Ley de Memoria Democrática




menuda paleta....que viene con la falsa narrativa de Lorca por rojo y mari**n, que le han inculcado, a ella y a todos....:sleep:

Viendo esta gente, que parece que no se entera nada, solo puedo avergonzarme del poco nivel cultural e histórico que existe en España.
La ignorancia es muy atrevida.... genocidio?? aqui no ha habido ningún genocidio, cateta. Hubo una guerra civil, luego, en la etapa franquista en que los fusilamientos fueron previo juicio, todo sentencias de muerte por delitos de sangre .

Nada que ver con los asesinatos de las milicias comunistas y socialistas....

Sin olvidar el porqué del inicio de la guerra civil.....la gente se olvida, o no tiene ni puñetera idea, de las persecuciones que existieron hacia la gente moderada, de derechas y católica durante la 2º Republica....

Justicia y Memoria paraTODAS las victimas, eso es lo que se necesita.
 
DESMEMORIA HISTÓRICA

La Generalitat exige a OKDIARIO falsear la historia y negar que Companys ordenó fusilar a 8.000 personas

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La Generalitat de Cataluña ha enviado una carta a OKDIARIO en la que exige que reescriba y falsifique la historia, a su gusto y demanda, presentando al ex presidente catalán durante la Guerra Civil, Lluis Companys, como un venerable hombre de paz. Desde la Consejería de Justicia, Derechos y Memoria catalana se solicita la rectificación de una noticia que se hacía eco del homenaje de Illa a Companys en el aniversario de su fusilamiento. Alega la Generalitat que Companys no asesinó a 8.000 catalanes, ya que no fue él quien apretó el gatillo. Sólo fue responsable, explican, de firmar sus sentencias de muerte. Como también de levantar hasta seis campos de concentración para presos, administrar 46 checas o de equipar con 20.000 armas al Comité Central de Milicias Antifascistas formado por las juventudes de ERC, que él mismo ordenó crear y que sembró el caos en las calles catalanas.

No, Companys no fusiló personalmente a los más de 8.000 catalanes que fueron ejecutados sumarísimamente en Cataluña durante la Guerra Civil. El Molt Honorable President de la Generalitat en la década de 1930 no apretó, personalmente, el gatillo de los fusiles Mauser que su Gobierno entregó a los milicianos catalanes para hacer cumplir, casi siempre al alba, las penas capitales impuestas por sus tribunales populares. Las víctimas de aquellos pelotones fueron los considerados enemigos ideológicos de la autodeclarada república catalana. Milicias y tribunales populares que la propia Generalitat creó y permitió crear a partir de agosto de 1936 tras usurpar y asumir de forma ilegal todas las competencias de la República. Incluidas las de justicia y orden público.
 

El socialista Illa homenajea a Lluís Companys, asesino de 8.000 catalanes: «Dio la vida por Cataluña»



😁 😁 😁 😁 😁


Estos asesinatos por lo visto eran bien, aquí no hace falta justicia...

Aragonès dice que «combatiremos al fascismo como Companys», que asesinó a más de 8.000 personas



correcto

 

El testimonio inédito que corrobora "el fusilamiento de tantas personas" en Paracuellos por los frentepopulistas

Manuel Jiménez-Alfaro y Alaminos, capitán de artillería, confirma el hallazgo del cónsul Schlayer: "Los cadáveres medio ocultos en la torrentera".​





En tres entregas LD ofrece en exclusiva, de la mano del periodista y escritor Pedro Corral, el testimonio inédito de Manuel Jiménez-Alfaro y Alaminos sobre la labor humanitaria de Félix Schlayer, diplomático al servicio de Noruega durante los primeros meses de la Guerra Civil, de quien fue estrecho colaborador en el Madrid frentepopulista. Capitán de artillería retirado entonces, Jiménez-Alfaro, que sobrevivió a los peligros de la contienda, es bien conocido por otra circunstancia muy diferente: la de ser fundador en 1951 de la factoría FASA-Renault en Valladolid.

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Manuel Jiménez-Alfaro y Alaminos
"Esto dio lugar a que mi mujer acudiese en suplica de ayuda a don Félix Schlayer, encargado de la Legación de Noruega, del cual entre todos los que sufrían persecución, se hablaba de elemento salvador y de actividad sin igual".
Así reza la declaración jurada realizada ante los vencedores en 1944 por Manuel Jiménez-Alfaro y Alaminos (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, 1898-Madrid, 1992), capitán de artillería retirado por la ley Azaña en julio de 1931, acogiéndose a las medidas del que fuera ministro de la Guerra para la reducción de oficialidad en el Ejército.

Se trata de un testimonio inédito del Madrid frentepopulista de quien fue mano derecha de Félix Schlayer (Rutlinga, 1873-Torrelodones, 1950), diplomático de origen alemán al servicio de Noruega como cónsul honorario y encargado de negocios en Madrid, que destacó por su labor humanitaria y su denuncia de los atropellos de las milicias y las sacas y matanzas de presos derechistas por fuerzas leales al gobierno republicano. Tan estrecha fue su colaboración que Schlayer le denominaba su "Pimpinela Escarlata", según los recuerdos de Jiménez-Alfaro conservados por su familia.

