JAIME PEÑAFIEL
20/05/2023
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Esta semana me he reunido con los padres de María del Mar, para recordar a nuestras respectivas hijas. Como es lógico y natural, hablamos de Ana García Obregón. Aunque nos une la misma desgracia, nada que ver el ejemplar comportamiento de los señores Pérez Lafuente ante la muerte de su hija con el de Ana. Cierto que cada cual lleva la pérdida de un hijo o una hija, en nuestros casos, como puede. Pero no creo que exista en el mundo nadie que haya rentabilizado una desgracia, como la que nos aflige a ellos y a mí, como Ana con la muerte de Aless.
Según el estimado compañero Martín Bianchi en El País(domingo, 30 de abril), “los famosos llevan poniendo precio a su intimidad en las revistas del corazón y el caso de Ana G. Obregón es el paradigma. Desde que se conoció el nacimiento de Ana Sandra por vientre de alquiler ha cerrado jugosas exclusivas y publicado un libro, El chico de las musarañas, sobre su hijo fallecido en mayo de 2020 a los 27 años por un cáncer. Según fuentes consultadas por el periódico, Obregón podría haberse embolsado entre 100.000 y 150.000 euros por ese contrato editorial”.
Y, según datos, Anita ha conseguido con la muerte de su hijo y el “nacimiento” de su nieta cientos de miles de euros con entrevistas y reportajes sobre su dolor. Tanto los padres de María del Mar como yo, en nombre de Isabel, tenemos fuerza moral para pedirle a la Obregón que de una puñetera vez deje de hablar y mucho menos por dinero de su hijo muerto.
Martín Bianchi, en el citado artículo sobre el rentable negocio de la venta de los hijos de los famosos, recuerda que fue Massiel “la primera celebridad española en cobrar por presentar a su bebé recién nacido”. ¿Me lo cuentas querido o te lo cuento yo? El 11 de junio de 1977, Amilibia, otro estimado compañero, en su sección del periódico Pueblo recogía la siguiente noticia: “¡Que suenen las campanas, que toquen La Internacional, que Massiel y cierra España tuvo un hijo el día 1 de junio de 1977, exactamente a las siete y cuarto de la tarde! Fue en Londres... Un reportero, uno de los pocos que quedan en este país, Jaime Peñafiel, se fue para allá y se trajo la gran exclusiva para ¡Hola!”. La noticia era cierta. Con una salvedad: lamentablemente no pude demostrar lo que el gran Amilibia decía de mí ni traerme “la gran exclusiva” por la sencilla razón que ésta había sido previamente vendidadirectamente con la dirección de la revista. ¿Por un millón? ¿Por diez? ¡Qué más da!
A mí me invade, Martín, la duda de si antes que Massiel fue El Cordobés quien accedió a vender la noticia de la existencia de su primera hija, nacida de sus relaciones con Martina cuando ésta no era todavía su esposa. Pero, en aquella época, no solo se negociaban los nacimientos de los hijos de las famosas, también se montaban bodas y divorcios para sacar un dinero fácil. Incluso hasta se negociaron abortos sin previo embarazo, como me hizo Gonzalo de Borbón con la compañera de turno.
Aunque Antonio Sánchez Gómez, el director de la revista ¡Hola!de la que yo era redactor jefe, no gustaba de estas mercaderías que acabarían por prostituir totalmente la llamada “prensa del corazón”, sobre todo en la época en la que yo dirigí La Revista del Grupo Zeta, se negaba a entrar en ese juego, no por nada, solo por dignidad profesional. Cuando no había más remedio, me pedía hiciera de intermediario y que él decidiría. Como sucedió con la boda de Jimmy Giménez-Arnau con Merry Martínez-Bordiú, nieta de Franco.
La epidemia desde aquel hijo de Massiel y la boda de Jimmy se extendió por el panorama profesional español hasta casi institucionalizarse y convertir a España en un paraíso para quienes lo tienen muy claro: el dinero rápido, fácil y abundante.
