientras el pequeño miraba ensimismado, el padre se escabullía entre las paradas del antiguo mercado y desaparecía. El ingenuo niño se quedaba horas y horas mirando la bola y nunca caía, hasta que lleno de desesperación comenzaba a llorar y a correr entre las paradas buscando a su padre. Los comerciante estaban acostumbrados a ver aquella triste escena, por lo que no era raro que alguno de esos niños acabara en casa de alguno de ellos o en alguna familia acomodada que se apiadaba del niño.

Es triste esta historia, pero sin duda, el chiste de la revista “La Cotorra del Mercat” hará que se suavice. Resulta que en uno de los momentos de la citada comedia, dos de los personajes masculinos, uno más listo que el otro, están hablando. El más sabio le dice al segundo, “puja dalt del Tros Alt i voràs lo que li penja al Pardal de Sant Joan”. El otro, ingenuo él, hace lo propio y comenta que no ve nada. Así que, el otro en tono de burla, le responde: “Pero ¿com que no veus lo que li penja al pardal? ¡¡¡¡¡Puix la Bolseria!!!!!” (nótese el juego de palabras, ya que además de la calle que continua a la plaza del Tossal, también hace referencia a lo que podría colgar al pájaro de los Santos Juanes si fuera macho).

LA FINCA MALDITA DE TRES FORQUES



Y llegamos al momento de la crónica negra de nuestra ciudad, que no es poca. En esta ocasión hablamos de maldiciones, porque si hay un inmueble en la ciudad que está maldito es el número 1 de la calle Tres Forques de Valencia. Se trata de un edificio construído en 1957, ha visto en sus viviendas hasta nueve muertes en extrañas circunstancias. Desde 1968 hasta este mismo año se han descubierto los cadávares de diferentes habitantes de la finca, que cuentan, en la mayoría de los casos, de muertes sin explicación. La más llamativa, la muerte de la vedette Gracia Imperio y su ex novio, que aparecieron muertos con las espitas de gas abiertas. La policía no descarto las hipótesis de su***dio, accidente o incluso asesinato y cerraron el caso sin poder arrojar más luz sobre las causas.

Tras este primer encontronazo con la muerte, el número 1 de Tres Forques ha visto morir hasta siete personas más por diversas causas, caídas por accidente, suicidios, sobre dosis de drogas… Lo que más llama la atención, el magnetismo que puede tener este inmueble con la muerte.
 
DINERO EN EL CABALLO DE JAUME I


Todos los años, a iniciativa de Lo Rat Penat y secundado por el Ayuntamiento y la sociedad civil, los valencianos rendimos homenaje a la estatua ecuestre del Conquistador en el día que hizo efectiva la creación del Reino de Valencia, el 9 d’Octubre. Este homenaje se lleva a cabo en el Parterre, en la plaza de Alfonso el Magnánimo.

El monumento fue promovido por el periódico Las Provincias y fue sufragado por suscripción popular. De esta forma, Valencia tendría una estatua con la que rendir homenaje a su Rey más querido. La estatua se inauguró en 1891, obra de Agapito Villamitjana, quien tiró mano del caballo de un militar para esculpir el corcel del Conquistador. El militar, agradecido y lleno de orgullo quiso que el interior del caballo guardara un recuerdo suyo y su animal, por lo que decidió meter dentro de la escultura su gorro de militar. Lo malo del asunto, fue que el pobre hombre se dio cuenta que dentro del gorro estaban escondidos los ahorros de toda su vida, por lo que también quedaron encerrados en la escultura. Así que, de ser cierto, el caballo del Rey Jaume I en el Parterre, guarda un tesoro… ¿Alguien se animará a buscarlo?

UN RAYO DE SOL PARA LA REINA

Quizá esta sea de las leyendas más románticas de la ciudad. En el antiguo Camino de Barcelona, lindando con Tavernes Blanques, se alza majestuoso el Monasterio de San Miguel de los Reyes, una obra impulsada y muy cuidada por los virreyes de Valencia Fernando de Aragón, Duque de Calabria, y Doña Germana de Foix. No en vano, la reina fundó la congregación y el monasterio de la Orden de San Jerónimo.

