El Diario de Delizia Mondariz

Capítulo 4




“La Cebolluca"




En el valle de las Batuecas, en Salamanca, se encuentra la aldea “los Cabrachos”. En este valle de la Sierra de Francia, nació mi bisabuela Aránzazu del Lago, “la Cebolluca"

Mi bisabuela pertenecía a una noble familia inglesa del condado Essex, los “Lake”. Por mis venas corre sangre británica, por eso hablo tan bien el inglés.

Su padre, Lord Wilbur Lake, poseía muchísimas minas de carbón, para expandir su imperio, decidió hacer unas excavaciones en una zona recomendada por sus ingenieros y espeleólogos , era en Salamanca, en la aldea “los Cabrachos”. Así que toda la familia se trasladó allí.


Lord Wilbur compró toda la aldea para poder excavar a gusto, era un caballero muy pío y temeroso de Dios, así que cambió el nombre de la aldea por el de “Saint Honoré” en honor al mártir Honorato de Amiens, patrón de los pasteleros, y porque a “Cebolluca” le encantaba la tarta del mismo nombre. Contrató a todos los hombres desempleados del municipio La Alberca para trabajar en las minas, los jornales eran de 12 reales, de los que se descontaba 1 real por el uso de la cantina, y otros dos por el material de trabajo que incluía botas, pico y lámpara de queroseno. Que listo y ahorrador fue mi tatarabuelo Wilbur.


Era 15 de septiembre de 1900, nació muy pequeñita y morenita, no parecía inglesa, su madre al verla esbozó una sonrisa temblona:

_Wil, querido, es tu hijita Aránzazu, me hubiese gustado darte un varón y más clarito de piel. Los niños de aquí nacen así de morenos, es por el sol de España.

Mentía descaradamente mi tatarabuela, Anne-Kerry Arriba Sheridan. Parte del servicio estaba delante, y Wilbur tenía una discreción enfermiza:

_ No sigas por ese camino, Anne. Ya hablaremos de esto más adelante.


Pero Lord Wilbur se emocionó al ver a una criatura tan exótica y olvidó el incidente. La tomó mucho afecto a la pequeña Aránzazu, tan redondilta, tan morenita, algo gordita, el buen hombre soltaba lágrimas de agradecimiento por tener una hija tan mona. Por estos motivos la llamó “mi cebolluca”. Y cebolluca no defraudó a su padre, porque desde recién nacida cantaba como un ruiseñor y bailoteaba moviendo y girando sus rollizas muñecas y manitas, como una experimentada bailaora. La primera vez que Lord Wilbur observó tan singular espectáculo, se extrañó y pensó que se debía a algún tipo de delirio provocado por la ginebra. Pero no, la niña nació así de pizpireta y precoz. Mi tatarabuela murió poco después de dar a luz.


Paseaba por la aldea con cebolluca subida a su hombro izquierdo. Orgulloso le decía:

_Mi cebolluca, que te oiga cantar esta buena gente.

Y cebolluca se arrancaba a cantar:

_ Rascayú, ¿cuando mueras que harás tú?
Rascayú, ¿cuando mueras que harás tú?
Tú serás un cadáver nada más....



Los aldeanos, confundidos, no sabían si esto era típico de los niños de la alta sociedad o sí era obra del diablo, jamás habían visto nada parecido. Pero caían rendidos ante el encanto de cebolluca, le tiraban flores que la niña cogía al vuelo.


Cebolluca se hizo muy popular en toda la comarca, no sólo por ser la hija de los señores, era muy traviesa y le atraía pasar su tiempo con los aldeanos. Se colaba en las cantinas de los trabajadores, y en todas las tabernas de la comarca, su único afán era cantar y bailar delante de los aldeanos.


A pesar de las trastadas de la pequeña Cebolluca, Lord Wilbur jamás se enojó con ella, no actuaba como un severo padre, parecía un dulce abuelo que colmaba a la niña de regalos de todo tipo. Cebolluca no tenía culpa de la educación recibida, fue una niña díscola y caprichosa, se frustraba ante el más mínimo inconveniente:


_Papi, Periquillo me ha dicho que no debo bailar en la cantina de los trabajadores, ¡despídele!.


_Mi niñita, es el capataz, es un buen trabajador. No puedo hacer eso porque te haya contrariado.


Pero finalmente Lord Wilbur cedía ante las exigencias de Cebolluca.


