La ley del hielo, una forma disfrazada de abuso psicológico

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La ley del hielo, una forma disfrazada de abuso psicológico


Edith Sánchez
15, Julio 2017

rostro-femenino-con-pajaros-de-papel.jpg


La famosa ley del hielo es un recurso muy utilizado por personas que aparentemente gozan de un gran autocontrol y presumen de ser racionales antes que intuitivos. Al mismo tiempo, corresponde no solo a una expresión de violencia pasiva, sino también a un mecanismo disfrazado de abuso psicológico. Esto quiere decir que daña profundamente a la persona sobre la que se aplica.

Se le llama ley del hielo a ese conjunto de comportamientos que tienen por objetivo ignorar al otro. Se da en todo tipo de relaciones: pareja, amigos, padres e hijos, familiares, etc. Implica la existencia de un conflicto previo. Sin embargo, en algunas ocasiones, la víctima de este tipo de conductas ignora dicho conflicto, precisamente porque el otro no se lo ha expresado abiertamente.

A la ley del hielo corresponden acciones como dejar de hablarle a alguien, no tomar en cuenta lo que el otro dice o fingir que no se le escucha; tomar distancia y evitar la compañía de determinada persona, como si estuviera contagiada de algo; pasar por alto las peticiones o necesidades expresas y llevar a cabo cualquier conducta que tenga como objetivo anular o invisibilizar a alguien.

Este tipo de comportamientos son bastante nocivos. No solo denotan inmadurez, mezquindad y falta de inteligencia emocional, sino que también pueden causar graves efectos en el otro. Constituyen un intento por controlar y vejar a los demás y no representan nada positivo para una relación.

La ley del hielo puede causar estrés emocional y traumas
La persona a quien otro le aplica la ley del hielo puede llegar a experimentar sentimientos negativos muy intensos. Piensa que Ignorar a alguien es devaluarlo e incluso anularlo. Además, esto se torna más insano cuando todo se da en el marco de un silencio duro y crudo, que la víctima no sabe finalmente interpretar.

rostro-con-ojo-que-se-derrite.jpg


Quien es ignorado, eventualmente se sumerge en sentimientos de tristeza que a veces se convierten en depresión. También siente ira, miedo y culpa. Ignorar a una persona es una forma de señalarla con el dedo, de acusarla, pero de manera implícita. Eso es precisamente lo que convierte este mecanismo en una forma enfermiza de afrontar un conflicto.

La víctima de este tipo de comportamientos también suele llenarse de angustia. No termina de saber qué está haciendo mal o por qué exactamente se le trata de este modo. Experimenta la situación como si hubiera perdido el control y esto origina un fuerte estrés. De ahí que se le considere una forma de abuso en la que no hay gritos, ni golpes, pero sí mucha violencia.

La ley del hielo genera también efectos físicos

Hay estudios que prueban que el sentimiento de estar siendo excluido o ignorado da lugar a algunos cambios en el cerebro. Existe una zona llamada “corteza cingulada anterior”, cuya función es la de detectar los diferentes niveles de dolor en el ser humano. Pues bien, se comprobó que esta zona se activa cuando a alguien le aplican la ley del hielo.

Cerebro-con-sistema-limbico-iluminado.jpg


El resultado de esto es que también comienzan a aparecer síntomas físicos. Es usual que se presenten dolores de cabeza y problemas digestivos. También es frecuente la aparición de insomnio y fatiga. Si la situación es muy severa y continuada, surgen problemas más graves, como incremento de la presión arterial, diabetes e incluso enfermedades como el cáncer.

El sistema autoinmune también se ve afectado, principalmente por las altas dosis de estrés que provoca esta situación. Las consecuencias son más graves cuando quien aplica la ley del hielo es una figura de poder, bien sea un maestro, un padre o un director.

Aprender a sortear este tipo de situaciones

A veces la ley del hielo se aplica entre dos personas que se tienen mucho afecto, como los miembros de una pareja, grandes amigos, hermanos, etc. Algunos piensan que al imponer ese régimen el otro va a cambiar algún comportamiento o va a hacer que el otro haga lo que ellos quieren que haga. Lo consideran casi una herramienta educativa. Sin embargo, están muy equivocados. Ignorar al otro como una forma de castigo solo destruye las relaciones.

