Autoestima y otros temas de psicología

¿Cómo encontrarse uno mismo, conocerse y alcanzar el equilibrio?



Demasiadas personas gastan su tiempo, es decir su vida, en hacer cosas que no les llenan, en llamar la atención y satisfacer a personas que no les aportan ni verdaderamente les importan. Nada les proporciona un gran placer y la única solución que encuentran es encadenar múltiples y veloces placeres, plenamente sustituibles.

Supeditados a agendas y protocolos sociales, guiados por distintos horarios, caemos sin darnos cuenta en la rutina de un día a día que nos enajena y absorbe los pocos momentos de reencuentro que podemos tener con nosotros mismos. En muchas ocasiones, en nuestro fuero interno, sabemos que estamos huyendo, que hay una incoherencia de fondo, y que habría que dar una respuesta desde uno mismo, pero esto no se hace, a veces por desconocimiento y otras por miedo a tener que tomar decisiones que se nos antojan difíciles y que suponen la posibilidad de equivocarnos. Buscamos aprobación y soluciones externas cuando tenemos que encontrarlas dentro de nosotros mismos.


Si sumamos nuestro estresante ritmo de vida y la actual crisis de valores que estamos viviendo, detectamos que se están perdiendo las conexiones con nuestro “yo” más íntimo. Quizá, ha llegado el momento de pensar porque haces esto o aquello, quizá ha llegado el momento de despertar a la vida, de darle verdadero significado, de jugar a ganar y no a no perder, de encontrarse realmente con uno mismo. Tú decides.


Encontrarse con uno mismo requiere de espacio para uno mismo, debes concederte el espacio y el tiempo que necesitas, debes conectar con tu grandeza, debes aceptar tus miedos, comprometerte con el cambio y dar gracias por tu vida. Encontrarse con uno mismo significa, aceptarse plenamente, ponerse en valor, tener confianza, conectar con nuestro propósito vital, y tener la conciencia de estar en el camino. Una persona que se ha encontrado consigo mismo es una persona satisfecha, es pura energía, equilibrio, serenidad, alegría, positivismo. etc.., actitudes que se proyectan en todas las esferas de la vida,


No olvides que el secreto de encontrarse con uno mismo está en seguir tus sueños, escuchar los deseos de tu corazón y despertar para ser aquello a lo que estas destinado a ser. No triunfes en lo que no quieras hacer, no vendas tu vida, permítete escucharte, préstate tiempo, amplia tu visión de la vida, revisa cuáles son tus criterios de éxito, establece tu plan de vida e identifica tus valores. Busca ese punto común en el que hagas algo que te apasione, tengas capacidades, aportes valor y estarás en el camino. La vida es mucho más placentera y te recompensa más cuando es jugada “con todo“, en vez de con la mitad del corazón.


Si no lo haces así, no importa cuánto dinero ganes, cuanta gente te quiera, lo inteligente que seas, los títulos que tengas, ni siquiera lo que hayas conseguido a lo largo de tu vida, no te sentirás completo. Como el personaje del video, () cuando te encuentres contigo mismo y consigas ser quien verdaderamente eres, no encontrarás tu felicidad, tú serás la felicidad!


La calidad de tu pensamiento determina la calidad de tu vida. Tu mundo exterior es un reflejo de tu mundo interior y para cambiar cualquier cosa en tu mundo exterior, debes empezar cambiando lo que te acontece en tu mundo interior. En este aspecto sabemos que existen diferentes formas de encontrarse con uno mismo, pero quizás una de las más puras es la inherente a la reconciliación: Necesitamos altas dosis de RECONCILIACIÓN en las siguientes parcelas:


RECONCILIACIÓN CON EL CUERPO Y CON LA MENTE.


Prestar atención a tu cuerpo y volver a sentirlo reconectándonos con él es esencial para nuestro buen funcionamiento tanto físico como psíquico. Exigir menos del mundo que nos rodea y más a nosotros mismos es el comienzo del reencuentro de todo nuestro ser.


Es necesario pararse y pensar en qué estado nos encontramos, si estamos viviendo tensos o relajados, si nos duele algo y en su caso cual puede ser el motivo. Esta pequeña reflexión puede ayudarnos a descifrar muchos problemas latentes que a veces omitimos.


Para los momentos de malestar, o de gran tensión, un sencillo ejercicio que se puede practicar es el de reencontrarte con el funcionamiento natural de tu cuerpo, reencontrarte con tu vida interna. Se trataría de escoger un lugar tranquilo cerrar los ojos, tapar los oídos y sentir como nuestro cuerpo, ajeno al movimiento externo sigue su ritmo vital con el continuo latir del corazón. Podremos sentir como la sangre fluye más rápido que las palpitaciones, y es que nuestro cuerpo sigue su trabajo diario de mantenernos vivos de forma continua. Pararse en la respiración inspirando y expirando varias veces nos ayudará a liberar tensión y de forma natural percibiremos como nuestro propio sistema comienza a protegernos haciendo que el organismo no sufra. El corazón normalizará sus latidos, la respiración se relajará y en 5 minutos lograremos reencontrarnos y recolocarnos ante la vida de forma más íntegra.


RECONCILIACIÓN CON NUESTRO ESTADO NATURAL.


¿Para qué nos complicamos tanto la vida?. Sin nada hemos venido y sin nada nos iremos, sólo nos llevaremos las alegrías y las penas que nuestro ser soporte.


EL SER SOBRE EL TENER. Es absurdo querer poseer sobrepasando la barrera del disfrutar lo que se tiene. Venimos constatando que nuestra ansia de tener roza la avaricia, hecho que no hace más que empobrecernos como personas, perdiendo más tiempo, más energía y más vida intentando adquirir bienes tangibles mientras, sin enterarnos, hipotecamos nuestras más preciadas posesiones inmateriales, comenzando por la salud.


El Ser o la libertad personal es real cuando logramos soltar todo el peso de lo que no necesitamos. Cuanto más liberamos, más espacio dejamos para la llegada de nuevas esperanzas e ilusiones.


El siguiente planteamiento nos servirá para obtener otra perspectiva al respecto: Si tuviésemos un problema que nos obligase a comenzar de cero, ¿estaríamos preparados?


Tenemos que ser conscientes de que la vida puede dar un giro inesperado en cualquier momento. Identificar y potenciar la capacidad de desprenderse de todo es una preparación esencial para poder reaccionar de una forma equilibrada y pacífica en los peores momentos. Tener siempre preparado un kit de emergencia emocional en caso de que las circunstancias sean críticas nos ayudará a enfrentar con un inmenso respeto la agresión que se dirija hacia nuestro ser.


SIN NADA: La capacidad de desprendernos de lo material tal y como hemos llegado al mundo y tal y como nos iremos, es un logro mayúsculo.


RECONCILIACIÓN CON EL EXTERIOR.


Desconectar de todos los artificios externos y sentir que los pies pisan la tierra, física y metafóricamente, formando parte de la naturaleza como si de un árbol se tratase, es una forma de presentarse hacia la vida desde una firme y muy inteligente posición. Escuchar rodeados de paz qué nos dice el mundo y qué le decimos nosotros a él es la vía de conexión interna más agradable para los sentidos.


Un buen ejercicio a realizar puede ser escapar a un entorno natural y fundirse con la naturaleza. Pasear tranquilamente a través de la vegetación, inspirar saboreando el aire puro o dejarse embriagar por los sonidos del entorno son pequeños gestos que nos ayudan a identificarnos como un ser vivo más que tiene el privilegio de existir en perfecta sintonía con el entorno que de forma impasible presencia nuestro autoimpuesto ritmo de vida.


RECONCILIACIÓN CON LA VIDA.


Porque para sentir ese tan anhelado reencuentro debemos pararnos ante la charla que cada uno tiene consigo mismo en el “ahora”.


Vivir el ahora sin engancharse a pensamientos de otra época es una tarea más complicada de lo que nos podamos imaginar. La mayor parte de las veces nuestro pensamiento no está aquí, retrocede hacia el pasado o proyecta el futuro. Sin embargo la oportunidad del reencuentro consigo mismo es el presente, éste es el momento más preciado. Para lograrlo debemos intentar vivir intensamente cada instante. Los niños son un buen ejemplo a seguir. No se ocupan ni del pasado ni del futuro, viven y disfrutan cada instante de la forma más pura.


  • FUTURO: Centrarse en el futuro supone alimentar pensamientos indefinidos y a veces hasta catastrofistas. Nadie sabe lo que va a ocurrir. Es una pérdida de tiempo y una dosis innecesaria de ansiedad ocuparse de lo que no ha sucedido. Apunta las cosas por hacer en una libreta en lugar de darle vuelta pensando en ellas. Planifica y de esta forma podrás dedicarte a tu presente con más calidad.
  • PASADO: Es el mayor ladrón de energía. Volver atrás cultivando la nostalgia o lamentarse son excusas para no seguir avanzando.
  • PRESENTE: Es imprescindible vivirlo de forma intensa detectando las rutinas de nuestra vida. La rutina es la peor enemiga del “HOY”, hace que nos comportemos como autómatas, anestesiando las iniciativas de aspirar a mejores logros para nuestro bienestar.

Para evitar caer en hábitos conformistas, es necesario introducir mínimos cambios, como modificar los planes habituales del fin de semana, probar actividades nuevas, cambiar los muebles de sitio…


Esta actual crisis nos aporta altas cotas de incertidumbre y éste es el combustible que agudiza los sentidos y permite que la mente esté más despierta y activa, aprovechémonos de esta ventaja para vivir intensamente el presente!


Es importante que busques el equilibrio y la reconciliación en tu vida en vez de la perfección. Reconcíliate para que puedas encontrar el sonido de tu interior, descubrir lo que eres y lo que tienes con el objeto de realizar un camino de retorno hacia ti mismo. Disfruta del camino, como del destino hacia el cual estás dirigiéndote. Combina la espontaneidad de la juventud con la sabiduría de la experiencia y sigue creciendo, aprendiendo y amando. Y vive cada día como si fuera el día más importante de tu vida entera, porque en la realidad, lo es.


Hasta pronto

Por Olga Fariña


 
Las 100 mejores preguntas para conocer a alguien


No se si a ti te habrá pasado, pero en muchas ocasiones crees conocer a una persona y la realidad te acaba dando una gran bofetada pues te das cuenta que no le conoces en absoluto. Por eso hoy hemos preparado estas 100 mejores preguntas para conocer a alguien mejor, para conocer mejor a las personas que nos rodean. También encontrarás unos videos imprescindibles.

Si queremos conocer bien a alguien tenemos que sorprenderle, hay que salirse del camino habitual con el que nos relacionamos y atacar directamente para sacar la información que deseamos conocer.

La originalidad es fundamental en este aspecto, pues se trata de conocer mejor a una persona, adentrándonos en su mundo interior que es el que realmente nos informará acerca de sus emociones, sentimientos, temores, sueños, y por que no, su tipo de personalidad y hasta sobre las pautas de comportamiento de la personas.



Preguntas para conocer a alguien mejor
A través de diferentes tipos de preguntas para conocer a una persona podemos llegar a conectar de una manera bastante profunda con las necesidades, miedos, esperanzas e ideas del ser humano que tenemos delante. De esta forma estaremos creando un ambiente de confianza con nuestro interlocutor de forma rápida y cercana.

En su momento y en este blog, ya hemos trabajado las preguntas para conocernos mejor nosotros mismos, ahora y en este artículo ha llegado el momento de conocer mejor a alguien a través de nuestras preguntas.



Ten en cuenta que a través de este ejercicio de preguntas vamos a conseguir que la otra persona se abra a nosotros, y por otro lado incluiremos en nuestro maletín vital una batería de preguntas que nos pueden ayudar a relacionarnos de una forma mucho más fácil con otras personas. De eso va la inteligencia intrapersonal, una de las componentes de la La fascinante teoría de las inteligencias multiples del profesor Howard Gardner.


Estás preguntas poderosas para conocer bien a una persona, nunca será una herramienta psicológica, pues carece de fundamento científico. Será tu corazón el que saque sus conclusiones. Quizás si hiciésemos más caso a lo que nos dice nuestro corazón, todo nos iría mejor. Posiblemente quieras estas preguntas para conversar con alguien que te agrada, adelante, para eso están.

Te recomiendo que vayas poco a poco, no es necesario realizar todas, pues la persona que tienes delante se puede sentir avasallada, como si estuviese siendo interrogada.

Elige las preguntas para conocer mejor a una persona de la forma que estimes conveniente, pero quizás empezando desde la menos profunda a las más trascendentales. No hay ninguna pregunta que no tenga respuesta. esta relación está escrita desde el corazón por lo que no lleva un orden predeterminado.

Te encontrarás varios videos con preguntas para conocer mejor a alguien que te recomiendo encarecidamente que veas. También creo que alguna de las mejores preguntas para saber como son las personas se encuentran en la parte final del artículo..

Si me permites un consejo: responde tú también a la misma pregunta que le has hecho. de esta forma te conocerá más y crearás mayor confianza.

Bueno… ¡vamos al tajo!

50 curiosas preguntas para conocer mejor a una persona
1. Describe quien eres en tres palabras
Esta pregunta nos servirá para calentar motores y ver como se ve esa persona a sí misma, el nivel de su autoestima, sea alto o bajo. Pide que sean más específicos. Esta sirve para hacerse una idea sobre cómo se ve a sí misma la otra persona. Sobre como esta su equilibrio entre ego y alma, y hasta por donde se situa su autoestima.

2. ¿Qué haces cuando todas las miradas están puestas en ti? ¿Y cuando nadie te mira?
¡Bufff! Si has oido hablar de la ventana de Johari, nos dice que todos tenemos una trastienda oculta que sale a relucir cuando nadie nos mira… ¿cuál es la tuya?

3. ¿Estás conforme con tu físico? Si pudieras cambiar una parte de tu cuerpo, sólo una: ¿qué cambiarías?
Un video sencillamente espectacular para que entendamos por donde van los tiros con esta pregunta.

“Comfortable” es un experimento que realizó Jubilee Project, una organización formada por personas que cuentan historias con el fin de ofrecer un feedback constructivo al mundo.

3. Cuéntame la historia de tu vida en 5 minutos, Cronometraré el tiempo.
Limitando el tiempo conseguirás que vaya al grano. Con esta pregunta nos contará los principales momentos que han marcado su vida.

4. ¿Cómo te definen otras personas, tus amigos?
A través de esta cuestión, quizás nos cuente algo que incluso no le es muy agradable escuchar sobre si mismo.

5. ¿Cuál es la decisión, proyecto o cosa de la que te sientes más orgulloso?
Llegados a este punto aparecen nuestro ego para indicarnos como somos de vanidosos. Con esta pregunta sabrás si el ego le maneja o es capaz de controlarlo el.