Nadie puso tan certeramente el dedo en la llaga ni con más dolorida sensibilidad que Alfonso Ussía, un hombre de sentimientos sobrados. Y lo hizo en una de sus habituales columnas de ABC, el 9 de marzo de 1988. Se titulaba Tráfico de niños. “Aún tiene que nacer y ya le han vendido”, abordaba el tema brutalmente desde la primera línea. “Mercar con los niños es ejercicio repugnante... A ese niño inocente que no ha nacido no va a tener tiempo ni para escuchar una canción de cuna cantada por la cálida voz de su madre”.
En espera de firmar su divorcio y de que su hija alcance la mayoría de edad, el próximo 5 de junio, la ex duquesa se presentó por sorpresa en la boda, en Toledo, de una antigua compañera del colegio de Santa María de los Rosales. (...) Yo ignoraba que le odiara tanto como para “cortarle en seco” a su marido. “En mi presencia no se habla de ese señor”. Lógico, fue el acompañante de la amante de su esposo en aquella humillante cena mallorquina. (...) “Su empeño de que España abrazara la democracia debe estar por encima de todas las suciedades de su vida”. (...) Lleva razón la compañera cuando escribe que el vehemente ministro “es la versión física de Mariano Maríano”. (...) ¡Qué preocupación para la gran presidenta que la ex líder de ‘Sálvame’ anuncie que no volverá a votarla! (...) El odio visceral de Mónica hacia su persona le hizo perder el debate en la televisión pública madrileña de “todos contra ella”, quien evitó responder a los insultos. (...) Caprichosa, mandona, exigente, creyéndose estar por encima del bien y del mal como dice “jorjerja”, “hay una marquesa delante de las cámaras y otra detrás”. (...) Después de lo sucedido esta semana, yo que él me lo pensaría. Todavía estás a tiempo, muchacho. ¡Qué valor hay que tener! (...) Lo de Ana y su “hija” es una cuestión éticamente compleja y jurídicamente espinosa”, según la catedrática de Derecho Constitucional Ana Carmona.
20/05/2023
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DE MARÍA DEL MAR A ISABEL
MASSIEL Y EL NACIMIENTO DE SU HIJO
“TRÁFICO DE NIÑOS”
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Esta semana me he reunido con los padres de María del Mar, para recordar a nuestras respectivas hijas. Como es lógico y natural, hablamos de Ana García Obregón. Aunque nos une la misma desgracia, nada que ver el ejemplar comportamiento de los señores Pérez Lafuente ante la muerte de su hija con el de Ana. Cierto que cada cual lleva la pérdida de un hijo o una hija, en nuestros casos, como puede. Pero no creo que exista en el mundo nadie que haya rentabilizado una desgracia, como la que nos aflige a ellos y a mí, como Ana con la muerte de Aless.
Según el estimado compañero Martín Bianchi en El País(domingo, 30 de abril), “los famosos llevan poniendo precio a su intimidad en las revistas del corazón y el caso de Ana G. Obregón es el paradigma. Desde que se conoció el nacimiento de Ana Sandra por vientre de alquiler ha cerrado jugosas exclusivas y publicado un libro, El chico de las musarañas, sobre su hijo fallecido en mayo de 2020 a los 27 años por un cáncer. Según fuentes consultadas por el periódico, Obregón podría haberse embolsado entre 100.000 y 150.000 euros por ese contrato editorial”.
Y, según datos, Anita ha conseguido con la muerte de su hijo y el “nacimiento” de su nieta cientos de miles de euros con entrevistas y reportajes sobre su dolor. Tanto los padres de María del Mar como yo, en nombre de Isabel, tenemos fuerza moral para pedirle a la Obregón que de una puñetera vez deje de hablar y mucho menos por dinero de su hijo muerto.