Amigos-reunidos.jpg


Como muchas tácticas, en el fondo defensivas y frutos de la inseguridad, esta revela una mala gestión de la comunicación. El silencio es sano cuando hay mucha exaltación y se hace necesario hacer una pausa antes de agravar lo que sucede. Sin embargo, cuando se usa como medio de control o de castigo se convierte en abuso.

Nadie debe permitir pasivamente ser ignorado por otro, al menos no sin tener una explicación de su comportamiento. Tampoco nadie debe intentar resolver un conflicto a través de la ley del hielo. Cuando hay un problema entre dos seres humanos, lo único sano es buscar la manera de dialogar para encontrar soluciones. El silencio y la distancia solo generan más equívocos y, al final, no solucionan absolutamente nada.
 
Última edición por un moderador:
Mi padre utilizó toda la vida esa indiferencia hacia todos los miembros de la familia, empezando por mi propia madre. Ignorando los problemas de todos y siempre hablando de temas ajenos a la familia, de otras cosas externas, siempre derivando las conversaciones hacia otro lado con una sonrisa o haciéndose el dormido en el sofá.
Lo odio.
 
La ley del hielo, una forma disfrazada de abuso psicológico


Edith Sánchez
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La famosa ley del hielo es un recurso muy utilizado por personas que aparentemente gozan de un gran autocontrol y presumen de ser racionales antes que intuitivos. Al mismo tiempo, corresponde no solo a una expresión de violencia pasiva, sino también a un mecanismo disfrazado de abuso psicológico. Esto quiere decir que daña profundamente a la persona sobre la que se aplica.

Se le llama ley del hielo a ese conjunto de comportamientos que tienen por objetivo ignorar al otro. Se da en todo tipo de relaciones: pareja, amigos, padres e hijos, familiares, etc. Implica la existencia de un conflicto previo. Sin embargo, en algunas ocasiones, la víctima de este tipo de conductas ignora dicho conflicto, precisamente porque el otro no se lo ha expresado abiertamente.

A la ley del hielo corresponden acciones como dejar de hablarle a alguien, no tomar en cuenta lo que el otro dice o fingir que no se le escucha; tomar distancia y evitar la compañía de determinada persona, como si estuviera contagiada de algo; pasar por alto las peticiones o necesidades expresas y llevar a cabo cualquier conducta que tenga como objetivo anular o invisibilizar a alguien.

Este tipo de comportamientos son bastante nocivos. No solo denotan inmadurez, mezquindad y falta de inteligencia emocional, sino que también pueden causar graves efectos en el otro. Constituyen un intento por controlar y vejar a los demás y no representan nada positivo para una relación.

La ley del hielo puede causar estrés emocional y traumas
La persona a quien otro le aplica la ley del hielo puede llegar a experimentar sentimientos negativos muy intensos. Piensa que Ignorar a alguien es devaluarlo e incluso anularlo. Además, esto se torna más insano cuando todo se da en el marco de un silencio duro y crudo, que la víctima no sabe finalmente interpretar.

rostro-con-ojo-que-se-derrite.jpg


Quien es ignorado, eventualmente se sumerge en sentimientos de tristeza que a veces se convierten en depresión. También siente ira, miedo y culpa. Ignorar a una persona es una forma de señalarla con el dedo, de acusarla, pero de manera implícita. Eso es precisamente lo que convierte este mecanismo en una forma enfermiza de afrontar un conflicto.

La víctima de este tipo de comportamientos también suele llenarse de angustia. No termina de saber qué está haciendo mal o por qué exactamente se le trata de este modo. Experimenta la situación como si hubiera perdido el control y esto origina un fuerte estrés. De ahí que se le considere una forma de abuso en la que no hay gritos, ni golpes, pero sí mucha violencia.

La ley del hielo genera también efectos físicos
Hay estudios que prueban que el sentimiento de estar siendo excluido o ignorado da lugar a algunos cambios en el cerebro. Existe una zona llamada “corteza cingulada anterior”, cuya función es la de detectar los diferentes niveles de dolor en el ser humano. Pues bien, se comprobó que esta zona se activa cuando a alguien le aplican la ley del hielo.

Cerebro-con-sistema-limbico-iluminado.jpg


El resultado de esto es que también comienzan a aparecer síntomas físicos. Es usual que se presenten dolores de cabeza y problemas digestivos. También es frecuente la aparición de insomnio y fatiga. Si la situación es muy severa y continuada, surgen problemas más graves, como incremento de la presión arterial, diabetes e incluso enfermedades como el cáncer.

