Creo que no hay ningún tema que abarque esto, si me equivoco mil perdones.
En el hilo de cómo conocisteis a vuestras parejas hablé de un amigo al que bauticé como Torcuato (que es un nombre de guasa, no salgáis corriendo). Este chico está obsesionado conmigo y ya no sé qué hacer con él.
Nos conocimos en el colegio, teníamos 10/11 años o así. Nos gustábamos, pero ya sabéis, lo típico infantil, ni hablábamos porque nos daba vergüenza. Luego entramos al instituto y coincidimos en el mismo grupo de amigos. Con el tiempo nos hicimos muy íntimos. Creo que teníamos 13 años cuando reconocimos que nos gustábamos y demás. No llegamos a ser novietes como tal, éramos muy amigos y de vez en cuando nos dábamos algún besito inocente y poco más.
Torcuato era un chiquillo muy pedante y egocéntrico. Siempre quería demostrar que era más inteligente que los demás, que sabía usar más palabrejas raras y conocía más tecnicismos que nadie. Si has estudiado Economía cuidado que viene el Torcuato a contrariarte en absolutamente todo lo que digas sobre la crisis y el PIB porque él sabe más que tú. Si eres médico cuidado con el Torcuato que conoce más enfermedades que tú. Y así todo. Lo que hoy en día es un cuñado, vamos
(Aclaración: estoy hablando en pasado pero hoy día es exactamente igual)
Nos sentíamos muy atraídos pero a la vez nos llevábamos como el perro y el gato, porque él siempre necesitaba pasar por encima de los demás y demostrar su supuesta superioridad, mientras que yo soy muy peleona y tengo mucho carácter, si algo me molesta jamás me callo. Discutíamos constantemente, incluso nos insultábamos, pero al final caíamos y nos buscábamos… Era muy tóxico, teníamos mucha dependencia mutua.
Pasan los años y seguimos igual, con el extra de que ahora sí nos enrollábamos. Éramos un dolor de cabeza constante para el otro, hasta que yo dije hasta aquí hemos llegado porque nuestra relación si es que puede llamarse así es absurda. Corté también la amistad. Pero él no lo aceptó. Cabe decir que éramos vecinos. Sabía mis horarios, me esperaba en la parada del bus, o bajaba a comprar pan y me lo encontraba en las escaleras del descansillo esperándome… Cosas así. Estaba empeñado en que hiciéramos las paces. Poco después conocí a mi pareja y a Torcuato le sentó como un tiro, porque además se conocían de antes.
Cuando me fui a vivir con mi pareja se rompió el contacto, ya que lo tenía bloqueado en Whatsapp y Torcuato ya no sabía donde vivía, no podía hacerse el encontradizo. Estuve 4 años sin saber nada de él.
Hasta que un día me cuenta una amiga que se lo ha encontrado y que él le ha pedido mi dirección actual (no se la dio, lógicamente). Para entonces yo ya vivía en otra ciudad. Torcuato le cuenta a mi amiga que está en tratamiento psiquiátrico porque no puede olvidarme
Poco después, encuentra mi Twitter y me escribe un montón de tuits. Os resumo algunas perlitas:
Quedaos con estas cuatro cosas porque son las que va a repetir en bucle más adelante.
Bloqueo su cuenta. Pasa el tiempo. Se hace otra cuenta y me pone otro montón de tuits con lo mismo. Bloqueo esa cuenta. Luego Torcuato, que a cabezota no le gana nadie, encuentra mi Facebook y hace exactamente lo mismo. Bloqueo su cuenta. Se hace otra. Y así unas cuantas veces.
Pasa el tiempo, veo que Torcuato está empeñado en hacerse diez millones de cuentas, y digo, mira, ignorarle no está sirviendo, voy a hablar con él. Le pedí su número a una amiga en común e intenté hablar con él seriamente, como adultos, pero ERROR. Seguía siendo el mismo niñato de 13 años que se cree superior al resto y sumamente egocéntrico. Primas, resulta que Torcuato estaba convencido de que yo estaba enamorada de él y según me decía me lo estaba poniendo fácil para que dejara a Lord Ren y me fuera con él. También, según Torcuato, me había casado por conveniencia económica Y decía en bucle esos cuatro conceptos que he puesto antes, de ahí no le sacabas.
Total, que me puso de muy mala hostia y le bloqueé, viendo que ni ignorarle ni hablar con él resultaba. Pero ¿qué hizo Torcuato? Pues desde entonces cada pocos meses me habla desde otro número (serán de familiares o amigos, no sé) para decirme las cuatro idioteces de siempre. Y ya no sé cómo tomarme esto, bueno, me lo tomo a guasa, pero no sé si estoy haciendo bien.
Pris, pido consejos si tenéis alguno y sobre todo también saber si conocéis historias similares, porque estoy segura de que habrá muchos Torcuatos por ahí.
