Harta

Muchos tíos metidos en casa - sobre todo si son ya mayorcitos - se vuelven muy porculeros. Necesitan trabajar fuera y volver cansados. Mi vecino de arriba (ahora ex-vecino) vivía solo y no había rato dentro de casa sin dar por saco: arrastrando muebles, tirando cosas al suelo... Parece mentira que no tuviera nada con que entretenerse, ni tv, ni internet, ni libros para estarse quieto...
Si trabajas en la limpieza y te dice que cómo trabajando en el sector la casa está sucia, yo le soltaría el mocho y le diría que en casa del herrero, cuchillo de palo. Y si te dice que algo está roto, le dices que lo arregle él, que para eso está en casa.
Lo peor es que beba. Eso se lo tendría que mirar sí o sí.
 
Esto es el síndrome del pensionista, que lo llama mi madre. Ella es una estudiosa el fenómeno. Hace años cuando los maridos de sus amigas se retiraron, varias contaban que habían cambiado y les hacían la vida imposible a sus mujeres. Incluso echándoles en cara que habían sido unas vagas toda la vida, te puedo asegurar que no era así. Son personas que en realidad nunca habían convivido aunque llevaban 40 años casadas.
Esto sólo se arregla hablando. En el caso de amigas de mi madre hubo hasta una separación.
Esta amiga por ejemplo se levantaba hacía los desayunos, los dormitarios y cuando ya marido e hijos salían de casa hacía un descanso, se tomaba un café y leía el periódico. Para después proseguir sus tareas que eran muchísimas porque tenían una casa grande y un jadín hermoso que viviendo en el sur necesitaba mucho riego. Pus por esta pausa para el café y leer el periódico le dijo que lo había estado engañando toda la vida y que en realidad había estado tomándose el ... , ya sabéis. Así de fino se lo dijo.
Estos acabaron en divorcio. Los otros todo fue mejorando y ellos acabaron siendo marujos, pero activos, colaborando, haciendo proyectos para ordenar ls tuppers y esas cosas. Pero estos mátrimonios han hablado mucho, han intentado comprenderse.
Yo esto también lo he visto.
Pareja que se jubilan prácticamente al mismo tiempo. Y por primera vez en todos los años que llevan casados, empiezan a pasar tiempo juntos.
A él ya no se le ve por la calle, a ella se le ve en el súper haciendo recados y ha envejecido 30 años por lo menos.
Se separan y ella se quita 40 años de encima, está radiante, viste juvenil con colores alegres, se apunta al gimnasio y a diversas actividades, hace viaje con amigas…
Ay que ver lo que hace quitarte de encima a alguien que te contagia su amargura y pocas ganas de disfrutar la vida.
 
Pues si tan activo es que limpie él la casa, y si no puede con los dos brazos, que lo haga con uno, así se cansa más aunque tarde dos semanas en limpiar la casa entera. O que se vaya a dar vueltas por el pueblo y vuelva arrastrando los pies. O que aprenda a hacer flexiones con una mano. Será por cosas que puede hacer para cansarse, pero el decide alcoholizarse. Yo me hubiera ido a por tabaco y no hubiese vuelto.
 
Esto es el síndrome del pensionista, que lo llama mi madre. Ella es una estudiosa el fenómeno. Hace años cuando los maridos de sus amigas se retiraron, varias contaban que habían cambiado y les hacían la vida imposible a sus mujeres. Incluso echándoles en cara que habían sido unas vagas toda la vida, te puedo asegurar que no era así. Son personas que en realidad nunca habían convivido aunque llevaban 40 años casadas.
Esto sólo se arregla hablando. En el caso de amigas de mi madre hubo hasta una separación.
Esta amiga por ejemplo se levantaba hacía los desayunos, los dormitarios y cuando ya marido e hijos salían de casa hacía un descanso, se tomaba un café y leía el periódico. Para después proseguir sus tareas que eran muchísimas porque tenían una casa grande y un jadín hermoso que viviendo en el sur necesitaba mucho riego. Pus por esta pausa para el café y leer el periódico le dijo que lo había estado engañando toda la vida y que en realidad había estado tomándose el ... , ya sabéis. Así de fino se lo dijo.
Estos acabaron en divorcio. Los otros todo fue mejorando y ellos acabaron siendo marujos, pero activos, colaborando, haciendo proyectos para ordenar ls tuppers y esas cosas. Pero estos mátrimonios han hablado mucho, han intentado comprenderse.
Jajajajajajajajaja buena forma de solucionar problemas jaajjaajjaja
 
De todo lo que cuentas, lo de la bebida es lo que más me chirría. Yo creo que debes hablar muy en serio con él, aunque te dé miedo lo que puedas encontrarte.
Para mí eso es una línea roja, yo no querría un borracho en mi vida.
Es duro decirlo, pero si una relación ya no es lo que era y solo te da disgustos y sufrimientos, puerta. Lo pasas mal un tiempo, hasta que lo superas. Pero luego ganas una vida.
 
Menudo gilipollas...lo siento pero eso de recriminarte a tí todo cuando él está en casa....se cree que eres su criada o qué. Y lo de la bebida, ni que decir....muchos tíos no saben divertirse o entretenerse de otra manera, pero esa es la más perjudicial para él y para quién lo tiene que soportar.
Ponle los puntos sobre las íes y sino reacciona, haz la maleta y que lo aguante su p.m.
No te mereces eso.
 
A mi no me sorprende para nada esta historia.
Seguid aguantando patanes que os tratan de pornochacha que paga al 50%.
Ellos están encantados, os lo aseguro.
Totalmente. Quiere que se mate a trabajar dentro y fuera de casa, mientras él se la toca a dos manos y se emborracha y encima la infravalora, con quejas y quejas....no sé cómo no le tira un zapato a la cabeza...
 
Pff, pues me da que ha acudido a la bebida como medida para afrontar su frustración.

Llevo casi 18 meses de baja por operación de cadera y sinceramente, tuve que alejarme de familiares que actúan con ese síndrome de pensionista porque lo son. El problema: no había nadie que supiera hacer las cosas bien, ni mis médicos, ni mis rehabilitadores ni yo. Y a día de hoy, siguen pensando lo mismo. Si no me hubiera alejado, ni hubiera avanzado y lo más probable es que me habría deprimido.

Y yo tenía que adaptarme a mi nueva situación, adoptar rutinas de nuevo y aprender a cómo hacerlas poco a poco sin acabar hecha una mierda a la media hora. Que es algo que pasa te guste o no. Tu cuerpo no reacciona como antes.

Hay personas que tampoco saben aceptar que temporalmente, o no, su situación es distinta. No sé si este es el caso, pero me da la impresión de que necesita ayuda externa.

¿Está haciendo rehabilitación, o alguna actividad que le guíe un poco la jornada?
 
Pero cómo puede ser que permitas que al volver del trabajo te recrimine que la casa está sucia alguien que lleva todo el día metido en casa tocándose las pelotas?

Es que en el momento en el que te lo dice no entiendo cómo de ti no sale un: "y por qué no lo has limpiado tú en las 8 horas que llevo trabajando?"

De verdad prima, no es tolerable que alguien con todo el día libre le eche en cara NADA a quien acaba de volver del curro.

Reorganiza tus principios porque aquí veo una sola salida. Mandarlo a tomar por culo.
 
No he leído las respuestas aún, pero cuando un hombre trabaja y es la mujer la que se queda en la casa, se espera que sea ella la que limpie y cocine. Si eres tú la que trabaja y la que pone el dinero, ¿por qué él espera que mantengas también la casa? ¿Cuándo trabajabais los dos también lo hacías tú todo?
 

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