- Registrado
- 9 Oct 2016
- Mensajes
- 14.323
- Calificaciones
- 96.752
11'
UN RELATO ATERRADOR
El mayor misterio de la década: el vídeo del ascensor del Cecil Hotel
en 'Matter', probablemente el periodista que ha estudiado más a fondo todo el caso, en un extensísimo reportaje en el que aporta nuevos detalles desconocidos de la historia, “ninguna de las posibilidades tiene mucho sentido”.
Un grupo de bomberos trabaja para sacar el cadáver del tanque. (Reuters)
21 de junio de 2013: ¿caso cerrado?
Cinco meses después de la desaparición de Elisa la policía hizo publico el informe sobre su caso. La joven había muerto ahogada en el tanque. La autopsia no reveló ningún trauma ni intoxicación. La policía había descubierto además que Elisa sufría un trastorno bipolar que, en su opinión, había sido parte importante de lo que calificaron oficialmente como un accidente.
“La investigación policial no encuentra evidencias de acto criminal”, explica el informe. “Un completo análisis de las circunstancias del caso no apoya la idea de que tuviera la intención de perjudicarse a sí misma. La forma de la muerte se clasifica como accidente”.
Para la policía el caso acabó aquí.
Pero no para internet.
El 'lobby' del Hotel Cecil. (Alejandro Jofré/CC)
Un hotel con una macabra historia
Nada más publicarse el vídeo del ascensor, las teorías sobre la muerte de Elisa crecieron como esporas. Además de las típicas conspiraciones que rodean a este tipo de vídeos –“se ve un zapato en el minuto 2:27”, fue una habitual, así como “faltan partes del vídeo”, algo que podría ser cierto aunque parece un defecto de la cámara sin mayor importancia– de lo primero que se percataron los detectives amateur es de la peculiar historia del Cecil Hotel.
El cochambroso edificio ha tenido un dilatado papel en la historia criminal de Los Ángeles. En sus habitaciones se han hospedado dos famosos asesinos en serie, Richard Ramirez, que se cargó a 14 vecinos de LA en el verano de 1985 y Jack Unterweger, un criminal australiano que mató a más de una decena de prost*tutas en los noventa, tres de ellas durante su estancia en el Cecil. También había rumores de que fue uno de los últimos lugares en los que se vio a Elizabeth Short, más conocida como Black Dhalia,la protagonistas de uno de los crímenes más mediáticos de la historia. A esto hay que añadir un asesinato, en 1964, y al menos tres suicidios.
La historia delictiva del hotel avivó todo tipo de teorías conspiratorias. Sí, son probablemente falsas, meras coincidencias. Pero vaya coincidencias.
Probablemente Elisa se metió en el tanque tratando de huir de una amenaza inexistente. Una vez allí puede que intentara escapar, pero estaba atrapada
Durante el tiempo de la desaparición de Elisa, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades desplegaron un equipo de médicos para detener un brote de tuberculosis en Skid Row, el barrio donde se encuentra el hotel. Según el director del Departamento de Salud Pública de L.A. se trató del mayor brote de la enfermedad de la década. Pese a esto, habría pasado a la historia sin pena ni gloria si no fuera porque los detectives de internet se percataron de que el test específico que se utilizó para identificar a las potenciales víctimas tenía un nombr muy curioso: LAM-ELISA.
Como explica Dean en su extenso texto sobre el caso, cualquier epidemiólogo sabe que LAM-ELISA es el test estandar para detectar la tuberculosis en humanos y su nombre viene de la combinación de “Lipoarabinomannan”, un marcador celular presente en la enfermedad, y “Enzyme-Linked Immunosorbent Assay” ('ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas'), una prueba común en medicina conocida en todo el mundo como ELISA.
No es la única coincidencia que da miedito. En cuanto salió a la luz el caso, muchas personas empezaron a pensar que la historia les sonaba de algo. Y no es para menos. La muerte de Elisa es muy similar a la que narra la película 'Dark Water' ('La Huella', en España), un film deterror japonés de 2002, que tuvo su 'remake' hollywoodense en 2005.
La película, basada en un relato original deKōji Suzuki, cuenta la historia de Dahlia, una mujer que se muda a un antiguo apartamento con su hija Cecilia. El piso parece estar encantado y los fantasmas no dejan de aparecer en el ascensor y en forma de agua turbia que gotea en los grifos y en el techo. El responsable de mantenimiento del edificio es incapaz de tapar la fuga así que Dahlia trata de arreglarla ella misma: sube a la azotea del edificio, abre el tanque de agua y, en el interior, se encuentra el cuerpo de una chica desaparecida.
Vista de la fachada lateral del Cecil Hotel. (ZhengZhou)
En busca de una explicación
Dean estuvo obsesionado con la historia de Elisa y llegó a viajar a Los Ángeles para conocer el hotel. Estaba convencido de que Elisa fue asesinada, pero ha sido incapaz de encontrar nada que apunte en esta dirección. En su opinión no hay margen para otra explicación que la que sigue: Elisa, que estaba luchando contra su trastorno psíquico, sufrió algún tipo de episodio psicótico en el hotel, un ataque paranoico, lo que explicaría su extraño comportamiento en el vídeo y lo que acabó haciendo: subir a la azotea, escalar a lo alto del tanque, abrir la escotilla y meterse dentro. Probablemente Elisa se metió en el tanque tratando de huir de una amenaza inexistente. Una vez allí puede que intentara escapar, pero estaba atrapada y se acabó ahogando.
“En el panteón de muertes accidentales esta es sin duda extraña”, cuenta en 'Matter'. “Cada vez que cuento la historia tengo mis dudas. Pero en ausencia de la más mínima prueba alternativa es la mejor respuesta posible. Honestamente, es la única que tiene sentido, aunque no tenga demasiado”.