El deseo de los reyes era que al morir fueran enterrados juntos en un monasterio jerónimo, por lo que el rey mandó trasladar a una congregación de Valladolid hasta Valencia para poder funda San Miguel de los Reyes. Doña Germana murió antes de ver acabada la obra, por lo que tuvo que ser enterrada en otro monasterio valenciano, pero al finalizar, Fernando de Aragón trasladó finalmente sus restos hasta San Miguel.

Los arquitectos quisieron rendir homenaje a su valedora, por lo que proyectaron una ventana en la fachada, alineada con el sol, para que cada día de San Miguel, 29 de septiembre, de 09:30 a 10:00 horas, un rayo de luz entre por la venta y marque el lugar de la cripta donde descansa Doña Germana de Foix. Queda algo más de un mes para esa festividad, por lo que recomendamos asistir a este fenómeno, porque guarda el misterio de otros tiempos y marca la maestría de los arquitectos de la época.

OBRA DIVINA



Hablamos de la querida patrona de Valencia, la Mare de Déu dels Desamparats, porque aunque la historia nos cuente que su imagen estaba hecha para ir sobre los ferétros de ajusticiados y huérfanos asistidos por la Cofradía de Santa María dels Innocents i Folls, de ahí su aspecto de jorobada, la querida imagen tiene una historia que se enmarca en las leyendas místicas.

Cuenta la leyenda, que la cofradía necesitaba de una imagen que representara la advocación de la Virgen que le daba nombre. Así que, comenzaron la búsqueda de esa imagen. Un día, cuatro peregrinos llegaron al hospital que regentaba la Cofradía y establecido a expensas del padre Joan Gilabert Jofré. El hermano mayor de la cofradía, les atendió gustosamente y les ofreció cobijo, a cambio los peregrinos se ofrecieron a realizar un imagen de la virgen. Sólo pidieron que en dos días no se les molestara y que se les dejara trabajar.

Así fue. Los peregrinos se instalaron en lo que actualmente es la capilla del Capitulet, al lado del antiguo hospital y allí trabajaron a puerta cerrada y ajenos al resto. Tras pasar cuatro días y ver que no había señal dentro de la capilla, los cofrades forzaron la puerta y al abrir se encontraron la imagen de la Virgen, mientras que de los peregrinos no había ni rastro. Al poco tiempo, la esposa de un cofrade sanó milagrosamente de su ceguera y pudo volver a andar tras acercase a la imagen. Este hecho se tomo como que la imagen la habían hecho cuatro ángeles.

ENEMIGO PÚBLICO NÚMERO UNO


Y de las leyendas a la hisroria negra. Nos situamos en 1984, cuando la opinión pública se sobresaltó con la llamada Matanza de la Carretera de Moncada. Aquí es donde aparece uno de los criminales que se tildó como Enemigo Público Numero Uno, Luis Martínez Larios.

Todo tuvo lugar el 17 de enero de 1984, cuando Luis y su hermano Andrés conducían una furgoneta robada repleta de armas, que pensaban esconder en un chalet propiedad de Andrés. En la carretera Burjassot-Betera, en el kilómetro 5,400, les sorprendió un control de la Guradía Civil, por lo que alterados por el hecho, decidieron abrir fuego por sorpresa contra los agentes, matando a dos e hiriendo de muerte a un tercero, que pudo repeler el ataque y acertó en Andrés, a quien hirió en la femoral. Luis decidió llevar a su hermano hasta su domicilio donde murió.

Al no deshacerse del cadáver y mantenerlo en su casa, la policía descubrió el cuerpo, por lo que no cabían más dudas, eran los autores de la matanza. Pero lo destacable es, que Luis Martínez Larios no aparecía en los archivos policiales y no constaba sobre ninguna denuncia, ya que no era un criminal convencional y actuaba alejado del crimen organizado o las drogas, por lo que resultaba más atrayente el caso. Según se relata, pudo ser la denuncia formulada por un extraño personaje que abandonó Valencia inmediatamente después de realizarla y acusado como encubridor, lo que llevó a la policía a encontrar el cuerpo de Andrés y dar con el Manchego Misterioso, apodo con el que bautizó a Luis Martínez Larios la prensa local.
 