6. ¿Cuál es el gran error en tu vida?
Con esta cuestión conseguiremos conocer mejor a alguien pero de verdad. Nos acercará a ese punto de inflexión del que se arrepiente, quiere olvidar o le sigue martilleando la cabeza.

7. ¿Qué te gustaría hacer que no estés haciendo ahora mismo? ¿Qué harías después? ¿Y qué haces para hacer que suceda?
A través de esta pregunta veremos cual es su predisposición para salir de su zona de confort

8. ¿Cómo te gustaría que ser recordado por la gente cuando ya no estés aquí? ¿qué te gustaría que dijeran de ti?
Haremos que su vida pase por delante de sus ojos en unos instantes. Pregunta cargada de profundidad que si es contestada con sinceridad nos acercará mucho a la otra persona.

9. Si pudieras desaparecer de tu entorno y comenzar una nueva vida desde cero ¿lo harías?
Quizás una pregunta para conocer a alguien un poco drástica pero también muy esclarecedora… aprovecha y pregúntale los motivos si ha contestado con un si.


10. ¿A qué persona prefieres pedir consejos?
Veremos como se mueve entre sus relaciones: padre, madre, amigo, amiga, pareja… dependiendo de la contestación nos dirá mucho acerca de su personalidad.

11. ¿Cuál ha sido el mejor día de tu vida?
Lo menos que puede ocurrir es que le brille la mirada. Una de esas preguntas para hacer feliz a alguien, aunque solo sea por un breve instante. Quizás logre transportarte a ese momento a ti también.

12. Si pudieras cenar con cualquier persona en el mundo, ¿a quién elegirías?
La importancia de nuestro físico nos puede dar muchas pistas de como es la persona. Quizás para ti esta no sea de esas potentes preguntas para conocer mejor a alguien, pero te aseguro que en este video los más pequeños nos dan una lección de vida de esas que no podemos ni debemos olvidar.

13. ¿Cuál es tu mayor sueño? ¿estarías dispuesto a compartirlo?
Dejemos que vuele su imaginación y además que nos indique su forma de transitar por la vida.


14. Si supieras que vas a morir en un año, ¿qué cambios introducirías en tu forma de vivir?
Con esta preguntita conoceremos sus prioridades en la vida, e incluso aquello que le produce más placer.

15. Si pudieras vivir por siempre, ¿lo harías?
Nel de Grasse Tyson, astrofísico, escritor y divulgador científico americano, nos da una visión personal de como no temerle a la muerte. Para el no se trata de querer vivir por siempre.

16. ¿Qué tipo de música sueles escuchar y en que momentos determinados? Háblame de tus grupos y artistas favoritos.
La música es parte fundamental de la vida de muchos de nosotros. Esta pregunta sirve para conocer mejor a la otra persona y saber acerca de sus preferencias en un tema que es muy subjetivo y manejado desde el lado derecho del cerebro.

17. ¿Qué significa para ti ser libre? ¿Qué lleva implícito?
En este aspecto cada uno de nosotros tenemos distintas sensaciones y podremos percibir el nivel de habilidad de la otra persona a la hora de tratar temas complejos, cercanos a la filosofía.

18. ¿Si se te apareciese el genio de la lámpara maravillosa qué tres deseos le pedirías?
Quizás otro de esos momentos de fantasía en los que al realizarle esta pregunta su imaginación se desbordará y una sonrisa se esbozará en su rostro.

19. Una pregunta: ¿qué soy para ti?
Dependiendo de la relación que tengas y del momento esta cuestión puede ser demasiado directa. Aunque tu curiosidad te abalance a realizarla… ¡cuidado!

20. ¿Si pudieras elegir tu edad actual cuál escogerías?
Realizar esta pregunta para conocer mejor a alguien te ayudará a saber si recuerda con cariño su infancia o está contento con el momento actual entre otras muchas opciones opciones.

21. ¿Sueles pensar a menudo sobre como te sientes desde el punto de vista emocional?
De esta forma sabrás si esta persona sabe gestionar sus emociones o ha creado hábitos para mejorar su inteligencia emociona. este hábito suele estar asociado a una menor impulsividad y a la costumbre de pensar en las consecuencias de las cosas antes de hacerlas.

22. ¿Cuál es tu mayor temor? ¿A qué le tienes un mayor miedo irracional?
Con esta pregunta se puede explorar las obsesiones y los miedos de la otra persona.

23. ¿Qué no harías ni por todo el oro del mundo?
O dicho de otra forma ¿cuál es tu precio? Aquí los valores manejarán la respuesta.

24. Si fueras un objeto ¿Cuál serías? ¿Y por qué? ¿ Y si fueses un animal? Y si fueses un color ¿Cuál te identificaría?
Una indagación para conocer algo acerca de la autoimagen de la persona que responderá, las características propias que considera más relevantes y las que no lo son tanto. Un juego divertido de preguntas que te puede clarificar muchas cosas.

25. ¿Cuál ha sido la última mentira que has dicho?
Una cuestión que puede aliviar al interlocutor cuando la conteste.

26. ¿A qué tienes que dar gracias en tu vida?
Es de esas respuestas que solo se pueden responder desde el corazón. Y nos dará mucha información.

27. Si pudieras hablar con el niño que fuiste ¿Qué consejos le darías?
Esta pregunta nos puede dar pistas acerca de sus valores en la vida y sus aprendizajes entre otras muchas.

28. ¿Cuál es la mejor y la peor época del año para ti?

29. ¿Cuál es tu mayor defecto? ¿y tu mayor virtud?

Al abrir estas interrogantes buscamos sinceridad y autocrítica en la respuesta.

30. ¿Qué es lo que más has agradecido en la vida alguien? ¿se lo dijiste?
Con esta pregunta realizarás una incursión en su interior más profundo de una forma suave, incluso podrás lograr que la otra persona se sienta mejor.

31. ¿Cuándo lloraste por última vez?
Te abrirá su corazón contándote algún momento para el muy doloroso o emotivo. Busca bien el momento para realizarla.

32. ¿Prefieres una vida corta e intensa u otra más larga y tranquila?
Yo lo tengo claro ¿y tú?

33. ¿Si me pudieras pedir cualquier cosa qué seria?
¡Ten cuidado a quien se la realizas!

34. ¿Qué superhéroe te gustaría ser y por qué?
Otra vez la imaginación montada en bicicleta y cuesta abajo… ¡dejemos que disfrute!

35. ¿Cómo es la relación con tu familia?
Es importante saber si es una persona apegada a sus familiares o si es alguien independiente, lo que no significa que no le tenga aprecio a sus seres queridos. También puede que tenga una mala relación y que quiera mejorarla.

36. ¿Tienes tu vida planeada?¿Cuál es el plan?
Planear el futuro o no, nos determinará si estamos ante una persona planificadora, algo meticulosa o por el contrario ante alguien que deja su vida a la improvisación.

37.¿Cuál sería tu cumpleaños perfecto?
No todo van a ser preguntas serias… llevarle a su aniversario más personal, podrá surgir efecto. Percibiremos como funciona su maquina interna de visualización.

38. ¿Te gustaría viajar a otros planetas si extraterrestres te invitasen a ello?
Una pregunta desenfadada que le hará imaginarse la situación para aliviar tensiones y crear un ambiente distendido entre tanta pregunta, aunque las creencias saldrán a la superficie.

39. ¿Cuál es la cualidad que tienes que más te gusta?
Es una manera de ver cómo se considera y valora a sí mismo el interlocutor y sacar información muy buena acerca de la persona.

40. ¿Existe alguna creencia que querrías apartar de tu vida?
La gestión de las creencias es fundamental para la mejora de nuestra calidad de vida y de nuestra inteligencia emocional.

41. Haz un pequeño un ranking con tus tres principales valores.
¿Coincidirán con los tuyos?

42. Si tuvieras que elegir vivir sin alguno de tus cinco sentidos, ¿a cuál renuciarías?
Yo lo tengo claro ¿y tú?

43. ¿Me cuentas un secreto acerca de ti que nadie más conozca?
Prepárate, contar un secreto denota una gran confianza del que lo cuenta hacia su interlocutor, no le defraudes.

44. ¿Si tuvieses 100 millones de euros/dólares en qué los gastarías?
Nuestras prioridades, nuestros anhelos… todos plasmados en dinero. Un asunto difícil de gestionar.

45. Descríbeme tu día perfecto.
¡Se me ocurren tantas cosas! Aquí y a través de esta pregunta podremos conseguir que la persona nos indique sus prioridades, sus necesidades.

46. ¿Cómo es la persona de tus sueños?
Dejemos que la persona libere anhelos y esperanzas si es el caso…

47. ¿Qué frase le dirías a tu ex pareja si lo tuvieras enfrente de ti?
Un momento que puede ser de liberación, de cariño, de emotividad… cada uno de nosotros guardamos sentimientos de uno u otro tipo que pueden hacer de esa frase un gran regalo o todo lo contrario

47. ¿Cómo te gustaría ser en un futuro?
Esta es una de esas preguntas para conocer mejor a alguien que te ayudará a conocer las aspiraciones de esta persona, así como algunos aspectos de su autoestima y autoconcepto.

48. ¿A que renunciarías por amor?
El amor mueve el mundo y a las personas, pero ¿cuanto?

49. ¿Qué harías por amor?
Una pregunta que es más de lo mismo… pero desde otro punto de vista. El amor mueve el mundo…

50. ¿Cuál es la mejor broma que has gastado?
Así sabrás si es una persona bromista y de que tipo e intensidad son sus bromas.

Otras 50 preguntas interesantes y originales para conocer a una persona
51. Eres diurno o nocturno.
Una pregunta acerca de sus hábitos de vida que nos pueden ayudar mucho si nos relacionamos con esa persona.

52. ¿Quién gobierna tu vida: tu ego o tu alma?
Quizás una pregunta en la que el que la recibe conversará consigo mismo intentando entender muchas de sus reacciones. Dale tiempo en su contestación.

53. ¿Cómo de frecuentemente defiendes aquello en lo que crees?
O dicho de otra forma: ¿eres de los que das pasos adelante en la defensa en lo que consideras justo o aguantas carros y carretas?

54. ¿Qué has querido siempre y no lo has conseguido?
Podrás conocer qué sueños tiene.

55. ¿Tienes o has tenido miedo a la muerte?
Tener miedo a la muerte, es algo que suele aparecer en nuestras vidas antes o después… vivir el presente o vivir con frustración son 2 indicadores que podemos sacar de esta pregunta.

56. ¿A qué personaje histórico te gustaría entrevistar?
Esta pregunta es útil para conocer mejor las inquietudes filosóficas de la persona, sus intereses e incluso su bagaje cultural.

57. Si pudieras volver el tiempo atrás ¿qué harías?
Ha pasado por mi cabeza tantas veces…

57. ¿Prefieres la montaña, playa o estar en casa?
Una pregunta más trivial pero que nos ayudará en el conocimiento de la persona.

58. ¿Cuáles han sido las mejores vacaciones que has tenido?
Dejemos volar la imaginación de nuevo.

59. ¿Qué es lo más bonito que has hecho por amor?
Una de esas preguntas comprometidas que te informarán acerca de su forma de encarar el amor. Si es romántico o más bien frío.

60. ¿Dónde te gustaría vivir?

61. ¿Cuál es tu libro favorito?

Sabremos si es de las personas con interés por la lectura y, de paso, conocer sus gustos literarios, algo que nos puede dar mucha información. También sabremos si la lectura es un hábito.

62. Si lo tuvieras ¿En que gastaría mucho dinero?
Una vez más prioridades y valores a colación.

63.¿Qué tres cosas aprecias más en una persona?
Es mejor no empezar planteando esta pregunta, ya que es bastante personal. Te puede servir para conocer los valores que aprecia más el interlocutor.

64. Si pudieras viajar en el tiempo ¿A qué épocas presentes o futuras viajarías?
Una pregunta para llevar la mente a cualquier lugar… permitamos que disfrute.

65. ¿Qué es lo más exótico o raro que has comido?
¿Tenemos antes nosotros a una persona aventurera que le gustan las nuevas experiencias o a alguien más tranquilo, más cómodo en las rutinas?

66. ¿Si trabajases en el circo qué personaje serías?
Aquí, con esta cuestión para conocer mejor a una persona, pueden salir trasfondos de personalidad anteriormente ocultos.

67. ¿Con quien te perderías en una isla desierta?
Típica pero clarificadora… ¡ojito a quién se la preguntas!

68. ¿Qué salvarías si solo tuvieras treinta segundos?

69. ¿Cuál es tu propósito de vida?
En el siguiente enlace, verás por donde van los tiros de esta pregunta…

71. ¿Qué melodía o canción serviría para resumir tu personalidad? ¿Por qué?
La esencia de una persona condensada en la música. Una tarea difícil, pero no imposible.

72. ¿Qué habilidad te gustaría perfeccionar para considerarte un experto en ella?
Sirve para saber más acerca de los gustos de esta persona y, por otro lado, el tipo de retos y proyectos que le gustaría emprender.

73. ¿Qué tipo de personas generan miedo en ti?
A través de esta pregunta para conocer mejor al prójimo, sabremos de que tipo de comportamientos se aleja

74. ¿Cuál es la mayor locura que has hecho en tu vida?
Nos ayudará a saber si es una persona que a veces o siempre se salta las normas, lo que respeta y no, y lo divertido que puede llegar a ser estar a su lado. Una pregunta clásica pero tremendamente útil para entender qué nivel de emociones quiere en su vida.

75. ¿Qué es lo que más valoras en una amistad?
Es una manera fácil de saber lo que necesita la otra persona y si tú, con tu forma de ser y cualidades, se lo puedes aportar.

76. ¿Qué cosas te gustaría saber del universo?
Una de esas preguntas para conocer a alguien profundamente que lleva una pincelada filosófica implícita.

77. Si tuvieras que elegir fama y dinero sobre felicidad y tiempo… ¿Cuál elegirías?
Yo lo tengo claro… ¿y tú?

78. Si sólo pudieras tener un hobby, ¿cuál sería?
Preguntar por las aficiones puede parecer típico, pero es imprescindible para conocer a alguien. Con esta pregunta podrás saber si esa persona es deportista, detallista, competitiva, sociable o pasional.

79. ¿Qué es lo que más te emocionaría vivir de los próximos 10 años?
Permitamos que visualice su futuro y el de los que le rodean para contestarnos… dejemos que su mente viaje.

80. Si pudieras describir el amor en una palabra… ¿Cuál sería?
Dependiendo de su contestación sabremos si estamos ante una persona pasional, fría, tranquila o emocionalmente descontrolada.

81. ¿Escribirías un libro sobre tu vida?
A través de esta pregunta saldrá a flote nuestro ego, autoestima para contestarnos. Sabremos también si una vida intensa se encierra detrás de esa persona.

