Este lo pille de una chica que conozco...sin fuente....Algunas mujeres dicen no haber nacido para servir al hombre como esposa. Le huyen a las actividades como: cocinar, lavar, entre otros deberes domésticos. A ellas les basta con pasarla bien un rato (3 o 4 horas) o bien, las noches que su pareja lo desee. Para ellas este tipo de relación puede ser mínimo de 3 meses a toda la vida.
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Amantes, Seducción y Sufrimiento
- AutorEl karma
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Cuando las mujeres toman venganza, agarrate
Primero, sufren… Y después, toman todo ese sufrimiento, lo amasan, lo adoban, lo cocinan a fuego lento, y lo sirven en bandeja de plata. Un menú exquisito que se llama: venganza. Entonces lo saborean, lo disfrutan, y lo digieren. Para ellas es el dulce sabor de la venganza.
Cuando las mujeres toman venganza, agarrate
Sufren. Primero, sufren… Y después, toman todo ese sufrimiento, lo amasan, lo adoban, lo cocinan a fuego lento, y lo sirven en bandeja de plata. Un menú exquisito que se llama: venganza. Entonces lo saborean, lo disfrutan, y lo digieren. Para ellas es el dulce sabor de la venganza.
Ahora me toca a mí
Cada cual debería tener los enemigos que sea capaz de tolerar. Si vas a enfrentarte con alguien, que sea de tu tamaño (o de un tamaño menor, al menos). Por eso, muchos hombres caen en un fatal error: subestimar la capacidad de reacción que puede tener una mujer. Uy… amiguito, no creas que esa chica adolorida, que parece desfallecer ante tus actitudes dañinas, es un ser indefenso que no podrá soportar semejante desazón. No, amiguito… Esa misma criaturita de Dios, tomará esa energía que la tira a la cama y la desfigura por tanto moco y tanto llanto, y decidirá balancear un tanto el asunto. Cuando la fiera, herida, golpeada, destruida, recobre su actitud, te atacará sin piedad.
Y cuando una mujer despechada ataca, su tamaño es el de Goliat, su poder es el de una manada de leones enfurecidos, su odio es del tamaño de las torres Gemelas, una sobre otra y antes que ningún avión demente las rozara ni por lejos.
“Estaba con un chico, salimos casi tres meses. La cosa venía muy bien, creía yo. Pero un día, así como quien no quiere la cosa, me mandó un e mail diciéndome que lo lamentaba de todo corazón, pero que le gustaban tanto las mujeres, que no podía atarse a una sola. Y que no perdía oportunidad de acostarse con cuanta tarada se le cruzara en el camino. Es más, me reconocía que durante esos meses, no había dejado de hacerlo. Terminaba pidiéndome que le hiciera el favor de mandarle todas las fotos que tenía de él. Me dejó muy dolida, como aturdida. Pero reaccioné. Les pedí a mis amigas y compañeras de trabajo que me dieran fotos de sus amigos, sus novios, sus hermanos. Junté como cincuenta. Las puse en una caja, abierta, que dejé en la recepción de su trabajo, sabiendo que la recepcionista iba a contárselo a todos los de la empresa. En la nota le decía: “Lindo, perdoname, pero no recuerdo exactamente quien sos, buscá tu foto entre todas estas, y devolveme el resto. Gracias”. Sonreí desde que le dejé la caja y por varias horas, solo por el placer de imaginarme su cara cuando recibió el paquete”, comenta divertida Roxana, de 34 años, empleada administrativa.
El placer de las diosas
Algunos hombres son vengativos… sí. Habrá quienes más, quienes menos, quienes nada de nada, pero las mujeres lo somos todas, y algunas, terriblemente.
Cuando una mujer atraviesa situaciones dolorosas provocadas por un hombre en quien ha puesto su confianza, y mucho más su amor, puede llegar a pensar sólo en una idea: la dulce venganza.
La cosa muta, se trastoca, y todo ese mundo ideal se transforma en rabia y resentimiento. Las mariposas de la panza, se convierten en murciélagos negros que revolotean por la cabeza.
“Querés que el daño que te han hecho, sea reparado. Creo que lo que más te mueve a vengarte, es que pretendés que el tipo venga a pedirte perdón, de rodillas, avergonzado, arrepentido. Y humillarlo como vos te sentiste humillada cuando él te engaño”, relata Mariana, de 23 años, estudiante de Medicina.