El Salto de la Novia de Navajas y su trágica leyenda:

El Salto de la Novia, Navajas. Fuente: http://castellon-en-ruta-cultural.es/

En la localidad de Navajas (Castellón), en plena naturaleza, se encuentra un salto de agua rodeado de vegetación en plena naturaleza, recomendado para pasar el día en los alrededores y caminar al aire libre, alejado de este mundo tan rápido. Al lugar, que en época posterior a las lluvias y nieves se ve bajar el agua con fuerza por su brazal, se le conoce como “El Salto de la Novia”, una pequeña cascada que desciende a más de 30 metros de altura para precipitarse en las aguas del río Palancia. Todo un espectáculo.

Su nombre, sin embargo, se debe a una leyenda existente en la zona, lo que la convierte en un lugar enigmático y de obligada visita, además de por su espectacularidad.

Esta leyenda cuenta que, hace muchos años, existía la costumbre de que los novios, antes de casarse, realizaran una prueba en la zona donde se dispone el salto, en los alrededores, donde al parecer el río se estrechaba. En ese mismo lugar era donde se debía de llevar a cabo un simple rito tradicional como prueba de amor, para disponer de felicidad, fertilidad y una vida plena juntos. La leyenda cuenta también que los novios que no superaban la prueba de fe y amor en la zona, significaba que iban a ser desgraciados en vida estando juntos, por lo que la pareja se rompía antes del matrimonio.

De aquel rito ceremonial surgió una fatalidad y desgracia, donde cuenta la leyenda que dos jóvenes murieron antes del matrimonio. Se dice que un día, ante la atenta mirada de la gente del pueblo, dos jóvenes, que no creían en la tradición, se acercaron a la zona para realizar la prueba. A pesar de no creer en esta tradición, pues para ellos su amor prevalecía por encima de cualquier cosa, quisieron hacerla por voluntad propia.

El destino quiso que, en aquella ocasión, una serie de fatalidades se dieran cita. Al parecer, aquel día, el Palancia bajaba revuelto y con fuerza, tanto que el agua formaba música al romper con las rocas. A pesar de esto, los dos jóvenes quisieron seguir con la prueba de fe ante la atenta mirada de los asistentes.

Así que, la joven, que nerviosa por la fuerza del río, salto cogiendo carrerilla hacia el otro extremo del río, en su estrechez. Pero aquella fue la última vez que se le vería en vida, pues el destino quiso que cayera al agua siendo arrastrada por su fuera hasta un remolino que la hizo desaparecer. Ante aquellos hechos, el joven, loco por lo ocurrido, salto al río para intentar rescatarla, pero también fue la última vez que se le vio con vida, pues corrió la misma suerte que su amada. Sus cuerpos, sin vida, fueron encontrados río abajo.

Los vecinos, tristes y consternados por lo ocurrido, decidieron dinamitar el paso para que, en un futuro, nadie corriese la misma suerte intentando repetir una tradición que, desde entonces, nadie realizó.

Según se cuenta, al parecer, en las noches de luna llena se escuchan gemidos y sollozos de tristeza de aquellos que perdieron la vida, y la cascada que cae, no es otra cosa que el lamento que llora la pérdida de los jóvenes fallecidos en forma de cola de novia, convirtiendo la estampa, para quienes visitan este lugar, en una preciosa imagen de un brazal que envuelve el río con su blanco manto.
 