82. ¿Cuál de todas tus cicatrices tiene la mejor historia?
Y esta pregunta incluye también a aquellas cicatrices que no dejan huella externa, sino en nuestra mente y nuestro corazón.

83. ¿Cuál es el título del capítulo actual de tu vida?
Nos servirá para llevar a la persona a aquí y ahora y crear un horizonte temporal que nos ayude a conocer mejor a esa persona.

84. ¿Cuál es la lección más difícil que has aprendido?
A través de esta pregunta para conocer mejor a otra persona, podremos sacar mucha información acerca de esos momentos difíciles que le han enseñado algo al prójimo.

85. ¿Quién es la persona que ha dejado más huella en ti?
Directa al corazón…

86. ¿Qué le da significado a tu vida?
Sin riesgo a equivocarme una de esas preguntas para conocer a alguien bien que hará que la persona que la recibe indague con sus sentimientos a flor de piel.

87. ¿Qué objeto personal te dolería más perder?
A través de ese símbolo que queremos salvaguardar de todo encontraremos mucha información de lo que nos importa mucho en la vida.

88. ¿Perdonarías una infidelidad?
La típica pregunta pero que dice mucho de una persona. Una de esas preguntas para conocer a alguien de verdad, en su foro más interno.

89. ¿Te gustaría una vida eterna o crees que todo debe tener su final?
Para contestar a esta pregunta tendremos que poner encima de la mesa creencias y nuestra forma de pensar respecto a muchos temas delicados, como puede ser el amor.

90. ¿Crees en Dios? ¿En qué o quién crees?
Las creencias y cómo vemos la vida y el Universo serán los objetivos de estas preguntas para conocer mejor a alguien.

91. ¿Tienes alguna fobia?
Dentro de las preguntas psicológicas, pocas dan lugar a respuestas tan interesantes a la hora de conocer a una persona como las que tratan sobre sus traumas y fobias.

92. ¿Hay algo o alguien que eches de menos?
Una pregunta original y profunda, que sin duda desvelará buena parte de la intimidad de la otra persona si esta está abierta a mostrárnosla.

93. Si pudieras morir y volver a nacer en otra persona… ¿A quién elegirías?
Nos ayudará a saber cuál es el tipo de persona en el que le gustaría convertirse…

94. ¿Cuando fue la última vez que lloraste?
Todos lloramos, algunos más que otros, pero ¿por qué motivos y cuando?

95. ¿Crees que eres el héroe de tu propia vida o la víctima en busca de ayuda?
Preguntita directa a la linea de flotación…

96. Si naufragaras en una isla desierta… ¿Cuáles serían las 3 cosas que te ayudarían a sobrevivir mental y físicamente?
Parece típica pero esta pregunta para conocer mejor a una persona nos ayudará a adentrarnos en sus necesidades emocionales y físicas de una forma directa.

97. ¿Sacrificarías la vida de una persona para salvar a cien seres humanos?
Con esta pregunta podrás saber si para el que tienes delante el fin justifica los medios. Una de esas preguntas para conocer a alguien mejor que es una autentica carga de profundidad hacia tus valores y principios personales. Te informará acerca de si es una persona racional o emocional, dado que las personas emocionales se suelen orientar en el corto plazo y las racionales más en el largo plazo al evaluar las consecuencias de sus acciones en el tiempo.

98.¿Qué cambiarías de tu vida?
Quizás una de esas preguntas para conocerse mejor que todos deberíamos contestar con mucha calma. Quién la recibe tendrá que realizar un acto de honestidad para contestarla. Una pregunta que contestándola evita una huida hacia delante.


https://ununiversomejor.com/preguntas-para-conocer-a-alguien/

99. Si quedaran solo 24 horas para que ahora si terminara el mundo, que harías?
Llevar nuestra imaginación al limite a través de esta pregunta para conocer como somos de verdad.

100. Nuestra pregunta final: ¿Hay alguna otra pregunta que deseas que te haga?
Dejemos la pelota en el tejado de nuestro interlocutor, si nos la realiza rápidamente es pues posiblemente quiere contar algo que le está quemando por dentro y necesita sacarlo fuera.
 
La conducta humana en psicología


¿Qué es la conducta?

Muchas veces, al acudir al psicólogo no tenemos claro a qué hacen referencia algunos conceptos importantes de los que se trabajan en la terapia. Un ejemplo de ello puede ser, por qué muchos de los psicólogos hacen de la conducta humana su objeto de estudio y del análisis de la misma parte central de su intervención.

La conducta en realidad no es sólo lo que hacemos, sino que también es lo que pensamos y sentimos. De hecho, no es posible la ausencia de conducta, ya que en todo momento las personas de una u otra manera nos estamos comportando de alguna forma. Por ejemplo, una persona que está callada puede estar observando, pensando, contando mentalmente, etc., por lo que nunca se está “haciendo nada”. Realmente la conducta lo engloba todo (lo físico-motor, lo emocional y lo cognitivo) y nos permite actuar sobre ella, ya que es una realidad tangible y accesible.

La importancia que se le da a la conducta en el tratamiento psicológico se debe a que el comportamiento y su análisis nos aportan muchísima información sobre la persona y su situación y nos permiten actuar sobre sus factores desencadenantes (estímulos), la conducta en sí misma y sus consecuentes, es decir, aquello que probabiliza que esa conducta se emita de nuevo o deje de emitirse.

La conducta puede ser manifiesta/observable (la acción física-motora, o reacciones fisiológicas como por ejemplo palpitaciones, sudoración,…) o encubierta (pensamientos o emociones, como la preocupación, la alegría… son observables por la propia persona) pero como decíamos anteriormente, ambas formas son conducta.

¿Cómo influye la conducta humana en mis problemas?

La conducta humana y sus consecuencias son la base de todo problema psicológico, pues son la manifestación de las dificultades que presenta una persona en un momento dado. Así, cuando se realiza el análisis del problema objeto del proceso terapéutico, la conducta es el centro de atención del psicólogo pues su conjunto y cñomo se relacionan entre sí, representa los problemas en sí mismos. Por ejemplo, una persona con un problema fóbico o un temor incontrolable a los perros una parte de su análisis funcional describirá porqué se produce la conducta problema de huida al ver un perro y qué consecuencias tiene para que se esté repitiendo en el tiempo.

En conclusión, la conducta es una parte importantísima de los problemas psicológicos puesto que es la forma de pensar, sentir y comportarse de un ser humano. Sin embargo, cuando esta forma de comportarse de las personas se vuelve negativa para ellas mismas, es cuando empiezan a conformarse los distintos trastornos psicológicos.

¿Qué papel juega la conducta en el tratamiento?

De esta manera, los psicólogos trabajamos en hacer un buen análisis del comportamiento de la persona y todo lo que lo rodea e influye de alguna manera (por ejemplo, cómo se comporta su entorno, en qué situaciones es más probable que aparezca un problema, etc.). Este análisis pormemorizado es lo que llamamos en psicología: el análisis funcional. Éste nos va a permitir generar cambios que, consensuados con el paciente, posteriormente nos facilitarán el éxito en la terapia.

Así, todo tratamiento psicológico va a tener como objetivo reducir o eliminar aquellas conductas o comportamientos que sean negativos para la persona y le generen sufrimiento y aumentar aquellas conductas que se consideren que son positivas para la persona y van a suponer beneficiosas. Dependiendo del tipo de trastorno y de cómo se manifiesta en cada persona, las técnicas empleadas serán distintas pues una de las ventajas que ofrece el estudio de la conducta es la posibilidad de analizar cada caso de forma única y adaptarte mejor a cada problema.

Por Sara Villoria
 
Somos egoístas por naturaleza.


La frecuencia con que solo pensamos en nosotros mismos es demasiado alta, los gestos desinteresados en su mayoría no son mas que autoengaños, el altruismo es una cuestión de beneficio a largo plazo. Si bien los científicos han detectado comportamientos altruistas entre ciertos animales, la verdad es que no se ha determinado con claridad si esto es una estrategia para ganar favores dentro de un grupo. Podría decirme usted que se conmueve con la gente que aguanta hambre y que incluso ha hecho muchos actos de caridad; pero esto como lo veremos; tiene su explicación dentro nuestra mente egoísta.


Pensamiento egoísta relacionados con nuestros vacíos.

Una de los instintos mas fuertes dentro de nuestra conducta es la de sobrevivir. Sencillamente no estamos programados para sacrificar nuestras vidas en pro del bienestar de otros, a no ser que esto implique un beneficio a largo plazo. La mente suele concentrar grandes cantidades de pensamientos en buscar satisfacer sus deseos y otro tanto en como solucionar sus incomodidades. En la medida de que alguien no satisfaga sus necesidades básicas de afecto, de seguridad, de sentirse a salvo y protegido, etc, entonces será más egoísta.


La medida de nuestras carencias esta directamente relacionado con nuestro egoísmo. Sencillamente es muy difícil pensar en como se siente la otra persona, cuando a nosotros nos sentimos solos, abandonados, desprotegidos. Igual a como sucede cuando usted se quiebra una extremidad, en el que la mente no deja de pensar en el dolor, así mismo en la medida de nuestra insatisfacción frente a la vida seremos egoístas. Un asesino y un ladrón es la máxima expresión del egoísmo, porque ha puesto su interés particular sobre cualquier sentimiento ajeno. Los motivos que llevan a una persona a tales extremos, siempre esta relacionado con profundos choques emocionales. Nadie puede dar a partir de algo de lo que carece. Es difícil dar amor cuando se tiene poca autoestima y en su infancia haya carecido de muchos afectos. Lo que usted hará mayormente es buscarlo. Donde hay necesidad difícilmente hay generosidad. Es una especie de su***dio dar lo poco que se tiene para quedarse sin nada.


Consciencia y Sacrificio; los requisitos para ser generosos.

El subconsciente maneja la mayoría de todos nuestros procesos, es decir que nuestros actos obedecen a mecanicidades y reacciones emocionales del cerebro. Así como el cerebro de manera subconsciente se encarga de enviar ordenes para procesar los alimentos, para entrar en pánico frente a una situación de peligro, para sentir alegría ante una buena noticia, entonces del mismo modo los actos de bondad y de altruismo están relacionados con mecanismos del cerebro.


El cerebro siempre tendrá como prioridad nuestra supervivencia y la de la especie, porque él es un producto de la evolución. Por eso es que actos tan altruistas como tener un hijo y velar por el, es algo que sentimos un fuerte impulso, porque es un beneficio para la especie. Para ser altruistas y generosos tenemos que ser conscientes del dolor ajeno, para ser conscientes de las vivencias de los demás, debemos de alguna forma comprender a los demás, y esa comprensión en su mayoría nace de tener experiencias similares.


Es difícil que surja comprensión a partir de algo que no ha experimentado. Es entonces la consciencia uno de los requisitos fundamentales para ser generosos. Luego de usted ser consciente de que otro esta sufriendo, viene la parte más difícil; actuar. Ya sabemos que nuestros actos nacen de motivaciones. Así que si usted hace algo por otro debe de estar motivado. Esa motivación nace de esa profunda comprensión del sentimiento del otro. Luego viene la hora de abandonar su zona de comodidad, sacrificar algunas cosas que tiene y dedicar un esfuerzo para que otro se sienta bien. Y es aquí donde fallamos.

¿Porque la gente que tiene mucho es egoísta?

Todo acto desinteresado implica gran cantidad de esfuerzo. Sencillamente es difícil de que alguien deje de pagar un arriendo por darle esa plata a alguien que esta aguantando hambre, es difícil que usted abandone una tarde de relajo en su casa después del arduo trabajo, para ir a ver las necesidades de otros y como puede colaborar. Y más difícil aun es que usted fruto del esfuerzo de un arduo trabajo, dedique ese dinero a comprar ropa nueva para dar a los necesitados y usted se quede con la ropa vieja. La conclusión es sencilla, damos lo que ya no necesitamos. A propósito de un grupo muy famoso en Facebook: “cambio tesoros del vaticano por comida para los niños en áfrica”, entonces se me viene una pregunta que alguien puede hacer. El Papa tiene de sobra, ¿porque no lo da a los niños de áfrica?. Aquí debemos comprender los mecanismos de deseo.


El deseo es la fuerza que nos impulsa a movernos, a vivir. Usted va a trabajar porque tiene deseos de plata, usted visita a una persona porque tiene deseos de verla, usted lee un libro porque tiene deseo de saber lo que dice. Y usted también desea un auto, viajar por el mundo, montar una empresa, etc. Es decir que el deseo en el ser humano es algo que no se apaga porque sencillamente este nos impulsa a actuar. Es muy difícil que alguien llegue a un estado de plenitud donde crea que ya no necesita nada, donde crea que no hay nada por conocer, sencillamente se le apagarían las ganas de vivir. Debemos estar claros en algo, nunca es suficiente. En nuestras épocas de estudiantes no teníamos nada, y ahora podemos tener un hogar muy cómodo, un vehículo, un buen celular, y aun así no es suficiente y no alcanza para dar a los mas necesitados. Ahora bien, en lo poco se ve lo mucho, es decir que si teniendo poco no somos generosos, tampoco seremos en lo mucho.


Altruismo inconsciente.

En la naturaleza nada surge porque si, todo desde que exista, surge por una razón y tiene su función. El egoísmo dentro de los mecanismos del cerebro tiene por función proteger nuestra energía, el garantiza que nuestros esfuerzos no sean desperdiciados, si no invertidos en algo provechoso. Una secuencia de actos desinteresados puede llevar a una persona a la ruina, y que todo aquello por lo que tanto lucho lo pierda en un instante. Sin ese freno que nos brinda el egoísmo podríamos perder todo nuestro dinero y quedar sin bases, tendríamos que volver a empezar de nuevo.


Dentro de un entorno a veces solo pensar en nosotros mismos, es beneficioso. Si por ejemplo estamos con mucho trabajo y nos ponemos ayudar a otros, entonces esto disminuye la calidad de nuestro trabajo, y por tanto nos pueden despedir, si usted en su empresa es muy consciente con sus trabajadores, entonces le puede quedar poco dinero para hacer crecer su empresa en un ambiente competitivo y finalmente todos se queden si trabajo. Es por ello que muchas veces el egoísmo es importante y cumple una función de freno frente al derroche de nuestra energía. Hay que aprender a llevar un equilibrio entre altruismo y egoísmo, porque el desequilibrio en ello, afecta muchos aspectos de nuestra vida.


Como el egoísmo perjudica muchos aspectos de nuestra vida de manera inconsciente.