Martín Bianchi, en el citado artículo sobre el rentable negocio de la venta de los hijos de los famosos, recuerda que fue Massiel “la primera celebridad española en cobrar por presentar a su bebé recién nacido”. ¿Me lo cuentas querido o te lo cuento yo? El 11 de junio de 1977, Amilibia, otro estimado compañero, en su sección del periódico Pueblo recogía la siguiente noticia: “¡Que suenen las campanas, que toquen La Internacional, que Massiel y cierra España tuvo un hijo el día 1 de junio de 1977, exactamente a las siete y cuarto de la tarde! Fue en Londres... Un reportero, uno de los pocos que quedan en este país, Jaime Peñafiel, se fue para allá y se trajo la gran exclusiva para ¡Hola!”. La noticia era cierta. Con una salvedad: lamentablemente no pude demostrar lo que el gran Amilibia decía de mí ni traerme “la gran exclusiva” por la sencilla razón que ésta había sido previamente vendidadirectamente con la dirección de la revista. ¿Por un millón? ¿Por diez? ¡Qué más da!
A mí me invade, Martín, la duda de si antes que Massiel fue El Cordobés quien accedió a vender la noticia de la existencia de su primera hija, nacida de sus relaciones con Martina cuando ésta no era todavía su esposa. Pero, en aquella época, no solo se negociaban los nacimientos de los hijos de las famosas, también se montaban bodas y divorcios para sacar un dinero fácil. Incluso hasta se negociaron abortos sin previo embarazo, como me hizo Gonzalo de Borbón con la compañera de turno.
Aunque Antonio Sánchez Gómez, el director de la revista ¡Hola!de la que yo era redactor jefe, no gustaba de estas mercaderías que acabarían por prostituir totalmente la llamada “prensa del corazón”, sobre todo en la época en la que yo dirigí La Revista del Grupo Zeta, se negaba a entrar en ese juego, no por nada, solo por dignidad profesional. Cuando no había más remedio, me pedía hiciera de intermediario y que él decidiría. Como sucedió con la boda de Jimmy Giménez-Arnau con Merry Martínez-Bordiú, nieta de Franco.
La epidemia desde aquel hijo de Massiel y la boda de Jimmy se extendió por el panorama profesional español hasta casi institucionalizarse y convertir a España en un paraíso para quienes lo tienen muy claro: el dinero rápido, fácil y abundante.
Nadie puso tan certeramente el dedo en la llaga ni con más dolorida sensibilidad que Alfonso Ussía, un hombre de sentimientos sobrados. Y lo hizo en una de sus habituales columnas de ABC, el 9 de marzo de 1988. Se titulaba Tráfico de niños. “Aún tiene que nacer y ya le han vendido”, abordaba el tema brutalmente desde la primera línea. “Mercar con los niños es ejercicio repugnante... A ese niño inocente que no ha nacido no va a tener tiempo ni para escuchar una canción de cuna cantada por la cálida voz de su madre”.
En espera de firmar su divorcio y de que su hija alcance la mayoría de edad, el próximo 5 de junio, la ex duquesa se presentó por sorpresa en la boda, en Toledo, de una antigua compañera del colegio de Santa María de los Rosales. (...) Yo ignoraba que le odiara tanto como para “cortarle en seco” a su marido. “En mi presencia no se habla de ese señor”. Lógico, fue el acompañante de la amante de su esposo en aquella humillante cena mallorquina. (...) “Su empeño de que España abrazara la democracia debe estar por encima de todas las suciedades de su vida”. (...) Lleva razón la compañera cuando escribe que el vehemente ministro “es la versión física de Mariano Maríano”. (...) ¡Qué preocupación para la gran presidenta que la ex líder de ‘Sálvame’ anuncie que no volverá a votarla! (...) El odio visceral de Mónica hacia su persona le hizo perder el debate en la televisión pública madrileña de “todos contra ella”, quien evitó responder a los insultos. (...) Caprichosa, mandona, exigente, creyéndose estar por encima del bien y del mal como dice “jorjerja”, “hay una marquesa delante de las cámaras y otra detrás”. (...) Después de lo sucedido esta semana, yo que él me lo pensaría. Todavía estás a tiempo, muchacho. ¡Qué valor hay que tener! (...) Lo de Ana y su “hija” es una cuestión éticamente compleja y jurídicamente espinosa”, según la catedrática de Derecho Constitucional Ana Carmona.