La leyenda de Tanik y Alba: la lluvia de Luna que petrificó una amada cerca del Barranco de la Hoz

Al fondo y abajo se divisa el Llano de Marjana. Fuente: Javi Nieto en http://veudelaterra.blogspot.com.es/


Cantiles rocosos del Barranco de la Hoz. Fuente: Javi Nieto en http://veudelaterra.blogspot.com.es/

Existe una leyenda que se remonta a los tiempos de la Conquista. Una historia de amor y tristeza que termina de forma triste en los lugares donde Berenguer d´Entença libró batalla contra las tropas del rey Zayaán, donde un caballero, de nombre Tarik, perdió su vida en aquel lugar donde creció junto a su amada. Este lugar no es otro que allá donde los moriscos vivieron antes de la llegada de las tropas de Jaime I.

Se cuenta que en las inmediaciones de Chiva, Chera y Gestalgar (Valencia), en los picos cercanos conocidos como el Pico Yerbas, Charnera, Oratillos, la Peña Santa María o el lugar que nos concierte, el llano de la Marjana, fueron testigos de la muerte y sufrimiento de un amor que la vida arrebató. Como sabréis muchos, Chiva se entregó a Berenguer d´Entença el 25 de septiembre de 1237. Durante la conquista por estos territorios, allí luchó un soldado a las órdenes de Zayaán llamado Tarik. Su amada, de nombre Alba, vivió junto a él momentos de pasión en aquellos montes que hoy recorren la comarca de Los Serranos.

Al parecer, un día buscando cobijo de una tormenta, la joven pareja, Alba y Tarik, se refugiaron en una casa próxima al Barranco de la Hoz, donde vivía una bruja. Esta les dio cobijo y entablaron una conversación que les dejo sorprendidos, donde las palabras de la bruja al despedirse de la muchacha al cesar la lluvia fueron “hasta pronto, querida niña”.

La bruja vaticinó que aquella muchacha quedaría viuda tras la batalla de Chiva y que pronto iría a verla para ver cómo supo que su amado hallaría la muerte. Tras el encuentro varios años después, la bruja prometió devolver la vida a su amado si Alba seguía todas sus indicaciones y tomaba una pócima durante la Luna llena en lo alto de la meseta de una de aquellas montañas. Eso sí, aquella pócima debía contener 3 lágrimas derramadas por la amada, aquellas que Alba soltaba casi a diario por quedarse viuda.

Pero Alba no siguió al pie de la letra todo lo que la bruja le contó. Resulta que cuando llegó la Luna llena, la joven subió a lo alto de una montaña de la Sierra de las Cabrillas o de Santa María, derramando tres lágrimas sobre la pócima y bebiendo el brebaje cuando la Luna reflejaba en este. Fue la bruja la que le comentó que tras alejarse del lugar no mirase la Luna, pero Alba no cumplió estas palabras. Alba quedó petrificada por los rayos lunares que iluminaban la noche convirtiéndose en un peñasco de los montes cercanos a la Marjana, formando parte desde entonces de este paraje recorrido por senderistas. Cuentan que en las noches de Luna llena todavía pueden escucharse los gemidos de tristeza de Alba y recomiendan, como os podréis imaginar, no mirar la Luna en noches así. No queráis convertiros en parte de este bello paraje.

Podéis conocer más sobre este lugar y los que le rodean, como la Cueva del Diablos, vistando artículos como elde veudelaterra.blogspot.com.es (para nosotros el mejor con impresionantes fotografías sobre el lugar), aunque también podéis visitar otros artículos como el de senderismoandbotanica.blogspot.com.es, veudelaterra.blogspot.com.es o singlesvalencia.es.
 
Las mil lunas del pirata Ben Tragel en Elche:

Torre de la Calahorra (Elche). Fuente: Albertoteles007 – Licencia CC BY 3.0

Elche (Alicante) tiene grandes encantos, como su palmeral, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 2000 y que es, con diferencia, el más grande de toda Europa con más de 200.000 ejemplares. El origen de éste se remonta a los tiempos musulmanes, quienes levantaron este impresionante oasis para que les recordase a su tierra. Pero no solo el Palmeral de Elche es digno de visita, también lo son otros 26 puntos de Elche tal y como nos indica sendasyleyendas.com, donde nos centramos en uno de manera especial: la Torre de la Calahorra, una fortaleza de origen islámico concebida como torre de vigilancia dentro de su emplazamiento como parte de la muralla defensiva del periodo andalusí de Elche.