El egoísmo es algo arraigado en nuestra naturaleza humana y por tanto no podemos evitar ser egoístas en cada uno de nuestros actos. Cosas tan sencillas como colaborar en las labores del hogar, ayudar en el trabajo cuando estamos desocupados a alguien que esta saturado con muchas tareas, ponerse de pie en el transporte publico ante alguien más cansado, etc, es algo que no solemos hacer. Si ni muchas veces somos capaces de organizar nuestro cuarto para que luzca bien, mucho menos vamos a hacer un esfuerzo por otra persona, si ni siquiera somos capaces de abandonar un vicio para invertir ese dinero en algo más productivo para nuestra vida, mucho menos lo haremos para un desconocido. Es sencillo, todo acto implica un esfuerzo, y la motivación para hacerlo nace de la cantidad de placer que pueda brindarnos. El problema es que este egoísmo destruye la sociedad y nuestras vidas desde sus propias raíces.


Miremos algo tan sencillo como el colaborar en la casa y dejarle toda la carga a la otra persona hace que esta se aburra y a la larga surjan conflictos con nosotros, en el trabajo dejar sobrecargado de tareas a alguien, hace que este se queme y su labor y todos los errores cometidos tarde que temprano nos toque a nosotros trabajar doble. En un soporte que exijamos a una compañía por un daño que surgió en nuestro hogar o trabajo, y que a través de mentiras les hagamos hacer cosas que nos son muy costosas y que sencillamente no nos queramos hacer cargo, hace que las empresas dejen de atender otras urgencias, y el servicio se vuelve costoso y lento.


La total despreocupación por el destino de los más desafortunados hacen que dichas personas en medio de tantas carencias crezcan resentidas y sean el ladrón del mañana que me quita lo que hice con tanto esfuerzo. El egoísmo de nuestros padres respecto al medio ambiente, el no ocuparse en lo más mínimo de el, el no reciclar, el abuso de los recursos naturales, hace que hoy tengamos escasez de recursos, alimentos más caros, etc. La cáscara de banano que ayer tiramos al suelo por pereza de llevarla a la basura, es aquella en la que hoy resbalamos y por la que nos llevan a urgencias. Es el egoísmo respecto a lo que nos rodea, es la soga que a futuro nos aprieta el cuello. Si aprendiéramos a tener un pensamiento amplio respecto a las consecuencias a futuro de los actos, sobre cómo afecta a los demás y repercute después en nosotros, entonces el egoísmo no sería tan marcado, y podríamos empezar a hacer las cosas más por conciencia que por pesar. Muy seguramente en nuestra vida no serían tan frecuentes los conflictos que aparecen de la nada.

Por Harol Páramo
 
La filofobia: El miedo al amor, ¿realmente existe?



Puede que hayas oído hablar del término “filofobia”. Si no es así, no te preocupes, ahora sabrás un poco más sobre este trastorno que cada vez se hace más común en el ámbito de las relaciones de pareja.


La definición más sencilla a la filofobia es: “miedo al amor, a tener relaciones de pareja o a comprometerse emocional o sentimentalmente con otras personas.”


Pero, ¿por qué la naturaleza de este miedo? ¿realmente el amor es algo que esté diseñado para ocasionarnos temores?


Bueno, pues empecemos desde el principio: ¿Qué es el miedo?



¿Qué es el miedo?

El miedo es un indicador natural que nos muestra la existencia de una diferencia de capacidades entre el problema que tenemos delante de nosotros y nuestras propias capacidades para superar dicho problema.


Por tanto, llegamos a una conclusión simple: “si no existe diferencia entre lo que nos amenaza y de lo que disponemos para hacerle frente, el miedo no aparecerá”.


Simple, ¿verdad?.


Pues ahora lo aplicamos al ámbito del amor y las relaciones de pareja. ¿Cuál es en este caso el problema y lo que provoca la amenaza?


Si me baso en mi experiencia y las personas que trato que sufren de filofobia, más del 75% no saben cuál es la causa de sus miedos.


Simplemente sienten ese temor, caen bajo su efecto y siguen la inercia hasta que los conduce a su sitio de seguridad, probablemente alejado de esa persona que supuestamente tanto amaban.


¿Cuál es el principal problema aquí? Pues como te acabo de comentar, el miedo es un indicador, por lo que su misión es transmitirnos una información, que nosotros la procesemos y la utilicemos a nuestro favor.


Por tanto, cuando caes en el efecto del miedo sin tan siquiera escuchar lo que tiene que decirte, te encuentras con la sensación de que estás sufriendo por algo y no sabes por qué.


Este es el motivo por el que muchas parejas que sufren este trastorno, no son capaces de visualizar sus miedos.


Y con esto, llegamos a la conclusión de que localizar la amenaza e identificar nuestros miedos, se convierte en uno de los pasos cruciales y básicos para superar este problema.


Ya sabemos qué es el miedo y el papel “real” que cobra en las personas que padecen filofobia. Pero eso no es todo.


Es el amor una amenaza a la que tenerle miedo

El miedo al amor realmente no es del todo cierto. Cuando sufres este trastorno, tienes miedo, eso sí, pero no es al amor, ni tampoco a la persona que tienes delante.


Ese miedo es a muchos otros factores en los que el protagonista de todos ellos, ¿adivinas quién es? PUES TU MISMO.


He tratado con personas que cuando empiezan a localizar e identificar sus miedos, descubren que en realidad ese temor puede ser:


  • A cambiar de estilo de vida
  • A tener más responsabilidades
  • A que la otra persona no te quiera
  • A que la otra persona te abandone
  • A que no te valore en la misma medida que puedes hacerlo tú
  • A que no se comprometa
  • A que te engañe
  • A que te mienta
  • A perder tus privilegios de soltero
  • .. etc… etc…

Y entonces empiezan a enfocar el problema desde otro punto de vista. Un enfoque distinto y que tiene su inicio en tu interior y no en tu exterior.


El miedo no proviene de tu entorno, ni de la realidad que estás viviendo, sino que viene de tu interior y de tu forma de ser.


Una forma de ser, marcada por el pasado

Normalmente, la filofobia suele originarse cuando una persona sufre una experiencia traumática, crítica o difícil en su pasado, y es incapaz de desanclarse de ese pasado y que no le afecte en su presente.


Pero si te das cuenta, así funciona con casi todos los aspectos de nuestra vida. Somos lo que somos y sentimos lo que sentimos, a causa de lo que vivimos en nuestro pasado.


Somos una prolongación de quien éramos entonces y por tanto, si experimentas una situación difícil en tu vida sentimental, es normal que vuelvas a revivir esa misma emoción cuando esa situación se vuelva a repetir.


Imagínate que en tu primera relación de pareja, ésta te engaña varias veces (como fue en mi caso).


¿Qué sucede en ese momento y cómo se desenlaza todo? Sufriendo por tu parte, tanto por dejar a tu pareja, como por el daño que te ha causado a nivel personal.


¿Qué pasa cuando vuelva a tener una nueva relación con alguien y experimente que se está repitiendo lo que me pasó con mi ex? Pues que volveré a sentir ese sufrimiento de forma automática.


¿Y qué sucede cuando esto se repite una y otra vez? Pues que ya tu mente se habitúa a que esa situación te provocará sufrimiento, por lo que la siguiente vez estará más precavida y te avisará incluso antes de que suceda nada.

¿Qué sucede entonces? Que la persona siente miedo antes de que ocurra nada malo.


¿Miedo a qué? A que suceda el final que tu mente espera que suceda.


¿Cuál es ese final? Un final que se supone en base a lo que conoce del pasado, es decir, asimila que relación de pareja es igual que sufrimiento, por lo que cuando inicies una relación, automáticamente sentirás miedo sin tan siquiera saber porqué ni encontrar motivo justificado para que lo sientas.


Por tanto, nuestro pasado influye de una forma brutal en lo que nos sucede en nuestro presente, porque como te acabo de explicar, somos una prolongación perfeccionada de él. Es por ese motivo por el que tienes que estar siempre alerta y totalmente consciente, someter al filtro de la realidad cada cosa que te suceda en la que intervenga cualquier emoción negativa, y más aún el miedo.


Esto te hará que te sea más fácil desvincularte de la influencia que tu pasado pueda ejercer en ti, y más aún cuando esa influencia no es para nada beneficiosa para ti.


¿Qué puedo hacer si sufro filofobia?

Después de haberte explicado esto, se llega a la conclusión de que la filofobia es un trastorno emocional que provoca un miedo disfuncional.


¿Qué quiere decir esto? Que no se fundamenta en nada lógico o real que puedas medir con las herramientas que tienes ahora mismo en tu presente. Es lo que acabamos de hablar de la influencia del pasado en nosotros. Las personas sienten miedo porque así están acostumbradas a sentirse a causa de su propio pasado.


¿Qué sucede cuando someto ese miedo al filtro de la realidad de ahora, de mi propio presente? Pues que empiezas a ver que no se sostiene con nada razonable ni tiene causas lógicas que te hagan determinar que tienes derecho a sentir ese miedo.


¿Por tanto en qué consiste el superar la filofobia? En convertir ese miedo disfuncional, en miedo funcional, es decir, hacer que el único miedo que podamos sentir de forma lógica y natural, sea algo común y totalmente justificado.


Es lógico tener miedo a dar un paso en tu vida, a cambiar tu forma de llevarla o a la reacción que la otra persona pueda tener hacia ti. Pero lo que no es lógico es tener y experimentar ese miedo, dejarse llevar por él cuando ni tan siquiera se ha dado un indicio lógico y fundamentado de que exista una amenaza real.


Cuando tienes filofobia, la amenaza la pones tú, la interpretas tú y te la inventas tú. ¿Y sabes en función de qué? De cómo ha sido tu pasado en el tema de las relaciones sentimentales.


Cuando sometes a juicio todo lo que te pasa y tratas de encontrarle una justificación lógica y normal basándote en el hoy y no en el ayer, este trastorno empieza a perder fuerza y poder y empiezas a recuperar el control de tus emociones.


Conclusiones

El miedo al amor, realmente no existe, o está mal enfocado. No es el amor el que provoca el miedo, no es nuestra pareja, ni los hechos que ella realiza los que nos condicionan a salir corriendo para escondernos de ella.


Ese tipo de temor, es provocado por nosotros mismos y se fundamenta en muchos factores totalmente distintos al sentimiento de amor. Factores que se convierten en excusas para justificar ese miedo y sentirnos de una forma “correcta” con nosotros mismos.


Excusas como predecir lo que nos va a pasar, antes de que pase, comparar todas las relaciones con la que precisamente nos causó algún daño en nuestro pasado, dejarnos influenciar y caer en el efecto del miedo, sin tan siquiera escuchar ni analizar lo que trata de decirnos, etc…


Por tanto, ¿quieres superar tu filofobia?. Céntrate en transformar ese miedo disfuncional que tienes ahora mismo, en un miedo funcional y que esté fundamentado en tu realidad de hoy y no en tu realidad de ayer. Tu realidad de “ayer”, ahora sólo te sirve para traerte problemas, así que pasa de ella.

Por Antonio Barragan
 
Tu inteligencia te hará sufrir, o por qué los tontos parecemos más felices


El término inteligencia, ha sido objeto de debate dentro de la psicología durante décadas, habiendo distintas concepciones y teorías como puede ser el medido por el coeficiente intelectual, la inteligencia emocional de Goleman, o las inteligencias múltiples de Gardner.


Desde la vanguardia de la psicología básica, la investigación científica de cómo funcionamos, pensamos, sentimos… cada vez hay más evidencia, acorde a la Reoría de los Marcos Relacionales, que lo que solemos entender por inteligencia sería la fluidez, la facilidad, para relacionar cosas (estímulos, eventos) de distintas maneras.


Estas maneras puede ser en equivalencia (Si = Yes), jerarquía (perro forma parte de algo, de una categoría superior: animal), comparación (más-menos), temporal (antes-después…) entre otras, llamadas enmarques relacionales, y su entrenamiento específico ha demostrado que mejora las puntuaciones en cuestionarios de CI.


En cualquier caso, socialmente al hablar de alguien inteligente solemos referirnos a personas con habilidad intelectual, capacidad para relacionar conceptos, prever situaciones, resolver y encontrar soluciones… siendo por lo tanto un atributo deseable para la gran mayoría, y que se podría resumir en gente que piensa mucho y que piensa bien.


Curiosamente al mismo tiempo, existen en nuestra sociedad creencias del tipo “los tontos son más felices”, “lo mejor que puedes hacer en esta situación es hacerte el tonto” o “las personas inteligentes sufren más, o tienen menos amigos”. Ante un desamor, intentamos “no pensar” en esa otra persona, como manera de evitar malestar.


¿Es entonces cierto, que las personas inteligentes, entendidas como que piensan más y mejor, tienen mayor facilidad para sufrir? Para reflexionar sobre ello, empezaremos por analizar brevemente cómo aprendemos a actuar y en base a qué, para tratar de ver qué de cierto pueden tener estar creencias populares.


Cómo aprendemos

A excepción de algunos comportamientos reflejos básicos, heredados genéticamente, la inmensa mayoría de comportamiento son lo que se llaman conductas aprendidas. Este tipo de conductas puede aprenderse por experiencia directa: Tengo hambre – Como – Me sacio, o por experiencia indirecta: Me han dicho que si voy a Extremadura, coma jamón, que me gustará. En todos los casos aprendemos una tríada de Antecedente – Conducta – Consecuencia (ABC del inglés Antecedent, Behaviour, Consequence).


Hambre / Como / Saciedad (refuerzo positivo).


Ir a Extremadura / Jamón / Placer (refuerzo positivo).


La diferencia es que en un caso, lo ha experimentado la persona, y en el otro no ha sido necesario, lo cual es una gran ventaja evolutiva de los seres humanos, y nos evita comprobar en nuestras carnes, por ejemplo, que el fuego quema para saberlo. De todo ello, nuestro organismo va creando reglas, entendidas como tríadas ABC con las que aprendemos a manejarnos por el mundo de manera eficaz.


¿Por qué es esto importante? Probablemente, hayas oído hablar del refuerzo positivo, negativo, castigo… Si no estás familiarizado, hablamos de refuerzo positivo cuando la consecuencia (C) de una conducta (B), hace que la probabilidad de esa (B) sea más alta.


Tengo sed – bebo agua – me sacio (refuerzo positivo, es más probable que al tener sed vuelva a beber agua).


Tengo sed – como pipas – no me sacio (castigo positivo, es menos probable que al tener sed coma pipas).


Volviendo a las personas inteligentes, son personas que por su experiencia suelen haber tenido éxito (la vida les ha reforzado en múltiples ocasiones) realizando conductas como relacionar conceptos, prever situaciones y anticipar consecuencias futuras, resolver cosas, encontrar soluciones, buscar explicaciones y dar buenas razones.


De este modo, se puede decir que este tipo de comportamientos han sido altamente reforzados y funcionales para la persona inteligente, le han hecho la vida más fácil en muchos contextos, de modo que tienen una gran confianza en este tipo de conducta, las probabilidades de responder con ellas (B) ante muchos estímulos (A) son altas dado un gran historial de experiencias positivas (C).