A Manuel Jiménez-Alfaro, veterano de la guerra de África, el comienzo de la Guerra Civil le sorprendió en su domicilio de Chamartín de la Rosa (Madrid) como capitán retirado por la ley Azaña, cuando estaba a punto de viajar a Cáceres para empezar las obras de abastecimiento de agua de la ciudad.

El Sr. Schlayer comprobó personalmente las muertes de Paracuellos del Jarama y Torrejón, cuando aún estaban los cadáveres medio ocultos en la torrentera.
La detención de su cuñado, el capitán de artillería Federico Gomá y Orduña, "paseado" el 26 de septiembre de 1936, llevó a su mujer, María Luisa Gomá y Orduña, a buscar el auxilio de Schlayer, que había tomado las riendas de la legación noruega ante la ausencia del encargado de negocios titular y que ya empezaba a ser conocido por su labor humanitaria en favor de los perseguidos por el Frente Popular. La legación noruega llegó a albergar, gracias a Schlayer, al 10% de los refugiados que buscaron la protección de las embajadas extranjeras en Madrid, que se cifran entre 10.000 y 12.000.


Al enterarse Schlayer de que el marido de la mujer que le pedía ayuda era militar retirado, "ordenó que inmediatamente me presentase en la legación porque acababa de suceder lo de la Casa de la Moneda", según refiere Jiménez-Alfaro. La alusión a lo sucedido en la Casa de la Moneda señala la trampa tendida por el Ministerio de Gobernación republicano el 8 de octubre de 1936, mediante anuncios en la prensa, para encarcelar a los militares en situación de reserva o retiro, convocándoles en aquel organismo, entonces en la Plaza de Colón, para supuestamente resolver un asunto de sus pensiones.

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La Lista de SchlayerPedro Corral

Fue así cómo Jiménez-Alfaro se refugió el 10 de octubre en la legación de Noruega, en la calle de José Abascal 27, dando comienzo a diez meses de estrecha colaboración con el diplomático al servicio de Noruega, que le nombraría en poco tiempo su mano derecha como secretario general de la legación. Dos días después se unían a él su mujer y sus cinco hijos, la mayor de 12 años y la menor de 4.

La declaración de posguerra del capitán retirado, conservada por su familia y amablemente cedida para esta serie de artículos, ofrece un extraordinario testimonio inédito de la actuación humanitaria de Félix Schlayer, el primer diplomático en denunciar y comprobar sobre el terreno, en Paracuellos y Torrejón de Ardoz, las sacas y matanzas de presos gubernativos por parte de las fuerzas a las órdenes del gobierno del socialista Francisco Largo Caballero en el terrible otoño madrileño de 1936.

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El propio Schlayer dejó en su libro Un diplomático en el Madrid rojo, editado en 1938 en Alemania pero censurado un año antes por los nazis, un impresionante relato autobiográfico de aquellos primeros meses de la Guerra Civil hasta su salida de España en julio de 1937. Sin embargo, el testimonio de Jiménez-Alfaro tiene el inmenso valor de tratarse de un testigo de excepción de la inagotable labor a favor de los perseguidos por parte del diplomático de origen alemán, dueño de una empresa de maquinaria agrícola y afincado en España desde 1895 y residente en Torrelodones (Madrid).

De ahí la viveza con la que Jiménez-Alfaro describía en su declaración, por ejemplo, la situación de las personas protegidas por Schlayer:

"No es posible el poder reflejar lo que esta vida requería: basta imaginar una casa dentro de la cual hay más de 800 personas, que no pueden ni salir ni asomarse a una ventana, que todas están perseguidas y algunas hasta condenadas a muerte y que la mayoría vivía en la zozobra de tener sus familiares fuera, también en situación de peligro".
A ello se unía la incertidumbre y la tensión diarias sobre su destino ante

"los peligros reales, siempre amenazantes, y los temores imaginativos que nacen de estas situaciones anormales; la Policía siempre acechando en la puerta, y la necesidad de entrar y salir diariamente para víveres y todas las atenciones que requiere la vida de tantas personas recluidas; los Milicianos vigilando un descuido y disparando contra cualquier rendija de luz de las ventanas".
Jiménez-Alfaro da cuenta con detalles de la organización interna de las personas refugiadas en la sede noruega,

"con un depósito de víveres alimentado por dos camionetas que semanalmente recorrían los pueblos, por los que podía comprar Benito Flechoso Salvador, que luego fue detenido por dicha causa".
Había también un "servicio de compras al exterior" y "una oficina de régimen interior, con unos diez empleados, para la disciplina y atenciones de los refugiados". También había "una enfermería con su servicio de médicos de guardia y Hermanas de la Caridad (todos refugiados)".

