El Mundo Orbyt.
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
04/11/2017
CHSSS...
EL MAYOR DRAMA DE DOÑA SOFÍA
“NO ME DEJAN VERLAS”
LOS VIAJES DE DOÑA SOFÍA
Aunque como esposa su relación con el todavía marido Juan Carlos es, en el mejor de los casos, inexistente desde hace muchos, muchísimos años, como madre, Doña Sofía, no ha sido más feliz.
Pero quedaba la abuela, por encima de Reina y de madre. Aún recuerdo cuando abandonó la tribuna del Roland Garros, en París, después del primer set de Nadal, para volar a Barcelona simple y sencillamente porque le habían comunicado por el móvil que su hija Cristina había dado a luz a su cuarto hijo. Aunque el cargo de reina tiene servidumbres y obligaciones, aquel día pensó que la suya era estar cuanto antes junto a su hija. Si así reaccionaba con el nacimiento de su sexto nieto, nadie quería pensar cómo sería el día que la esposa de su muy amadísimo Felipe diera a luz al babyque ya esperaba. Hoy, Doña Sofía es abuela de nada menos que ocho nietos. Los cuatro de Cristina e Iñaki; los dos de Elena y Jaime y los dos de Felipe y Letizia. Pero ni eso le ha sido concedido. Los urdangarines porque viven en el exilio suizo de Ginebra, los marichalares porque Victoria Federica prefiere al abuelo con el que comparte la afición taurina y Froilán a los amigos y las novietas. Sólo quedan Leonor y Sofía, las hijas de Felipe y la inefable Letizia.
A diferencia de los otros seis nietos, éstas viven si no bajo el mismo techo del Palacio de La Zarzuela, sí a unos centenares de metros en el edificio conocido como el Pabellón, construido con dinero público dentro de los presupuestos Generales del Estado. Total: una minucia de 5 millones de euros. A propósito, ¿seguirá el retrato de la Reina Sofía presidiendo el salón sobre la chimenea? A pesar de esta proximidad física a la abuela emérita, no le es permitido ejercer como tal. No lo digo yo sino la periodista más experta y cortesana de la Familia Real en el periódico más monárquico de España. Según la crónica de Almudena Martínez-Fornés, tal es el nombre de la compañera, en el ABC del pasado jueves, sobre el cumpleaños de la Reina Sofía “tiene que ver por televisión a sus nietas Leonor y Sofía en el desfile militar del 12 de octubre” (sic.) Coincide con lo que la querida compañera Pilar Eyre escribió en su articulo en la revista Lecturas, con el título “La Reina Sofía apenas ve a sus nietas Leonor y Sofía”. ¿La razón? La mala relación entre la Reina Emérita y su nuera que es señora de armas tomar y con un carácter endiablado con todo el mundo, empezando por su marido, incapaz de imponerse en un tema que tanto entristece a su madre.
Según Pilar Eyre, en una reunión familiar en Grecia la Emérita se quejó del poco tiempo que pasaba junto a sus nietas. “No sé ni cómo están. No las veo nunca. No me dejan verlas. Yo que vivo al lado no puedo ir a su casa. Y, sin embargo, la madre de Letizia está siempre ahí”. Dicen que las nietas de los Eméritos no acaban de entender por qué no pueden ver a sus abuelos. Según me informó la madre de una de las compañeras de colegio de las niñas reales y buenísima amiga mía, su hija le había contado que Leonor se quejaba de que su mamá no la dejaba ver a su “abuela más querida” y que papá no podía hacer nada porque era ella quien mandaba. Por Felipe siempre he sentido simpatía. No en vano le vi nacer y he seguido muy de cerca su vida. Pienso que es un hombre bueno pero sin voluntad con Letizia. Ella le ganó la partida aquel día de la presentación en el Palacio de El Pardo cuando le dijo “¡Déjame terminar!”. Desde entonces, no le ha dejado hablar... a él. Lo de Paloma Rocasolano, la madre restaurada de Letizia, no es nuevo. Su presencia se hizo sentir ¡y de qué manera! cuando nació Leonor. Difícil será conocer toda la verdad de lo sucedido aquella lluviosa noche del 31 de octubre de 2005 en la que Letizia ya marcó los límites a su suegra en beneficio de su madre. Fueron cuatro horas dramáticas durante las que se decidió lo que nadie quería “porque aquello no iba como debía” (Dr. Recasens): la cesárea. No olvidemos que mamá era enfermera amén de sindicalista y republicana. A diferencia del nacimiento de Felipe, el 30 de enero de 1968, que se supo al minuto (12.35), yo estaba allí, en la clínica de Nuestra Señora del Loreto, en el caso de Leonor habían de pasar cuatro horas para que todos supiéramos que Letizia había dado a luz.