Cebolluca engordó mucho, se pirraba por la leche condensada y por la tarta Saint Honoré. Esta era, básicamente, su dieta. Con 13 años, Cebolluca medía 1,52 y pesaba 83 kilos, su carácter se agrió mucho, los aldeanos la temían. Lo mejor era ser invisible ante ella, porque como te tomase manía te arruinaba la vida.


Sarpullidos en su morena piel aparecían como por arte de magia si se hablaba de la monarquía y la iglesia. Fueron sus mayores enemigos, en una ocasión intentó ahogar al párroco en el río Batuecas. Cada vez que veía una foto de Alfonso XIII en el ABC, periódico que leía Lord Wilbur, arrancaba la página y la quemaba en la plaza ante las miradas de horror de los pobres aldeanos.


Cebolluca no sabía leer, para matar el aburrimiento mantenía agradables charlas con los mozos de la comarca. Se corrió la voz y todos querían charlar con ella, así que los aldeanos que podían permitírselo, buscaban la compañía de la Cebolluca para darle a la sin hueso.


En 1920 apareció por la aldea Pío Álvarez, un conductor de trenes. Tenía un carácter entre santurrón y bobalicón que enamoró irremediablemente a Cebolluca. En la comarca a Pío le llamaban el “Prepa”, porque estudiaba para sacarse el bachiller.


Esto terminó con Lord Wilbur, su clasismo hipocritón consentía que Cebolluca fuese pérfida, malvada y desvergonzada, y sin embargo, impedía que se enamorase de un ferroviario.


_Papi, me voy con “el Prepa”, nos vamos a casar y tendremos tres niñas.


_Hija, “el Prepa” no, serás infeliz el resto de tu vida con un hombre con tan poquito carácter, y encima es un simple ferroviario.


_ Pues ya estoy embarazada de 7 meses y se llamará Florita, como estoy gorda nadie lo ha notado.


Un fulminante ataque al corazón terminó con la vida de Lord Wilbur.


De cómo nació y creció Mirentxu, la segunda hija de la Cebolluca, será trataré en el siguiente capítulo.



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Aránzazu Lake, La Cebolluca, y con mi tatarabuela, Anne-Kerry Arriba Sheridan. Mi familia cambió el apellido de Lake por Lago, le puso "del": Aránzazu Del Lago Arriba.




Working_Italian_women_c_1900.jpg

Vecinas de la aldea de Saint Honoré.









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Lord Wilbur Lake, mi tatarabuelo, (el primero por la derecha).









Segundo-Gutierrez.jpg


Pío Álvarez, el ferroviario, mi bisabuelo. Conocido como "el Prepa"






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La Cebolluca preparada para hacer lo que más le gustaba: bailar y cantar en las tabernas.
 
Capítulo 4




“La Cebolluca"




En el valle de las Batuecas, en Salamanca, se encuentra la aldea “los Cabrachos”. En este valle de la Sierra de Francia, nació mi bisabuela Aránzazu del Lago, “la Cebolluca"

Mi bisabuela pertenecía a una noble familia inglesa del condado Essex, los “Lake”. Por mis venas corre sangre británica, por eso hablo tan bien el inglés.

Su padre, Lord Wilbur Lake, poseía muchísimas minas de carbón, para expandir su imperio, decidió hacer unas excavaciones en una zona recomendada por sus ingenieros y espeleólogos , era en Salamanca, en la aldea “los Cabrachos”. Así que toda la familia se trasladó allí.


Lord Wilbur compró toda la aldea para poder excavar a gusto, era un caballero muy pío y temeroso de Dios, así que cambió el nombre de la aldea por el de “Saint Honoré” en honor al mártir Honorato de Amiens, patrón de los pasteleros, y porque a “Cebolluca” le encantaba la tarta del mismo nombre. Contrató a todos los hombres desempleados del municipio La Alberca para trabajar en las minas, los jornales eran de 12 reales, de los que se descontaba 1 real por el uso de la cantina, y otros dos por el material de trabajo que incluía botas, pico y lámpara de queroseno. Que listo y ahorrador fue mi tatarabuelo Wilbur.


Era 15 de septiembre de 1900, nació muy pequeñita y morenita, no parecía inglesa, su madre al verla esbozó una sonrisa temblona:

_Wil, querido, es tu hijita Aránzazu, me hubiese gustado darte un varón y más clarito de piel. Los niños de aquí nacen así de morenos, es por el sol de España.