Un poco de su propia medicina
Hay mujeres que buscan en la venganza un acto de justicia. Otras, pretenden minimizar el dolor que le causaron. Pero no siempre vengarse cura el daño, ni por equilibrar las cosas, éstas dejan de doler.
La liberación del dolor no se hospeda en la venganza. Ni el consuelo tampoco. A veces, la sensación de vacío sigue siendo tan intensa o aún peor que antes de accionar en contra de quienes nos han hecho daño.
“Yo nunca me sentí bien tras tomar venganza. La cosa sigue doliéndote. No construís nada, ni siquiera consuelo o alivio. Seguís mal, porque mientras la planeás, al menos tenés la ilusión de que todo va a cambiar cuando te hayas vengado. Pero no pasa nada. Yo pienso que lo único que tiene de bueno vengarte, es que capaz que ese hombre aprenda algo, y se cuide en el futuro para no hacer más lo mismo a otras mujeres. Que sienta en carne propia lo que él mismo genera. Pero si no es por eso, no sirve para nada”, comenta Patricia, de 42 años, maestra.
La única venganza es el olvido
Muchos actos de venganza van desde la destrucción de cosas del que ha ofendido, a provocar celos, o a denigrarlo entre el círculo común, difundiendo secretos que se suponían íntimos.
Pero hay una clase de venganza que es poderosísima: la del olvido.
La indiferencia puede ser un arma mucho más peligrosa que lo que se supone, y ha dejado a muchos hombres arrepentidos de por vida por los errores cometidos.
“Es como en el tango Grisel, en la que ella le pide a él que no la olvide, y él la deja igual. Y cuando pasan los años, él vuelve arrepentido, pero la que lo olvidó, es ella. Eso siempre me impresionó: yo creo que a un turro que te hace sufrir, lo que mas le duele, es que le demuestres que es una basura y que no te importa nada de nada”, comenta Mariana.
Del amor al odio
Al vengarse, muchas veces se llega a extremos. Ese odio y resentimiento que se siente, puede hacer estragos, arrastrando a inocentes, que no tienen nada que ver con el asunto.
Muchas personas llegan a usar a sus propios hijos, para hacer sufrir al cónyuge que los ha hecho sufrir. Es muy común que mujeres (también varones) que han tomado venganza, hayan puesto en juego el patrimonio común, logrado con esfuerzo de años, sólo porque no quieren que el otro goce de estos bienes.
A veces, la venganza puede llegar a límites extremos, que incluyen crímenes de diversa índole.
“Una amiga estaba enceguecida de odio desde que descubrió que el marido le era infiel. No dejaba de llorar y maldecir. Empezó a hablar de que un día iba a matarlos a los dos. Había averiguado todo, donde se encontraban, cuando se veían. Amenazaba con que ella iba a ir presa, pero que esos dos se la iban a pagar. Tuvimos que avisarle al marido, porque teníamos miedo de que cometiera una locura, y se arruinara la vida para siempre”, cuenta Patricia.
El que a hierro mata, a hierro muere
Hay venganzas famosas. En la farándula local, nos hemos hastiado de ver como la blonda Silvia Suller deschavó todas las intimidades más vergonzosas que pudo sobre su ex marido, el locutor Silvio Soldán, cuando éste la dejó.
No sólo las latinas de estas tierras llegan a semejante nivel de escándalo. El consejero económico del presidente de EEUU, Barak Obama, sufrió una venganza que se publicó en las portadas de los diarios de todo el país.
La señorita Wilkins, desesperada porque su amante, el señor Philips, decidió terminar una relación de ocho años para volver con su esposa y sus hijos, decidió vengarse colgando grandes carteles en Manhattan, Atlanta y San Francisco, del tamaño de grandes publicidades y en las esquinas más transitadas, mostrando fotos de ella y su ex pareja, en una situación amorosa e íntima.