¿Sufre más la gente inteligente?

¿Dónde pueden estar algunas de las dificultades de las personas que llamamos inteligentes, a la hora de afrontar ciertos temas?


El hecho de ser fluido en el “pensar”, más cuando uno ha oído en reiteradas ocasiones lo inteligente que es por cómo piensa, puede hacer que uno se aferre a sus pensamientos confiando e identificando su “yo” excesivamente con ellos.


Eso puede implicar que a uno le cueste diferenciarse a sí mismo de los pensamientos, quedando lo que en la Terapia de Aceptación y Compromiso llama fusionado a ellos. Es entonces cuando uno se cree plenamente sus pensamientos, que tener el pensamiento “soy un fraude”, significa realmente que soy un fraude.


Por un lado, lo que se llama seguimiento rígido de reglas, o falta de flexibilidad psicológica. Cuando la persona se centra mucho en el plano intelectual, en el cómo deberían ser las cosas, según sus reglas, y actúa en base a ello, puede que quede insensible a cambios en su entorno, que ciertas reglas que en su momento tuvieron todo el sentido, no se ajusten bien a la situación actual, y no permitan comportarse efectivamente.


Dicho de otro modo, abusar de este “pensar” o comportamiento verbal puede hacer que la persona se guíe más por lo que su cabeza dice que es, o debería ser, que por lo que realmente es, impidiendo una adaptación eficaz.


Profundizando en ello, comentábamos que son personas muy diestras con ciertos tipos de comportamiento como dar vueltas a las cosas para encontrar una solución, buscar razones, anticipar, y otras formas de “pensar”. Ante la presencia de un pensamiento, emoción, miedo u otro tipo de situación que genera malestar, la persona puede vivirlo como un problema, algo que modificar o resolver.



Y ante ese Antecedente (A), suele actuar de este modo, (B) analizando, dándole vueltas, evaluando, categorizando… con la finalidad de resolverlo. Lamentablemente, si bien para una gran cantidad de situaciones, podríamos decir el 95% de cosas de la vida, estas estrategias van estupendamente bien, hay otros ámbitos, ese 5% en el que no, en el que uno no tiene el control para cambiar las cosas y que sean de otro modo: Podemos pintar la casa de color azul y eso estará bajo nuestro control, pero que le guste a nuestro vecino es algo que no lo estará.


Ante este 5%, la persona puede estancarse, especialmente si ha aprendido a comportarse principalmente siguiendo reglas, que le indiquen que ante un Antecedente (A) como ese hay que actuar con ese tipo de Comportamiento (B), para encontrar una solución (C) que no está llegando, lo cual puede hacer tambalear la coherencia y maneras de verse uno y el mundo de la persona.


Un fuerte seguimiento rígido de reglas hará que la persona quede enrocada en ese modo de actuar, más si no conoce alternativas, siendo insensible a las consecuencias del momento (C) que dicen que así no se está logrando el objetivo.


Ejemplos de ello serían cuando a una persona le asalta una duda de sí misma, y se enreda con ella, haciendo el denominado efecto bola de nieve. Efecto que puede surgir también cuando una persona hace algo que nos ofende, y lo conectamos rápidamente con otras ofensas, aumentando exponencialmente el malestar.


Del mismo modo, esta tendencia a “pensar” puede hacer que uno se extienda excesivamente en debates internos y filosofar ante situaciones de injusticia propias y ajenas. Sin duda, el cómo se relaciona uno con el sufrimiento propio y ajeno juega también un papel fundamental en ello.


Es importante destacar que nada de lo aquí mencionado son más que tendencias de actuación, y de hecho la propia inteligencia es algo entrenable y mejorable. Citando a Skinner, dado que hemos utilizado su terminología con el reforzamiento, “No consideres ninguna práctica como inmutable, cambia y estate dispuesto a cambiar nuevamente”. Es decir, no se trata de cualidades inherentes a las personas, por más que el cambio requiera un esfuerzo.


La Terapia de Aceptación y Compromiso se centra principalmente en ayudar a las personas a desarrollar flexibilidad psicológica, desde un criterio funcional. Con ello se ayuda a las personas a ver ante qué Antecedentes (A) se responde de maneras (B) que no son efectivas (C), y plantear nuevas alternativas para ese 5% de situaciones en que el pensar mucho, por bien que se piense, no es la solución, sino todo lo contrario, puede incrementar los problemas.

Por Joan R. Pou
 
Psicología del amor: 9 estudios que deberías conocer



Nadie pondrá en duda que el amor es un sentimiento complejo, que abarca múltiples aspectos de la conducta y las emociones humanas y que por tanto se ve determinado por un buen número de variables (biológicas, sociales, culturales, psicológicas, religiosas…).


Esta circunstancia lo ha convertido en objeto de estudio de muchas áreas del saber humano, y la psicología ha sido probablemente una de las más prolijas en cuanto al número de investigaciones orientadas a su entendimiento, conformando con ello un cuerpo de conocimientos que podríamos llamar “Psicología del amor”.


Como consecuencia de este buen número de estudios se han obtenido conclusiones relevantes que deben ayudarnos a entender este complejo sentimiento desde la evidencia científica, y por tanto más allá de la creencia o la superstición. Aquí van algunas de ellas:



Palabras clave: Compañerismo y Comunicación

Según el primer estudio sobre el amor realizado en 2013 por la Universidad de Palermo (Argentina), la palabra “compañerismo” fue la más empleada para definir el amor en todos los sectores sociodemográficos evaluados, superando con mucho a términos como “afecto”, “comprensión” o “sinceridad”.


Por otra parte, en ese mismo estudio, la falta de comunicación fue considerada el principal obstáculo para que el amor esté presente o permanezca en una relación, por delante del egoísmo o la mentira, que fueron las siguientes causas de desamor.


Podríamos decir que una combinación de estas dos palabras clave garantizan una relación sólida y duradera, y aunque ya conocíamos la importancia de la comunicación en la relación de pareja, el compañerismo es un término algo más sorprendente para definir el amor en estos tiempos, al menos a mí me lo ha parecido.


Amor a primera vista

Se necesita tan sólo una quinta parte de un segundo para que los inductores químicos actúen sobre el cerebro cuando encontramos a esa persona especial.


Parece ser que en un primer momento miramos justo bajo los ojos en algún punto central de la cara. Se trata de una mirada de poco más de 200 milisegundos que nos pasa totalmente desapercibida y que podría ser el principio de algo importante.


Los estudios de neuroimagen sugieren que 12 áreas diferentes del cerebro están involucradas en este acto, de tal modo que al mirar o pensar en alguien que nos atrae, estas áreas liberan en el cerebro un cóctel de neurotransmisores (oxitocina, dopamina, vasopresina y adrenalina) que nos proporciona todo un mundo de sensaciones.


El amor romántico está sobrevalorado

Comentamos al principio que la característica principal del amor como sentimiento es su complejidad, y en consecuencia un estudio serio del mismo debe tener en cuenta sus diversas dimensiones.


En este sentido, el estudio ya mencionado de la Universidad de Palermo, arroja un interesante dato en cuanto a los “tipos de amor” que son considerados prioritarios para los sujetos objeto de estudio (en este caso argentinos; no sé si estimáis que pueda haber grandes diferencias con otras poblaciones).


La investigación concluye que el “amor familiar” es el más importante, seguido del “amor propio”, dejando en un tercer lugar poco esperado al “amor romántico” o de pareja, y aún más atrás al “amor pasional” o sexual. En este curioso “ranking de amores” los siguientes lugares son ocupados por el “amor social” y el “amor religioso”.


Parece evidente que los amores pasionales y románticos no son los únicos ni los más importantes tipos de amor a la hora de determinar la felicidad y el bienestar de las personas.


Amor y deseo, más cerca que lejos

El primer meta-análisis, realizado para examinar las diferencias entre el amor y el deseo sexual a nivel cerebral ha encontrado más coincidencias de las que cabría esperar inicialmente.


Los resultados del estudio realizado por Jim Pfaus mostraron que algunas redes neuronales sorprendentemente similares fueron activadas por el amor y por el deseo sexual, concretamente las regiones involucradas en la emoción, la motivación y los pensamientos de nivel superior.


Este hallazgo sugiere que el deseo sexual es algo más que una emoción básica, implicando la motivación dirigida a objetivos y la puesta en marcha de cogniciones más avanzadas.


Parece ser que las diferencias se centran más en la concreción del objeto de deseo, de tal modo que el deseo sexual podría entenderse como un sentimiento con un objetivo muy específico, mientras que el amor podría considerarse un estado con un objetivo más abstracto y menos dependiente de la presencia física de otra persona.


Besar no sólo ayuda a elegir

Dos nuevos estudios sobre los besos han encontrado que aparte de su sensualidad, los besos también nos ayudan a elegir a nuestras parejas y a mantenerlas.


En uno de estos estudios, las mujeres en particular valoraron el acto de besar como especialmente importante, considerando el beso como una forma eficaz de poner a prueba a un nuevo compañero.


Pero besar no sólo es importante en el inicio de la relación, también parece tener una gran relevancia en el mantenimiento de las parejas.


Los investigadores encontraron una clara correlación entre la frecuencia con que una pareja se besa en el largo plazo y la calidad de su relación. Curiosamente esta misma correlación no se observó con la frecuencia de las relaciones sexuales.


Las relaciones a larga distancia funcionan

Contrariamente a la creencia popular, las relaciones a larga distancia pueden funcionar, al menos a esa conclusión parecen llegar algunas investigaciones recientes, que incluso hablan de vínculos más estrechos en este tipo de relaciones.


En la Universidad de Cornell (EEUU) compararon una muestra de parejas que mantenían relaciones a distancia con parejas que se encontraban geográficamente cerca, y descubrieron que las parejas a distancia, pese a comunicarse con menos frecuencia, decían experimentar una mayor intimidad con su pareja, sintiéndose en consecuencia más cerca de ella emocionalmente.


Parece ser que son dos los factores que ayudan a mantener vivas las relaciones a larga distancia:


  • Se comparte con la otra persona información más íntima.
  • Se tiene una visión más idealizada de la pareja.

No es éste el único estudio que concluye que los sujetos que mantienen relaciones a distancia tienen niveles similares e incluso superiores de satisfacción que aquellos amantes que están geográficamente cerca.


Las nuevas relaciones exigen autorrealización

Las exigencias hacia el matrimonio o la relación estable han cambiado significativamente en los últimos años, según una nueva investigación dirigida por Eli Finkel (Northwestern University).


Mientras que hace unos años exigíamos de una relación estable que nos proporcionara seguridad y solidez, ahora parece ser que orientamos más las expectativas hacia la autorrealización y el crecimiento personal.


Por desgracia, ante estas nuevas demandas, las parejas no están invirtiendo el tiempo y el esfuerzo necesario para lograr que este crecimiento sea valorado como suficiente.


En este sentido el autor del estudio concluye: “En general, si quieres que tu relación te ayude a alcanzar la autorrealización y el crecimiento personal, es crucial invertir suficiente tiempo y energía. Si sabes que no podrás invertir el tiempo y la energía necesaria, entonces tiene sentido que ajustes tus expectativas para reducir al mínimo la decepción”.



El valor de las pequeñas cosas

Teniendo en cuenta que vivimos en un mundo altamente comercializado, que puede llevarnos a pensar en el amor puede ser comprado y vendido, vale la pena recordar que a menudo son las pequeñas cosas las que marcan la diferencia.


En este sentido, una reciente encuesta de más de 4.000 adultos del Reino Unido encontró que simples actos de aprecio o atención son a menudo los más valorados por el otro.


Llevar a tu pareja una taza de café a la cama, sacar la basura, preparar la cena o hacerle notar su atractivo, puede hacer mucho más por tu relación que una caja de bombones o un ramo de flores (¡aunque tampoco están de más!).


Amor es sinónimo de felicidad

“El amor se manifiesta en las personas como un sentimiento positivo que provoca felicidad y alegría en la inmensa mayoría de la población”. Esta es la principal conclusión del último de los estudios realizados al respecto por la ya mencionada Universdidad de Palermo (Argentina).


El estudio encuentra una relación directa entre los sentimientos de amor y felicidad, en la que ambos se retroalimentan, haciéndose crecer mutuamente.


A una conclusión similar llega el estudio realizado por el Instituto Millward Brown en una muestra española, que concluye: “El amor desbanca a la salud y se coloca, con una gran diferencia, como la prioridad de los españoles para ser felices“.


En base a estos datos parece apropiado concluir el artículo con una cita ad hoc de la escritora y divulgadora científica Alejandra Vallejo-Nágera:


“Uno de los atributos fundamentales del ser humano, básicos para su felicidad, es la capacidad para dar y recibir amor. Valorar al prójimo, compartir momentos con él y decirle con palabras y gestos “es bueno que existas”, “me importas”, “te quiero”.

Por José Manuel Garrido
 
Amor y enamoramiento: 7 investigaciones sorprendentes



La ciencia nos provee de datos curiosos sobre el enamoramiento.

¿Qué dice la ciencia acerca del amor y el enamoramiento? Hoy repasamos siete investigaciones científicas al respecto, que nos descubren el gran misterio de la relación de nuestro cerebro y nuestra conducta con lo romántico.

Los estudios que los enamorados deben conocer: enamoramiento y amor, bajo la lupa de la ciencia
Los psicólogos, los sociólogos y los médicos, han tratado de entender la conducta humana respecto al enamoramiento, el amor, el desamor, o la atracción. Y eso es porque el amor es una de las sensaciones más extraordinarias de las que puede disfrutar el ser humano, y las intensas emociones y la pasión del enamoramiento suelen afectar a la mente y al cuerpo de todos nosotros.

En las últimas décadas, las investigaciones en este campo han sido muchas y muy variadas. Pese a que no siempre ha existido consenso en los descubrimientos, hoy vamos a repasar algunas conclusiones curiosas sobre el amor y el enamoramiento.

1. El amor es como la droga
La química del amor es capaz de hacernos sentir en pleno subidón, hacernos sufrir un bajón o hacernos sentir el mono por alguien. Que el amor es como una droga es totalmente cierto, ya que usa las mismas vías neuronales que ésta. Tal y como señala un estudio del Colegio de Medicina Albert Einstein, cuando el amor se rompe, igual que cuando una persona es adicta a la droga, las consecuencias de la adicción son tan fuertes que pueden desembocar en graves conductas depresivas y obsesivas.

Al igual que la droga, el amor libera dopamina, serotonina o noradrenalina, por eso que cuando nos enamoramos nos sentimos excitados, llenos de energía y nuestra percepción de la vida es magnífica.