Según la compañera Almudena, Doña Sofía sólo echa de menos los viajes, sobre todo aquellos de cooperación que hacía en su papel de Reina y que ahora realiza Doña Letizia. En esto me recuerda a la emperatriz Sissi. Aunque aquella encontrara alivio alejándose del país, buscando alivio a su vida infeliz y aburrida a causa de las infidelidades de su esposo, Francisco José de Asutria, la Reina Emérita, también. Si la emperatriz austriaca buscaba la paz y la felicidad perdidas en lugares de ensueño como Madeira y Corfú, Doña Sofía lo hace a zonas como Guatemala, Bolivia y otros países, donde reina la desigualdad y la pobreza. Aunque el 14 de mayo de 1991, víspera del aniversario de su boda, prefirió cabalgar a lomos de una mula por los senderos de los Andes en compañía de su gran amiga Tatiana Radziwilmientras el Rey veía los toros desde una barrera de Las Ventas. ¿El motivo? Una crisis matrimonial de las muchas que han acabado con el matrimonio.
Al “coletas” se le ha helado la sonrisa con la que permanentemente aparecía. ¿Por qué será? A lo peor, es que pintan bastos en su organización. (...) La rentabilidad de la futura boda ha comenzado esta semana con la exclusiva en la revista de mamá. (...) Y para cursi, el reportaje del padrino de esta boda, un muchacho guapo, simpático y que a veces hasta canta. ¿Pero de qué vive él y su esposa?, se pregunta el personal. (...) Su maquilladora no le hace justicia. No se puede acudir a un acto pintarrajeada como una puerta. Con los ojos ahumados color bronce y los labios burdeos. No sólo la envejecía sino que parecía la malvada de la película. (...) Nada que ver con la experta en arte de su misma edad y con quien coincidió, que derrochaba juventud y naturalidad. (...) Lo de ella y el Emérito juntos en Irlanda sólo fue una coincidencia. (...) Descalificarla, como hizo en ‘El Hormiguero’, alegando que no conoce Cataluña cuando fue decana de los jueces de Badalona y magistrada en Barcelona, es irresponsable. Por muy catalán que seas y Jordi te llames. (...) No sólo mató a su novia golpeándola sino que, en 2010, se suicidó la madre de sus dos hijos. Tras ocho años de cárcel ha vuelto a cantar. (...) La muchacha confiesa que tiene que ser más profunda cuando habla porque “ahora soy escritora”. ¡Toma ya! Agradéceme que no escriba tu nombre.
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
04/11/2017
CHSSS...
EL MAYOR DRAMA DE DOÑA SOFÍA
“NO ME DEJAN VERLAS”
LOS VIAJES DE DOÑA SOFÍA
Aunque como esposa su relación con el todavía marido Juan Carlos es, en el mejor de los casos, inexistente desde hace muchos, muchísimos años, como madre, Doña Sofía, no ha sido más feliz.
Pero quedaba la abuela, por encima de Reina y de madre. Aún recuerdo cuando abandonó la tribuna del Roland Garros, en París, después del primer set de Nadal, para volar a Barcelona simple y sencillamente porque le habían comunicado por el móvil que su hija Cristina había dado a luz a su cuarto hijo. Aunque el cargo de reina tiene servidumbres y obligaciones, aquel día pensó que la suya era estar cuanto antes junto a su hija. Si así reaccionaba con el nacimiento de su sexto nieto, nadie quería pensar cómo sería el día que la esposa de su muy amadísimo Felipe diera a luz al babyque ya esperaba. Hoy, Doña Sofía es abuela de nada menos que ocho nietos. Los cuatro de Cristina e Iñaki; los dos de Elena y Jaime y los dos de Felipe y Letizia. Pero ni eso le ha sido concedido. Los urdangarines porque viven en el exilio suizo de Ginebra, los marichalares porque Victoria Federica prefiere al abuelo con el que comparte la afición taurina y Froilán a los amigos y las novietas. Sólo quedan Leonor y Sofía, las hijas de Felipe y la inefable Letizia.
A diferencia de los otros seis nietos, éstas viven si no bajo el mismo techo del Palacio de La Zarzuela, sí a unos centenares de metros en el edificio conocido como el Pabellón, construido con dinero público dentro de los presupuestos Generales del Estado. Total: una minucia de 5 millones de euros. A propósito, ¿seguirá el retrato de la Reina Sofía presidiendo el salón sobre la chimenea? A pesar de esta proximidad física a la abuela emérita, no le es permitido ejercer como tal. No lo digo yo sino la periodista más experta y cortesana de la Familia Real en el periódico más monárquico de España. Según la crónica de Almudena Martínez-Fornés, tal es el nombre de la compañera, en el ABC del pasado jueves, sobre el cumpleaños de la Reina Sofía “tiene que ver por televisión a sus nietas Leonor y Sofía en el desfile militar del 12 de octubre” (sic.) Coincide con lo que la querida compañera Pilar Eyre escribió en su articulo en la revista Lecturas, con el título “La Reina Sofía apenas ve a sus nietas Leonor y Sofía”. ¿La razón? La mala relación entre la Reina Emérita y su nuera que es señora de armas tomar y con un carácter endiablado con todo el mundo, empezando por su marido, incapaz de imponerse en un tema que tanto entristece a su madre.