La creatividad puede ser increíble cuando una mujer quiere hacer daño: “Mi novio me engañaba, y yo me enteré. Como sabía que era tan amarrete y avaro, decidí vengarme. El día que rompimos, antes de irme, fui con su teléfono portátil al baño, y llamé a una chica de Japón, con la que habíamos hecho intercambio en la adolescencia para aprender inglés. Ya lo tenía arreglado con ella, le dije que la iba a llamar, y que no cortara el teléfono cuando lo hiciera. Le pedí como último favor a mi novio que me llevara a mi casa, y dejé el teléfono en el baño, comunicado a Japón. Hice todo lo posible para retenerlo en el auto… Cada minuto que pasaba, pensaba en la pila de pesos que estaba gastando ese tonto en pulsos telefónicos”.
La guerra de los Roses
Que la magnitud del resentimiento no termine dañando aún más: ese debería ser el mejor consejo ante la idea de tomar venganza.
Hay que recordar que hay cosas importantes que requieren de la energía de cada quien, como los hijos y familia. La venganza suele dejar un rastro de vacío absurdo, que en definitiva no aporta ningún beneficio emocional. En algunos casos, deja en cambio sensaciones de arrepentimiento y dolor por haber provocado tanto daño como el que se había recibido.
El hecho de tomar la justicia por nuestra propia mano, no cura el dolor. Tal vez sea más positivo dejar que pase el tiempo, con su poder curativo, y que la cicatriz traiga el perdón y el olvido. La vida se encarga del resto: cada quien cosecha lo que ha sembrado, más temprano, o más tarde…
http://diaadia.viapais.com.ar/content/cuando-las-mujeres-toman-venganza-agarrate-0
La Despechada
Publicado por mariel y noelia on 23/7/09 / Etiquetas: Tipología de mujeres
Si hay un tipo de mujer que cae pésimo socialmente es la despechada. Todos estamos rodeados por alguna, la ex mujer de un amigo, de un primo, la novia de mi hermano, la ex de mi marido, la amante pasada, presente, la vecina, nuestra compañera, etc.
El despecho por ser casi lo mismo que el rencor viene siempre de la mano de la malevolencia, y he ahí la raíz del porqué siempre caen mal las despechadas. A continuación se describirán las características básicas de este tipo de mujeres que nos dejan muy mal paradas.
En primer lugar para ser despechada primero se debe ser abandonada, no correspondida, corrida, echada, vituperada, y sobre todo superada por otra.
La despechada se caracteriza, entonces, por ser una huérfana de relaciones amorosas. Generalmente la orfandad es la consecuencia inmediata de su trastorno de personalidad. Cualquier despechada sigue un proceso de evolución similar al siguiente: comienza una relación amorosa con un sujeto X de quien se enamora súbitamente y sin evaluar las posibilidades de compatibilidad. Durante los primeros meses de idilio la despechada se muestra sumamente sensible a las necesidades de X, lo complace, lo atiende, es comprensiva y divertida. Como en toda relación, los sentimientos siempre van dispares, la despechada “ama” desde el primer día con pasión desbocada mientras que X suele ser del tipo de hombres cautelosos. La disparidad de sentimientos hace que la despechada enloquezca y comience a actuar manejada por su alter ego, comienzan las escenas de celos, los nervios, el llanto y, finalmente, cuando la relación llega al punto máximo de disputa, usa algún as que pueda sacarla a flote.
Entre los últimos recursos para reflotar la relación se encuentran: embarazo “no premeditado” y el viejo discurso de ¡¿qué voy a hacer ahora?! ¡me quiero morir, traer un hijo al mundo sola, tu hijo va a saber la mierda que sos!, etc. Esta estrategia sirve para que X sea asfixiado por la culpa e intente mantener una relación con la despechada, relación que finalmente no llegará a buen puerto. Otro de los recursos utilizados es la amenaza de su***dio ¡si me dejás me mato, te juro!, recurso muy trillado, porque por cierto, los que amenazan no lo hacen. X tratará de calmarla por un tiempo pero también será una relación que no sobrevivirá. Y el último de los métodos considerados más usados es la lástima: la despechada contará una historia ficticia sobre una infancia y una adolescencia muy difíciles, con traumas, abandonos, una supuesta depresión crónica y llorará, llorará mucho para generar compasión en su pareja, quien sentirá lástima y aguantará un poco más de tiempo.
Todas estas estrategias son constantemente utilizadas por la despechada. La pareja de la despechada terminará por romper la relación y por cortar de raíz el vínculo.