Lo puedes comprobar consultando el artículo "La química del amor: una droga muy potente", en que explicamos detalladamente la influencia del enamoramiento en nuestra conducta.
2. La navidad provoca divorcios
Las investigaciones parecen indicar que tras la navidad, las rupturas de pareja se incrementan. El cambio de horarios y la convivencia más intensa provoca que afloren las diferencias que han estado ocultas. Ya que la Navidad es la época más estresante para las parejas, los divorcios y las separaciones crecen una media de un 5% en el mes de enero en comparación con el resto del año según los datos del Consejo General del Poder Judicial de España.

Las razones que llevan a este aumento en las rupturas sentimentales incluyen el estrés añadido. Además, según Victoria Milan, el portal de citas para personas casadas o en pareja que buscan una aventura, más del 45% afirma haber sentido el deseo de divorciarse durante enero, mientras que sólo el 22% asegura que todo lo contrario. Este estudio se llevo con más de 9.000 mujeres y hombres usuarios de la web de citas.

3. Los pequeños detalles son los que cuentan
Vivimos en una sociedad consumista y el amor y las relaciones sociales también se han ido mercantilizando. Por eso es importante recordar que son las pequeñas cosas las que al final marcan la diferencia. Un reciente estudio relacionado con la psicología del amor, en el que participaron 4000 residentes en el Reino Unido, concluyó que son los actos amabilidad son los que más se valoran. Llevarle café a tu pareja cuando se levanta, estar receptivo cuando llega cansado o cansada del trabajo o recordarle lo genial que se ve por las mañanas será más valorado que gastarte mucho dinero en un regalo.

Pero cuidado, porque existe otro estudio que afirma todo lo contrario: que la amabilidad es un problema a la hora de encontrar pareja. ¿Difícil de creer? Compruébalo entrando en este enlace:
"La amabilidad, un obstáculo a la hora de conocer a tu pareja"
4. Ver películas de amor: la mejor terapia de pareja
Un estudio longitudinal afirma que el índice de divorcio se reduce drásticamente cuando las parejas miran películas de amor y hablan sobre ellas después. El resultado del estudio llevado a cabo por Ronald Rogge sugiere “que las parejas saben perfectamente lo que hacen bien y mal en sus relación, por lo que no hay que enseñarles mucho al respecto. Lo importante es que reflexionen sobre su comportamiento, y las películas de amor pueden ayudar a hacerlo. Además, los actores suelen funcionar como modelos a los que imitar”.

5. Las redes sociales la primera causa de divorcio
Según una encuesta de la Academia de Abogados Matrimoniales de Estados Unidos llevada a cabo en 2011, parece ser que cuatro de cada cinco abogados han percibido un incremento de los casos de divorcio debido al uso de las redes sociales. Éstas generan diferentes problemas en la pareja, desconfianza o celos, y como resultado 1 de cada 5 matrimonios se separan debido a problemas ocasionados por el uso del Facebook. Además, dos terceras partes de los encuestados afirman que Facebook es la primera causa de divorcio.

Por otro lado, según un estudio de Garcia Rivera, “se puede concluir que a las mujeres les causa mayor molestia que su pareja utilice el Facebook. Compartir fotos, actividades y los "me gusta" que dan a otras publicaciones son las actividades que más les causa problemas, pero a pesar de que el 70% de los encuestados respondieron sí tener problemas debido al uso que le dan a Facebook sus pareja, solo el 30% respondió haber tenido una ruptura sentimental a causa de ello”.

6. Las relaciones a distancia pueden funcionar
De acuerdo con una nueva investigación, y al contrario de lo que la mayoría de las personas piensan, las relaciones a distancia pueden funcionar. Son dos las razones que mantienen viva la llama a pesar de los kilómetros que separan a los dos enamorados. Las parejas separadas por la distancia, se cuentan información más íntima y tienen más idealizada a la pareja. Como resultado, los dos suelen tener niveles similares de satisfacción y estabilidad. ¿Será cierto?

7. Las discusiones de pareja engordan
Un estudio del Instituto de Medicina del Comportamiento de la Universidad de Ohio afirma que las personas propensas a padecer estrés, depresión o problemas de ánimo, tienen mayor riesgo de engordar si discuten con su pareja frecuentemente, ya que afecta a la manera de procesar las grasas por parte del cuerpo. Las peleas entre los miembros de la pareja, provocan un aumento de la cantidad de insulina en sangre, lo que estimula la ingesta de alimentos y la acumulación de grasa abdominal.

Además, las peleas frecuentes pueden hacer sentir deprimida a una persona y provocar un exceso de ingesta de alimentos. Estar desanimado provoca el abandono de hábitos de vida saludable, como la práctica de ejercicio. Por otro lado, las personas con problemas de estrés y ansiedad, pueden aumentar los triglicéridos, responsables de importantes enfermedades cardiovasculares.

Por Jonathan García Allen
 
Manejo de la resistencia al cambio desde la psicología organizacional




Alguien dijo en cierta ocasión que “el único cambio que el ser humano disfruta es el del pañal”. Tanto en nuestra vida personal, como a nivel organizacional, cambiar no es fácil. Pero si no cambiamos, no crecemos. ¿Cómo podemos enfrentar de mejor manera, entonces, los cambios? Responderé a esta pregunta en los planos personal y organizacional, aunque no hay que perder de vista que en los procesos reales, ambos planos se entrelazan.

Transferiré el modelo que Elizabeth Kübler Ross da para las etapas del duelo –con base en pacientes terminales- al ámbito organizacional, de acuerdo con mi experiencia en este terreno.

Dado que los seres humanos somos capaces de anticipar el futuro, cuando la vida nos plantea un cambio, es muy probable que nuestra primera percepción ante éste sea preocupación por la probable pérdida que dicho cambio puede representar (sobre todo si el cambio no ha sido escogido por nosotros).


Así, la persona que se va a casar –por ejemplo- aunque quizás anhela este cambio en su vida, a veces pensará que está perdiendo libertad. O, si hay un cambio en la manera de hacer las cosas en nuestro trabajo, es probable que nos preocupe si vamos a poder hacerlo bien con el nuevo sistema. Tememos perder imagen o prestigio, o autoestima. No nos resistimos al cambio propiamente dicho, sino a la posibilidad de pérdida (ya sea que esta pérdida sea real o imaginada).

Por ello, las etapas que una persona o una organización atraviesan, cuando algo cambia en su vida personal o profesional, muchas veces se parecen a las etapas de un proceso de duelo (por supuesto la intensidad varía) y conocerlas nos da un “mapa” útil para transitar con una mayor relativa serenidad el camino del cambio.

Estas etapas son:


1. La Negación: Asumimos que no es cierto que las cosas hayan cambiado o que vayan a cambiar (esto se da lo mismo en un proceso psicoterapéutico ante un insight que se asocia con la pérdida de autoestima por ejemplo, que en un proceso de cambio organizacional, cuando se menciona a un grupo que se trabajará de manera distinta por ejemplo). Negamos que “la ola” (el cambio) está ocurriendo o que va a ocurrir.

En las organizaciones, es frecuente que algunos grupos – a veces los sindicatos, a veces los mandos medios- tiendan a quedarse estancados por un tiempo en esta etapa. Es decir, que su postura es “Acá nada va a cambiar”. Esto contrasta con la postura de la alta gerencia “Debemos cambiar” y del personal operativo (“¿Dios mío..¿Cuándo va a cambiar esto”?).Por ellos es en los mandos medios, en los cuales –usualmente pero no siempre- suele encontrarse la mayor resistencia al cambio.

2. La cólera: Nos enojamos (con el jefe, con el terapeuta, con Dios), como una manera de lidiar con la realidad, en el momento en que ésta ya no puede seguir siendo negada. Culpamos a otros de lo que está ocurriendo y sentimos que hay cierta injusticia (“¿Por qué yo…?!!”).

Cuando esta etapa se da en las organizaciones, cobra muchísima relevancia todo lo que tiene que ver con proveer información abundante, frecuente y consistente. Si esto no se hace, la cólera conduce a la invención de historias terribles y empeora las cosas. La idea que se vende en esta etapa a los colaboradores es la de la “relativa serenidad del cambio”, y no la de la “seguridad garantizada”.

Es decir, que no sería honesto calmar la natural ansiedad de las personas garantizando, por ejemplo que no habrá ningún despido, cosa que con frecuencia ni los Directores saben a ciencia cierta. Es más realista aclarar que lo grave, realmente, sería no cambiar, porque ciertamente, ese falso sentido de seguridad que proporciona una comodidad como la que tuvo IBM en los 80’s o la Ford a fines de los 70’s, en el sentido de que ningún cambio era necesario, sí garantiza –como se ha visto históricamente- un fracaso organizacional ).

(Acá, al hablar de vender la “relativa serenidad del cambio” como una opción más realista que la de negar la necesidad del cambio y garantizar una falsa seguridad, me refiero a organizaciones que verdaderamente necesitan el cambio, no a aquellas con Directores voraces y deshumanizados que por un centavo más recortan cualquier cantidad de personal –lo que por cierto suele ser un bumerang, como lo demostró la famosa “reingeniería” cuando se aplicó en sus inicios con una mentalidad cortoplacista y voraz)

3. La Negociación: Esta es una etapa de regateo interno, en la cual, para poder asimilar el “bocado” que representa la nueva situación, nos quejamos internamente (o también hacia fuera) sobre “si por lo menos”, la nueva situación se hubiera dado de manera más benigna. (“Si por lo menos, me lo hubiera dicho de otra manera….”me hubieran dado más tiempo para adaptarme”…).

Cuando esta etapa se da en las organizaciones, usualmente, las personas han empezado a asimilar el cambio y han iniciado algunos intentos de adaptación al nuevo sistema. Este es un período de transición en el cual el cambio ha ganado parcialmente algunos adeptos, aunque por supuesto, algunos colaboradores aún estarán en la etapa de negación y otros en la etapa de cólera. Por ello, la empatía juega un papel importante en esta fase de negociación interna.

4. El Valle de la Desesperanza Transitoria (VDT) (La Depresión Transitoria): Acá la realidad se ha vuelto innegable (es claro que la ex novia ya gusta de otro, o que el nuevo sistema de trabajo ha llegado para quedarse y que el antiguo sistema ya no regresará jamás). Ya no estamos enojados, hemos dejado de regatear y se da el fenómeno de que transitoriamente nos sentimos vacíos, sin energía ni entusiasmo, desalentados.

Tanto a nivel personal como organizacional ponemos en duda nuestra propia competencia y nuestra autoestima es frágil en esta etapa. Sin embargo, si nos “aguantamos” y aprendemos lo que la experiencia de cambio significa (y acá la ayuda terapéutica, o al asesoría organizacional son importantes, cada una en su contexto) esta etapa es como un “invernar” transitorio, que nos fortalece y hace madurar.

En el contexto organizacional esta es la etapa más difícil. Es el equivalente al impasse psicoterapéutico. Las personas están claras de que el nuevo sistema ha llegado para quedarse pero aún no lo manejan del todo, y tienen que lidiar con esta frustración. Por otra parte, saben que no pueden regresar al sistema antiguo. Es como haber dejado un muelle, estar a mitad de camino rumbo a otro, cansado, pero sin opción de regresar al muelle de partida.

Hay al menos 5 elementos que, en mi experiencia, que son claves para que este VDT se haga menos largo y menos profundo y con frecuencia son éstos los que determinarán la diferencia entre el éxito o el fracaso del proyecto de cambio. Muy brevemente, diré que es necesario que haya:

a. Un líder reconocido como propietario del proceso de cambio que sea reconocido como íntegro, y que goce de alta credibilidad.

b. Una visión razonablemente clara de cómo lucirá el futuro. Sin una visión coherente, compartida y sentida, las personas no encuentran un sentido de propósito para el cambio. La visión es la regla-criterio que inspira y ayuda en los momentos difíciles. Si no, que lo digan –en otro contexto- aquellos que han pasado por procesos fuertes de psicoterapia y que descubren sus propios vacíos y se sienten vulnerables y en cierto sentido “desnudos” ante sí mismos. La visión organizacional del cambio, no se formula en este momento, pero es en esta fase en la que se torna vital para sostener el momentum del proceso de cambio.

c. Un sentido de urgencia positivo. No hay tiempo acá para pasarse en la autocompasión todo el día. El líder tiene mucho que ver con reforzar todo el tiempo este sentido de urgencia positivo.

d. Capacitación para el cambio y sensibilización acerca de lo que está ocurriendo (Es distinto sentir que uno no va a poder lograr algo, y creer que de veras no lo va a lograr, que sentirlo y que venga alguien a decirle a uno: “Vas a salir adelante. Sólo se siente como si no fueras a lograrlo, pero sí lo vas a poder hacer). Acá es dónde los psicólogos organizacionales, en particular, podemos hacer una diferencia vital entre el éxito y el fracaso del proyecto de cambio.

e. Retroalimentación y reconocimiento acerca de lo que se ha conseguido: Esto restaura la confianza temporalmente perdida durante esta fase del VDT. El líder ha de saber cuando ser asertivo y empujador y cuándo ha de reforzar los logros y reconocer no sólo los resultados sino el esfuerzo. Los colapsos del proceso de cambio, usualmente provienen en buena medida, de líderes a quienes en esta fase, sólo se les ocurre seguir presionando.

Por supuesto hay otros factores. Me he limitado a mencionar los que me parecen cruciales. No hay manera de evitar el VDT. Pero hay una diferencia del cielo a la tierra, entre cruzarlo sin ninguno de los cinco elementos mencionados y el poder disponer de éstos. La diferencia puede llegar a ser el éxito o el fracaso del proyecto de cambio.

5. La aceptación y el crecimiento: Finalmente, una vez que salimos de la depresión transitoria, llegamos a aceptar el cambio, empezamos a probar fuerzas de nuevo (una nueva novia, el nuevo sistema de trabajo, una nueva actitud) y descubrimos que hemos alcanzado un nuevo estado de cierta tranquilidad y conciliación auténtica con nosotros mismos y que en el proceso hemos madurado y crecido, ya sea personal u organizacionalmente.

Acá llega la fase en la que hemos incorporado el nuevo sistema. Queda ahora pendiente el institucionalizarlo, para que ese haga duradero. Cuando ya nadie nota que hemos cambiado en la organización (como lo han demostrado algunas líneas aéreas que han realizado cambios culturales importantes como Continental Airlines, Southwest, o los cambios reconocidos de Sears o General Electric), este es el mejor síntoma de que el cambio se ha institucionalizado. ¿Y ahora?. Bueno, ahora, hay que revisar de nuevo, qué otras opciones de cambio tenemos.

La perspectiva anterior, a veces es insuficiente para entender la resistencia al cambio. Por ello la complemento con el enfoque de cultura organizacional que presento a continuación.

