*Siguiendo con otra experiencia que tuve en esa comarca de Lleida, voy a contar la segunda (me ocurrieron 4 historias raras, aunque solo las cuento como tres ya contaré por qué) en la misma época, en el mismo entorno, en el mismo año, separadas por unos meses, me cito a mi misma para no repetirme mucho, y seguir el hilo.
-Aprovecho
para dar las gracias a todas las primas que han calificado la historia.
Esto ocurrió en Ponts en Lleida, donde habíamos alquilado una casa para vivir un tiempo por el trabajo de mi marido, y que había pertenecido a un ex-alcalde del pueblo que además era músico, y había dado clases en aquella casa.
Esta casa estaba enfrente del parque principal o núcleo principal del pueblo, y tenía 4 plantas, a veces la veo aún en Google Maps.
-La tercera experiencia me ocurrió en la casa, y la cuarta en el río de Segre en el tramo cerca de Ponts,
pero hoy vengo a contar la segunda, que me ocurrió en ese parque.
El gran ventanal de la casa era de esos que se ven todos los lados, derecha, izquierda y centro, y que sobresalen de la fachada.
Me gustaba mirar al centro sobre todo porque se veía el parque que era precioso muy bien cuidado, y además quería ver quién estaba, aunque el pueblo era pequeño y no solía haber mucha gente en el, y no conocía a casi nadie, excepto a algunos compañeros de mi marido que también estaban trasladados allí, algunos con sus mujeres.
Siempre miraba cuando salía para que no hubiera nadie, más que nada por uno de mis perros que era muy "broncas", y si se despistaba no hacía sus necesidades, y me tenía horas vagando de un lado a otro hasta que las hacía.
Hay que recordar que yo estaba embarazada, y la verdad no tenía ganas de dar paseos por sitios que apenas conocía.
En esta comarca hay mucha niebla en invierno, pero niebla espesa casi no se ve nada, y oscurece muy pronto sobre las 16:30 del mediodía ya casi es de noche. ¡Ríete de Londres!.
Nunca había visto cosa igual, yo soy de Madrid y por mucha niebla que pudiera haber siempre se ve, ¡claro que seguro que por las farolas!, y en este pueblo había poca iluminación.
-Resumo salí al parque sobre las 6 de la tarde, no se veía casi nada ya, la niebla era muy baja, casi no veía ni a mi perro, que estaba atado a mi lado.
De repente apareció un hombre de unos 40 años o menos, hermosote, cachas, con camisa blanca y manga corta (con el frio que hacía), se acerco tanto que pude verlo perfecto a pesar de la niebla, y me dice:
-"Hola, soy compañero de tu marido", ¿Qué haces aquí con el día tan malo que hace?, creo que me conto tu marido que estabas embarazada ¿verdad?.
Todas estas preguntas me las hizo juntas de golpe, estaba muy sorprendida, apareció de la nada o de la niebla avasallando con preguntas.
Le conteste de seguido también:
-¡ah! pues mucho gusto, estoy sacando a mis perros, sí, estoy embarazada.
Además sabía mi nombre, yo el suyo no, le pregunte, no me lo llego a decir en ningún momento, de repente me dice:
-Ojala tengas suerte con el embarazo ¿quieres que te diga por la palma de tu mano que tal te irá?
Alucine mi marido tenía un compañero adivino que leía palmas de las manos, que ¡fantasía!.
Le abrí la mano que no llevaba las correas de mis perros, es decir la mano izquierda, no sé como iba a leer nada con esa niebla de hecho no me vi ni yo la mano y menos líneas, ¡que locura! recuerdo que pensé.
-Cogió mi mano
que mosqueo tenía yo en ese momento, ¡dios!, nadie se lo puede ni imaginar
Y de repente me habla pero con diferente voz, como otra voz con otro registro más dulce, y con un tono más bajo:
-Vas a perder al bebe, pero no te asustes vas a estar bien. ¡Cuánto lo siento!,
y se despide de mi con un "adiós" andando hacía dentro del parque difuminándose con la niebla.
Antes de irse como me quede en shock, le vi alejarse malamente porque la puñetera niebla no me dejo ver mucho, y le pregunte chillando ¿Cómo te llamas?... no me contesto
Estaba deseando que llegase mi marido del trabajo para preguntarle por ese compañero, cuando lo hice y le describí no lo conocía.
Hay que aclarar que solo eran 6 compañeros más la secretaría, y luego en los días siguientes los conocí a todos, porque quería ver a todos sus compañeros, pero ese hombre del parque no estaba y nunca más lo volví a ver, (estuve allí un año)
Y para resumir, y finalizar esta experiencia, porque todo aquello me causo una ansiedad tremenda, efectivamente perdí a mi bebe.
-Pero tuve antes de perder a mi niño, 2 experiencias más, todo esto ocurrió en los 4 primeros meses del año completo que estuve allí.
Espero que no haya sido muy largo. Gracias por leer.