Se terminarán los mensajes de textos, la ayuda en calidad de amigo, los lugares de concurrencia común. En otras palabras, X desaparecerá de la faz de la tierra. La despechada continuará mandando mensajes de texto, primero pidiendo perdón, prometiendo mejorar; luego de no obtener respuesta los mensajes se tornarán cada vez más agresivos y virulentos. En la mayoría de los casos los mensajes se relacionan con descalificar a X y escupirle sus defectos para intentar menospreciarlo.
Cuando la fase de mensajes termine, comenzará la de acoso público. La despechada logrará averiguar los movimientos de X para seguirlo y actuar de manera vergonzosa frente a otros. Cuando este recurso no resulte positivo decidirá tomar otro camino: los celos.
Conseguirá algún hombre que le servirá de pretexto para mostrarse frente a X, pero cuando esa relación tampoco funcione volverá a acosar a X siguiendo el proceso anterior: mensajes de texto, persecuciones y acoso.
El problema se presentará con mayor gravedad cuando X forme otra pareja. La despechada llegará al grado supremo de su locura, buscará por cielo y tierra algún elemento que le sirva de prueba para descalificar a la “contrincante” y cuando no lo encuentre inventará argumentos que presentará a X bajo el pretexto de velar por su seguridad y bienestar. Cuando X haga caso omiso de sus comentarios llegamos a lo peor: la despechada está preparada para cualquier cosa. En fin, su accionar es repetitivo y cada vez se volverá más agresivo.
En cuanto a las razones del despecho, tendríamos que considerar que fundamentalmente el despecho, como se dijo anteriormente, deviene del abandono, pero para ser una auténtica despechada se debe tener muy baja autoestima. Por lo tanto, si conocen a alguna mujer con muy baja autoestima, a punto de ser abandonada por su pareja que ya no la soporta, huyan… es el mejor consejo. Este tipo de mujeres es una bomba de tiempo, nadie sabe cuándo van a explotar, aunque verlas explotar es un muy buen espectáculo.
http://malhumoradas.blogspot.com/2009/07/la-despechada.html
Ya tienes algun texto nuevo...luego con más calma buscaré otros...
5 actitudes de un hombre despechado
Un hombre actúa despechado cuando le rompen el corazón, cuando lo dejan sin razón o lo engañan. Sin controlar sus impulsos, mandan mensajes a toda hora, hacen reproches e intentan herirte para que sientas lo mismo que ellos.
¡Si quieres saber si tu ex es un hombre despechado no te pierdas estás actitudes que te lo confirmarán de inmediato!
#5 Habla mal de ti
Cuando una persona está enamorada y le rompen el corazón, lo primero que siente es ira y angustia. Y la primera forma de lidiar con eso es hablar mal de la persona que lo provocó. Sobre todo con sus amigos, pero es probable que también lo haga con su familia y que quiera que los demás sientan que no eres buena persona.
No es fácil enfrentar una ruptura y menos aún si todavía tienes sentimientos y si bien es probable que quieras terminar bien la relación, un hombre despechado nunca te permitirá hacerlo.
#4 Cuenta las intimidades
Las mujeres tendemos a ser reservadas acerca de nuestra intimidad y de nuestras relaciones pasadas. Sin embargo, un despechado no puede resistir la tentación de contar cosas sobre la relación, sobre la intimidad y sobre tu comportamiento con él.
Es algo totalmente innecesario pero que lo hace sin pensar y por culpa de su enojo hacia ti (mientras que en el fondo solo quiere volver).
#3 Te acosa con mensajes
Otra actitud de un hombre despechado es insistir en el contacto. Puede ser que te mande mensajes tratando de entender por qué lo has dejado o que te mande mensajes con insultos. Puede llamarte varias veces, sobre todo los sábados a la madrugada, después de beberse unos tragos.
Lo mejor es no responder porque si se encuentra borracho será para peor, y no hay nada que puedas hacer para cambiar la situación.
#2 Te reprocha todo
Otra actitud acompañada del contacto y las llamadas, es el reproche. Seguramente no entiende por qué ha terminado y la relación y te culpa a ti por no haber querido solucionarlo. Es probable que eso derive en más llamadas y mensajes o que incluso se aparezca en tu casa.