Una Perspectiva de la Resistencia desde la Cultura Organizacional

A menudo, cuando presento el esquema anterior, se me pregunta, en mi tarea como Consultor, cómo saber si “estamos preparados para el cambio”. Hecha la salvedad de que uno jamás está totalmente preparado para el cambio, (de la misma forma en que uno jamás está totalmente preparado para la adolescencia, o para casarse, o para tener hijos) creo que la pregunta es tan sólo otra manera de inquirir acerca de si nuestra forma actual de trabajo en la organización, (nuestros valores organizacionales actuales) soportarán la presión del frecuentemente necesitado cambio hacia una mayor competitividad, y sobre todo, si podemos establecer en qué dirección tendría que orientarse el cambio.

Y es acá es dónde entra en juego el concepto de cultura organizacional. De los esquemas, que hay sobre “ella” (y son abundantes) hay uno que me parece particularmente útil para responder la pregunta del párrafo anterior. Es el esquema de las 4 dimensiones de las culturas organizacionales exitosas que indico a continuación.

Una cultura fuerte, es como un barco que ha de tener sólidas las 4 dimensiones siguientes:

1. Visión: Esta es la gran meta que inspira a todos, que define “lo que se vale y lo que no se vale” en la organización, y que dicta hacia dónde vamos. La Visión es por así decir- el puerto al que se dirige el barco-organización. ¿Saben todos en la organización hacia dónde se dirige la misma? ¿Se sabe en detalle qué clientes quedan comprendidos en esta visión y quiénes no? O,… ¿Se quiere ser todo para todos? (Esto no funciona, por cierto)


2. Consistencia: De manera simple la consistencia es el conjunto de normas, reglas, procedimientos, y rituales que definen la forma particular, el “estilo”, en que la organización responde a sus situaciones internas. Una empresa de alta consistencia –como Procter and Gamble por ejemplo– tiene un conjunto definido de “haga” y “no haga”.

Hay que tener cuidado, no obstante, con no “engolosinarse” con este asunto de las normas, porque si la consistencia se exagera, este conjunto de normas ya no agrega valor, sino papeleo y costo. Se convierte en burocracia.

¿Se sigue pidiendo en la organización, una firma, tan sólo por costumbre, de tal manera que la firma siempre se suscribe, sin importar mucho la situación?. Eso es burocracia, no consistencia. Porque no agrega valor a la organización (Jack Welch transformó GE en los 90’s con esta simple norma: “Elimine todos los procesos que no agreguen valor”).

En mi experiencia como facilitador y tallerista he encontrado que la estabilidad y la dirección del barco-organización, que venían dados originalmente en éste, por una clara visión y un sano conjunto de normas efectivas y agilizantes, suelen convertirse, con el paso del tiempo en lastre inútil. Esto es frecuente en todo tipo de organizaciones, privadas, y de gobierno, con o sin fines de lucro.

Y entonces tenemos organizaciones demasiado pesadas.

Tenemos lo que yo llamo “El Síndrome del Titanic”.

Porque el Titanic se hundió, no por ser un barco débil, sino porque su propia inercia le impidió cambiar de rumbo con la rapidez necesaria.

Como ejemplo harto conocido –y que mencioné brevemente antes- , basta recordar a IBM en 1,991, antes de que la tomara Lou Gerstner. IBM había caído en “el síndrome del Titanic”, y entonces, cual señorona apoltronada, y acomodada, olvidó que el cliente era su razón de ser. (Hoy –9 años después- gracias a Gerstner y a la brillante estrategia de éste , IBM está de nuevo en grandes ligas, pero no sin haber pagado altos precios).

Piense por un momento: ¿Se parece su organización a un Titanic? ¿Nos escudamos bajo frases eufemísticas como que tenemos “mística de trabajo” para disfrazar positivamente nuestras montañas de papeleo inútil, los laberintos y vía crucis burocráticos y la riesgosa inercia de la ineficiencia?

Las otras dos dimensiones de la cultura son complementarias a las dos vistas y en cierta forma antagónicas al síndrome del Titanic. Más bien perfilan a una especie de velero. Veamos.

3. Participación: Puesto de manera sencilla, ésta es una medida de la facilidad con la que la información y las ideas fluyen a través de la organización, reflejada entre otras cosas, en que las reuniones son frecuentes, espontáneas, efectivas y entusiasmantes.

¿Platican los marineros en su barco-organización? ¿El camarote del capitán –y la mente de él o ella- están abiertos de veras para todos? ¿Son las reuniones en su organización entusiastas o aburridas, rutinarias o entusiasmantes, efectivas o pérdidas de tiempo?

Obviamente una organización no puede implementar todas las ideas que dan sus miembros. La cuestión es si existe el ambiente que provoca que a uno le den ganas de aportarlas, o no. Tampoco conviene tener reuniones todo el tiempo. Y, de nuevo, la cuestión es si se percibe en la organización la libertad suficiente para que éstas sean entusiasmantes, creativas y eficientes.

4. Adaptabilidad: Esta es la agilidad con la que la organización responde a sus clientes externos y su disposición al cambio. Es una medida de la flexibilidad de la organización.

Cuando una organización tiene una alta participación y una alta adaptabilidad, decimos que tiene una cultura flexible y con disposición al cambio.

Apple, cuando nació, con Steve Jobs (ahora de vuelta con su “Think Different”), no tenía divisiones físicas en su sede y Jobs afirmaba en aquella época que escogía a gente que tuviera “brillo en los ojos”. Apple era ágil, veloz y flexible y esto le permitió ganar mercado con rapidez. Apple no era un Titanic. Era un velero que sorteaba las olas con gracia y facilidad.

Pero al cambiar tres presidentes en menos de 10 años, perdió el rumbo y estuvo a punto de naufragar.

La conclusión resulta obvia. Es tan riesgoso ser un Titanic burocrático (IBM), como lo es, el ser un velero falto de peso y dirección (Apple).

Tener fuertes las 4 dimensiones descritas no es fácil, porque a medida que una organización incrementa su peso, dirección y estabilidad (Visión y consistencia) casi automáticamente empiezan a disminuir su flexibilidad y disposición al cambio (Participación y Adaptabilidad). El híbrido óptimo entre Titanic y Velero no es fácil de lograr.

Quisiera dejar en claro, que las 2 perspectivas que he planteado no son, por supuesto, las únicas. Muchos autores han planteado el cambio desde otras aproximaciones: Administrativa, Económica, etc. Sin embargo, en mi experiencia, muchos dirigentes organizacionales, desconocen, o no quieren saber, lo que sucede a nivel emotivo en la mente y el corazón de las personas que reciben el cambio, y me he quedado asombrado de ver cuan poco material hay al respecto, desde estas 2 perspectiva: La psicológica-emotiva y la cultural.

De allí que espero que esta ponencia pueda incentivar otros aportes en línea humanista.

De allí que, las estrategias para el cambio que propongamos o analicemos como profesionales de Recursos Humanos en nuestras organizaciones, han de orientarse a lograr el mejor balance “Titanic-Velero” que sea factible , apuntalando de estas 4 dimensiones, las que en nuestra organización luzcan débiles. Además habremos de tomar en cuenta, que, desde la perspectiva del ser humano que labora en nuestras organizaciones las personas estarán muy probablemente atravesando por las etapas descritas en la primera parte de esta ponencia.

Sugiero, entonces, que la próxima vez que alguien plantee una estrategia de cambio para su organización usted piense primero –como profesional responsable de la Psicología Organizacional, – si el viraje brusco no le dará vuelta al barco (viraje imposible si se trata de un Titanic), o si la falta de peso y dirección no nos harán perder el rumbo (cambios de “moda organizacional” cada año y que considere además, que las personas no se resisten al cambio por molestar a nadie, sino que como un proceso natural de reacción ante lo que perciben como una amenaza de probable pérdida.

Es parte de nuestra tarea como Psicólogos Organizacionales el ayudar a las personas en este transitar por el emocionante camino del cambio en la forma más humana que nos sea posible.

Por Ramiro Ponce
 
"Quiero cambiar mi vida": 23 pasos para empezar de nuevo

Desprenderse de los viejos hábitos y abrazar otros más útiles y motivadores puede ser algo confuso.

Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos querido cambiar. Ya sea porque nos ha dejado la pareja y teníamos gran parte de la culpa o porque estábamos realizando una carrera universitaria que, en realidad, no era la que deseábamos.

El cambio es algo normal en los seres humanos y en la naturaleza, pero no siempre es fácil. A partir de estas experiencias es muy normal y comprensible llegar a la siguiente conclusión: "quiero cambiar mi vida".

Claves para cambiar de vida
Cambiar o transformarse es un proceso individual que comienza en uno mismo, por tanto, nosotros somos los principales conductores de nuestro cambio. Pero es frecuente que nuestras propias creencias o el miedo a cambiar puedan interferir en el cambio de vida que tanto imaginamos.

Si estás decidido a cambiar, en las siguientes líneas encontrarás los pasos necesarios para llevar a cabo el proceso de cambio.

1. Conócete
A la hora de empezar de nuevo, el primer paso es conocerse a uno mismo. Saber cuáles son tus deseos, cuáles son las cualidades que posees y cuál es la dirección que quiere seguir. El primer paso para el cambio es la autorreflexión y el autoconocimiento.

2. Encuentra un propósito en tu vida
El autoconocimiento es clave para poder averiguar cuál es el propósito que uno tiene en la vida. Tener un objetivo vital es clave porque nos mantiene motivados: es la fuerza que nos ayuda a movernos y que vertebra nuestro día a diá. Ahora bien, cambiar no solamente consiste en visualizar el propósito, sino en disfrutar del camino mientras se persigue.

3. Hazlo por ti
Para hacer lo anterior de manera eficaz es necesario conectar con uno mismo, por eso es tan útil conocerse a fondo. Porque muchas veces pensamos que queremos cambiar, pero es la opinión de los demás la que nos influye de tal manera que creemos que aquello que nos imponen es lo que nosotros queremos. Las metas a perseguir deben ser genuinas, si no, será difícil cambiar.

4. Ábrete al cambio
El punto anterior nos lleva a tomar la decisión de cambiar, y por tanto, es necesario tener una buena dosis de voluntad. Abrirse al cambio significa estar dispuestos a transformarnos y a perseguir las metas a través de una cierta cantidad de esfuerzo.

5. Planifica el cambio
Una vez que tengamos claras nuestras ganas de querer cambiar y sepamos qué es lo que queremos cambiar, es necesario planificar el cambio. Si es posible incluso tenerlo apuntado en papel, pues es más fácil de visualizar y permite hacer un menor esfuerzo a la hora de traerlo a la mente cuando lo necesitemos. Hay que ir fijando pequeños sub-objetivos y ponerles fecha.

6. Pero… ponte objetivos a corto plazo
No vale solamente ponerse metas a largo plazo, sino que necesitamos tener en cuenta las metas a corto plazo también, pues es la única manera de que estemos motivados durante el proceso de cambio y de que no nos olvidemos de nuestro compromiso.

7. Sal de la zona de confort
La zona de confort es un lugar intangible en el que nos sentimos protegidos y cómodos, y salir de esta zona provoca que tengamos que esforzarnos para poner a prueba esquemas mentales que, pese a parecer adaptativos, no siempre lo son.

8. No temas a la incertidumbre
Y es que salir de la zona de confort puede provocar cierto grado de ansiedad, en gran medida por el miedo a la incertidumbre. No saber qué nos espera al cambiar puede producir temor si no tenemos suficiente confianza en nosotros mismos o si visualizamos únicamente las consecuencias negativas de la transformación. Es por eso que debemos dejar de lado este miedo irracional y procurar analizar los riesgos de forma calmada y analítica.

9. Sé consciente de que pueden darse altibajos
Aceptar que podemos fallar también es positivo. Eso no quiere decir que debamos rendirnos si las cosas no salen como deseamos, sino que debemos estar preparados para superarnos y levantarnos lo antes posible después de una caída.

10. Automotívate
Saber automotivarse también es una de las claves para poder cambiar, y es una de las mejores cualidades que puede poseer una persona.

11. No te compares con nadie más
El cambio es un proceso individual: eres tú quien dice "quiero cambiar mi vida", no otra persona sujeta a un contexto muy distinto al tuyo. Por eso no debes compararte con los demás, sino seguir fiel a ti y a tus deseos y luchar con todas tus fuerzas.

12. No hagas caso ciego de las opiniones de los demás
Tampoco debes hacer caso a todas las opiniones de los demás, porque algunas personas suelen proyectar sus propios miedos sobre ti. Si alguien no tiene la voluntad de cambiar, es probable que tampoco crea que tú puedes hacerlo.

13. Piensa en la recompensa
Para seguir automotivado durante el proceso de cambio es importante que visualices la recompensa o las consecuencias positivas de lograr el cambio. Sin embargo, conviene no olvidar que el proceso de transformación es en sí mismo un premio.

14. Quiérete a ti mismo/a
También es importante que no seas muy duro contigo y aceptes que las cosas pueden no salir tal y como lo planeaste. Eso sí, puedes rectificar y aprender de los fracasos. Si tú no tienes empatía contigo, ¿quién la tendrá?

15. Sé realista
Los objetivos y las metas que nos proponemos siempre deben ser realistas, de lo contrario, podemos encontrarnos con falsas expectativas que pueden entrometerse en el proceso de cambio y llevar a la frustración, la cual no solo es desagradable sino que te quita las ganas de esforzarte.

16. Desafía tus creencias limitantes
Las creencias limitantes son aquellos pensamientos irracionales que no nos dejan cambiar y que interfieren en nuestro crecimiento individual. Por ejemplo, “yo no soy capaz de hacer esto porque siempre tengo mala suerte”. Superar este tipo de pensamientos es necesario para no quedarse a medio camino del cambio.

17. Responsabilízate
Responsabilizarse significa empoderarse frente al cambio. Es la habilidad de dar respuesta a los eventos que ocurren a nuestro alrededor con la suficiente capacidad de autoliderazgo, lo que permite superar las adversidades. Debes tener claro que tú eres la persona responsable de tus decisiones.

18. Abandona el victimismo
Lo contrario de responsabilizarse frente al cambio es hacerse la víctima. Mientras la responsabilidad es acción, el victimismo es paralizante.

19. Busca ayuda
Acepta la ayuda de los demás si crees que esas ganas de echarte una mano son genuinas. Si entre tus amigos o familiares no hay nadie capaz de ayudarte en ciertas cosas, puedes considerar la opción de contratar entrenadores, profesores o coaches. Los coaches son expertos en desarrollo personal y ayudan a las personas a mejorar su autoconocimiento, planificar metas realistas, empoderarse frente al cambio y automotivarse. Contratar a un profesional de este campo puede ser útil para maximizar tus posibilidades de transformación.