La edificación de la torre almohade data de fines del siglo XII o principios del XIII, siendo una torre de planta cuadrangular que defendía la entrada desde el camino procedente de Alicante más importante a la Vila Murada. En su realización se utilizaron muros de mampostería revocados, con sillares en la base y en las Esquinas. La fortaleza albergó la logia masónica ilicitana número 149 y a día de hoy en sus salas se puede contemplar en los techos frescos e incluso en el suelo símbolos masónicos, donde destacan los añadidos de las almenas y las ventanas neoárabes, que son del siglo XIX con iluminación cenital, tal y como nos cuentan de manera extensa en elchesemueve.com.

De este lugar se cuentan grandes historias y leyendas, incluso se habla de pasadizos desde sus mazmorras que llevan hasta el mar. De todas estas historias nos hacemos eco de la de Ben Tragel, un corsario que atemorizó estas tierras, y otras muchas más, allá por el siglo XIV, aunque fue Elche seguramente la que vivió sus últimos días. Cuenta la tradición oral que, por entonces, una de las veces que desembarcó Ben Tragel en Elche, en este caso en años posteriores al encuentro de la imagen de la Virgen de la Asunción (1370), el corsario halló su penitencia en este rincón del Mediterráneo. Al parecer, contento con el botín obtenido en el asalto, Ben Tragel perdonó la vida a algún que otro clérigo y monja del lugar, complaciéndose tan solo con todo lo obtenido.

Aquel gesto fue, quizás, lo que propiciaría la que relatamos a continuación, pues antes de partir, descansando en el puerto y embarcando todo el botín a la luz de la luna, Ben Tragel divisó entre las palmeras cercanas una bella figura que brillaba a la luz de luna. La curiosidad hizo seguir aquella mujer que se desaparecía a cada lugar donde el corsario la veía, haciéndole caminar más y más entre los palmerales hasta llegar a la población, donde las tropas cristianas habían llegado para intentar apresar a los piratas. El barco de Ben Tragel partió por su propia orden, a pesar de que marineros suyos le advirtieron del peligro de la llegada de los cristianos.

Resultó que aquella mujer que irradiaba luz en aquella noche le condujo, por desgracia, hasta la Torre de la Calahorra, donde allí fue apaleado y apresado a los calabozos de la propia Calahorra, por orden de un cura, a pesar de que el pueblo clamaba su muerte. Cuentan que durante las noches de su encierro, con la luna, Ben Tragel recibía cada noche la visita de aquella mujer que solo él podía ver y que no podía abrazar. Tal fue el hechizo que produjo esta mujer en el protagonista de esta historia que, incluso con la visita de un amigo berberisco a los calabozos, insistiéndole que aguantara hasta la llegada las tropas de su hermano Zeit, este declinó la ayuda y le instó a que soltase a un fraile que tenía encadenado en Orán en la puerta de su casa como a un perro.

Para cuando este fraile volvió a Elche tras la clemencia mostrada por Ben Tragel, solicitó verlo para poder entablar conversación con él. Cuentan que tras las palabras con el corsario, el propio cristiano apresado que estuvo más de diez años apresado recomendó al cura que evitó el apaleamiento bautizar en la fe de Cristo a aquel que rezaba por Alá. Aquellas palabras, a pesar de ser escandalosas, consiguieron reconsiderar el bautismo para Ben Tragel. Días después, en la cercanía de la ermita de San Sebastián, mudéjares y cristianos se reunieron para asistir al acto de bautismo del corsario.