Según Pilar Eyre, en una reunión familiar en Grecia la Emérita se quejó del poco tiempo que pasaba junto a sus nietas. “No sé ni cómo están. No las veo nunca. No me dejan verlas. Yo que vivo al lado no puedo ir a su casa. Y, sin embargo, la madre de Letizia está siempre ahí”. Dicen que las nietas de los Eméritos no acaban de entender por qué no pueden ver a sus abuelos. Según me informó la madre de una de las compañeras de colegio de las niñas reales y buenísima amiga mía, su hija le había contado que Leonor se quejaba de que su mamá no la dejaba ver a su “abuela más querida” y que papá no podía hacer nada porque era ella quien mandaba. Por Felipe siempre he sentido simpatía. No en vano le vi nacer y he seguido muy de cerca su vida. Pienso que es un hombre bueno pero sin voluntad con Letizia. Ella le ganó la partida aquel día de la presentación en el Palacio de El Pardo cuando le dijo “¡Déjame terminar!”. Desde entonces, no le ha dejado hablar... a él. Lo de Paloma Rocasolano, la madre restaurada de Letizia, no es nuevo. Su presencia se hizo sentir ¡y de qué manera! cuando nació Leonor. Difícil será conocer toda la verdad de lo sucedido aquella lluviosa noche del 31 de octubre de 2005 en la que Letizia ya marcó los límites a su suegra en beneficio de su madre. Fueron cuatro horas dramáticas durante las que se decidió lo que nadie quería “porque aquello no iba como debía” (Dr. Recasens): la cesárea. No olvidemos que mamá era enfermera amén de sindicalista y republicana. A diferencia del nacimiento de Felipe, el 30 de enero de 1968, que se supo al minuto (12.35), yo estaba allí, en la clínica de Nuestra Señora del Loreto, en el caso de Leonor habían de pasar cuatro horas para que todos supiéramos que Letizia había dado a luz.
Según la compañera Almudena, Doña Sofía sólo echa de menos los viajes, sobre todo aquellos de cooperación que hacía en su papel de Reina y que ahora realiza Doña Letizia. En esto me recuerda a la emperatriz Sissi. Aunque aquella encontrara alivio alejándose del país, buscando alivio a su vida infeliz y aburrida a causa de las infidelidades de su esposo, Francisco José de Asutria, la Reina Emérita, también. Si la emperatriz austriaca buscaba la paz y la felicidad perdidas en lugares de ensueño como Madeira y Corfú, Doña Sofía lo hace a zonas como Guatemala, Bolivia y otros países, donde reina la desigualdad y la pobreza. Aunque el 14 de mayo de 1991, víspera del aniversario de su boda, prefirió cabalgar a lomos de una mula por los senderos de los Andes en compañía de su gran amiga Tatiana Radziwilmientras el Rey veía los toros desde una barrera de Las Ventas. ¿El motivo? Una crisis matrimonial de las muchas que han acabado con el matrimonio.
Al “coletas” se le ha helado la sonrisa con la que permanentemente aparecía. ¿Por qué será? A lo peor, es que pintan bastos en su organización. (...) La rentabilidad de la futura boda ha comenzado esta semana con la exclusiva en la revista de mamá. (...) Y para cursi, el reportaje del padrino de esta boda, un muchacho guapo, simpático y que a veces hasta canta. ¿Pero de qué vive él y su esposa?, se pregunta el personal. (...) Su maquilladora no le hace justicia. No se puede acudir a un acto pintarrajeada como una puerta. Con los ojos ahumados color bronce y los labios burdeos. No sólo la envejecía sino que parecía la malvada de la película. (...) Nada que ver con la experta en arte de su misma edad y con quien coincidió, que derrochaba juventud y naturalidad. (...) Lo de ella y el Emérito juntos en Irlanda sólo fue una coincidencia. (...) Descalificarla, como hizo en ‘El Hormiguero’, alegando que no conoce Cataluña cuando fue decana de los jueces de Badalona y magistrada en Barcelona, es irresponsable. Por muy catalán que seas y Jordi te llames. (...) No sólo mató a su novia golpeándola sino que, en 2010, se suicidó la madre de sus dos hijos. Tras ocho años de cárcel ha vuelto a cantar. (...) La muchacha confiesa que tiene que ser más profunda cuando habla porque “ahora soy escritora”. ¡Toma ya! Agradéceme que no escriba tu nombre.
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