Madre mía, pobre Zara. Con el estómago revuelto me he quedado con la noticia. Yo al contrario que la mayoría de las primas no le deseo la pena de muerte, al contrario, le deseo una vida muy larga en prisión rodeado de compañeros muy cariñosos y bien dotados que quieran hacer con él todos los días lo mismo que hizo con la pobre niña.