La confianza es la clave, parece una tontería y un tópico pero tener confianza en una misma hace que directamente tengas un porte diferente. Siento decirte que por la forma en la que hablas de tu amiga se nota que constantemente te comparas con ella (“por qué ella gusta más que yo si nos parecemos mucho?”) y te sientes inferior en comparación y créeme que eso se nota cuando alguien os conoce. De hecho yo tenía una amiga que hablaba como tú y su complejo de inferioridad llegó a un punto que no quiero ni mencionar. Mi consejo es que veas las cosas buenas que TÚ tienes individualmente y vayas a por todas con ello, porque eres única, no un clon de tu amiga guapa-ligona-con carisma.
En realidad no es que me compare con ella exactamente, más bien es que estoy en un momento en el que no me veo bien a mi misma. El ejemplo que quería dar con ella es que hay gente que, independientemente de X, tiene ese algo que atrae. De todas maneras hablo de hace años, no de la actualidad, cuando salíamos juntas y éramos más jovencitas (ahora vivimos cada una en una punta del mundo) en aquel momento, sí que era más segura y tenía más confianza, me gustaba más lo que veía en el espejo y por poner un ejemplo, una vez mi mejor amigo me presentó a un chico que me gustaba mucho. Iban a venir a visitarme mi amigo con ese chico y habíamos quedado que saldríamos en grupo (con otra amiga que no es de la que hablé antes) yo estaba muy ilusionada y se lo conté a otro supuesto buen amigo. Su reacción fue decirme”no te lo tomes a mal, pero es que existiendo A (la otra amiga) nadie se va a fijar nunca en ti, así que yo iría perdiendo las ilusiones porque en cuanto la vea a ella no vas a tener nada que hacer”. Ese fue el primer comentario que me hicieron comparándome con una amiga. A mí hasta aquel momento, no se me había pasado por la cabeza que X o A pudieran ser mejores que yo.
Al final el chico resulta que sí se fijó en mi, fue mi primer novio serio.
Y este comentario no fue el único que recibí así del rollo comparando alguna amiga conmigo. Pero el caso es que yo me veía bien. Me plantaba mi corset rojo, mis taconazos y mis pitillo negros y me sentía atractiva, no me sentía en inferioridad en cuanto a ellas, pero aún así era invisible, es la realidad, supongo que ellas tenían más carisma o más seguridad aún. Obviamente, no voy a negar que cuando recibía esos comentarios sí que me quedaba plof, claro.
Cuando no me veo tan bien es ahora, que por el cambio de horario no consigo adaptarme y llevo un descontrol importante con las comidas. Me quedan 2 meses con esta rutina y ya estoy intentando controlar un poco y espero que cuando termine con este horario pueda volver a mi rutina de antes.