Carolina a robado a los españoles, con sus viviendas, por no declarar lo que le correspondía.
Al parecer Dani Mateo ha hecho lo peor que puede hacer un español.
Y no ha sido robar sistemáticamente durante años a su país.
Tampoco asesinar a nadie....
Lo que ha hecho es hacer una broma con la bandera española como protagonista.
Hay muchas formas de querer a tu país, tantas como cuerpos lo habitan.
En una de esas múltiples maneras puede darse la circunstancia de que para ti la bandera no signifique nada o signifique una cosa que quieres cuestionar.
Yo sí creo que el humor tiene un límite y es cuando no sirve para plantearnos cosas, para tensar la realidad, para hacer de espejo, cuando solo perpetua la opresión o el dolor hacia un colectivo ya de por sí oprimido.
Por eso no me hacen gracia los chistes de homosexuales, de gitanos, negros o chinos o los chistes machistas.
Porque solo contribuyen a que se rían los de siempre de los de siempre.
Por el contrario creo en el humor como forma de plantearse cosas.
Sonarse los mocos con una bandera no es una falta de respeto a los españoles, es una pregunta, porque el humor también se pregunta cosas.
¿Qué es ser español o española?
A mí no me parece ofensivo que alguien le dé un valor distinto (o ningún valor) a símbolos que para mí tienen relevancia.
Porque no puedo pretender que el mundo sea el mismo para toda la gente.
Y es cuando intentamos imponer el sentimiento sobre algo cuando surge el fanatismo.
Decía Amos Oz haber inventado la medicina contra el fanatismo, que el sentido del humor es un gran remedio y que jamás ha visto en su vida a un fanático con sentido del humor.
Si no te hace gracia el chiste de Dani Mateo, no le rías la gracia y ya está.
Pero no le linches.
Porque lo que no puede ser es que le crees un terror preventivo.
Una censura, un castigo, una amenaza, el secuestro de su libertad.
Porque no hay nada peor que alguien que quiera hacer reír, se sienta aterrorizado.
No es justo.
Porque la risa es lo contrario al miedo.
Un lugar en el que las ideas pueden florecer.
Y un escudo contra el odio, la guerra y la muerte.
No es mío, pero lo suscribo totalmente.