Resultó que cuando el reo llegó a la pila bautismal y alzó la vista, observó que aquella imagen que se le había presentado tantas noches y que le condujo hasta la Torre para ser apresado, era la imagen de la Virgen de la Asunción, lo que hizo que ante todos los asistentes, incrédulos, gritase lleno de júbilo por haberla encontrado tras descubrir que la Virgen quiso purgar sus pecados y absolverle. No sabemos el final de esta historia, pues donde allá la hemos encontrado, en diversos libros y publicaciones, acaba con el bautismo de Ben Tragel. Bien es seguro que después de aquello, la conversión sería efectiva y abrazaría a aquella que le guió hacia el camino de una nueva fe para él.
 
La Cueva Santa de Altura:

Cueva Santa, Altura.

En el término municipal de Altura (Castellón) se encuentra una cueva muy significativa para el cristianismo, no solo por ser lugar de peregrinación y por ser conocida como milagrosa, sino por sus leyendas e historias que allí han acontecido a lo largo de los siglos. Conocida como la Cueva Santa en la actualidad, aunque antes lo fuera por ser cueva del Latonero, es un lugar donde se sitúa un templo dedicado a la Virgen de la Blanco Paloma, de quien debe decirse que es alcaldesa perpetua de Altura y patrona de la Diócesis de Segorbe-Castellón, de Beniarrés, de Santa María de Dota (Costa Rica), de Piacoa (Venezuela), de Bochalema (Colombia) y de los espeleólogos españoles.

En su interior se puede encontrar estalactitas, estalacmitas y una capilla subterránea enjaulada con la Virgen, rodeada de estampitas, juguetes, artículos ortopédicos y todo tipo de presentes y ofrecimientos de personas que agradecen a la Virgen una promesa o curación cumplida. La impresión que da bajar y ver todo aquello es espectacular, pues la Fe depositada en aquel lugar recuerda a la que se ubica en la ciudad francesa de Lourdes.

Hasta ella se suele hacer todos los años la famosa romería de la Cueva Santa (Altura), un peregrinaje hacia este Santuario de la Virgen de la Cueva Santa que se celebra cada primer sábado de mayo, siendo pues un recorrido a pie que se inicia desde Alcublas en un bello trayecto entre campos, paisaje y en compañía de miles de personas.



Autor: Francisco Jose Rios. Título: Santuario de la Cueva Santa, Altura (Castellón).

A ella no solo asisten devotos, sino que también, dada su belleza y recorrido, asisten aquellos que movidos por el deporte, pasar una mañana junto a amigos y familiares o simplemente por unirse a los demás por andar, son cada año más los que asisten a esta tradicional romería. En la zona además tenéis bellos merenderos, como el del Área Recreativa Las Torrecillas (donde el blog de i-natura.blogspot.com.es nos muestra encantos cercanos), del que os hablamos en nuestro artículo de merenderos y áreas recreativas de la Comunidad Valenciana.

Tradicionalmente, como hemos mencionado antes, la cueva era conocida con el nombre de Cueva del latonero, vocablo que en el dialecto churro significa almez. Tiene 20 metros de profundidad y fue utilizada por los pastores como refugio, motivo por el cual fue descubierta la Virgen en el siglo XVI. La Cueva propiamente dicha es una oquedad originada por un fenómeno de erosión cársica, por la que desciende una escalera hasta el recinto donde se halla la capilla de la Virgen, construida en el s. XVII en la profundidad de la cueva y cerrada por una reja. En el fondo de la sima se edificó una capilla de gruesos muros de sillería y mampostería. En el interior se conserva un retablo, formado por pedestales y columnas salomónicas de jaspe. Entre ellas se encuentran las imágenes de San Joaquín y Santa Ana en mármol. En el segundo cuerpo del retablo se sitúa una tabla de mármol tallada en relieve, representando a San Joaquín y Santa Ana, que llevan de la mano a la Virgen María.

La historia del lugar cuenta que Fray Bonifacio Ferrer (1333-1417), hermano de San Vicente Ferrer y Prior de la Orden de la Cartuja, fue quien moldeó imágenes y reproducciones en yeso, donando una de estas últimas a un pastor del Latonero que ocultó la Virgen en el interior de la imagen de la Cueva Santa hasta que fue descubierta en 1503 por un pastor con sus ovejas, de quien se cuenta que vio una aureola de luz celestial entre las peñas húmedas y escondida.

