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Una vez estaba en un cumpleaños de una amiga, en casa de sus padres, entré al baño, hice mi pipí y me lavé las manos con un jabón de tocador que había sobre una jabonera en el lavabo (que olía muy bien, por cierto, tenía pinta de caro). Pues bien, al cabo de un rato oigo alaridos, la madre de la cumpleañera furiosa, que quién ha usado el jabón que había en el lavabo, que ese jabón no se tocaba, que estaba de decoración. Yo callando como las p***s y flipando en colores mientras la mujer cogía el jabón como si fuera un pajarito herido y lo iba secando con un trapito.Luego también me llamaba la atención el caso de la madre de un ex, con los demás y en cuanto a comida era espléndida pero luego no quería que el niño fuese a ningún lado porque gastaba gasolina. Además de tener la casa de exposición, menuda le lió a su hijo porque un amigo suyo se había secado las manos con la toalla de manos que tenía colocada ahí. Las manos te las tenías que secar con las toallas roñosas de detrás de la puerta, esas con las que se secaban todos después de la ducha, indistintamente.... Menos mal que ya no tengo que tragar ni a la madre, ni al hijo enmadrado.
Dios qué risa. Me estoy imaginando a tu madre encerrándoos en el baño. Jajajajaja.
La de veces que hago yo esto, todas las semanas, yo directamente no abro la puerta y luego digo que no estaba. Me pasaba cuando vivía con mis padres, mi madre tenía la puñetera mala costumbre de abrir a todo el mundo, siempre la pedían cosas, que si dame patatas, cebollas, la máquina de coser, y cogía y se lo daba. Las peloteras con mi padre y conmigo muy épicas, porque mi padre y yo somos más cortantes y no nos gustan los cachondeos vecinales ni dar lo que nos piden (si no tienes patatas para tu guiso bajas y te las compras o haces otra cosa). A mi padre se la liaron una vez con una herramienta de algo que creo que no le devolvieron y dijo que se acabó. Yo me prometí que en cuanto viviera sola esas mierdas se acabarían. Pues ahora vivo cerquísima de la casa de mis padres, por lo que hay muchísimos vecinos del barrio que saben quien soy, se piensan que soy como mi madre y pretendían darme el mismo coñazo pidiendo, me puse firme: yo no soy como mi madre en ese sentido. Directamente no abro la puerta, a tomar por culo, y lo hacía cuando vivía con ellos y estaba sola, normalmente llamaban para pedir, así que estando yo dentro a mi no me pedía nadie, venga a tomar por culo ya, y todos llamando sobre la hora de comer interrumpiendo la comida, que ya entran, ven lo que comes, etc...ascazo dan. Hay una subnormal que siempre está pidiéndole a mi madre que le recoja las mierdas que se compra online, pues cuando yo vivía en su casa y llamaba el mensajero no abría, luego le decía a la vecina "ups, no estaría en casa cuando el chico ha venido". (una tía que siempre está comprando cosas y su marido en el bar todas las mañanas pero le encarga los recados a mi madre, ¡¡¡que los recoja su marido el borracho!!!). Esta petarda de invitar a su casa a comer a ciento y la madre y pedirle sillas a mi madre, vamos a ver subnormal, apáñatelas como puedas y déjanos vivir, ¡idiota!!. Un día cotilleé por la mirilla y ya estaban entrando a la casa primos y demás adosados y la oigo que dice (vivía puerta con puerta) "voy a pedir sillas". Mira, apagando la tele y escondiéndome para no hacer ruido, por mi chichi, se quedaba sin sillas.
Mi madre en eso no ha sabido nunca poner límites y me pone de muy mala leche, la torea todo el mundo; mi padre sin embargo con la misma mala hostia que yo, es nuestra frase: que se vayan a tomar por culo.
Mis tíos tuvieron que pararles los pies a unos vecinos suyos porque era excesivo. Cuando no eran patatas era un chorrito de aceite,
dos cubos de caldo, que si un cargador de Nokia (que luego les devolvieron roto...), que si me prestas un brik de leche, etc. La mujer intentaba dar penita con que iban muy mal de dinero, que a su marido le pagaban poco y a veces tardaban mes y medio en pagarle, etc. Coincidencias de la vida, mi tío conoce a unos que conocían a este matrimonio, y se entera de que se están haciendo un pedazo de chalet en el pueblo. En ese momento mi tío dio órdenes muy claras a mi tía: a partir de ahora a esta gente ni agua, a ver si se piensan que se van a hacer el chalet a nuestra costa.