Mentía descaradamente mi tatarabuela, Anne-Kerry Arriba Sheridan. Parte del servicio estaba delante, y Wilbur tenía una discreción enfermiza:

_ No sigas por ese camino, Anne. Ya hablaremos de esto más adelante.


Pero Lord Wilbur se emocionó al ver a una criatura tan exótica y olvidó el incidente. La tomó mucho afecto a la pequeña Aránzazu, tan redondilta, tan morenita, algo gordita, el buen hombre soltaba lágrimas de agradecimiento por tener una hija tan mona. Por estos motivos la llamó “mi cebolluca”. Y cebolluca no defraudó a su padre, porque desde recién nacida cantaba como un ruiseñor y bailoteaba moviendo y girando sus rollizas muñecas y manitas, como una experimentada bailaora. La primera vez que Lord Wilbur observó tan singular espectáculo, se extrañó y pensó que se debía a algún tipo de delirio provocado por la ginebra. Pero no, la niña nació así de pizpireta y precoz. Mi tatarabuela murió poco después de dar a luz.


Paseaba por la aldea con cebolluca subida a su hombro izquierdo. Orgulloso le decía:

_Mi cebolluca, que te oiga cantar esta buena gente.

Y cebolluca se arrancaba a cantar:

_ Rascayú, ¿cuando mueras que harás tú?
Rascayú, ¿cuando mueras que harás tú?
Tú serás un cadáver nada más....



Los aldeanos, confundidos, no sabían si esto era típico de los niños de la alta sociedad o sí era obra del diablo, jamás habían visto nada parecido. Pero caían rendidos ante el encanto de cebolluca, le tiraban flores que la niña cogía al vuelo.


Cebolluca se hizo muy popular en toda la comarca, no sólo por ser la hija de los señores, era muy traviesa y le atraía pasar su tiempo con los aldeanos. Se colaba en las cantinas de los trabajadores, y en todas las tabernas de la comarca, su único afán era cantar y bailar delante de los aldeanos.


A pesar de las trastadas de la pequeña Cebolluca, Lord Wilbur jamás se enojó con ella, no actuaba como un severo padre, parecía un dulce abuelo que colmaba a la niña de regalos de todo tipo. Cebolluca no tenía culpa de la educación recibida, fue una niña díscola y caprichosa, se frustraba ante el más mínimo inconveniente:


_Papi, Periquillo me ha dicho que no debo bailar en la cantina de los trabajadores, ¡despídele!.


_Mi niñita, es el capataz, es un buen trabajador. No puedo hacer eso porque te haya contrariado.


Pero finalmente Lord Wilbur cedía ante las exigencias de Cebolluca.


Cebolluca engordó mucho, se pirraba por la leche condensada y por la tarta Saint Honoré. Esta era, básicamente, su dieta. Con 13 años, Cebolluca medía 1,52 y pesaba 83 kilos, su carácter se agrió mucho, los aldeanos la temían. Lo mejor era ser invisible ante ella, porque como te tomase manía te arruinaba la vida.


Sarpullidos en su morena piel aparecían como por arte de magia si se hablaba de la monarquía y la iglesia. Fueron sus mayores enemigos, en una ocasión intentó ahogar al párroco en el río Batuecas. Cada vez que veía una foto de Alfonso XIII en el ABC, periódico que leía Lord Wilbur, arrancaba la página y la quemaba en la plaza ante las miradas de horror de los pobres aldeanos.


Cebolluca no sabía leer, para matar el aburrimiento mantenía agradables charlas con los mozos de la comarca. Se corrió la voz y todos querían charlar con ella, así que los aldeanos que podían permitírselo, buscaban la compañía de la Cebolluca para darle a la sin hueso.


En 1920 apareció por la aldea Pío Álvarez, un conductor de trenes. Tenía un carácter entre santurrón y bobalicón que enamoró irremediablemente a Cebolluca. En la comarca a Pío le llamaban el “Prepa”, porque estudiaba para sacarse el bachiller.


Esto terminó con Lord Wilbur, su clasismo hipocritón consentía que Cebolluca fuese pérfida, malvada y desvergonzada, y sin embargo, impedía que se enamorase de un ferroviario.


_Papi, me voy con “el Prepa”, nos vamos a casar y tendremos tres niñas.


