Que maravilla leerte. Un gusto. El amor es así, duele...y si no duele, es porque hay algo de egoísmo. Pero amar significa renunciar...por el bien del otro.Cuando me case deje México para venirme a vivir a Estados Unidos, aquí vivía él, mi madre me acompañó al aeropuerto, cuando noto que me iba a soltar a llorar se hizo la fuerte y me dijo que estaba a punto de empezar una nueva vida, que no quería que la empezara con lágrimas, me dio un beso, me abrazo, me dijo que me amaba y me pidió que disfrutara mucho mi nueva etapa, que ella siempre iba estar para mi, me dio la bendición y me encamino para ingresar a la sala de espera.
Todavía se me salen las lágrimas al recordarlo, porque sé que para ella no fue nada fácil, ni para mi tampoco. Cuando mis hermanos le llamaban a la hora que yo solía hacerlo, cortaba la llamada rápidamente para no tener la línea ocupada cuando yo llamara, mi preciosa mamá!!!
A mis hijos quiero darles alas y raíces...no cadenas. Y claro que duele que se vayan, a mi no me sobran en mi casa...pero hay que facilitarles sin dramas que se vayan.
Me llama la atención la bondad de tu señora madre, porque en ciertas generaciones con las que convivo...y va por lo del hilo, no es para nada frecuente. Abundan los padres demandantes, exigentes, manipuladores, controladores...por eso cuando leo post como el tuyo, es colirio para los ojos. Una bendición que te ha dado la Vida. Saludos