En el hilo de cómo conocisteis a vuestras parejas hablé de un amigo al que bauticé como Torcuato (que es un nombre de guasa, no salgáis corriendo). Este chico está obsesionado conmigo y ya no sé qué hacer con él.
Nos conocimos en el colegio, teníamos 10/11 años o así. Nos gustábamos, pero ya sabéis, lo típico infantil, ni hablábamos porque nos daba vergüenza. Luego entramos al instituto y coincidimos en el mismo grupo de amigos. Con el tiempo nos hicimos muy íntimos. Creo que teníamos 13 años cuando reconocimos que nos gustábamos y demás. No llegamos a ser novietes como tal, éramos muy amigos y de vez en cuando nos dábamos algún besito inocente y poco más.
Torcuato era un chiquillo muy pedante y egocéntrico. Siempre quería demostrar que era más inteligente que los demás, que sabía usar más palabrejas raras y conocía más tecnicismos que nadie. Si has estudiado Economía cuidado que viene el Torcuato a contrariarte en absolutamente todo lo que digas sobre la crisis y el PIB porque él sabe más que tú. Si eres médico cuidado con el Torcuato que conoce más enfermedades que tú. Y así todo. Lo que hoy en día es un cuñado, vamos
(Aclaración: estoy hablando en pasado pero hoy día es exactamente igual)
Nos sentíamos muy atraídos pero a la vez nos llevábamos como el perro y el gato, porque él siempre necesitaba pasar por encima de los demás y demostrar su supuesta superioridad, mientras que yo soy muy peleona y tengo mucho carácter, si algo me molesta jamás me callo. Discutíamos constantemente, incluso nos insultábamos, pero al final caíamos y nos buscábamos… Era muy tóxico, teníamos mucha dependencia mutua.
Pasan los años y seguimos igual, con el extra de que ahora sí nos enrollábamos. Éramos un dolor de cabeza constante para el otro, hasta que yo dije hasta aquí hemos llegado porque nuestra relación si es que puede llamarse así es absurda. Corté también la amistad. Pero él no lo aceptó. Cabe decir que éramos vecinos. Sabía mis horarios, me esperaba en la parada del bus, o bajaba a comprar pan y me lo encontraba en las escaleras del descansillo esperándome… Cosas así. Estaba empeñado en que hiciéramos las paces. Poco después conocí a mi pareja y a Torcuato le sentó como un tiro, porque además se conocían de antes.
Cuando me fui a vivir con mi pareja se rompió el contacto, ya que lo tenía bloqueado en Whatsapp y Torcuato ya no sabía donde vivía, no podía hacerse el encontradizo. Estuve 4 años sin saber nada de él.
Hasta que un día me cuenta una amiga que se lo ha encontrado y que él le ha pedido mi dirección actual (no se la dio, lógicamente). Para entonces yo ya vivía en otra ciudad. Torcuato le cuenta a mi amiga que está en tratamiento psiquiátrico porque no puede olvidarme
Poco después, encuentra mi Twitter y me escribe un montón de tuits. Os resumo algunas perlitas:
- Eres la mujer de mi vida y no puedo olvidarte
- Deja a Lord Ren y cásate conmigo
- Sueño contigo todas las noches
- Tenemos una conexión especial y estamos destinados a estar juntos
Quedaos con estas cuatro cosas porque son las que va a repetir en bucle más adelante.
Bloqueo su cuenta. Pasa el tiempo. Se hace otra cuenta y me pone otro montón de tuits con lo mismo. Bloqueo esa cuenta. Luego Torcuato, que a cabezota no le gana nadie, encuentra mi Facebook y hace exactamente lo mismo. Bloqueo su cuenta. Se hace otra. Y así unas cuantas veces.
Pasa el tiempo, veo que Torcuato está empeñado en hacerse diez millones de cuentas, y digo, mira, ignorarle no está sirviendo, voy a hablar con él. Le pedí su número a una amiga en común e intenté hablar con él seriamente, como adultos, pero ERROR. Seguía siendo el mismo niñato de 13 años que se cree superior al resto y sumamente egocéntrico. Primas, resulta que Torcuato estaba convencido de que yo estaba enamorada de él y según me decía me lo estaba poniendo fácil para que dejara a Lord Ren y me fuera con él. También, según Torcuato, me había casado por conveniencia económica Y decía en bucle esos cuatro conceptos que he puesto antes, de ahí no le sacabas.
Total, que me puso de muy mala hostia y le bloqueé, viendo que ni ignorarle ni hablar con él resultaba. Pero ¿qué hizo Torcuato? Pues desde entonces cada pocos meses me habla desde otro número (serán de familiares o amigos, no sé) para decirme las cuatro idioteces de siempre. Y ya no sé cómo tomarme esto, bueno, me lo tomo a guasa, pero no sé si estoy haciendo bien.
Pris, pido consejos si tenéis alguno y sobre todo también saber si conocéis historias similares, porque estoy segura de que habrá muchos Torcuatos por ahí.