_Hija, “el Prepa” no, serás infeliz el resto de tu vida con un hombre con tan poquito carácter, y encima es un simple ferroviario.


_ Pues ya estoy embarazada de 7 meses y se llamará Florita, como estoy gorda nadie lo ha notado.


Un fulminante ataque al corazón terminó con la vida de Lord Wilbur.


De cómo nació y creció Mirentxu, la segunda hija de la Cebolluca, será trataré en el siguiente capítulo.



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Aránzazu Lake, La Cebolluca, y con mi tatarabuela, Anne-Kerry Arriba Sheridan. Mi familia cambió el apellido de Lake por Lago, le puso "del": Aránzazu Del Lago Arriba.




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Vecinas de la aldea de Saint Honoré.









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Lord Wilbur Lake, mi tatarabuelo, (el primero por la derecha).









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Pío Álvarez, el ferroviario, mi bisabuelo. Conocido como "el Prepa"






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La Cebolluca preparada para hacer lo que más le gustaba: bailar y cantar en las tabernas.
Que buenisimo!!!!!
Cebolluca o la venus de willendorf!! Gracias!!
 
@Angostura, muchísimas gracias! Está genial, eres una auténtica artista! Este último capítulo es tronchante (todos lo son, pero te superas dia a dia, jajaj), me encanta que llevara a Cebolluca en el hombro izquierdo, jajajaja, qué imaginación tienes y qué bien vas hilando unas cosas con otras! Una curiosidad...., ¿de dónde sacas esas fotos????? Es genial, genial, genial!
 
Capítulo 4




“La Cebolluca"




En el valle de las Batuecas, en Salamanca, se encuentra la aldea “los Cabrachos”. En este valle de la Sierra de Francia, nació mi bisabuela Aránzazu del Lago, “la Cebolluca"

Mi bisabuela pertenecía a una noble familia inglesa del condado Essex, los “Lake”. Por mis venas corre sangre británica, por eso hablo tan bien el inglés.

Su padre, Lord Wilbur Lake, poseía muchísimas minas de carbón, para expandir su imperio, decidió hacer unas excavaciones en una zona recomendada por sus ingenieros y espeleólogos , era en Salamanca, en la aldea “los Cabrachos”. Así que toda la familia se trasladó allí.


Lord Wilbur compró toda la aldea para poder excavar a gusto, era un caballero muy pío y temeroso de Dios, así que cambió el nombre de la aldea por el de “Saint Honoré” en honor al mártir Honorato de Amiens, patrón de los pasteleros, y porque a “Cebolluca” le encantaba la tarta del mismo nombre. Contrató a todos los hombres desempleados del municipio La Alberca para trabajar en las minas, los jornales eran de 12 reales, de los que se descontaba 1 real por el uso de la cantina, y otros dos por el material de trabajo que incluía botas, pico y lámpara de queroseno. Que listo y ahorrador fue mi tatarabuelo Wilbur.


Era 15 de septiembre de 1900, nació muy pequeñita y morenita, no parecía inglesa, su madre al verla esbozó una sonrisa temblona:

_Wil, querido, es tu hijita Aránzazu, me hubiese gustado darte un varón y más clarito de piel. Los niños de aquí nacen así de morenos, es por el sol de España.

Mentía descaradamente mi tatarabuela, Anne-Kerry Arriba Sheridan. Parte del servicio estaba delante, y Wilbur tenía una discreción enfermiza:

_ No sigas por ese camino, Anne. Ya hablaremos de esto más adelante.


Pero Lord Wilbur se emocionó al ver a una criatura tan exótica y olvidó el incidente. La tomó mucho afecto a la pequeña Aránzazu, tan redondilta, tan morenita, algo gordita, el buen hombre soltaba lágrimas de agradecimiento por tener una hija tan mona. Por estos motivos la llamó “mi cebolluca”. Y cebolluca no defraudó a su padre, porque desde recién nacida cantaba como un ruiseñor y bailoteaba moviendo y girando sus rollizas muñecas y manitas, como una experimentada bailaora. La primera vez que Lord Wilbur observó tan singular espectáculo, se extrañó y pensó que se debía a algún tipo de delirio provocado por la ginebra. Pero no, la niña nació así de pizpireta y precoz. Mi tatarabuela murió poco después de dar a luz.