Si eso sucede, debes tratar de hablar con él de manera clara y concisa, para que realmente entienda y pueda dejar de culparte a ti por todo lo sucedido.
#1 Se hace el superado
Otra actitud de un hombre que se siente herido y despechado es actuar como si todo estuviera bien. Tener relaciones por despecho, salir todos los días, hacerse el desinteresado y hablar con tus amigos sobre lo feliz que se encuentra.
Todo eso seguramente es una fachada para no mostrarse frágil y herido, pero es una clara actitud de un hombre despechado.
¿Qué otra actitud agregarías a la lista? ¿Te has enfrentado alguna vez con un ex despechado?
https://www.vix.com/es/imj/10763/5-actitudes-de-un-hombre-despechado
Que una mujer sea más feliz recibiendo un ramo de flores de su marido entregado por el repartidor que directamente de mano de su propio marido, no lo entiendo.
Si se lo entrega el repartidor, se siente orgullosa de que todas las vecinas se enteren, se mueran de envidia y le digan lo afortunada que es. Si se lo lleva su propio marido en mano, le parece una cursilería, un tirar el dinero.
"Anda, qué forma de tirar el dinero, venga, déjalo por ahí".
Hasta que un día va el marido y encuentra a otra más cariñosa a quien regalarle flores.
Si se lo entrega el repartidor, se siente orgullosa de que todas las vecinas se enteren, se mueran de envidia y le digan lo afortunada que es. Si se lo lleva su propio marido en mano, le parece una cursilería, un tirar el dinero.
"Anda, qué forma de tirar el dinero, venga, déjalo por ahí".
Hasta que un día va el marido y encuentra a otra más cariñosa a quien regalarle flores.
Eso es porque no les toca a ellos hacer las tareas del hogar, comprar la comida, cocinar, lavar, planchar, mantener la casa recogida y limpia, atender a los niños, llevarles al pediatra, hablar con los profesores, estar pendiente de sus deberes y estudios. Cuando llegan a casa y encuentran todo perfecto les parece normal, y esa labor no es pagada con dinero, ya no hablamos de las que trabajan fuera de casa y además les toca todo lo arriba indicado.
En las custodias compartidas ya conozco mas de un caso en el que ellos han comentado que nunca imaginaron que criar niños y atender un hogar fuera tan sacrificado y duro.
Este caso parece claramente un caso consentido, puede ser un acuerdo entre la pareja por diferentes causas, porque si no tienen hijos ni problemas económicos es extraño que alguno de los tres no quiera iniciar una nueva vida por libre.
"Cuando una mujer está sola y triste y busca satisfacer su soledad por medio de una relación con un hombre casado, el solo objeto de sentirse usada por aquel hombre para obtener unos momentos de excitación y placer usándola como un objeto la va a hacer sentirse aún mas triste y sola".
Uf este párrafo es pelín machista. Eso de que la mujer que tiene una relación con un hombre casado es usada...
Hace poco me contaban el caso de una mujer que estaba comenzando relación con un hombre casado y con hijos, parece que él solamente queda con ella en el piso para un único fin, ni salidas, ni cenas por ahí, ni vida social. Ella se estaba enamorando pero él lo tiene muy claro, ni separación, ni nada de nada, por los hijos, y con ella, para pasar un buen rato nada más.
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Sí, siempre hago hincapié en este ejemplo de pareja porque en estos hilos donde se tratan estos temas parece haber un modo por defecto, que es que los hombres engañan y las mujeres tragan, cuando la realidad que yo conozco es 50% - 50%.
Y ella, si comienza una con un hombre casado, con hijos, que la esconde y además no tiene intención de separarse, sabe lo que hay, o debería saberlo. A no ser que él le de falsas esperanzas... que puede ser. Pero al final es mayorcita, y responsable de su vida, Si te lías con un hombre comprometido, sabes a lo que te atienes
Pues sí, la verdad es que hay relaciones que es mejor no comenzarlas nunca porque ya sabes lo que te van a aportar, se ve muy claro desde el principio. Aunque también les hay comediantes y mentirosos que le hacen creer a la otra persona que van a dejarlo todo por ella y bla bla bla.., esos son los peores, ya que pretenden que la otra parte se enamore hasta las trancas y después seguir jugando durante un tiempo.