20. No pierdas de vista el presente
Mantener los pies en el suelo es vital para llevar a cabo el proceso de cambio, por eso es importante estar en el aquí y el ahora, conectado con uno mismo. Está bien tener en mente el cambio, pero para conseguir cambiar hay que trabajar diariamente y no olvidarse de donde uno se encuentra en el día a día.

21. Aprovecha el camino para aprender
Cuando las cosas no salen como una planea es necesario aprender de la experiencia y retomar el rumbo de nuevo, es decir, volver a engancharse al cambio. Las personas exitosas son aquellas que aprenden de los fracasos y se levantan una y otra vez después de caerse.

22. Practica el desapego
El desapego, entendido como la liberación emocional, es clave para el proceso de cambio. Esto no significa deshacerse de las personas importantes de nuestra vida, sino que nos ayuda a visualizar las cosas desde una perspectiva mucho más realista y menos emocional.

23. Aprende a gestionar las emociones
Tanto el exceso como la falta motivación pueden interferir en el proceso de cambio, y aunque algunos piensen que el exceso de motivación es positivo, puede provocarnos expectativas demasiado altas en el proceso de cambio, lo que puede llevar a la frustración. Ser consciente de nuestras emociones y aprender a gestionarlas es un factor determinante en la transformación personal.

Empezar de nuevo es dejar ir
Como conclusión podemos destacar la idea de que para cambiar hay que aprender a tomar decisiones, aceptar compromisos y aceptar la idea de que es mejor desprendernos de ciertos elementos de nuestro día a día.

De esa forma el desarrollo personal se realizará de manera eficaz y no se producirán retrocesos desmotivadores y frustrantes.

Por Juan Armando Corbin

 
Personas testarudas: 5 características típicas, y cómo lidiar con ellas

La testarudez puede llevarnos a defender ciegamente ideas o creencias que nos esclavizan.

No hay una sola manera de interpretar lo que es la vida, lo que esta implica para nosotros. Una de las consecuencias de esto es que cada persona desarrolla una manera más positiva o más negativa de ver las cosas, y una mentalidad más flexible o más rígida.

Y es que gran parte de nuestra identidad viene dada por la manera en la que aprendemos a adaptarnos a lo que nos va sucediendo, a nuestro entorno. Hay quien tiende a cambiar constantemente de estrategia dependiendo de los resultados que dan sus planes cuando son aplicados a la realidad, y hay quien pase lo que pase sigue manteniendo las mismas creencias, opiniones y actitudes.

En este artículo veremos justamente en qué consiste ser una persona testaruda, y cuáles son las características de esta manera de ser.

5 características de las personas testarudas
La testarudez puede ser más o menos positiva dependiendo del contexto, pero por lo general, supone una limitación que nos lleva a no querer separarnos de una idea o estrategia pase lo que pase. Veamos cómo se traduce esto a la práctica.

1. Son orgullosas
Las personas testarudas no lo son simplemente porque crean honestamente que lo correcto es seguir comportándose tal y como lo hacen. Lo son, en parte, porque el hecho de dar un giro brusco en sus actitudes, opiniones, estrategias o estilo de comportamiento puede desgastar su imagen, revelando que se ha cometido un error o que, simplemente, son personas imperfectas que no saben de antemano lo que va a pasar.

Así pues, para ellas no importa tanto el contenido de lo que hacen, piensan o dicen, como la idea de mostrarse consistentes en lo que hacen.

2. La improvisación es su enemiga
Tal y como nos ocurre a todos, las personas testarudas se ven obligadas a improvisar de vez en cuando. Lo que ocurre es que en su caso existe un riesgo añadido de que las cosas salgan mal, porque si la decisión inicial que toman resulta ser la incorrecta, es más difícil que se corrijan a sí mismas.

Esto es algo que ellas mismas saben, y como consecuencia, a partir de lo que van aprendiendo a partir de sus experiencias, prefieren evitar exponerse a situaciones en las que tengan que tomar decisiones importantes de manera improvisada.

3. La teoría les importa más que la realidad
Para este tipo de personas, en muchas ocasiones, si la teoría no se corresponde con la realidad, es la realidad la que está mal. Esto no significa que tengan un fuerte deseo por mejorar el mundo, dado que para hacer esto último sería necesario realizar un diagnóstico fidedigno del problema sobre el que se va a intervenir. Significa que prefieren escudarse en esa rigidez mental con tal de no afrontar que sus ideas pueden estar equivocadas.

4. Les interesa ser vistas como personas autónomas
Tal y como hemos visto, las personas testarudas quieren ofrecer una imagen de coherencia y de tener un criterio propio muy fiable. Por eso, si bien no todas quieren liderar equipos, tienden a disfrutar de la posibilidad de ser vistas como referentes intelectuales, personas con una filosofía de vida a tener en cuenta.

5. Tienen planteamientos dicotómicos
A la hora de aferrarse a una creencia, las personas testarudas necesitan tener una justificación para no tener en cuenta todas las opiniones en contra de lo que ellas hacen. Por eso, suelen crear “listas negras” que les llevan a desestimar las ideas de otros. Todo lo que no les dé la razón en ese sentido, está fuera de cualquier consideración o reflexión autocrítica. De esa manera desaparecen las dudas.

¿Qué hacer al tratar con ellas?
A la hora de tratar con personas testarudas, sigue estos consejos.

1. No te rías de sus errores
Esto es importante, porque supone una confrontación clara. A veces, la testarudez puede llevarnos a desarrollar actitudes o comportamientos que parecen una caricatura, pero eso no es motivo para reírse de quien los mantiene. Hacerlo solo creará malestar y no les hará salir de su error, debido a la disonancia cognitiva generada: prefieren creer que el otro no sabe lo que dice a asumir sus equivocaciones.

2. Introduce la duda
También hemos visto que las personas testarudas son muy radicales en su manera de pensar, y tienden a ver como algo negativo todo lo que vaya contra la creencia o estrategia que mantienen pase lo que pase. Eso significa que atacar directamente esa creencia o idea no resultará eficaz.

Sin embargo, lo que sí es útil es hacer que la persona testaruda empiece a dudar de ellas, extrayendo conclusiones acerca de lo que pasa al llevar esas ideas hasta sus últimas consecuencias.

3. Ofrece una salida digna
No es necesario que quede patente que aquello que se defendía con testarudez era absurdo. Quien se ha aferrado a una creencia o actitud de manera radical, difícilmente hará eso a corto plazo. Es suficiente con pasar por alto lo ocurrido y darle a la otra persona la oportunidad de dejar de defenderla de manera ciega sin levantar risas ni comentarios críticos.

Por Arturo Torres

 
Disonancia cognitiva: la teoría que explica el autoengaño
Descubrimos el concepto de "disonancia cognitiva" de la mano de Leon Festinger.


El psicólogo leon Festinger propuso la teoría de la disonancia cognitiva, que explica cómo las personas intentan mantener su consistencia interna. Sugirió que los individuos tienen una fuerte necesidad interior que les empuja a asegurarse de que sus creencias, actitudes y su conducta son coherentes entre sí. Cuando existe inconsistencia entre éstas, el conflicto conduce a la falta de armonía, algo que la gente se esfuerza por evitar.

Esta teoría ha sido ampliamente estudiada en el campo de la psicología y puede definirse como la incomodidad, tensión o ansiedad que experimentan los individuos cuando sus creencias o actitudes entran en conflicto con lo que hacen. Este displacer puede llevar a un intento de cambio de la conducta o a defender sus creencias o actitudes (incluso llegando al autoengaño) para reducir el malestar que producen.

Festinger fue el autor de “Theory of Cognitive Dissonance" (1957), una obra que revolucionó el campo de la psicología social, y que se ha utilizado en distintas en áreas, como la motivación, la dinámica de grupos, el estudio del cambio de actitudes y la toma de decisiones.

La relación entre la mentira y la disonancia cognitiva
La relación entre la mentira y la disonancia cognitiva es uno de los temas que más ha llamado la atención de los investigadores. El propio Leon Festinger, junto a su colega James Merrill Carlsmith, realizó un estudio que demostró que la mente de los embusteros resuelve la disonancia cognitiva “aceptando la mentira como una verdad”.

El experimento de Festinger y Carlsmith
Ambos diseñaron un experimento para probar que si tenemos poca motivación extrínseca para justificar un comportamiento que va en contra de nuestras actitudes o creencias, tendemos a cambiar de opinión para racionalizar nuestras acciones.

Para ello, pidieron a unos estudiantes de la Universidad de Standford, divididos en tres grupos, que realizaran una tarea que evaluaron como muy aburrida. Posteriormente, se le pidió a los sujetos que mintieran, pues tenían que decirle a un nuevo grupo que iba a realizar la tarea, que ésta había sido divertida. Al grupo 1 se le dejó marchar sin decir nada al nuevo grupo, al grupo 2 se le pagó 1 dólar antes de mentir y al grupo 3 se le pagó 20 dólares.

Una semana más tarde, Festinger llamó a los sujetos del estudio para preguntarles qué les había parecido la tarea. El grupo 1 y 3 respondió que la tarea había sido aburrida, mientras que el grupo 2 respondió que le había parecido divertida. ¿Por qué los miembros del grupo que habían recibido solamente 1 dólar afirmaban que la tarea había sido divertida?

Los investigadores concluyeron que la gente experimenta una disonancia entre las cogniciones en conflicto. Al recibir sólo 1 dólar, los estudiantes se vieron obligados cambiar su pensamiento, porque no tenían otra justificación (1 dólar era insuficiente y producía disonancia cognitiva). Los que habían recibido 20 dólares, sin embargo, tenían una justificación externa para su comportamiento, y por tanto experimentaron menos disonancia. Esto parece indicar que si no hay ninguna causa externa que justifique el comportamiento, es más fácil cambiar de creencias o actitudes.

Aumentar la disonancia cognitiva para pillar a un mentiroso
Otro famoso estudio en esta línea de investigación lo llevó a cabo Anastasio Ovejero, y concluyó que, respecto a la mentira, “Es necesario entender que los sujetos por lo general viven en consonancia cognitiva entre su pensar y actuar y si por algún motivo no pueden ser congruentes, intentarán no hablar sobre los hechos que generan la disonancia, evitando así aumentar ésta y buscarán reacomodar sus ideas, valores y/o principios para así poder autojustificarse, logrado de esta manera que su conjunto de ideas encajen entre sí y se reduzca la tensión”.

Cuando se presenta la disonancia cognitiva, además de hacer intentos activos para reducirla, el individuo suele evitar las situaciones e informaciones que podrían causarle malestar.

Un ejemplo sobre el uso de la disonancia cognitiva para detectar a un mentiroso
Una de las maneras de pillar a un mentiroso es provocando un aumento de la disonancia cognitiva, para de esta manera detectar las señales que le delaten. Por ejemplo, un individuo llamado Carlos, que llevaba dos años sin trabajo, empieza a trabajar como comercial para una compañía eléctrica. Carlos es una persona honesta y con valores, pero no tiene más remedio que llevar dinero a casa a final de mes.

Cuando Carlos acude a visitar a sus clientes, tiene que venderles un producto que sabe que a la larga acarreará una pérdida de dinero para el comprador, por lo que esto entra en conflicto con sus creencias y valores, provocándole la disonancia cognitiva. Carlos tendrá que justificarse internamente y generar nuevas ideas dirigidas a reducir el malestar que puede sentir.

El cliente, por su parte, podría observar una serie señales contradictorias si presiona lo suficiente a Carlos para lograr que aumente la disonancia cognitiva, pues esta situación tendría un efecto en sus gestos, su tono de voz o sus afirmaciones. En palabras del propio Festinger, “Las personas nos sentimos incómodas cuando mantenemos simultáneamente creencias contradictorias o cuando nuestras creencias no están en armonía con lo que hacemos".

La psicóloga, autora del libro “Emociones expresadas, emociones superadas”, agrega que debido a la disonancia cognitiva, “El malestar viene acompañado generalmente por sentimientos de culpa, enfado, frustración o vergüenza”.

El clásico ejemplo de los fumadores
Un ejemplo clásico cuando se habla de la disonancia cognitiva es el de los fumadores. Todos sabemos que fumar puede provocar cáncer, problemas respiratorios, fatiga crónica e, incluso, la muerte. Pero, ¿por qué la gente, sabiendo todos estos efectos perniciosos que causa el humo, todavía fuma?

Saber que fumar es tan perjudicial para la salud pero continuar fumando, produce un estado de disonancia entre dos cogniciones: “debo estar sano” y “fumar perjudica mi salud”. Pero en vez de dejar el tabaco o sentirse mal porque fuman, los fumadores pueden buscar autojustificaciones como “de qué sirve vivir mucho si no se puede disfrutar de la vida”.

Este ejemplo muestra que a menudo reducimos la disonancia cognitiva distorsionando la información que recibimos. Si somos fumadores, no prestamos tanta atención a las pruebas sobre la relación tabaco-cáncer. Las personas no quieren oír cosas que les pongan en conflicto con sus más profundas creencias y deseos, a pesar de que en el mismo paquete de tabaco haya una advertencia sobre la seriedad del tema.

La infidelidad y la disonancia cognitiva
Otro ejemplo claro de la disonancia cognitiva es lo que le ocurre a una persona que ha sido infiel. La mayoría de individuos afirman que no serían infieles y saben que no les gustaría sufrirlo en sus carnes, aun y así, en muchas ocasiones, pueden llegar a serlo. Al cometer el acto de infidelidad suelen justificarse diciéndose a sí mismos que la culpa es del otro miembro de la pareja (ya no le trata igual, pasa más tiempo con sus amigos, etc.), pues soportar el peso de haber sido infiel (pensando que la infidelidad es de malas personas) puede causar mucho sufrimiento.

De hecho, después de un tiempo, la disonancia cognitiva puede llegar a empeorar, y ver constantemente a su pareja puede obligarle a confesar, pues cada vez puede llegar a sentirse peor. La lucha interna puede llegar a ser tan desesperante que los intentos de justificarse ante esta situación pueden causar serios problemas de salud emocional. La disonancia cognitiva, en estos casos, puede afectar a distintas áreas de la vida, como pueden ser el trabajo, las amistades en común, etc. Confesar puede llegar a ser la única manera de librarse del sufrimiento.

Cuando ocurre la disonancia cognitiva debido a una infidelidad, el sujeto se ve motivado a reducirla, pues le produce un enorme malestar o ansiedad. Pero cuando por distintos motivos, no es posible cambiar la situación (por ejemplo al no poder actuar sobre el pasado), entonces el individuo tratará de cambiar sus cogniciones o la valoración de lo que ha hecho. El problema surge porque al convivir con esa persona (su pareja) y verla diariamente, el sentimiento de culpa puede acabar por “matarle por dentro”.

Por Jonathan García Allen
 

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