Más allá de todas las historias y leyendas que se cuentan, que son muchas, seguro que todos recordáis aquella copla de:

Que llueva, que llueva

la Virgen de la Cueva

los pajaritos cantan

las nubes se levantan…

Esta copla no es otra cosa que algo que se realiza desde el siglo XVII, como rogativa contra la sequía desde 1622 en romería hacia Altura o Segorbe. Cuentan que las plegarias han sido cumplidas en numerosas ocasiones durante siglos, además de encontrarse el manantial de El Berro en 1915. Bien lo saben los labradores de los alrededores que se encomiendan a la Virgen diciendo aquello de “no ploura mentre no ixca la Palometa en processó”. Si queréis conocer más sobre la historia de este lugar, podéis leer el artículo de www.upv.es o leer el oficial de la página pinchando AQUÍ.
 
A bote pronto, me viene a la mente el tema del Santet:

Fuente: http://www.lavanguardia.com/local/b...l-poblenou-culto-devocion-popular-lapida.html

La historia de un ilustre difunto en Poblenou, objeto de creciente devoción popular
  • El nicho del ‘Santet del Poblenou’ recibe a diario peticiones y ofrendas de todo tipo
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Para un perico resulta terrible tener que escribir esto, pero el culé Jordi Fossas tiene la prueba irrefutable de que el Santet del Poblenou obra milagros. Un día, entre los exvotos, velas y flores –naturales y de plástico– que siempre hay en el nicho de este ilustre difunto encontró un papelito: “Por favor, Santet, que el RCD Espanyol gane pronto la Copa de Europa”. “No cabe duda. Si hay creyentes que confían en que el Santet puede hacer ganar la Champions al Espanyol, es que es milagroso”, asegura Jordi Fossas, que además de seguidor azulgrana es arquitecto, presidente del Arxiu Històric del Poblenou y escritor. También es coautor –junto a Joan Carles Luque, catedrático de Historia– de siete obras sobre el pasado de este barrio. La última, de la colección Catalunya Desapareguda , es El cementeri del Poblenou: Barcelona i el culte funerari .

Francesc Canals i Ambrós, el Santet , es objeto de una creciente veneración popular, no reconocida por la Iglesia. A los 14 años entró a trabajar como dependiente en los almacenes El Siglo. Siempre tuvo fama de excelente persona. Sus compañeras de trabajo lo adoraban. También su padre, que era ciego y tenía una tienda de venta de alfombras en la plaza de la Llana, en Ciutat Vella. Se dice que en vida profetizó dos cosas: que moriría muy joven y que un incendio acabaría con El Siglo. Los almacenes, en la Rambla, ardieron el 24 de diciembre de 1932 y reabrieron en 1934 en la calle Pelai.

Él murió el 27 de julio de 1899, “a los 22 años y dos meses”, como precisa su lápida. Sus compañeras nunca le olvidaron y cada vez que una se casaba llevaba el ramo de novia al nicho como homenaje y para pedir que intercediera por ella. La costumbre fue extendiéndose cada vez más y más. Un siglo después, la veneración popular por este personaje –que inspira a novelistas como Care Santos y da nombre a un bar de éxito, junto al cementerio– no sólo no ha decrecido, sino que parece aumentar. Es la mejor prueba de que, como dice Jordi Fossas, en los cementerios –y en este quizá más que en otros– “se dan la mano la historia, la realidad, el arte, la fantasía, la superstición y la leyenda”.