El sistema autoinmune también se ve afectado, principalmente por las altas dosis de estrés que provoca esta situación. Las consecuencias son más graves cuando quien aplica la ley del hielo es una figura de poder, bien sea un maestro, un padre o un director.

Aprender a sortear este tipo de situaciones
A veces la ley del hielo se aplica entre dos personas que se tienen mucho afecto, como los miembros de una pareja, grandes amigos, hermanos, etc. Algunos piensan que al imponer ese régimen el otro va a cambiar algún comportamiento o va a hacer que el otro haga lo que ellos quieren que haga. Lo consideran casi una herramienta educativa. Sin embargo, están muy equivocados. Ignorar al otro como una forma de castigo solo destruye las relaciones.

Amigos-reunidos.jpg


Como muchas tácticas, en el fondo defensivas y frutos de la inseguridad, esta revela una mala gestión de la comunicación. El silencio es sano cuando hay mucha exaltación y se hace necesario hacer una pausa antes de agravar lo que sucede. Sin embargo, cuando se usa como medio de control o de castigo se convierte en abuso.

Nadie debe permitir pasivamente ser ignorado por otro, al menos no sin tener una explicación de su comportamiento. Tampoco nadie debe intentar resolver un conflicto a través de la ley del hielo. Cuando hay un problema entre dos seres humanos, lo único sano es buscar la manera de dialogar para encontrar soluciones. El silencio y la distancia solo generan más equívocos y, al final, no solucionan absolutamente nada.
tener una pareja ,un padre o una madre...asi...es terrible..

genera inseguridad..tristeza...dolor...mucha incapacidad para quererte...frustacion...

días sin hablarte...cuando uno ni recuerda porque..

lo sé de primera mano..

no deja de ser un maltrato

pero se sale..un dia se sale de ese oscuro lugar...
 
tener una pareja ,un padre o una madre...asi...es terrible..

genera inseguridad..tristeza...dolor...mucha incapacidad para quererte...frustacion...

días sin hablarte...cuando uno ni recuerda porque..

lo sé de primera mano..

no deja de ser un maltrato

pero se sale..un dia se sale de ese oscuro lugar...
Si alguien me trata así ya sé lo que debo de hacer: romper con el/la.
 
tener una pareja ,un padre o una madre...asi...es terrible..

genera inseguridad..tristeza...dolor...mucha incapacidad para quererte...frustacion...

días sin hablarte...cuando uno ni recuerda porque..

lo sé de primera mano..

no deja de ser un maltrato

pero se sale..un dia se sale de ese oscuro lugar...


Puede suceder con cualquier persona que te puedas encontrar. Pero, desde luego, con el padre o la madre es terrorífico. La fuerza interna que adquieres para salir adelante es enorme. El ser humano tiene un potencial infinito para sobrevivir a los malos momentos. Es un mérito enorme haber encontrado este potencial y seguir adelante.
 
Aprender a sortear este tipo de situaciones

A veces la ley del hielo se aplica entre dos personas que se tienen mucho afecto, como los miembros de una pareja, grandes amigos, hermanos, etc. Algunos piensan que al imponer ese régimen el otro va a cambiar algún comportamiento o va a hacer que el otro haga lo que ellos quieren que haga. Lo consideran casi una herramienta educativa. Sin embargo, están muy equivocados. Ignorar al otro como una forma de castigo solo destruye las relaciones.

Amigos-reunidos.jpg


Como muchas tácticas, en el fondo defensivas y frutos de la inseguridad, esta revela una mala gestión de la comunicación. El silencio es sano cuando hay mucha exaltación y se hace necesario hacer una pausa antes de agravar lo que sucede. Sin embargo, cuando se usa como medio de control o de castigo se convierte en abuso.