Paseaba por la aldea con cebolluca subida a su hombro izquierdo. Orgulloso le decía:

_Mi cebolluca, que te oiga cantar esta buena gente.

Y cebolluca se arrancaba a cantar:

_ Rascayú, ¿cuando mueras que harás tú?
Rascayú, ¿cuando mueras que harás tú?
Tú serás un cadáver nada más....



Los aldeanos, confundidos, no sabían si esto era típico de los niños de la alta sociedad o sí era obra del diablo, jamás habían visto nada parecido. Pero caían rendidos ante el encanto de cebolluca, le tiraban flores que la niña cogía al vuelo.


Cebolluca se hizo muy popular en toda la comarca, no sólo por ser la hija de los señores, era muy traviesa y le atraía pasar su tiempo con los aldeanos. Se colaba en las cantinas de los trabajadores, y en todas las tabernas de la comarca, su único afán era cantar y bailar delante de los aldeanos.


A pesar de las trastadas de la pequeña Cebolluca, Lord Wilbur jamás se enojó con ella, no actuaba como un severo padre, parecía un dulce abuelo que colmaba a la niña de regalos de todo tipo. Cebolluca no tenía culpa de la educación recibida, fue una niña díscola y caprichosa, se frustraba ante el más mínimo inconveniente:


_Papi, Periquillo me ha dicho que no debo bailar en la cantina de los trabajadores, ¡despídele!.


_Mi niñita, es el capataz, es un buen trabajador. No puedo hacer eso porque te haya contrariado.


Pero finalmente Lord Wilbur cedía ante las exigencias de Cebolluca.


Cebolluca engordó mucho, se pirraba por la leche condensada y por la tarta Saint Honoré. Esta era, básicamente, su dieta. Con 13 años, Cebolluca medía 1,52 y pesaba 83 kilos, su carácter se agrió mucho, los aldeanos la temían. Lo mejor era ser invisible ante ella, porque como te tomase manía te arruinaba la vida.


Sarpullidos en su morena piel aparecían como por arte de magia si se hablaba de la monarquía y la iglesia. Fueron sus mayores enemigos, en una ocasión intentó ahogar al párroco en el río Batuecas. Cada vez que veía una foto de Alfonso XIII en el ABC, periódico que leía Lord Wilbur, arrancaba la página y la quemaba en la plaza ante las miradas de horror de los pobres aldeanos.


Cebolluca no sabía leer, para matar el aburrimiento mantenía agradables charlas con los mozos de la comarca. Se corrió la voz y todos querían charlar con ella, así que los aldeanos que podían permitírselo, buscaban la compañía de la Cebolluca para darle a la sin hueso.


En 1920 apareció por la aldea Pío Álvarez, un conductor de trenes. Tenía un carácter entre santurrón y bobalicón que enamoró irremediablemente a Cebolluca. En la comarca a Pío le llamaban el “Prepa”, porque estudiaba para sacarse el bachiller.


Esto terminó con Lord Wilbur, su clasismo hipocritón consentía que Cebolluca fuese pérfida, malvada y desvergonzada, y sin embargo, impedía que se enamorase de un ferroviario.


_Papi, me voy con “el Prepa”, nos vamos a casar y tendremos tres niñas.


_Hija, “el Prepa” no, serás infeliz el resto de tu vida con un hombre con tan poquito carácter, y encima es un simple ferroviario.


_ Pues ya estoy embarazada de 7 meses y se llamará Florita, como estoy gorda nadie lo ha notado.


Un fulminante ataque al corazón terminó con la vida de Lord Wilbur.


De cómo nació y creció Mirentxu, la segunda hija de la Cebolluca, será trataré en el siguiente capítulo.



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Aránzazu Lake, La Cebolluca, y con mi tatarabuela, Anne-Kerry Arriba Sheridan. Mi familia cambió el apellido de Lake por Lago, le puso "del": Aránzazu Del Lago Arriba.




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Vecinas de la aldea de Saint Honoré.









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Lord Wilbur Lake, mi tatarabuelo, (el primero por la derecha).









Segundo-Gutierrez.jpg


Pío Álvarez, el ferroviario, mi bisabuelo. Conocido como "el Prepa"






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La Cebolluca preparada para hacer lo que más le gustaba: bailar y cantar en las tabernas.
Excelente!!!! Espero el proximo capitulo ansiosa!!

La cancion de Rascayu me ha "matao" de risa.
 
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