El nicho ocupa una superficie que, en condiciones normales y en esta zona del camposanto, se destinaría a los restos de veinte difuntos. La devoción de quienes acuden a diario a rezar ante la lápida o a depositar pulseritas, chupetes u otros objetos obligó a trasladar a los difuntos de esas tumbas adyacentes, en una escena real que parece sacada de Pedro Páramo , de Juan Rulfo. El espacio extra alberga ahora las constantes muestras de agradecimiento que todavía hoy recibe Francesc Canals i Ambrós, como fotos de carnet de identidad (de los supuestos beneficiados de sus milagros ), figuras de porcelana o imaginería religiosa. La lápida está protegida con un cristal. Numerosas personas aprovechan los intersticios del marco para introducir tarjetitas o notas manuscritas con peticiones e, incluso, invitaciones de boda. Son tantas, que periódicamente se retiran, aunque a las pocas semanas la peculiar urna vuelve a estar llena. Es una fortuna ir al cementerio del Poblenou en vida. Y con un guía excepcional como el presidente del Arxiu Històric, todavía más. Los camposantos con historia son lugares extraordinarios. “Muchas veces –dice este cicerone de lujo– no podemos o no sabemos apreciar su belleza porque los visitamos en circunstancias dramáticas, para dar un último adiós”. Pero si uno puede acudir por su propio pie, y sin necesidad de despedirse de nadie, descubrirá que esta necrópolis es un museo al aire libre...

Mausoleos imponentes o con detalles surrealistas, como el gasómetro de la tumba de Josep Mansana (fundador de la Sociedad para el Alumbrado por Gas, el origen de Catalana de Gas). Esculturas preciosas, como la de El petó de la mort, de 1930, obra de Jaume Barba (un esqueleto alado que se lleva a un joven). Y, sobre todo, el nicho de un dependiente de El Siglo al que, cuando Jordi Fossas se ha ido, alguien ha regresado para dejar un ruego: “Si no puede ser la Champions, al menos, que sigamos en Primera”.

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Bocairent y Sant Vicent Ferrer:
Bocairent es mágica. Su casco histórico, les Covetes dels Moros, la antigua cava de nieve o nevero, o el monasterio rupestre son algunos de los grandes atractivos de esta población.


Bocairent barrio medieval

Pero sepa el lector que Bocairent también alberga leyendas e historias que harán su visita mucho más mágica, como la conocida como “la neu dels gelats”, una historia ocurrida en 1867 donde un hombre pudo salvar la vida, y pedir auxilio, tras una intensa nevada que cubría casi el cuerpo, gracias a que pudo ponerse en el pecho un pavo que le transmitía calor para no morir en el intento de llegar hasta la población tras quedar atrapado.

Una de las leyendas e historias de este lugar también es la que se sitúa al pie del risco, cerca de las llamadas Covetes dels Moros, donde hay una gruta con un pequeño nacimiento de agua que recibe el nombre de Pouet de Sant Vicent.

Resulta que allá por 1412 San Vicente Ferrer se dirigía a Bocairent con la intención de predicar por aquellas tierras a lomos de su burro, tal y como ocurrió en los cientos de lugares en los que acabó predicando y como lo recuerdan en innumerables sitios. En su llegada a la población, cerca del Barranc de la Fos, el santo tuvo que soportar una gran tormenta con aguas torrenciales, por lo que tuvo que buscar cobijo en ese momento, topándose con una pequeña cuevecita.

Es esta cueva la que, según cuenta la leyenda, fue el refugio del santo durante la tormenta quien, sorprendido, observaba como una gran cantidad de agua salía de un socavón de aquel lugar, hecho que fue bendecido por él mismo como se recuerda en un azulejo y que la gente del lugar recuerda por las palabras que pronunció desde una ventana ya en la población, tal y como se recuerda en su conmemoración en una hornacina que hay también en la calle Alcalde de la población:

“Dichós el que tinga una mol.laeta en Bocairent que no morirá de mal temps”.
Cuentan que estas aguas tienen propiedades milagrosas, en especial para curar males oculares, aunque si mal no recordamos en nuestra visita, el lugar estaba protegido por un enrejado. Así que no os olvidéis de que cuando recorráis Bocairent, cualquier rincón puede albergar una leyenda o historia, como la de que les Covetes dels Moros quienes, según estudios, fueron escondite/refugio de tradición bereber o agadir, además de ser utilizadas durante la Guerra Civil española como refugio y posteriormente para, quizás, algún maqui.
 
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