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En la sede diplomática nacieron dos niños durante el primer año de encierro, bautizados por sacerdotes refugiados, quienes también oficiaron algunas bodas entre los protegidos. También hubo fallecimientos, y en algún caso, como el de un anciano sacerdote, lo hicieron ingresar en el hospital de la Cruz Roja como si aún viviese, para evitar el peligro de la entrada de autoridades judiciales republicanas en la Legación. "Lo llevamos en un coche de la Legación, sentado con su abrigo y su boina", cuenta el segundo de Schlayer.

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La declaración de Jiménez-Alfaro ofrece una detallada descripción de la labor humanitaria de Schlayer:

"Son notorios -escribe- aquellos actos tan característicos del Sr. Schlayer de "arrancar" del fusilamiento a tantas personas momentos antes de ser ejecutadas: sus discusiones con las autoridades rojas; la labor de vigilancia alerta en los juzgados; y las visitas constantes y diarias a las cárceles, hasta el extremo de que tuvimos que organizar dentro de la Legación un verdadero Negociado con cerca de 3.000 fichas en el que trabajaban cinco refugiados bajo la jefatura del Rvdo. P. Utrera, hoy Rector del Seminario de Alcalá de Henares".
Más adelante, prosigue en su retrato pormenorizado de la incansable actuación de Schlayer en defensa de la vida de los detenidos por el gobierno republicano y en la denuncia ante figuras como Santiago Carrillo o el general José Miaja de las masacres perpetradas por las fuerzas frentepopulistas en las afueras de Madrid:

"El Sr. Schlayer comprobó personalmente las muertes de Paracuellos del Jarama y Torrejón, cuando aún estaban los cadáveres medio ocultos en la torrentera; protegió dando escolta con su coche a las mujeres que trasladaban desde la Cárcel de Toreno a la de San Rafael; arrancó materialmente al Teniente Coronel Jonte de la Cárcel de San Antón horas antes de ser fusilado, previa bronca tremenda con Álvarez del Vayo y Galarza; chillaba por los Juzgados; "palabroteaba" a los Comisarios y Agentes; burló el pago de 150.000 ptas. que había prometido la Srta. María Teresa Allende y Allende a la FAI por su liberación, que se verificó sin cantidad alguna, aunque sí con la amenaza de la FAI al que esto escribe, de "que pagaría con la vida"; salvamos de fusilamiento seguro a los seis guardias civiles que teníamos de protección en la Legación, de los cuales, tres se pasaron después a las filas nacionales; sacó en su coche, personalmente a los refugiados en la Embajada alemana cuando ésta fue asaltada, etc.".
También refiere Jiménez-Alfaro las visitas que realizó con Schlayer "en más de una ocasión" a las cárceles de Alcalá de Henares, San Antón y otras. En la de Alcalá, el capitán retirado afirmó que "hemos visto muchas veces los expedientes con los mismos jueces, para hacerlos activar unos o detener otros". También en Alcalá asegura haber visitado varias veces al dirigente falangista Raimundo Fernández-Cuesta, al que sirvió de enlace con varios dirigentes de la Junta Local de Falange en la clandestinidad como "Manuel Weglison", que estaba en la Embajada de Chile; "Panizo", que estaba en la de Paraguay; e "Hipólito Fernández Arqués", que estaba con ellos en la de Noruega.

2georges-henny-herido-en-un-hospital-madrid.jpgEl derribo del avión francés con un testigo clave de ParacuellosPedro Corral
Jiménez-Alfaro afirma que gracias a sus gestiones consiguieron que Fernández-Cuesta fuera trasladado a Madrid para ser juzgado en las Salesas, con la idea de que allí sería más fácil hacer desaparecer todos sus antecedentes. Con este propósito fueron Schlayer y él un día al juzgado de guardia de las Salesas para consultar su expediente judicial. Al ver que la última página era un informe que le señalaba como "secretario general de Falange", el propio Schlayer arrancó la hoja, saliendo después a toda prisa del juzgado.

El temerario acto provocó, según Jiménez-Alfaro, que tuvieran que "abrir a las pocas horas las puertas de la Legación al Juez Sr. Soriano", encargado de instruir el sumario contra el líder falangista, "a quien no le quedaba otro camino que o detenernos o unirse a nosotros". El magistrado aludido es muy probablemente Francisco Soriano Carpena, adscrito a los juzgados instructores de los Jurados de Guardia de Madrid, quien fue cesado por "abandono de destino" por el gobierno republicano el 12 de mayo de 1937 (Gaceta de la República, n.º 135, 15 de mayo de 1937). Pasado a la zona nacional, en enero de 1939 fue nombrado por los franquistas magistrado en la Audiencia Provincial de Lérida, pero al terminar la guerra fue expedientado y sancionado por haber servido a los "rojos", después de lo cual fue admitido de nuevo al servicio activo hasta su jubilación en 1959.

Pedro Corral es autor de ‘Vecinos de sangre’ (La Esfera de los Libros, 2022). Escuche aquí la entrevista con el autor.


 
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