A mi también me encanta la radio.
Escuchaba la Rosa de los Vientos en vacaciones cuando no había que madrugar. Ahora es posible gracias a los podcast pero estoy de acuerdo que ya no es lo que era, no puedo soportar las peroratas políticas y gracietas sexuales de Bruno Cardeñosa y su pésima dicción.
Y con todos mis respetos por ser la viuda del gran Cebrián tampoco soporto la dicción de Silvia Casasola, que pronuncia todo con la d y con el mismo tono. Me pone muy nerviosa.
Así que ahora solo escucho las secciones con los colaboradores que me gustan.
El fin de semana estoy enganchada a la Escóbula de la Brújula y a Ser Historia de Nacho Ares.
También tú te has dado cuenta de la horrible dicción de Cardeñosa, menos mal.