Ernest Urtasun aboga por superar el «marco colonial» de los museos estatales

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El ministro de Cultura promete crear un organismo para luchar contra la censura​


El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, abogó este lunes por revisar las colecciones de los museos estatales con el fin de superar un «marco colonial anclado en inercias de género y etnocéntricas que han lastrado, en muchas ocasiones», la concepción de la cultura. Urtasun, que compareció a petición propia en la Comisión de Cultura del Congreso, aseguró que esta nueva visión ya se ha incorporado en el Museo Nacional de Antropología y el Museo de América. «Se trabaja en visibilizar y reconocer la perspectiva de las comunidades y la memoria de los pueblos de los que proceden los bienes expuestos», apuntó. El ministro dijo que el Gobierno luchará contra la censura, para lo cual se creará un organismo con rango de dirección general.


Urtasun subrayó la necesidad de que el ejercicio de la cultura «no pueda restringirse mediante ningún tipo de censura previa». «La creación y producción cultural sufren un momento histórico de cambio en el que la censura y la injerencia política ganan terreno en la gestión cultural pública».
El titular de Cultura anunció que tratará de adoptar una «postura firme contra cualquier forma de censura», poner atención a la promoción de «condiciones dignas para el trabajo cultural» y garantizar que todos los ciudadanos, independientemente de su origen», tengan acceso equitativo a los recursos y oportunidades culturales así como «interconectar» educación y cultura.
En el terreno legislativo, Urtasun dijo que el Ministerio impulsará una nueva Ley de Patrimonio; desarrollará la Ley del Inaem y acometerá la reforma de la Ley del Cine. El proyecto se publicará en las próximas semanas con el objetivo de que culmine su última fase del debate parlamentario. Urtasun apeló a la necesidad «urgente» de proteger también dos lenguas minoritarias, el aragonés y el asturiano, que no son cooficiales pero que «están reconocidas por sus estatutos de autonomía».
 

Los museos nacionales ignoran aún cómo descolonizar sus discursos y colecciones, según la indicación del ministro Urtasun​

El sector carece de un informe que detecte las obras susceptibles de ser consideradas como expolio colonial.


Directivos y representantes de tres museos nacionales consultados por EL MUNDO han reconocido que el Ministerio de Cultura no les ha explicado hasta ahora en qué consiste su demada de descolonizar su discurso y su colección, de acuerdo con lo anunciado ayer por el ministro Ernest Urtasun ante la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados. Los profesionales cuestionados han explicado que no son conscientes de que sus instituciones incluyan en este momento obras susceptibles de ser consideradas como arte expoliado. En su opinión, por ahora, la dirección de Urtasun es una línea editorial, más que como un compromiso de restitución de obras de arte y antigüedades a los países supuestamente perjudicados.
La interpretación que hacen los profesionales del arte de los museos estatales es que el equipo de Urtasun espera extender el interés por los estudios y las interpretaciones poscoloniales del arte que ha desarrollado el Museo Nacional Reina Sofía al menos desde 2012, el año en el que impulsó el proyecto Península.

El vicepresidente valenciano, Vicente Barrera, este martes.


Estatuilla de un cacique quimbaya, en el Museo de América de Madrid.



¿Qué es Península? La presentación oficial habla de una "plataforma de debate" pero, en el fondo, es una programación de conferencias y publicaciones académicas portagonizadas por comisarios de arte e investigadores que tratan sobre "arte, colonialidad y curaduría en relación a la historia de España y Portugal". Además, el Reina Sofía ya incluyó el colonialismo como uno de los ejes de la reprdenación de su colección permanente en 2021. El Museo no se ha planteado aún la legitimidad de sus obras pero sí que ha primado las que hablan de la opresión colonial en el siglo XX, junto a otros temas como el cuerpo, la identidad, la diversidad sexual o la contestación político-artística.
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Urtasun anuncia una "revisión" de los Museos Estatales para "superar un marco colonial"

«En Bélgica hay un museo sobre África terrorífico, racista, colonialista, espantoso... Y Bélgica ha cambiado radicalmente su museo. Creo que es algo que nosotros, poco a poco, tenemos que empezar a hacer. ¿Cómo lo haremos? Aún estamos mirando medidas concretas, pero nosotros hemos heredado esa cultura colonial que tenemos que ver y gestionar...». Hace unas semanas, Urtasun justificó su política de descolonización con ese símil en una entrevista en la Cadena SER. ¿Cuáles son las piezas que pueden compararse con el viejo estilo del Museo Africano de Bruselas, la institución a la que se refería Urtasun? No hay mucha certeza al respecto.
Ni el Museo Arqueológico Nacional ni el Museo del Prado ni la Galería de Colecciones Reales incluyen en sus colecciones arte americano prehispánico o colonial significativas ni muestran piezas africanas de valor etnográfico o, al menos, no hay un informe que detecte casos como el de los mármoles de Elgin del Museo Británico. El Museo de América de Madrid sí que custodia el conflictivo Tesoro de los Quimabayás, un conjunto de objetos de oro que formaban parte de un ajuar funerario de hace al menos 1.400 años y cuya reposición ha solicitado la República de Colombia. Conviene recordar que las piezas llegaron a España como un regalo del Gobierno de Bogotá a la regente María Cristina, que había mediado en un conflicto territorial con Venezuela. No es fácil justificar un caso de expolio colonial en su historia.

También es conflictivo el legado del poeta Juan Larrea, que en 1930 estuvo en Perú y que se gastó su herencia familiar en comprar antigüedades cusqueñas. Es sabido que Larrea sobrepagaba por las piezas y que compraba compulsivamente. A veces adquiría colecciones privadas y a veces pagaba a recolectores de restos arqueológicos. Su colección inauguró el pabellón del Trocadero en París y fue donada a la II República Española. Al cabvo d elos años, fue una parte nuclear de la colección del Museo de América. La mayor parte de sus 562 piezas son útiles artesanales, pero hay más de una obra excepcional. En 1960, Larrea, consciente de que su conducta en 1930 era censurable, reclamó que la obra más destacada, la cabeza del Inca Viracocha, fuera devuelta a Perú,
"En España no vamos a encontrar tesoros expoliados como los de otros países porque el coleccionismo occidental fue una cultura del siglo XIX y llegó tarde para España", explica José Piqueras, catedrático de la Universitat Jaume I de Castellón de Estudios Coloniales. "La extracción de riquezas de la Monarquía Hispánica se centró en los metales, no en las obras de arte". En opinión de Piqueras, los museos de España aún tienen que explicar que el esplendor del arte en España responde en parte a la riqueza que América inyectó en la economía de la península.

El Museo de América fue ideado por primera vez en los años de la II República a partir del material recolectado en expediciones científicas de los siglos del virreinato. Despuésnació, aunque como un proyecto muy precario, durante la dictadura. El franquismo le dio una impronta más bien anacrónica de hispanismo imperialista que ha sido refutado en estudios y ponencias pero que ha perdurado hasta hoy, según José Piqueras. El catedrático de la Universitat Jaume I sostiene que el problema está en la explicación del pasado más que en su colección. "Se cuenta que había africanos pero no se cuenta por qué llegaron a América. Se cuenta que había mucha mortalidad entre la población nativa y no se explica la razón". En 2023, el Museo de América recibió a 86.934 visitantes.
Los representantes del Ministerio de Cultura declinan dar más explicaciones sobre el significado y la aplicación de su política de descolonización, pero recuerdan que el Gobierno ya empezó a trabajar en esa línea durante la anterior legislatura, cuando Miquel Iceta dirigía Cultura.

 
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