Nadie debe permitir pasivamente ser ignorado por otro, al menos no sin tener una explicación de su comportamiento. Tampoco nadie debe intentar resolver un conflicto a través de la ley del hielo. Cuando hay un problema entre dos seres humanos, lo único sano es buscar la manera de dialogar para encontrar soluciones. El silencio y la distancia solo generan más equívocos y, al final, no solucionan absolutamente nada.
No todo se arregla hablando. Para que el diálogo sea efectivo, es necesario que los dos estén dispuestos a escuchar y a rectificar. Si no es así, no sirve de nada que uno se esfuerce.
En situaciones que llevan muchos años y que ya están enquistadas, cada uno tiene que valorar si merece la pena arreglar la situación o es mejor romper con esa persona.
Nadie está obligado a arreglarse y a reconciliarse siempre con todo el mundo, ni siquiera con los más cercanos.
 
a veces es la ùnica forma de preservarse de personas tòxicas...no la aplicaria jamas con mis hijos o padres pero reconozco que debì hacerlo con una "amiga" que me estaba enfermando...menos mal que me pusieron sobre aviso y la manera que encontrè para cuidarme fue no volver a dirigirle la palabra...no me enorgullezco pero no tuve realmente alternativa.
 
@Bombilla @Toisona @Annette
Estoy de acuerdo en todo lo que decís.

El peor de los casos es cuando se produce entre familia. O, como una simple actitud, por costumbre o por castigo...
Pero, pienso que primero hay que intentar hablar para deshacer malos entendidos, si los hay. Y, si la otra persona, no está dispuesta a dialogar, no se puede hacer nada. Un@ ya ha intentado tomar el mejor camino, con la mejor intención. El resto, depende del otro...

Yo, he tenido que dejar de hablar a una persona, con la cual nos veíamos a diario en un curso... Tenía, muy buena relación con ella. Pero, le dio por burlarse de mí en público, por hacerme mofa día sí y día también... Todo, debido a que, en un trabajo que debíamos hacer en grupo, le dije que ya lo acabaría haciendo sola, porque a un día de entregarlo, ella no se movía, ni hacía nada... Más bien el mal trato me lo dispensó, ella de otro modo. Mi reacción en dejarle de hablar fue por su burla.

También me ha pasado, en el sentido familiar... como describe Toisona. Es duro. Pero, te hace muy fuerte y te desarrollas con unos valores que te hacen crecer mucho como ser humano.

Y, también me ha pasado alguna vez, como últimamente, que dices "qué caray ha pasado? Si mi actitud en todo momento ha sido la correcta..." y, la otra persona, en vez de aclararlo, prefiere no dialogar y quedarse con el malentendido y su actitud despectiva.

Imagino que el artículo habla más bien de situaciones que son duras. Porque, por una vez que ocurra, y por un caso evidente como es el tuyo, Annette. O, como el que me encontré con esta chica del curso... más bien, el mal trato se ha dado por la otra parte. Nuestra reacción se ha debido a este maltrato.

Todo depende de la intensidad y de la frecuencia...
 
El artículo dice que la ley del hielos puede causar sentimientos negativos en la persona a la que se le aplica, pero el que la aplicaca dudo mucho que la pase muy bien que digamos, ser que pretende menospreciar y manipular me suena a que es un amargado!!!

Cuando tienes compañeros de trabajo o coincides con personas que no son de tu círculo cercano, pero que son gente jodona, lo mejor es saludarla y hasta ahí!!!
 
Muy interesante este asunto.A mí,por suerte no me ha pasado,pero en mi trabajo a mi jefe directo sí,hay veces que la directora se enfada por algo,no sabemos qué y,o bien le ignora,o bien le habla de malas formas o es muy antipática con él.Lo segundo también lo hace con los demás,a veces ignorar y a veces ser borde,nunca sabes porque,a veces lo averiguas porque captas alguna conversación de ella con otra persona y a veces no.A él le afecta mucho,a mí ya me da igual,yo si me habla y noto que está en plan borde le contesto normal,en unos días se le pasa.Mi jefe le da muchas vueltas al coco,sobre todo cuando le ignora,yo paso muchísmo,ella tiene un problema,pero es de ella,yo no tengo que cargar con él.
Desde luego que alguien te ignore a diario,y si la situación se sostiene en el tiempo,debe ser devastador y cuando ya es de tu propia familia.......una situación que debe ser más dura si cabe.
Debe ser un trabajo interior arduo asumir que el problema lo tiene esa persona,que evidentemente lo tiene,nadie que goce de un mínimo de empatía le hace algo tan feo a una persona,las cosas se hablan y se solucionan o al menos se muestra el desagrado,pero ignorar.....horrible,además de ser un tipo de maltrato.
 
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